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Categoría: Maduras

Julia, más que amiga de la familia

Un saludo a todos. Me llamo Guillermo (Guille) y tengo 19 años. La historia que les voy a contar ocurrió hace 3 años…fecha a la que me remito a partir de ahora.



En casa somos cinco, a saber, mi padre, Ramón de 46 años, abogado y en general bastante ocupado. Mi madre, Mar, 43 años, ama de casa, buena madre, de esas que quieren ser madre y amiga y si pueden te ayudan. Luego están mis hermanas, Laura, de 18 años (la mayor) y Mónica, de 15 y que es con la que mejor me llevo. Vivimos en un adosado en una urbanización de las afueras de Madrid. La zona es muy tranquila y donde me quiero centrar es en una de nuestras vecinas. Se llama Julia y es muy amiga de mi madre. Las dos pasan mucho tiempo juntas, ya que aparte de ser aproximadamente de la misma edad, comparten algunas aficiones, como el tenis, al que juegan muchas veces juntas (una contra otra o formando pareja en algún torneo organizado por el club de tenis). Julia es físicamente alta, rubia, me parece que natural y desde hace tiempo es una de las musas que me acompaña en mis sueños onanistas. Tiene un buen par de peras, culo firme…vamos, un pedazo de mujer. La cosa es que cuando yo tenía 12 años Julia y su marido se separaron. La verdad es que yo no sabía el motivo, pero luego me enteré que Carlos, el ex de Julia era un bastante promiscuo y a la vez descuidado, por lo que sumando dos más dos, salieron las infidelidades. Yo como digo no sabía el motivo, pero pensaba que ese tío debía ser un capullo para dejar escapar a una mujer como la que tenía. Por otra parte, quizá debido a no tener hijos, Julia pasaba mucho tiempo en mi casa, por lo que yo estaba encantado. Lo normal es que después de la comida, que muchas veces para Julia era en mi casa, mi madre y ella se fueran al jardín a tomar café y fumar unos cigarrillos o en el salón si hacía frío. Por la separación ella se quedó con la casa y una buena pensión (Carlos está forrado), ya que si bien había estudiado derecho, no había ejercido a instancias de su ex. La cosa es que tenía mucho tiempo libre, tanto a mi casa como a la de Julia iba una señora a realizar las labores del hogar, lo mismo que mi madre.



La casa de Julia era la última de la calle, y por tanto tenía el jardín más grande de todos, además, al no tener vecinos más que por un lado, disponía de una intimidad un tanto exclusiva, tanto es así que yo sabía (se lo había oído a mi madre) que tanto Julia como mi madre tomaban el sol en topless allí sin que nadie las molestase. No tenía espacio para una piscina normal, pero tenía una pequeña de plástico que se monta con unos tubos, que por lo menos te podías dar un baño para quitarte el calor. Desde que la conozco siempre la vía como una mujer muy activa. No paraba.



La cosa es que ya empezaba a hacer calor y Julia le dijo a mi madre que si podía ayudarla (yo) amontar la piscina, que si bien no es complicado, con ayuda va mucho mejor. Le dijo que no habría problema y quedó en que el sábado por la mañana, a las once iría a su casa. Cuando me lo dijo no me hizo mucha gracia, ya que no me apetecía pasar la mañana del sábado "currando", a pesar de estar tan cerca de Julia. Resumiendo, no me quedó otra que ir. Ese día amaneció completamente soleado y con un calor si no asfixiante, si pegajoso.



A la hora en punto me presenté en su casa, lo cual no es difícil, viviendo tres casas más allá. Me recibió Julia con atuendo veraniego, unos pantalones cortos y una camiseta encima de un bikini. Nos fuimos a la parte de atrás, donde el jardín y empecé a llevar todos los trastos de la piscina. Le eché un vistazo a las instrucciones y me puse a montarla con la ayuda de Julia. Tras casi dos horas la piscina estaba montada y solo quedaba probarla, a ver si no tenía ninguna pérdida. La pusimos a llenar mientras la amiga de mi madre me ofreció algo de beber. Sacamos un par de hamacas y nos tumbamos al sol. Julia se quitó la camiseta y se quedó con el bikini. Dijo que así ya aprovechaba para ir cogiendo color. La verdad es que estaba bastante morena, debido a sus partidas de tenis y sus paseos, pero…por mi encantado. Me hablaba entre ya eres mayor, pero todavía eres un niño al que he visto crecer.



