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INTERC. CON EL MAS ALLÁ(4)

...¡Estaba bajo el agua jugueteando con la raja de Estela!. Aún no salía de mi asombro, cuando se pusieron de pie y me tomaron de un brazo cada una para jalarme a la tina. Entre risas y bromas me comenzaron a cubrir de burbujas, jugando como dos chiquillas.
De las bromas pasaron a las caricias, Estela tomó mi pene y comenzó a masturbarme delicadamente; Mientras Isabel pegaba sus tetas enjabonadas a mi espalda y pellizcaba con suavidad mis tetillas. Estiré mi brazo y me apoderé del sexo de mi esposa, como estaba enjabonado introduje el dedo facilmente y ella gimió de placer, ¡Estaba cachondísima!. La levanté en vilo y ella separó las piernas para aferrarse a mi cintura. Fuí bajandola poco a poco enterrandole el fierro hasta el tope...¡Jamás la habia visto así de caliente! Enterraba las uñas en mi espalda, alborotaba mi cabello jadeando agitada y giraba su cintura como desesperada, metiendo y sacando mi estaca de sus entrañas. Si no la estuviese viendo, juraría que era otra mujer y no mi Estela a la que me estaba cogiendo. Sobrevino el inevitable orgasmo. Fué tan intenso, que tuve que sentarme en el borde de la bañera al sentir que mis piernas flaqueaban; Fué hasta que hube terminado que pensé en Isabel, solo que al voltear a buscarla...¡Ya no estaba ahí! ¡Se habia esfumado!.
Quize decirselo a Estela pero ella seguia cubriendome de tiernos besos el cuello, los hombros, el pecho...La atrajé hacia mi y la llevé en mis brazos a la cama. Sequé tiernamente su cuerpo y acaricié su cabello hasta que se quedó dormida. La cubrí con una manta, salí del cuarto y me dirigí al bar del hotel con intención de tomar una copa. Al salir, me encontré con Jesús en el pasillo-¡Ya solo falta una hora para que termine el turno!- Me dijo-¡Nos vemos en su cuarto para salir a divertirnos!.
Contesté que si y nos despedimos. Ya en el bar bebí algunos tragos, me sentía tan contento con todo lo ocurrido que no sentí correr el tiempo, Cuando ví el reloj ya rebasaba por 20 minutos la hora acordada. Me levanté de inmediato y me tambaleé un poco, ya las copas comenzaban a hacer su efecto. Cuando me dirigí a la habitación llevaba una botella bajo el brazo para seguir brindando cuando estuvieramos reúnidos. Cuando abrí la puerta los encontré chocando tres copas y me convidaron al brindis:-¡Por una noche inolvidable!-Exclamó Jesús y bebimos hasta el fondo.
Salimos del hotel los cuatro y nos pusimos a disfrutar de la fiesta del pueblo. Había mucho ambiente; Fuegos artificiales, musica, juegos mecanicos...-¡Vamos a subirnos a la rueda de la fortuna!-Propuso Estela-¡Pero que Isabel suba contigo y Jesús conmigo!¿Estás de acuerdo Ruben?
-¡Por supuesto, mi amor ...vamos!
Cuando estuve a solas con Isabel le pregunté como es que había logrado ese cambio en mi esposa...No contestó, se inclinó y sacandome la verga empezó a mamar sin importarle que pudiese vernos la gente cuando nos tocase estar en la parte baja de la rueda. Justo detrás de nosotros venían Jesús y Estela; Al voltear de reojo hacia ellos, ví que él habia sacado los pechos de mi esposa y se los comía goloso. Yo volteaba para todos lados nervioso, pero noté que nadie nos miraba, tal parecía que no existieramos, incluso el hombre que controlaba aquel aparato nos ignoraba.
La rueda cesó de girar así que nos arreglamos la ropa y descendimos, entonces Jesús dijo:- ¡Vamos a la laguna, conseguí una lancha de motor para dar un paseo!.
Fué una excelente idea, ya era de noche y toda la gente estaba en la feria, así que la laguna estaba desierta. La lancha rompió el reflejo de la luna llena sobre el agua cuando Jesús arrancó.
Por fin nos detuvimos a unos 150 mts. de la orilla y apagamos el motor. Aunque hacía mucho viento, el agua lucía tranquila, solo un suave vaivén mecía la barca. Hicimos un nuevo brindis por la dicha de habernos conocido y después nos recostamos en silencio para apreciar a la destancia la hermosa lluvia de fuegos pirotécnicos.
Giré la cabeza y dí un apretado beso en los labios de mi esposa. Esto bastó para encenderla, comenzó a respirar agitadamente y sus pechos querían salirse de su blusa. Los liberé y llene de mordizcos el precioso par de pezones color canela de mi mujer. Se nos unió Isabel y reclamó uno de esos pechos para ella...


C O N T I N U A R Á...


Por favor no se impacienten y sigan leyendome..les aseguro que continúa interesante
GRACIAS.
Datos del Relato
  • Autor: PEPE_69
  • Código: 5119
  • Fecha: 03-11-2003
  • Categoría: Intercambios
  • Media: 4.84
  • Votos: 43
  • Envios: 4
  • Lecturas: 5685
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Paco
invitado-Paco 05-11-2003 00:00:00

Está muy bueno tu relato, no lo dejes de redactar vas a tener muchos lectores, felicidades.

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