Peinada con moños a los lados la compañera divorciada vestida como sirvienta con portaligas y zapato con delantal esta limpiando toda doblada en la mesa de la sala entretenidamente haciendo sucumbir a su compañero que es el dueño de la casa donde esta protagonizando a una sirvienta que trabaja para una familia millonaria, entonces el señor de la casa no puede controlarse y aprovecha el instante de que se le cae el periodico que esta leyendo para mirarle el hilo dental que tiene puesto la exhuberancia del culo rico que se carga y menea con toda la coquetería evidente como demostrada por la misma sirvienta que hace la limpieza diaria de la sala.

Se lo huelle sin que se de cuenta en absoluto la sirvienta de hay se para detras y le toca con toda alevosia y sinverguenzamente sus nalgas al voltearse con una cara de sonrisa pero degenerada en que puedo servirle al dueño de la casa, le dice por favor me puede alcanzar la pipa que se me cayo detras del sillon no puedo alcanzarla; se agacha y muy doblada la sirvienta que obedece la orden del dueño de casa al meterse un poco más para alcanzarla se pega al besarla como lamerla con todas las ganas y con todas las intenciones muy provocadas hasta muy intencionadas por la viva como atrevida sirvienta que trae desde hace rato caliente y enloquecido con todas las poses asumidas igual realizadas con tal maestría y con tal habilidad de jugar picara y por supuesto picantemente entre ambos.

Por accidente se resbala y precisamente es apañada por los brazos del señor de la casa que no se espera para nada dandole unas apretadas de cuerpo, degustando sus preciosos y divinos pero enteros senos sobresalientes del escote y a unas merecidas como bravas agarradas y apretadas como peñiscadas de gluteos y sobadas de muslos entrandole profundamente apreciadamente y sexualmente a las mismas entrepiernas quedando en emocionarse y excitarse con la metedera y hurgada del mismo clitoris por el hilo dental que carga la sirvienta que personifica la famosa compañera divorciada.

El desenlace de la obra teatral en la propia casa del compañero de registro finaliza al besarse largamente en la propia boca por los protagonistas que se enamoran instantaneamente y locamente uno por el otro que la tiene muy complacida con unas caricias superficiales en todo sus pechos al descubiertos que la tiene sublimemente apasionada con el dedo en la lengua del compañero de registro.