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Categoría: Lésbicos

Jugando con lencería

Me llamo Daniela, tengo 23 años y soy de contextura pequeña, mis tetas son acorde a mi cuerpo, aunque se desatacan porque las tengo bien firmes y paraditas, además están coronadas con unas aureolas chicas rozadas y mis pezones son pequeños y no sobresalen. Mi cola es normal y siempre voy totalmente depilada. Mi mejor amiga se llama Ana y tiene un cuerpo muy parecido al mío, nunca le vi desnuda, pero si en bikini, y muchas veces intercambiamos ropa cunado no tenemos nada que ponernos.



Un día de verano decidimos dormir juntas en mi casa, compramos unas cervezas y nos encerramos en mi pieza a hablar y beber tranquilas. Hablamos de todo, estudios, hombres, vacaciones y ropa. Como estaba haciendo mucho calor y la cerveza estaba haciendo efecto, decidimos prepararnos para dormir. Yo como siempre tenía mi camisón bajo la almohada que no era más que una remera blanca suficientemente grande para cubrirme por debajo de mi cola. Me desvestí quedando en ropa interior y me puse mi remera, mi amiga al verme me pidió si tenía para prestarle una remera a ella también. Le dije que tenía varias en el segundo cajón de mi armario, que eligiera la que le guste más, pero al abrir el cajón se sorprendió al ver la gran cantidad de ropa interior que tenía y de todo tipo. Corpiños con push up, algunos abiertos y otros transparentes, culotes, tangas y hasta alguna micro tanga transparente que me había comprado para algún novio. Ella no salía de su asombro mientras inspeccionaba el cajón, yo al ver su cara me empecé a reír y le dije que si quería podía llevarse lo que quisiera, que tenía más de lo que podía usar. Ella me dijo que le gustaría, pero no sabía cómo le podían llegar a quedar los distintos modelos que tenía. Yo impulsada por la cerveza le propuse que si quería podíamos jugar un juego, yo sería la vendedora de lencería y le iría mostrando los modelos mientras ella sería mi clienta y elegiría los que más le gusten para luego probárselos. Ella se rio y acepto de inmediato.



El primer modelo que elegí era un conjunto blanco, el corpiño era del tipo push up y la bombacha era un culote recatado pero que le daba una linda forma a la cola. Sin decir nada me deshice de mi remera para luego sacarme el corpiño y la bombacha quedando por primera vez totalmente desnuda frente a mi amiga. Mi amiga se sorprendió cuando quede totalmente desnuda y recorrió todo mi cuerpo con su mirada, prestando mayor atención a mis tetas. Yo me puse el conjunto elegido y desfilé unos pasos como si fuese una modelo frente a mi amiga para que pudiera ver bien el conjunto. Ella me aplaudió entre risas y me dijo que le gustaba mucho, pero que ya tenía modelo así. Entonces seguí con el siguiente conjunto, este consistía en un culote-less de color rojo y un corpiño tipo deportivo también rojo. Como la primera vez, quedé totalmente desnuda y me empecé a poner lentamente el conjunto mientras mi amiga no se perdía detalles. Desfile frente a ella y me detuve dándole la espalda para que pueda ver bien como el culote-less se metía en mi cola a la vez que la realzaba. Ella se me quedo mirando y me dijo que el culote le gustaba mucho, pero que no necesitara un corpiño deportivo, entonces yo me desnude y separe el culote en la cama, volviendo a guardar el corpiño. Ahora estaba totalmente desnuda buscando el siguiente conjunto, el alcohol había hecho que perdiera totalmente mi inhibición, además el juego me estaba gustado más de lo que esperaba y al parecer a mi amiga también porque me pidió que me ponga algo más atrevido.



