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Categoría: Maduras

Jugando a los dados 4: tu, yo y ella

Salió de la Universidad y se ajustó el gorro de lana. La temperatura había bajado varios grados.



Por fin era viernes, el domingo volvía Eva, dios…que semana llevaba. Entre los mensajes y las llamadas de Eva y la pillada a Pili…uff. Necesitaba echar un polvo ya. Las pajas no eran suficientes.



Se pasaba el día recordando y añorando los polvos con Eva y fantaseando con Pili.



Pili…la había pillado con el alumno suyo…la había visto medio en pelotas…y se había corrido en sus bragas…a decir verdad esto había sido idea de Eva. Estaba fuera de sí cuando hablaron…gritaba como poseída. Cuando él le contó que había pillado a Pili, y cuando le dijo que se había dejado las bragas en el sofá ella le ordenó que las llenará con su leche. Pocas veces había escuchado así a Eva, tan caliente, tan ida. Y eso lo había excitado aún más.



Esta mañana no había visto a Pili, pero anoche sí, la volvió a pillar…pero esa vez fue diferente. Pensando en ello recorrió el camino de la Universidad a casa.



----------------------------- La puerta abierta -----------------------------



Miró el reloj de la mesilla, las 23:52 h.



El flexo iluminaba la mesa cargada de apuntes. Los ojos le escocían. Así que decidió que hasta aquí había llegado por hoy. Mañana ya era viernes, había hablado con Eva y no había podido cambiar los vuelos para volver mañana, así que hasta el domingo no podría verla. Eso le jodía bastante, la necesitaba…mucho.



Pili había salido a cenar con un amigo, según la nota que colgaba de la nevera. Casi lo prefería…entre lo cachondo que estaba, haberla visto desnuda, haberse corrido en sus bragas…no sabía lo que podría pasar, y como iba a reaccionar él.



Las bragas…estaban guardadas en su cuarto, principalmente por miedo a que Pili le preguntará donde estaban…



Apagó el flexo y se dirigió a la cama, la luz de la luna que entraba por la ventana lo guiaba. En ese momento escuchó abrir la puerta, y risas que llegaron hasta su habitación. Pili no llegó sola.



Se tumbó en la cama, escuchando a los amantes…



Pili: "Venga…vamos a la cama…"



Carlos escuchó a la pareja entrar en la habitación de Pili, que estaba pared con pared con la suya.



Lo primero que escuchó fue a Pili gemir. Su polla comenzó a despertar.



Pili: "Sí sí…Carlos…comételo todo…así…"



Carlos…el hombre que había entrado en casa y estaba follando se llamaba como él…



No supo porque, pero bajó un pie de la cama, luego el otro, y descalzo y en silencio se acercó a la puerta de su cuarto, la abrió con cuidado.



El pasillo estaba bañado por la luz que salía del cuarto de Pili, pues la puerta estaba a medio abrir.



Carlos se acercó poco a poco. En silencio.



Llegó a la puerta y escuchó los gemidos de Pili nítidamente.



Todavía estas a tiempo. Puedes volver a la habitación…no mires.



Carlos se dejó llevar por los instintos, que en ese momento lo dominaban por completo. Se asomó por la apertura de la puerta.



Al igual que ayer, un joven devoraba el coño de Pili, de rodillas en el suelo, mientras Pili estaba sentada en la cama, disfrutando. Agarraba la cabeza del joven con ambas manos, lo que provocaba que sus inmensos pechos se juntaran y aumentaran su volumen. Esta vez no llevaba sujetador. Estaba completamente desnuda…y con la vista fija en la puerta, como si esperara verme aparecer



El joven le comía el coño provocando los gritos y gemidos de mi compañera de piso.



Ella me aguantó la mirada, entre gemidos, hasta que sonrió, y habló.



-       Carlos, necesito comerte la polla…



Dijo aquella frase mirándome a los ojos, con una sonrisa enigmática. Me quedé desconcertado, hasta que el joven se levantó y Pili le bajó los pantalones, y comenzó a comérsela.



El joven, con los pantalones por los tobillos, me daba la espalda, mientras que la cabeza de Pili se movía rítmicamente delante del chico.