La verdad es que esta piscina no es gran cosa, pero al menos te puedes dar un chapuzón y aliviar el calor



Claro que si.



Además en esta situación podemos tener una cierta intimidad. De hecho, muchas veces me pongo en topless, para no tener marcas, y tu madre, cuando viene, pues también lo hace



No lo sabía (mentía)



Bueno, Guille, dime, ¿ya tienes novia y eso?



La verdad es que no…la verdad no tengo prisa.



Haces bien. Disfruta de la vida todo lo que puedas…



Ahí quedó la cosa, porque mi madre llamó por teléfono a casa de Julia para decir que no volverían a comer y que regresarían ya bien entrada la tarde. Habían ido a Madrid mi madre con mis hermanas a comprar y por otra parte mi padre a lo suyo, como siempre. Julia insistió en que me quedase a comer con ella, ya que así además tendría compañía (como les había dicho ella comía muchas veces en casa). Fuimos al interior de la casa y la ayudé a preparar las cosas. Estaba encantada de tener ayuda, según decía. Mientras se terminaba de calentar la comida sacó unos frutos secos y me preguntó si quería una cerveza con limonada. Le dije que si. Ella se tomó otra. Comimos y nos fuimos al jardín a vigilar el llenado de la piscina. Me dijo Julia que si quería podía ponerme un bañador y aprovechaba como ella para tomar el sol, así que me acerqué a casa y me puse un bañador y cogí una toalla. Llamé a la puerta y Julia ya estaba en bikini. Pasamos y nos tumbamos al sol.



¿Me puedes poner un poco de crema en la espalda?



Claro!



Estaba boca abajo y se desabrochó los tirantes del bikini, para que pudiese extender la crema bien. Luego fue ella la que insistió en ponerme a mí, para que no me quemase.



Como te dije antes aquí me suelo poner en topless, por lo que si no te molesta me voy a quitar la parte de arriba del bikini…



No…claro que no me molesta



Bueno, pues entonces, me lo quito. Lo único que te pido es que no se lo digas a tu madre. A lo mejor ella si que se molesta.



¿Tú crees?



No se, pero por lo que me ha dicho que ella en la playa no hace topless y eso…



No, la verdad es que no, vamos, al menos yo nunca la he visto en topless…



En tu casa, si la habrás visto…



No que va. Ni siquiera en ropa interior. Mi madre es muy pudorosa en ese sentido.



Jamás me lo habría imaginado.



¿Por qué?



Pues porque aquí se pone en topless con toda la naturalidad del mundo



Si pero estáis las dos solas, o ¿no?



Si…si, claro. A lo mejor es por eso. De todas formas yo ya se lo he dicho, que tiene un buen cuerpo y que debería lucirlo más. Al menos es lo que yo hago. No se si tengo un buen cuerpo o no, creo que si, para ser sincera, y por eso, lo que te decía antes a disfrutar todo lo posible



Hombre Julia, no seas modesta…tienes un cuerpazo…



Hombre, muchas gracias…



En serio, que no lo digo por decir…



¿Si? Y que parte de mi cuerpo te parece mejor?



Bueno…



Venga, hombre, no te cortes, estamos en confianza. Esto queda entre tú y yo…



La verdad es que todo en si está muy bien. Las piernas son muy bonitas, el culo firme, la cara es preciosa, pero los pechos son espectaculares



¿De veras lo dices?



Completamente. Muchas de mis compañeras están mucho más fofas que tú. Más de una daría lo que fuese por un cuerpo como el tuyo...



¿Y si tuvieras una novia con un cuerpo como el mío, que le harías?



