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Categoría: Incestos

Juventud malgastada

Era una noche como cualquier otra en la casa de la Gloria, una dama a quien más de una le tenía envidia por su apariencia casi juvenil. Atesoraba un pelo rubio y largo hasta la espalda, tenía ojos marrones claros y una estatura normal, no bajita como la mayoría de sus amigas. Estaba muy orgullosa de sus medidas naturales que eran 96-61-90. Hacía muchos años se casó con el amor de su vida, con el cual tuvo dos hijos, Lilly, que ahora tenía 21 años y Tomas de 18.



Tomas era lo que todos llamamos un caso perdido, en la escuela siempre iba mal, solo le importaba el sexo y las mujeres, sobre todo las historietas sobre sexo. No era coincidencia que pasara largas hora encerrado en su habitación masturbándose, mirando revistas y comics, e imaginándose en esa situación. Para él, no existía ninguna otra cosa. Esa noche el esposo de Gloria trabajaba hasta tarde y Lilly había ido a comer con su novio afuera, así que madre e hijo estaban solos en la casa. Tomas se había ido a su cuarto hacía rato ya, a "disfrutar" de la privacidad que tenía mientras su hermana estaba fuera. Gloria fue a buscarlo para preguntarle que quería comer, de manera que, creyendo en la inocencia de su hijo entró sin permiso como siempre lo había hecho, solo que esta vez encontró algo distinto.



- Oye Tomas, tu hermana está cenando con Nicolás, entonces pensé que nosotros podríamos... ayyyy... que estás haciendo???



- ¿¿¿m-m-m-mama??? -gritó Tomas con el corazón en la boca.



Ella trató de tranquilizarse para no asustar a su hijo. Se acercó a las revistas que estaban desparramadas en el suelo mientras que Tomas se levantaba el pantalón, tratando de mostrar algo de decencia hacia la mujer que lo trajo al mundo.



- Está bien -suspiró Gloria- ¿Qué clase de obscenidad me estás escondiendo? ¿Qué... historietas? Ay Tomas, sabes que estas cosas te van a destruir el cerebro. Mmmm, en realidad, ¡esta es muy elegante y divertida! -dijo Gloria tomando una que no era indecente- ¿Son todas así de buenas? -preguntó con inocencia.



Luego tomó otra revista, totalmente distinta a la anterior, creyendo que iba a encontrar algo interesante.



- ¡¡Oh Dios mío!! ¡¡Esto no es pornografía normal!! Puedo sentir las mis neuronas muriendo en cada segundo...



- Estás exagerando, madre. No es tan malo como vos lo haces ver -dijo su hijo con cierto enojo.



- ¡Claro que lo es! ¿Mujeres vestidas de cerdo montándose a…? Si eso es lo que te excita, entonces tenemos que hablar seriamente.



Gloria trató de calmarse, dibujó una sonrisa en su cara y se sentó en la cama de su hijo mientras apoyaba su mano en el hombro.



- Cariño, no hay nada malo en entregarse a un poco de diversión erótica... es la naturaleza del hombre. Pero me pregunto qué impacto tienen estas historietas en ti. No voy a encontrarte durmiendo con una…¿verdad?



- Vamos, tranquilízate de una vez ¿quieres? No soy ningún pervertido que no sabe lo que hace.



- Está bien, quizás no, pero de todas formas no quiero que aprendas sobre la sexualidad por un libro de historietas. Este tipo de comics conmemoran todo tipo de asombrosas e ignorantes equivocaciones -dijo su madre teniendo toda la razón.



Tomas la miró con cierto asombro, él estaba acostumbrado a todo eso y no creía que las cosas fueran tan diferentes. Su madre estaba dispuesta a explicarle cueste lo que cueste, no quería que el día de mañana su hijo sea conocido como el más degenerado de todos, eso sí que no.



- Por ejemplo -dijo Gloria- contrario a lo que muestran esas ilustraciones, las mujeres no disfrutan del semen caliente y húmedo en sus bocas.



- ¡Imposible! -exclamó su hijo asombrado- Yo pensé que las hembras adoraban eso. ¿No es una sutil exhibición de pasión, por así decirlo?



- Una boca llena de "pasión" no es mi idea de sutil. Otra fechoría hecha por estos comics es como ellos raramente describen el sexo como un acto de amor.



En ese momento, Gloria se levanta de la cama y comienza a quitarse la ropa mientras seguía hablando.



- No, no estoy diciendo que las personas no tienden a disfrutan del sexo sin amor... pero sin la cuota emocional, el significado de hacer el amor se vuelve vacío. Créeme, es muchísimo mejor hacerlo con alguien que te corresponde.