La polla me reventaba en ese instante, dura, oprimiendo mis calzoncillos. No pude más, me la saqué allí mismo. Y comencé a masturbarme despacio.



El chico debía estar en la gloria, Pili dejó de chupársela, y evitando que me viese, lo tumbó en la cama. Le puso un preservativo y se sentó encima suyo…siempre mirando a la puerta.



Detecté un instante de sorpresa al verme masturbándome. Pero al ser penetrada por el joven le cambió la cara.



Comenzó con una cadencia suave al cabalgar al joven, mientras que se llevaba las manos a sus tetas para pellizcar sus pezones.



            Aceleró el ritmo entre gemidos cada vez más fuertes, tanto del hombre como de ella. Yo me mordía el labio para no gritar de placer mientras me masturbaba.



-       Joder Carlos que polla tienes…



Su vista no se apartaba de mi verga, por lo que imaginé que se refería más a la mía que a la de su alumno.



-       Córrete Carlos…córrete conmigo…vamos…vamos…



El joven llegó al orgasmo, arqueando la espalda. Sin embargo las embestidas de Pili se volvieron más fuertes, más rápidas.



El chico gritaba de placer, al igual que ella. Yo, ahogando los gritos, estallé en una corrida que se estrelló contra el suelo.



Pili bajó el ritmo y se tumbó sobre el chico, que la abrazó.



Cuando volvió a levantar la mirada yo ya me había ido.



Siguieron follando durante el resto de la noche…en el cuarto de al lado.



----------------------------- Hysterical Literature -----------------------------



Entré en casa, en silencio, no fuese a pillar a Pili otra vez. Escuché el ruido de la tele.



-       Buenas noches Carlos.- Me gritó Pili desde el salón.



-       Buenas.



Estaba sentada en sofá, vestida, viendo la tele.



-       He pedido unas pizzas, deben de estar al llegar.



-       De puta madre



Cenamos viendo la tele, en un silencio un poco incómodo. Tras recoger me dirigí al salón, necesitaba hablar con Pili, iba decido a ello, pero ella no estaba en el salón.



-       Carlos.- escuché su voz- ¿Puedes venir a la oficina? Necesito que me ayudes.



Entré en el la oficina, un cuarto con un escritorio y estanterías con libros. Una tela negra tapaba la parte de atrás del escritorio. Una cámara de video sobre un trípode enfocaba el escritorio, donde descansaba un libro.



-       ¿De qué va esto?



-       Jejeje. Tranqui. Es un proyecto para clase, ya se está haciendo en Estados Unidos, aquí ya hay una escritora española que lo ha hecho. Búscalo en YouTube mientras me cambio, se llama Hysterical Literature.



Pili abandonó el cuarto mientras miraba en el móvil los videos, donde una mujer comenzaba a leer en voz alta un video. A los pocos minutos comenzaba a gemir…hasta que era incapaz de seguir leyendo y se corría con el libro entre las manos.



La cabeza me daba vueltas…si no volvía pronto Eva me iba a volver loco, iba a cometer una estupidez… me di la vuelta, convencido de decirle a Pili que no era buena idea, hasta que llegó ella, con un vestido negro y holgado de tirantes y un generoso escote…y mi cerebro dejo de pensar.



-       ¿Cómo estoy?



-       Estas muy guapa Pili.



-       ¿Ya sabes de que va la cosa no?



-       Sí…pero…



-       Ale, pues toma. – me tiró un pequeño mando que atrapé en el aire. Cuando estaba a punto de protestar ella ya estaba sentada, frente a la cámara.



-       Cuando me digas empezamos.



Me acerqué a la cámara, que enfocaba la mesa como en los otros videos, en blanco y negro.



-       Cuando quieras.- le dije y le di al rec.



Me senté en una silla, frente a ella.



-       Hola, soy Pilar Hernández, voy a leer un fragmento de la novela "El tiempo entre costuras" de María Dueñas…



Pili empezó a leer, con una voz suave, yo miré el mando, sencillo, con un ajuste para la velocidad del vibrador, que tenía 5 posiciones.



Llevaba un minuto leyendo, cuando lo puse en la posición 1. 