Yo entendiendo sus intenciones me elegí una tanga negra transparente y su respectivo corpiño, también transparente, el cual consistía en unos pequeños triangulitos que eran más para la vista que para la utilidad. Me lo puse sin apuro ante la atenta mirada de mi amiga que cada vez miraba más descaradamente mis partes íntimas. Entonces volví a desfilar, pero esta vez me acerque más a ella para que no se pierda detalles de cómo se veía mi conchita a través de la tela de la tanga al igual que mis pezones, aprovechando la vestimenta le hice un baile sexy como si estuviera bailando en un caño y ambas nos pusimos a reír mientras ella alagaba mi cuerpo. Ella me dijo que ese conjunto le había gustado mucho, así que me lo saque y lo puse en la cama junto al culote. Mientras buscaba el siguiente conjunto ella se acercó a ver mi cajón y saco una de mis micro tangas de color blanco, que no era más que un pequeño triangulo transparente que solo alcanzaba para cubrir (si se podría decir que eso me cubría algo) mi conchita y el resto era un hilo dental que se perdía en mi cola. Me miro son una sonrisa pícara y yo sin decir nada me puse la diminuta prenda y le pedí que elija un corpiño para acompañarla, pero ella me sonrió y dijo le gustaba más como quedaban mis tetas al aire, yo le sonreí y empecé a desfilar solo con esa prenda, di unas vueltas dejando ver como la tela se perdía en mi cola y simule nuevamente que hacia un baile sexy.



Ella no dejaba de mirar todo mi cuerpo desnudo y hasta llego a darme una nalgada un de las veces que le acerque mi cola mientras bailaba. Ambas reímos mucho y por fin me dijo que esa era la mejor prenda que tenía y que me quedaba hermosa a lo cual le dije que tenía una igual en color negro. La busqué en el cajón y se la di mientras le decía que ahora me tocaba a mi verla, ella lo pensó un momento, pero no tardo en empezar a sacarse la ropa, tenía puesto un conjunto muy lindo de encaje haciendo juego, un corpiño con pushup y una tanga. Primero se sacó lentamente el corpiño, como haciendo un striptease y por fin pude ver sus tetas desnudas, era idénticas a las mías en forma y tamaño salvo por sus pezones, sus aureolas eran bastante más grandes que las mías y eran oscuras. Ella sonrió al verme embobaba viendo sus tetas y se sacó la tanga lentamente, su conchita estaba totalmente rasurada. Se puso la micro tanga negra y que le quedaba hermosa y desfilo para mí como yo lo había hecho antes. Verla desfilar hizo que yo definitivamente me excite, me encantaba ver sus tetas al aire rebotando con cada paso y como se veía toda su intimidad a través de la tanga transparente. Así no pude evitar empezarme a mojar mucho, me dio algo de vergüenza en lo que me estaba pasando, pero a su vez las dos nos estábamos divirtiendo mucho.



Entonces me pare yo también y empecé a posar como si fuese una modelo para adultos y me estuviesen sacando fotos, mi amiga rio y se acercó a mí para posar juntas. En principio hacíamos la misma pose separadas, pero de a poco nos fuimos acercando más hasta que en una pose mi amiga me tomo suavemente de la cintura y quedamos enfrentadas muy cerca al punto de que nuestras tetas quedaron pegadas y nuestros pezones se rozaban entre sí. Yo no podía más, sentir sus tetas contra mis tetas había hecho que mi tanga quede totalmente empapada y mis ganas de tocar sus tetas con mis manos y besar las estaban controlándome. Entonces busque una excusa y le dije que tenía unas tetas muy lindas y le pregunte si me las dejaba tocar, a lo cual ella asintió rápidamente casi esperando que se lo pregunte. Yo sin perder tiempo dirigí mis manos a sus tetas y las empecé a tocar suavemente, sintiendo su piel, pasé mi mano por toda su extensión y me dirigí a sus pezones, los cuales apreté suavemente entre mis dedos.