Bufff!!!!, Julia, no juegues conmigo…



No, Guille, no juego, pero me gustaría sabe que haría un chico joven con una madurita como yo, o que le gustaría hacer. Ya te he dicho que esto quedará entre los dos…



La verdad es que lo primero que haría sería besarte, en la boca, con ternura, el cuello…mientras mi mano acaricia tus bonitos pechos, para lamerlos luego. Seguiría bajando con mi lengua hasta jugar un poco con tu ombligo para finalmente detenerme en tu, en tu…



En mi coño…



Si…



¿Y luego?



Pues después de comerte…



Después de comerme el coño, no te cortes, Guille, di lo que quieras…



Pues después de comerte el coño te prepararía para follarte.



¿Y tu crees que me follarías bien?



No se…



A lo mejor hay que intentarlo, si quieres…será nuestro secreto.



¿Me lo dices en serio?



Claro que si.



Me cogió la mano y me condujo dentro de la casa, hasta su dormitorio, pidiéndome que pusiera en práctica todo lo que le había dicho en el jardín. Así nos besamos, primero delicadamente y luego con fogosidad. Le mordía con suavidad los lóbulos de las orejas y le besaba el cuello. Julia gemía suavemente. Como le había dicho hice una parada en sus tetas antes de proseguir a su perfectamente depilado coño, con poco vello. Sus gritos ya eran más evidentes…



Oh, que bueno…sigue…sigue, así…assss. ¿Quién te ha enseñado a comer coños?...que bien lo haces….



Julia estaba como una moto. Me gritaba de todo…y pude notar perfectamente las dos veces que se corrió. Nos fuimos poniendo en posición y apoyé mi polla en la entrada de su conejo. No me creía que mi primera vez fuese con aquella espectacular mujer que tanto me atraía.



 



Después de unas cuantas embestidas notaba que no aguantaría mucho más…



Julia, estoy, estoy…



Si, amor, lléname, córrete dentro de mi, lléname con tu leche…



Yaaaaa!!



Por mi inexperiencia intenté disculparme, y Julia me dijo que me tranquilizase, que era normal…hasta que vio que estaba listo para una nueva faena…



¿Ya estás listo?



Creo que si…



Comenzamos una nueva cabalgada. Ahora mi aguante era mayor



Sigue, así, así, así…no pares



Que buenas estás…



Pues sigue, mi amor, dame, dame, dame



Si, si, si!!!



Que bueno, que bueno, un poco más, un poco, asíiiii!



Arrrrrggg!



La corrida fue apoteósica. Nos vinimos casi al tiempo, para luego caer rendidos en la cama. Tras una breve recuperación Julia encendió un cigarro y me lo pasé. Era la primera vez que fumaba (y era la primera vez que me había acostado con alguien). Le di una calada y se lo devolví. Nos vestimos y estaba listo para irme a casa.



Espero que repitamos esto…si quieres



Claro que si, Julia…



Sabes que es nuestro secreto…



Por recontado.



El siguiente fin de semana, el sábado por la noche mis padres iban a una cena, de la que volverían bastante tarde y mis hermanas se quedarían a dormir en casa de amigas. Así que cuando se lo dije a Julia inmediatamente me dijo que esa noche era para los dos. Así desde que el coche de mi padre giró la calle, ya estaba saliendo en dirección a casa de "mi amante". Cenamos prono, algo ligero y nos fuimos arriba, a su dormitorio. Cerré las persianas mientras ella entraba al baño. Fui hacia allí…Julia estaba esnifando.



¿Qué haces?



Un poco de coca. Me pone como una moto. Ya verás



La verdad es que si que se ponía como una moto. Me decía de todo, quería que le hiciera de todo e incluso tuvimos nuestra primera penetración anal. Tenía a un mujer para mi…y que mujer.



Por supuesto las visitas continuaron y cualquier excusa era buena para ir a casa de la vecina, y con las visitas, mi experiencia sexual fue aumentando de forma increíble, como no podía ser menos.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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