-       ...la tarde de otoño que…ahaha…se dibujaba tras la ventana…



Pili soltó un gemido, por la sorpresa de activarse el vibrador que llevaba en las bragas, pero continuó leyendo, la voz le temblaba levemente. Conté mentalmente hasta 20, y aumenté la velocidad al 2.



Pili dejó de leer y contuvo la respiración…soltándola en un gemido profundo y prolongado, mientras dejaba el libro sobre la mesa. Respiraba profundamente, volvió a coger el libro e intentó continuar la lectura. Velocidad al 3.



-       Aahhahh…la aguja pasaba por …aaahha.. . la tela….ahha…aa



Pili apretaba el libro con fuerza, intentado concentrarse. Velocidad 4



-       Joder…- soltó el libro y se cogió a la mesa mientras se mordía el labio, reprimiendo un gemido de placer. Velocidad 5



-       Ahhhhhhhhhhh.



Se soltó de la mesa y se incorporó un poco, para volver a sentarse. Velocidad 3.



-       Ummmm….ahaa…ahhhh…ahhhh….ahhhh



Velocidad 4.



Pili se había olvidado ya del libro, agachó la cabeza mientras gemía, para levantarla mientras gritaba de placer, una de sus manos se fue a su pecho, que cogió con fuerza. Sus pezones se marcaban en el vestido, duros, grandes. No llevaba sujetador. Velocidad 5.



-       Ahhh…si… si…si…AHHH….AHHH….UMMMMM….UMMM…. UMMM… AAAAAHHHAHAHAHAHAHAHAHAH



Pili se corrió en ese instante, bajé la velocidad al 1.



-       Soy Pilar Hernandez…El tiempo entre costuras, María Dueñas.



Se levantó al tiempo que apagaba el vibrador. Me acerqué a la cámara y paré de grabar.



-       ¿Cómo ha ido? – le pregunté.



-       Necesito una copa.



 ----------------------------- Corazón -----------------------------



Pili se dejó caer en el sofá, todavía tenía los pezones duros, al igual que yo también tenía dura otra cosa.



Serví dos copas de vino y le tendí una a Pili, que bebió casi de golpe.



-       Ufff…ha sido la ostia. Menudo dominio del mando tienes.



-       Gracias…Pili creo que deberíamos hablar de…



-       Un segundo…toma.



Pili me tiró algo, que atrapé en el aire, sus bragas, estaban empapadas.



-       Como te quedaste con las otras he pensado que también querrías estas…



-       Pili yo…- no sabía que decir, estaba en blanco.



Pili estaba frente a mí. Apuró lo poco que le quedaba en la copa, tenía las piernas ligeramente abiertas, por la abertura pude atisbar su sexo.



Se levantó y se dirigió hacia mí. Estaba inmovilizado, ya no sabía que debía hacer, que podía hacer, que quería hacer. El mundo me daba vueltas.



Se arrodilló frente a mí, separando mis piernas y haciéndose un hueco entre ellas. Me miró fijamente a los ojos.



-       Llevo tres meses escuchándoos follar como locos…¿sabes la de pajas que me he hecho pensando en tu polla? En que me folles como a Eva.



No contesté, no podía, no me salían las palabras.



-       Esta semana he estado todavía más cachonda ¿sabes? Me pillas con una y con otro…y yo sólo quería tú polla…que el semen con el que llenaste mis bragas me lo tirases aquí…



Pili dejó caer los tirantes de su vestido, y los bajó hasta que sus enormes tetas quedaron al aire. Sus pezones estaban durísimos. Apretó sus tetas con fuerza.



-       El niño que me folle el otro día…me puso más cachonda lo que vi que lo que me hacían…te he escuchado follar y sólo quiero que me revientes el coño con esta polla… - Su mano se posó suavemente sobre mi entrepierna, dura y rígida dentro de los vaqueros. - Necesito que me folles, quiero que me rompas el coño, que me llenes de leche…



Pili acercó sus labios a los míos….



-       No puedo.- suspiré



Pili se quedó inmóvil, nuestros labios estaban a escasos centímetros.



-       No puedo Pili.



Cogí la cabeza de Pili entre mis manos, con delicadeza y ternura.



-       Si las circunstancias fuesen otras…Pili, eres una mujer atractiva, me pones muy caliente, me encantaría follarte…pero no puedo. Estoy enamorado de Eva, y no puedo hacerle esto…



El silencio se adueñó del salón…mientras Pili esbozaba una sonrisa.