Tomas miraba a su madre algo intranquilo, no entendía lo que estaba pasando pero de seguro disfrutaba ver a esa hermosa dama en ropa interior, casi desnuda. Gloria seguía explicándole sin darle importancia a lo que estaba haciendo delante de su hijo.



- El mayor error de todos, creo yo, son las increíbles situaciones que los personajes forman parte (...).



Ahora Gloria solo tenía puesto un corpiño que apenas lograba contener su busto, una braga que parecía salida de una luna de miel y unas ligas entrelazadas a sus medias. Todo eso era mucho para Tomas, y a pesar de que nunca vio a su madre de ese modo, no pudo evitar contentarse por las circunstancias. Gloria se sentó nuevamente en la cama, mientras que acercaba sus manos a la entrepierna de Tomas, para descubrir su pene que ya se mostraba algo duro.



- Las muchachas pueden hacer muchas cosas, ¿pero zambullirse a la cama obedeciendo al hombre? ¡Ja ja ja ja ja! El tonto que escribe eso no sale demasiado. -le dijo mientras miraba su entrepierna.



Tomas estaba sintiendo la mano dulce de su madre acariciando su miembro, se sentía muy bien pero todo era muy raro, hasta llegó a parecerle algo malo.



- Ese tipo de ocurrencias obscenas nunca ocurren en la vida real, ¿sabes?



- ¿Ma... mama? ¿Qué estás haciendo exactamente? -dijo Tomas mirando como las manos lo acariciaban sin pudor alguno.



- Dándote una lección en el amor. Se aprende mientras lo hacemos, amorcito. Tu papá dice que soy realmente buena en esto.



Todo esto que parecía una locura, para Gloria era algo totalmente normal. Ella sabía le podía mostrar a su hijo que el sexo era algo amoroso y no depravado. De todas formas, la manera en que se lo enseñaría no era de lo más convencional, pero tenía la seguridad que después de esto Tomas iba a andar por buen camino.



Ahora Gloria comenzaba a pasar su lengua a lo largo del mástil de su hijo, mientras que le acariciaba los testículos. El pene era más o menos del mismo tamaño que el de su marido, algo grueso en la punta. Cuando probó el sabor que tenía, a ella se le fue la idea de "solo enseñar" y quiso dedicarse a disfrutar de la pieza virgen de Tomas.



- ¡No puedo hacerlo mamá! ¡Esto es una equivocación! -dijo el jóven mientras se levantaba de la cama y se subía los pantalones; sin mirar a su madre que ahora yacía tendida boca arriba con los senos al aire.



- Oh, mi bebe. No te avergüences... soy tu madre.



- Bueno, ese es el problema ¿¡no crees!?



- No seas ridículo, vamos, años de experiencia como los que tengo no los puedes sacar de ningún libro de comics... ¿verdad?



Tomas pensó que su madre tenía cierta razón. Si ella estaba dispuesta a ser tomada por él, no iba a haber ningún tipo de remordimiento. Además su madre era muy hermosa, sin ropas allí tendida en la cama parecía la mejor mujer que haya conocido. No tenía nada que perder y a la vez todo por ganar, así que se deshizo de la culpa y se acercó nuevamente a la cama, recostándose sobre la cara de Gloria formando asó un 69 invertido.



Su madre tomó el joven miembro y se lo metió en la boca sin pensarlo dos veces, mientras que su hijo ahora le chupaba como podía la raja que tantos hombres desearon. Gloria rodeaba sus brazos a la cintura de Tomas para atraerlo más a su boca, así lograría saborear cada milímetro de ese pene virgen que ahora tanto deseaba.



- Aahhmmf... shlppp... mmmmmm... -eran los únicos sonidos que ambos lograban hacer.



Gloria le hizo seña a su hijo para que cambiaran de posición. Ella quería que él aprenda como se debía chupar una concha. Así que se abrió de piernas sobre la cama y guio a su hijo dulcemente a su raja mientras le daba instrucciones de cómo hacerlo.



- Creo que nos vamos a concentrar más en tu habilidad oral. Es una destreza que te va a ser muy útil -le dijo Gloria a su querido hijo mientras que sentía lengua en su parte más íntima- No puedo decirte el número de veces que me han hecho gozar con esto, es increíble. Si aprendes a hacerlo bien, serás un gran amante, te lo aseguro.



Era un deleite estar así, sin ninguna vergüenza, disfrutando del momento. Sentía que la lengua de Tomas iba y venía por sus labios, de a ratos le indicaba que chupe su clítoris y su ano, cosa que le gustaba demasiado. Cuando supo que ya era suficiente, le dijo a su hijo.



- ¡¡Huff!! Descansa cinco minutos bebé... ¡no queremos que saques músculos en tu lengua! Bien, ahora, lo que tanto estábamos esperando... el evento principal.



