Hace menos de una semana, una mujer algo mas joven que yo, se mudó a la casa que está al lado de la mía, al ver que venía un camión de mudanzas, decidí acercarme y presentarme, la chica se llamaba Judith, algo mas baja que yo con el pelo liso de color negro, bastante atractiva. Cada mañana, cada vez que salía o llegaba a casa nos cruzábamos y cada vez con más frecuencia hasta que ayer por la mañana me invitó a su casa a media tarde a tomar un café, decidí que sería mi oportunidad, así que me puse sexy para ver como reaccionaba, me puse unos leguins sin nada debajo, para que se me marcase bien el coño y una sudadera con una camiseta de tirantes debajo sin sujetador, fui a casa de Judith y toqué el timbre, al llegar, Judith me recibió en bata, al verme por el cristal me sonrió y me abrió la puerta enseguida y me dio un abrazo. Nos sentamos en el sofá, la bata de Judith estaba medio abierta, la tenía medio desatada, aunque trataba de no ponerme cachonda era muy difícil teniendo a un bellezón como ella ante mis ojos. Me ofreció algo de beber y yo acepté gratamente me dijo que iba a hacer té y que si quería una taza, le dije que encantada así cogió la caja y fue a prepararlo mientras yo esperaba sentada en el salón. Cinco minutos después, Judith volvió completamente desnuda, alarmada por el repentino cambio de ropa me dio la taza de té mientras me sonreía me dijo que era lesbiana y normalmente en casa no lleva ropa. Mientras intentaba buscar excusas para decirle que tenía que ir a casa, Judith me dijo que no pasaba nada, podía notar como Judith quería algo más era evidente. Me empezó a coger el tirante de la camiseta que llevaba, me lo bajó y empezó a darme besitos por el hombro para ponerme cachonda mientras le decía que me tenía que ir a casa de nuevo. Judith dejó la taza de té en la mesa y se puso de rodillas en el sofá. Me puso el dedo en la boca chistándome diciéndome que no dijera nada, que no pasaba nada, me empezó a besar el cuello y al poco rato me empezó a tocar las tetas bajándome la camiseta mientras me susurraba al oído las ganas que tenía de besarla mientras me quedaba boquiabierta ante la situación, me quitó las zapatillas y me beso en el pecho mientras me desabrochaba los vaqueros quitándomelos con fuerza diciéndome que estaba con ganas de sexo mientras olía mis vaqueros, Judith me tocaba las tetas hasta que me quitó la camiseta y aunque por mucho que yo no quisiera al final me fue gustando y me iba apeteciendo cada vez más aunque aun estaba boquiabierta ante lo que Judith me decía:

Judith: "me pones a cien cariño mío", "me pongo muy cachonda cada vez que te veo" 

Judith me quitó las bragas salvajemente, y acto seguido las olió y me dijo "me encanta" acto seguido me cogió y me tiró en el sofá mientras me besaba, sentía como sus tetas se movían por mi tripa, mientras me tocaba los pezones en círculos y me besaba por el cuello, no podía aguantar mas estaba muy cachonda y Judith me ponía aún mas, simplemente disfrutaba de lo que mi vecina me estaba haciendo. Judith me empezó a comer el coño, dándome largos y lentos lamidas en el coño que me hacían gemir como una zorra, mientras le decía, "no pares mi amor, sigue, no pares..." en repetidas veces seguidas hasta que nos terminamos besando. Judith me chupó los pezones, aunque ella no lo sabía es una de las cosas que mas cachonda me pone, Judith me besaba el cuello y yo aproveché para tocarle el culo. 

Posteriormente, las dos nos pusimos de rodillas en el sofá, comencé a comerle las tetas a Judith, mientras gemía de placer. Judith, se echó hacia atrás apoyándose en el respaldo del sofá, me dispuse a comerle el coño a Judith, aunque me dijo que quizás no me gustaría porque llevaba dos semanas sin depilarse y ya tenía vello, le dije que no me importaba y que para mí era mi primera vez y esperaba que le gustase ya que era algo nuevo para mí así que seguí comiéndole el coño, mientras Judith gemía de placer, estaba disfrutando de ese delicioso coño peludito, mientras escuchaba los gemidos de Judith, me ponía a cien que me comiera el coño como me lo comía ella y las cositas que me hacía, haciendo que pusiera los ojos en blanco del placer que me daba. Cuando terminó, me incorporé y la cogí para darle un beso poniendo las manos sobre sus mejillas para luego tocarle las tetas, diciéndole que quería comerle el coño mientras me tumbaba boca arriba para que Judith me pusiera el coño sobre la cara, le empecé dando pequeños lametones mientras me hacía un dedo, Judith por su parte simplemente gemía de placer pidiéndome que no parase mientras me cogía la cabeza para que le siguiera comiendo el coño. Judith me dijo que si descansábamos un poco, le dije que como ella quisiera, así que se sentó en el sofá mientras yo me ponía de rodillas y le chupaba el cuello, hasta que Judith me empezó a besar, le dije que si me comía el coño, Judith quería más, así que se tumbó mientras que yo me puse de pie en el sofá para ponerme cerca de su boquita me lubriqué con saliva antes de que Judith me comíera el coño como nunca antes me lo habían comido, estaba súper cachonda, cuando me lo empezó a comer a lametones, empecé a gemir sin parar, con gritos, diciéndole que no parase y que siguiera así mientras yo temblaba poniendo los ojos en blanco, por el placer que me estaba dando, dándole un beso. A continuación, le dije a Judith que se pusiera a cuatro patas, mientras le comía el coño, metiéndole los dedos, Judith empezó a gemir salvajemente cuando empecé a hacerle dedos como una salvaje mientras le pasaba la lengua por el ano sin parar, los gemidos de Judith eran cada vez mas fuertes, le chupe el ano mientras seguía con los dedos, haciendo que Judith casi se corriese, volví a meterle los dedos en el coño mientras le chupaba el ano, poco después, volvimos a besarnos, poniéndonos de rodillas mientras me ponía a cuatro patas sobre las piernas de Judith. Judith me empezó a lamer la rajita del culo, mojándome el ano sin parar, lo cual me pilló desprevenida, lo que hizo que empezase a gemir mientras me frotaba el coño hasta que me lo dejó bien mojado, para terminar besándonos apasionadamente.