-       ¿Y si yo quisiera que te la follaras? A ella, a mi…a las dos.



La voz de Eva rompió el silencio. Su figura apareció en el comedor, vestía un camisón blanco y transparente, la aureola de sus pechos y sus pezones se transparentaban, al igual que las braguitas blancas, no llevaba nada más. Se acercó lentamente hacia nosotros.



-       ¿Eva? ¿Cuándo has vuelto? Yo…



-       Shhh…todo a su tiempo…ahora toca otra cosa…



Eva se acercó al sillón y se arrodilló en el lateral de este. Puso su mano en mi cara y me besó, introdujo la lengua en mi boca con furia, desesperada…agradecida. Mi lengua reaccionó antes que mi mente, que no asimilaba lo que estaba pasando.



De repente unas manos desabrocharon mi pantalón, lo bajaron junto a los calzoncillos. El contacto húmedo de unos labios sobre mi pene me hizo estremecerme. Intenté librarme del beso de Eva para ver a Pili, pero me sujetó con fuerza la cabeza y continuó besándome.



La lengua de Eva entraba con violencia en mi boca, buscando la mía. Desesperada. Con sus manos tiró de mi camisa, tratando de quitármela. Cuando por fin lo consiguió no tuvo más remedio que dejar de besarme para poder quitarla, se tiró como una loca a por mis pezones que besaba y succionaba con lujuria.



Mientras Pili recorría el tronco de mi verga con su lengua, lamiéndolo como un helado, hasta llegar al capullo, por el que pasaba la lengua despacio, para después introducírselo en la boca. Sólo me comía la punta, y me estaba dando un placer enorme. Se lo sacó de la boca y mientras me acariciaba los testículos, duros y redondos, se fue metiendo mi polla lentamente en su boca, notaba como los labios y su saliva recorrían mi miembro, poco a poco, para volver a subir por él, una vez, otra, y otra. Me estaba comiendo la polla lentamente, y eso me volvía loco.



Le quité el camisón a Eva, y agarré sus pechos para llevármelos a la boca, succione sus pezones, duros, mi lengua se movía en círculos a su alrededor, para acabar lamiendo la punta con desespero. Bajé una de mis manos, hasta notar el tacto de la tela que cubría su sexo, lo aparté como pude e introduje uno de mis dedos en su coño, caliente.



-       Ummmmm.- Eva apretó mi cabeza contra sus tetas- sí…



La boca de Pili continuaba con su trabajo, un poco más rápido. Me masturbaba mientras lamía mi capullo, que se metía en la boca y me provocaba oleadas de placer.



-       Déjame un poco a mi…



Eva se arrodilló junto a Pili, esta le tendió mi polla. Eva no la rechazó y se la introdujo en la boca, con un ritmo más fuerte que Pili, más intenso. Comenzaron a jugar con mi polla, que salía de una boca para entrar en otra, que quedaba atrapada entre las dos bocas cuando Eva y Pili intentaban besarse, con mi verga en medio, sentía los labios de las dos, sus lenguas, era la mamada más increíble que me habían hecho nunca.



Pili movía su lengua por mi capullo, bajo la atenta mirada de Eva, que pasaba la lengua por sus labios, relamiéndose. Se acercó y comenzó a enrollarse con Pili, con la punta de mi polla entre sus bocas. Eva dejó de besar a Pili, y sin la ayuda de las manos se fue comiendo mi verga. Pili comenzó a magrear los pechos a Eva, mientras me miraba.



-       ¿Te gusta?



-       Síiii…



-       Esta noche no la vas a olvidar en tu vida.



Pili acariciaba a Eva, que dejó de comer mi miembro para comerse la boca de Pili…veía sus lenguas entrar y salir de sus bocas, como sus manos se perdían en sus sexos, bajé mi mano para masturbarme…pero Pili fue más rápida, soltó el pecho de Eva y agarró con fuerza mi falo. Que empezó a bombear con ritmo.