Yo estaba hipnotizada tocándole las tetas a mi amiga cuando ella sin mediar palabra poso sus manos sobre las mías, el primer contacto de sus dedos hizo que me estremezca y se me escape un pequeño gemido de placer, ella me sonrió y ahí me di cuenta que a ella le estaba pasando lo mismo que a mí y que ya no había marcha atrás. Me permití disfrutar de la suavidad de sus tetas un momento más, mientras ella hacia lo mismo con las mías, entonces la mire a los ojos y al ver su lujuria contenida, la bese en la boca. Fue un beso muy largo, ambas lo estábamos esperando, y mientras exploraba su boca con mi lengua llevé mis manos a su espalda y la empecé a acariciar mientras las bajaba suavemente hasta su cola. Ella mientras hacía lo propio, pero sin soltar una de mis tetas, la masajeaba y apretaba mi pezón como si fuesen suyas y eso me ponía a mil. Mi tanga ya no aguantaba más humedad, me separe un poco de ella y aprovechando que mis manos estaban en su cola tome las finas tiras de su tanga y se la empecé a bajar, ella no puso resistencia y una vez que paso su cintura la dejo caer hasta el piso, quedando totalmente desnuda. Imitando me, ella también tomo las tiras de la minúscula tanga y me la bajo hasta caer al piso. Así quedamos las dos desnudas, frente a frente y con nuestras conchas totalmente mojadas. Yo ya quería probar más y más de su suave cuerpo, así que la tome de la mano y la lleve hasta la cama, la acosté delicadamente mientras ella se dejaba guiar con cara de lujuriosa y yo me arrodille entre sus piernas. Era la primera vez que iba a chupar una concha, aunque no era la primera vez que probaba una, ya que cuando me masturbaba me gustaba mojar mis dedos con mis jugos y llevármelos a la boca.



Le empecé a besar la pierna por dentro, lentamente mientras me iba acercando a su concha totalmente expuesta, le di unos besos alrededor de sus labios y hasta que no me aguante y pase mi lengua delicadamente por toda su extensión, chupando sus jugos hasta llegar a su clítoris, lo que hice que empiece a gemir sin tabúes. Yo me dediqué a su clítoris con la punta de mi lengua, con movimientos rápidos mientras que con mi mano empecé a meterle un dedo, de a poco, disfrutando de sus gemidos y de cómo su cuerpo se retorcía de placer. Yo estaba totalmente a gusta chupándole la concha a mi amiga, como si siempre lo hubiese hecho cuando sus gemidos se empiezan a acelerar y sé que esta por tener un orgasmo. Yo lamí su concha entera y me volví a centra en su clítoris hasta que sentí que ella tenía un orgasmo increíble y atrapaba mi cabeza entre sus piernas. Me separe alucinada de lo que había hecho y mi concha estaba tan mojada que la humedad bajaba por mi pierna y por mi cola, entonces mi amiga se incorporó con una cara que no olvidare nunca, medio un largo beso en la boca, saboreando su propio flujo y me dijo que ahora me tocaba a mí. Cambiamos los lugares y ella no dudo en meter su cabeza entre mis piernas que estabas bien abiertas esperando su lengua. El primer contacto fue increíble, yo no podía creer que mi mejor amiga estuviese entre mis piernas dándome sexo oral. Ella me lamió toda la concha varias veces, juntando mis flujos, con voracidad, su lengua no paraba de moverse y mis gemidos se hacían cada vez más fuertes.



Chupo y succiono mi clítoris de una manera que nunca me lo habían hecho, era increíble y yo no podía más que masajear fuertemente mis tetas y apretar mis pezones, volviendo me viciosa de lo que estaba pasando entre mis piernas. Ella devoraba mi concha, la lamia, me penetraba con la lengua y volvía a mi clítoris, no sé cuánto tiempo habrá pasado cuando empezó a llegar mi orgasmo, me retorcí intentando ahogar los gritos de placer mientras explotaba en un orgasmo inacabable como nunca había tenido. Cuando noto que me quede quieta mi amiga se puso de pie y se acostó al lado mío, nos miramos, reímos y no volvimos a besar como si estuviésemos enamoradas.



Estuvimos toda la noche desnudas, con nuestros cuerpos pegados, besándonos, haciéndonos mimos, masturbándonos la una a la otra y dándonos placer oral hasta caer desmayadas por el cansancio. Desde ese día somos amigas y amantes.


Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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