Tomas supo exactamente a lo que se refería su madre y la idea le parecía genial. Dejó de chupar ese hueco que tan delicioso le parecía y se puso sobre su madre. La grieta de Gloria estaba bien abierta y mojada, el pene de Tomas también estaba bien lubricado, así que no hubo problemas en la penetración. Tomas sintió que su miembro entraba como mantequilla dentro de su voluptuosa madre, pero en ningún momento notó que su túnel no lo apretaba lo suficiente para gozar, era magistral.



- ¡¡Aaah-haaaaaya!! -gritó su madre cuando él empezó a moverse- ¡Eso es mi chiquito bribón, mi pequeño pillín! ¡¡Eso, eso es, eso... (Por Dios), así se hace... mostrale a mamá lo que tenés!!



- ¡Ooohh, esto es increíble mamá! ¡¡Ungh, Oooog!! -gimió Tomas a causa de ese placer tan descomunal.



- Recuerda cariño -dijo Gloria mirándolo a los ojos- cuanto más tiempo puedas prolongar el acto, mejor la vamos a pasar ambos,



Los dos parecían novios que habían esperado durante mucho tiempo para hacer eso. Tomas disfrutaba de la cavidad con experiencia de su calentona madre mientras que Gloria gozaba con la oportunidad que tenía de enseñarle a su retoño todo cuanto sabía del sexo. Ahora cambiaban de posición, Gloria iba a montarlo. Sin quitarse el bonito soporte de su entrada, se acomodó para quedar en buena postura y poder cabalgarlo. Comenzó entonces con los movimientos lentos y luego rápidos como iban antes, era tal el morbo que sentía que no quería dejar de coger con su hijo.



- ¿Cómo hago para contenerme y no acabar tan pronto, mamá? -preguntó Tomas sin ganas inmediatas de terminar con aquella realidad.



- ¡Concentración (huff)!. La mente domina al cuerpo, todo eso requiere un poco de práctica, nada más.



- ¡Oooohh, Huff! ¡Oh Dios! ¡Mamá, no creo poder aguantarlo más tiempo! ¡¡Oohhh...!! -gimió Tomás travieso a punto de tener un orgasmo.



- ¡Concéntrate maldición! Piensa en algo totalmente distinto como taxis, corporaciones, ¡plantas!



Pero todo era en vano, el momento ya llegaba y Gloria sabía que no podía hacer nada para evitarlo. Ligeramente se desprendió de su hijo (no quería quedar embarazada, por supuesto) y tomó la verga entre sus manos, justo en el momento que empezaba a eyacular.



- ¡¡Ay, no, espérate!! -dijo Gloria mientras que los chorros brotaban insaciablemente, directo a su cara, su pelo y sus pechos.



Cuando todo terminó Gloria se levantó y se limpió como pudo con unos pañuelos que tenía Tomas en el cuarto.



- Perdón mamá... -dijo el jóven en lo bajo ya muy exhausto para hablar.



- No te alarmes... solo necesitas un poco más de práctica, cariño. Si nos apuramos, hay suficiente tiempo para probar de nuevo antes de que...



En ese momento se escucha el ruido de la puerta. Era Lilly que había vuelto antes de lo previsto.



- ¡Hola mamá, tiren todo el confeti! Tu querida hija está en casa.



- ¡¡Mierda, tu hermana!! -clamó Gloria- ¡¡¡No nos puede encontrar así!!! ¡Rápido Tomas, escóndete!



Pero Tomas no se mostraba con muchas energías para responder, Gloria tenía que hacer algo y pronto...



- Nicolás echó a perder la comida... -dijo Lilly- Tenía que preparar un examen muy grande de álgebra, y ahora estoy hambrienta. ¿Qué hay para comer mamá? ¿ma...?



Lilly supo que estaba pasando algo. Lo primero que hizo fue ver en el cuarto de sus padres, pero no había nadie allí. Entonces se dirigió al cuarto de Tomas... allí encontró a su madre vestida, arropando a su hijo.



- ¿Ma... que estás haciendo acá? -preguntó la hija con desconfianza.



- ¡Ah, Lilly! No te oí llegar. Estaba tapando a Tomas para que no tenga frío a la noche -dijo Gloria tratando de mostrarse calmada.



- ¿De veras?, la escuela debe de ser muy dura entonces. Tomas está totalmente agotado y no son siquiera las ocho de la noche -señaló Lilly enojada, sospechando que había pasado algo raro allí.



- Emmm, lo que pasó fue que...



Gloria estaba finalmente acorralada, si hacía un movimiento brusco su hija iba a notar la mancha de semen oculta en su mejilla derecha, que no había podido limpiar...


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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