Así siguieron un rato, masturbándose, enrollándose, masturbándome…



-       No…aguanto…más…por…dios…me…corro…me voy… a…



En ese momento la mano de Eva se posó en mis genitales, acariciándolos. Mientras que la boca de Pili se abrió frente a mi capullo. Movía la mano con rapidez, consiguiendo que un denso chorro de esperma brotase para derramarse en su cara.



Pili cerró el ojo justo a tiempo para que impactase en el párpado y la mejilla, el segundo chorro se perdió en su boca, el tercero ya impactó en su interior, ya que Pili comenzó a comérmela, saboreando mi semen.



Al acabar hizo algo que, tal y como me prometió, no olvidaré en mi vida. Cogió la cabeza de Eva y la atrajo contra la suya, Eva abrió la boca. Se fundieron en un beso, mientras un hilillo de semen caía por la comisura de los labios de ambas, unidos en un morreo totalmente sexual.



----------------------------- Tres -----------------------------



-       Vamos a la cama por dios… - dijo Pili, limpiándose la corrida de la cara.



-       Ven mi niño.- me susurró Eva al oído. Me cogió de la mano y me llevó a su cuarto. Estaba iluminado por velas.



Yo me dejaba llevar por ella, como en un sueño, iba flotando, al entrar en el cuarto me quedé allí plantado, mirando la cama, las velas. No sé el tiempo que me quedé allí embobado, con la vista perdida. Eva consiguió hacerme bajar otra vez a la tierra.



-       ¿Vas a venir a comernos el coño y follarnos como es debido o te vas a quedar mirándonos toda la noche?



Sus palabras me hicieron volver, fijé la vista en la cama y las vi, a las dos. Sus cuerpos entrelazados en la cama, Pili devoraba el coño de Eva, Eva el de Pili.



-       ¿Me hacéis un hueco? – dije acercándome a la cama.



Ambas se separaron y yo me senté entre ellas. Besé a Eva, mientras le acariciaba los pechos. Al separarnos Pili me puso una mano en la mejilla.



-       Bésala…como me besas a mi…- dijo Eva.



Acerqué mis labios a los de Pili y comenzamos a liarnos. Con una mano acariciaba un pecho de Eva, y con la otra apreté uno de Pili. Al separarnos, jadeantes, me lancé a por sus tetas, grandes y blandas. Me las metía en la boca, mordisqueaba sus pezones, succionándolos. Lamiéndolos.



Continué bajando, desesperado, hasta encontrarme con su coño, depilado en su totalidad. Me bajé de la cama y me puse de rodillas, sujeté a Pili de las caderas y la acerqué al borde de la cama. Abrí sus piernas para poder contemplar bien su coño… y hundí mi cabeza e inspiré el olor de su sexo que estaba caliente y mojado. Mi lengua subía y bajaba por su raja, mis dedos entraban y salían por su orificio, a un ritmo desenfrenado. Succionaba y besaba su clítoris mientras hundía dos dedos dentro de su ser, estaba enloquecido comiéndome aquel coño.



Esperaba escuchar a Pili jadear y gritar, sin embargo sólo escuchaba a Eva.



Alcé la vista, sin dejar de penetrar a Pili con los dedos. Eva estaba sentada en su cara, Pili le comía el coño. Eva me miró, sonriéndome.



-       Follatela Carlos. Métesela ya…quiero ver…cómo te la follas…aahhahah.- gemía Eva mientras Pili devoraba su sexo.



me levanté del suelo y acomodé mi polla en la entrada de Pili, la restregué un poco, cuando caí en la cuenta de que faltaba algo.



-       Eva...no tengo condones…voy a…



-       Métemela ya! – gritó Pili sacando la cabeza de entre las piernas de Eva



Si pensarlo dos veces de un solo empujón se la metí hasta el fondo.



Pili gritó de placer, para acto seguido continuar comiéndoselo a su amiga. Comencé a embestir a Pili con furia, desbocado. Los tres gemíamos y jadeábamos. Eva miraba como mi polla entraba y salía de Pili, yo miraba como las tetas de Eva se balanceaban mientras Pili le comía el coño, y Pili…Pili devoraba el coño de Eva, sólo paraba para coger aire entre jadeos, o para gritar cuando mi polla la embestía.



