Recien salido del Servicio Militar Obligatorio me pasó lo que paso a contarles.
Con 20 años y una condición económica buena, me movía en un buen ambiente femenino y con bastante éxito.
Vivía con mi madre (mi padre había fallecido) y una hermana próxima a casarce. Nuestra casa estaba al frente y constaba de 2 plantas. En una puerta al costado del frente, había un pasillo en el que había 3 departamentos.En uno de ellos, vivía don Julio,su esposa Raquel y un hijo de 15 años, llamado Roberto.
Don Julio, trabajaba en una metalurgica y tenía un pasar tambien bastante bueno.
Ese Sábado en cuestión, no funcionaba nuestro teléfono y como debía llamar una amiga para salir a la noche, despues de almorzar, fuí al departamento de don Julio para que me permitiera usar su teléfono. Cuando llamo, me atiende la señora Raquel y me hace pasar .
-Raquel,me prestaría su teléfono que el mío dejó de funcionar y tengo que hacer una llamada urgente- le dije.
-Si no hay problema- me contestó- Está en el dormitorio porque estaba hablando con mi hermana y estoy con unos dolores en la planta del pie y estaba acostada.
- Gracias, es unos minutos nada más.-le dije.
-¿ No te molesta que escuche?- y agregó- así sigo descansando en la cama.
-No hay problema.-¿ Y don Julio? -pregunté.
Me contó mintras se tendía en la cama, que se habían ido de pesca el fín de semana a la laguna de Lobos, don Julio y Roberto. Ella pensaba salir con la hermana al teatro por la noche.
Despues de un intento de llamar y recibir el tono de ocupado, me quedé parado junto al lecho matrimonial esperando que pasara algo de tiempo.
Raquel, es una mujer de cabello enrulado color castaño, alta y con unas piernas muy bien formadas, que por estar tendida en la cama, el vestido permitía ver hasta casi encima de las rodillas. A los curenta años, las mujeres tienen un escanto particular y ésta en especial tiene la costumbre de mirar profundo con unos ojos celestes que insinúan más de lo que expresan las palabras.
No se si era la intimidad del dormitorio o la natural y melosa forma de hablar de ella, que me sentía exitado por la situación.
- Qué le pasó en el pie, Raquel? -pregunté.
-Me duele la planta del pie derecho y tengo una crema antinflamatoria y calmante que cuando venga esta noche mi hermana,le diré que me haga unos masajes .
-¿ Quiere que se los haga yo? -y aseveré-mire Raquel que tengo práctica porque cada tanto debo darle a mi madre masajes por el reuma en el brazo
Me observó con una mirada pícara y una sonrisa se insinuaba en los labios.
- Tengo miedo de ponerme en manos de un muchacho joven, y estando tendida en la cama-dijo mientras se apoyaba en los codos.
-Primero deme alcohol fino para calentar la piel con unos masajes- dije.
Saltó de la cama y regresó de la cocina, con el alcohol y la crema.
Se tendió nuevamente en la cama y de vuelta la falda quedó sobre sus rodillas.
A esta altura de las circunstancias, mi exitación se hacía evidente en mi entrepiernas, cosa que me parece, Raquel ya había notado.
-Veamos, Dani, que podés hacer para que me sienta bien-dijo, y no quitaba la vista de mis ojos.
Me coloqué al frente del lecho y tomé uno de sus pies desnudos, iniciando un masaje en la planta y el empeine.
Lo hice en ambos pies en forma lenta y tanto con el alcohol como con la crema, ella estaba con los ojos cerrados.
Seguí, a pesar de yá haberse diluído la crema con masajes lentos. Ya no me limitaba a los pies, sino que poco a poco ascendía por sus gemelos y llegaba a sus rodillas. con movimientos circulares y mirandole el rostro .Permaneciamos en silencio y solo se sentía su respiración algo agitada.
-¿Se siente bien, Raquel- murmuré en su oído.
-De maravilla- y agregó- No te detengas.
Habiendo llegado a este punto, ya no me preocupaba por disimular mis caricias. Ascendía por sus piernas y acariciaba sus muslos, mientras ella ronroneaba como una gatita mimosa.
-¿ Que estás haciendo, Dani ?-murmuraba.
- Nada, Raquel- le contesté.
Con lentitud casi irritante,tomé los bordes de su trusa y la fuí bajando por sus piernas.
-Sos un chico muy degenerado, Dani-dijo con los ojos cerrados y apretando las sábanas con sus dedos.
Ya su vestido estaba por sobre la cintura y había desprendido los botones superiores dejando a la vista un corpiño diminuto que trataban banamente de tapar la redondez de sus pechos.
Me había sacado la remera y estaba con el torso desnudo.
Me incliné sobre su pubis y comencé con besos y continué libando sus ya evidentes jugos vaginales .Desprendido su corpiño, quedaron expuestos a mi lengua ,unos pezones duros y firmes, de los que tambien dí la debida cuenta.
-Me estas voolviendo loca. -gemía- haceme lo que quieras. soy toda tuya.Necesito sentirte dentro mío. Por favor no te detengas.
Poco a poco, la fui penetrando lentamente. Yo tenía una erección impresionante y ella se retorcía como una culebra.Me arañaba la espalda y mordía mi pecho.
Llegamos al orgasmo en medio de gritos y palabras inentendibles por parte de ambos. Nos quedamos apretados y respirando agitados. Yo hacía un tiempito que no tenía sexo, pero Raquel, debería hacer mucho tiempo que no tenía en su vagina un miembro de magnitud y dignidad como el que había recibido ahora.
- Me mataste. hijo de puta- dijo sonriendo.
-Quiero más- agregó.
Llamó a su hermana y suspendió la salida al teatro que tenían programada.
_Quiero que me dés esta noche, todo lo que hace tanto estoy deseando- decía enigmaticamente.
- Le haré todo lo que quiera, Raquel.contesté.
Fué un día magnifico y al día siguiente, cuando don Julio nos contaba el fín de semana que había tenido; la complicidad de nuestra mirada , calculaba cuando sería la próxima escursión de pesca que no permitiría seguir con los masajes.-
muy buena historia amigo ,a tambien siempre me gustaron las mujeres mayores tienen un gusto muy particular.