Intenté concentrarme, serenarme, dentro de lo posible. Bajé el ritmo, comencé a follar despacio a esa madura con la que compartía el piso, con acometidas profundas, lentas, acelerando, cambiando los ritmos. Mi mano separó los labios de Pili, empecé a presionar su clítoris mientras la penetraba, provocando sus gruñidos y gritos, ahogados en el coño de Eva, a la que cogía con fuerza de las piernas..



Cada vez que la embestía veía como sus grandes tetas se movían, gelatinosas, y eso me estaba poniendo muy caliente.



-       Así mi…niño…como me lo haces ahhhhh…mí…. – me animaba Eva.



Aceleré un poquito el ritmo, al ver como Pili arqueaba la espalda, mi polla entraba y salía de ella, comencé a mover el dedo con el que le presionaba el clítoris más rápido, hasta que no aguató más y sacó la cabeza de debajo de Eva, apartándola de encima suyo. Pili se agarró sus pechos con fuerza, tirando de sus pezones…



-       Dios me corroooooooo….ahhhhhh…ahhhh….ahhhh….AAAAHHHH



Continué follándomela mientras se corría, ahora más despacio. Eva se acercó a Pili y la beso en los labios, un beso húmedo y caliente.



-       ¿Te ha gustado?- le preguntó Eva



-       Uff…. Hacía tiempo que no me corría así…Dios que polla tienes chaval…- me dijo Pili.



Eva y Pili volvieron a besarse, besos húmedos, Pili tenía la boca llena de los flujos de Eva, me estaba poniendo a cien ver como ambas sacaban las lenguas y se buscaban, ver como manoseaban sus pechos, como Pili acariciaba el coño de Eva.



Mientras yo continuaba follándome a Pili, muy despacio.



Saqué mi polla del empapado coño de Pili, se había corrido como una perra y rezumaba flujos que resbalaban por mi miembro. Esta al notarlo dejó de comerle las tetas a Eva.



-       Nena, tu chico quiere follarte…



-       Ven cariño…túmbate…que te voy a follar bien…



Me tumbé en la cama. Eva se sentó a ahorcajadas sobre mí, sin la menor resistencia…mi polla volvía a estar dentro de ella.



-       Ahhhh…ahhh….ajjj- comencé a gemir…hasta que la lengua de Pili entró en mi boca.



Empezamos a besarnos mientras Eva me cabalgaba. Mis manos recorrían las tetas de Pili. Su boca sabia al coño de Eva, y eso me puso a mil. Nuestras lenguas luchaban violentamente.



-       Pili…quiero comerte el coño…



-       Es todo tuyo. – dijo sonriendo.



Se sentó sobre mi cabeza, como si fuésemos a hacer un 69, mi lengua comenzó a recorrer su sexo mientras mis manos apretaban su enorme culo. Dejaba de comérmelo para jadear y gemir. Porque Eva comenzó a marcar un ritmo frenético encima de mi polla.



Cerré los ojos y mi cuerpo se tensó, apreté mi cara contra el sexo de Pili, con fuerza. El orgasmo llegó como un latigazo, inundando el coño de Eva. Abrí la boca, abarcando el sexo de Pili, quería gritar, pero de mi garganta no salió ningún sonido, solo un estertor y un gemido, el cuerpo enteró me temblaba, jamás me había corrido así.



Al abrir los ojos Eva estaba tumbada sobre mí, jadeante, Pili también estaba tumbada a mi lado, pero en dirección contraria, con su sexo cerca de nuestras cabezas.



Los tres recuperábamos el aliento. Nuestros corazones aunque todavía latían deprisa y con fuerza, se iban calmando poco a poco.



El sexo de Pili rezumaba por sus flujos y mi saliva, mientras que por el interior del muslo de Eva se deslizaba un hilo de leche caliente que bajaba de su sexo.



Eva se dejó caer a un lado y se acurrucó en mi pecho. Ronroneando como una gata. Pili se sentó en la cama, a los pocos segundos se levantó.



-       ¿Dónde te crees que vas? – le pregunté al tiempo que alarga el brazo y la cogía por la muñeca.



-       A la cama.



-       Ni hablar. Ven…vamos a dormir los tres…juntos, pero antes…¿me vais a explicar que ha pasado aquí?



-       Mi niño…- Eva besó uno de mis pezones, con ternura. – a ver… por donde empezamos… Pili y yo somos algo más que compañeras de piso…



-       Mucho más…- ahora fue Pili quien besó mi pezón.



-       Estamos juntas desde hace diez años, al principio fue…un descubrimiento, pero al poco nos dimos cuenta de que nos faltaba algo…



La mano de Pili bajó hasta mi miembro. Eva acariciaba mis huevos mientras Pili deslizaba sus dedos por mi miembro flácido.



-       Ya sabes que nos faltaba…¿no?



-       Me lo imagino. – contesté con una sonrisa.



-       Invitábamos a hombres a casa, pero ninguno nos atraía después del tercer asalto.



-       Así que trazamos una estrategia. – agregó Pili.



-       Sí. Si una de las dos encontraba a un hombre especial, con potencial, no solo para satisfacernos en la cama, sino para llenarnos, lo podía traer.



-       Sí, y tras un tiempo viviendo juntos, si a los dos nos gustaba y la convivencia era buena, le hacíamos una prueba…



-       La fidelidad – dije.



-       Correcto- dijo Pili.



-       Sí mi vida…ayer estábamos con el corazón en un puño…si te hubieses follado a Pili…se habría acabado, pero tu corazón habló.



Me sentía extraño, por un lado me sentía como un juguete en manos de ambas mujeres, pero por otro satisfecho por haber actuado de acuerdo a mis sentimientos. Permanecí un rato en silencio, pensando.



-       ¿Qué piensas Carlos? – preguntó Eva.



-       Que vamos a tener que comprar una cama enorme…



Reímos los tres en la cama. Las caricias de Eva y Pili provocaron que mi miembro volviese a despertar.



-       Bendita juventud…lleva dos y esto vuelve a crecer- rio Pili mientras besaba a Eva delante de mí, masturbando mi polla que crecía en su mano. – has elegido de puta madre nena.



La cabeza de Pili volvió a bajar, mientras Eva me beso dulcemente en los labios.



-       Confiaba en ti. – me dijo Eva.- tenía miedo. Sabía que estaba pasando esta semana, tenía miedo de que te follases esta noche a Pili…tenía miedo de perderte.



-       Te amo…- un gemido se escapó de mis labios al notar la saliva que Pili dejaba caer sobre mi miembro al tiempo que me masturbaba.-  No podría traicionarte nunca…aahhah…te quiero…ahhh…



Nos besamos suavemente.



-       No te la comas toda…que parece que no te has comido una polla en tu vida.- rio Eva.- déjame un poco a mi anda.



Eva se agachó a por mí miembro.



-       No discutáis princesas…hay que saber compartir.



-       No te pases…- dijeron al unísono, estallando los tres en carcajadas.



----------------------------- Epílogo -----------------------------



Los recuerdos de diez años le acompañaron durante todo el viaje, el recorrido lo hizo sólo y en silencio.



Aparcó el coche cerca de la cala, solitaria en ese frío día de Febrero. Cogió el paquete que llevaba en el asiento de atrás y bajó con cuidado.



Se acercó a la orilla, cerca de la gran roca que dominaba la cala. El recuerdo de aquella roca le provocó un zarpazo en el corazón.



Su mirada se perdió en la intensidad del mar enfurecido. El sonido de las olas al chocar con la piedra lo aisló un poco más del mundo.



Se sintió tentado de caminar hacia el mar y no regresar jamás. Ese pensamiento llevaba tiempo en su cabeza.



Las lágrimas corrieron por sus mejillas. Apretó el paquete que llevaba con fuerza. Cuando se tranquilizó un poco dejó el paquete en el suelo.



Estando allí arrodillado supo lo que tenía que hacer, contar su historia, como Eva hubiese hecho.



Ya había escrito el principio, para ella, que le animaba a escribir, que lloró al leer el pequeño relato de cómo se conocieron, que le hizo el amor de la manera más tierna...



Tenía que contar su historia, la historia de los tres. Eso iba a hacer.



Sacó las urnas del paquete y abrió sus tapas.



Las cenizas de las dos mujeres de su vida se diseminaron por el aire perdiéndose en el mar…dejándolo sólo.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 28-05-2016 08:05:26

Excelente muy excitante y bella historia, pero no me gusto el final el amor debía durar toda la vida.

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