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...Mi mano se poso en su culo me estire junto a ella sin dejar de tocárselo… -“¡Ha sido increíble!” Me susurró. Pero tú aún no has acabado ¡¿Cuánto aguante puedes llegar a tener?! ¡Me vas a matar a pollazos!” Sabía que sería increíble, mi ego subió un millón de puntos.
-“¿Verdad que deseabas volver a hacerlo?”
-“Desde hace tiempo… dijo ella. Desde que volviste a verme con Carlos, cada vez que me follaba pensaba que eras tú. Que tenía a un hombre y no a un crio entre mis piernas. Pero hace unos días Ya me cansé y deseaba que fuera de verdad, sentirte dentro de mí y que me hicieras mujer”, la acaricié. “Con Carlos, si me corro una vez es mucho y si lo hago no es comparable a como lo hago contigo”.
-¿No te gusta cómo te folla…?
-“Es como hacerlo como un robot… siempre lo mismo, siempre igual satisfaciéndose él egoístamente y dejándome la más de la veces con las ganas” Se le veía dolida por la mala elección de su gusto por el chiquilicuatre. “Es con el único que lo he hecho aparte de contigo y de Diego, pero además su picha es mucho más pequeña que la tuya…, se corre muy pronto dejándome sin gozar de mis orgasmos, siempre de la misma manera. Durante todo el tiempo que estoy con él no he sabido lo que era estar saciada como tú lo haces… Ni tampoco le he permitido que me follase sin condón ¡Tú has sido el primero y el único que me ha llenado de semen la vagina!”
Comencé a besarla acariciándola, en nada se resistía a tomar del néctar del deleite… mi boca bajaba por sus tetas, vientre hasta su coñito que comí lentamente incluyendo a su culito, acompañándome entre gemidos. Ella buscaba mi estoque erecto, lo masajeaba deslizando arriba y abajo mi prepucio, despacio, pero con insistencia…comenzó a mover rítmicamente su mano sobre mi polla, con suavidad, desplazando toda la piel hacia abajo y volviendo a subir, con un ritmo creciente… Me quedé quieto notando mis espasmos de placer. ¡Dios, me estaba masturbando! ¡Me estaba haciendo una paja mientras le chupaba los pezones!! ¡Hasta me mordía la polla! Por un momento pensé que lo haría de verdad como un caníbal…también se tragaba las pelotas.
-“¿Así? ¿Te gusta así?” Dijo con la voz temblorosa
–“Si sigue… ¡sigue Mily, joder que linda eres…! ¡Qué bueno! ¡Qué bueno…! sigue…. Sigue…”
Ella siguió masturbándome con fuertes empujes, pero, a la vez, noté cómo movía las caderas e intentaba aproximar su pelvis hacia mi erección. Luego, ansiosamente me bajó el pene hacia su sexo…Abrió las piernas… y comenzó a golpear suavemente la punta de mi polla tiesa sobre su clítoris. Era la sensación más excitante que podía notar….
-“¿QUIERES HACÉRMELO POR EL CULITO…?”
Su mirada se clavó en mis ojos con extraña ansiedad. Sin responderle me coloqué sobre ella. La iba a follar… le iba a dar por el culo… Emilia, dirigió mi polla hacia su sexo, sin detener el loco ritmo que mantenía sobre el rígido tallo tieso jalonado de venas inflamadas bombeando flujo a mi orondo capullo.
-“¡Fóllame…! ¡Fóllame entera! Ya solo te falta mi culo ¡Reviéntamelo de una puta ver… Rómpemelo!” Noté la humedad de su coño empapar su anito y cómo apretaba su ano hacia la punta de mi polla. “Métemela… métemela ahora…métemela entera…. métemela…” Susurró entre jadeos.
Y ya no esperé más. De rodillas elevé su cadera poniéndola sobre mis muslos hasta que mi polla se ajustó a su culito y comencé a follármela. Con la libertad que daba a su cadera, se clavaba sincronizando con mis enviones haciendo que mis huevos acabaran golpeando una y otra vez su coño, al mismo tiempo, con la experiencia de hombre maduro, deslizaba mi lengua sobre el pezón, acaricié la elástica carne de sus pechos, froté mi polla en su sexo… Esa era la esencia de mi plan sabía que no podía chillar muy fuerte, desde esa posición veía su pequeño orificio anal, rosado y dulcemente arrugado, era notable el tiempo que tenía sin ser enculada, y pensé es el momento, la saque de su vagina una vez lubricada la polla, y la dirigí directamente hacia su culo, en un primer momento no pudo entrar, por lo grande que la tenía y el orificio tan reducido de Mily, al oír su chillido, agarre un paño que estaba allí y se lo metí a la boca amarrándolo…
-“Esto es solo para que chilles como una perra y no te oigan los vecinos ¡Te voy a romper el culo ahora!” La niña atragantada con el paño alcanzaba a decir… -“nooo nooo” Resignada sumisamente a un SÍ.
Para facilitar la penetración, agarré un aceite de coco de la mesita de noche y lo esparcí por todo su culo y ano, también me embadurné la polla con un poco de eso, y volví a embestirle el ano, la penetración era forzada, el tamaño de su agujero es demasiado reducido para el mostrenco…, o al menos lo era antes de encularla. Entre sacada y embestida le fui rompiendo el culo desflorándola de verdad analmente. Sentía mi polla abrirse paso entre las entrañas de Emily…me dolía, pero era tal la excitación que en lo único que pensaba concentrado, era en ese momento de terminar rompiéndoselo, se podrán imaginar a la chiquilla empalada con 20 cm de polla hasta la raíz.
-“¡Ohhh… no…no…!” Ahora su voz había cambiado, su lucha había cesado y relajaba su cuerpo.
Me froté varias veces sobre ella, y apretando mi glande sobre sus labios, con una presión sostenida me introduje, dentro de ella notando cómo se abrían sus paredes para recibirme de nuevo, embadurné de sus fluidos mi ariete y después busqué su anillo cerrado.
-“Uaaa…uaaaa…” Gimió retorciéndose de placer, mientras volvía la cabeza hacia atrás dejando la boca entreabierta… Comencé a moverme, primero despacio, luego más rápido, con más fuerza con un ritmo loco, empitonándola cada vez más hondo…A cada incursión ganaba un centímetro más dentro de su culo.
-“Toma…toma…. ¿Te gusta…? ¿Te gusta así Mily…?” Le dije mientras mantenía mi ritmo cada vez con mayor fuerza. Emilia apretó sus muslos alrededor de mi cintura y movió rítmicamente la pelvis contra mí, no había entrado más de un tercio… aún quedaba la parte más gruesa y no pensaba dejarla fuera de su culo.
Apretaba en cada envión… -“Me gusta… no pares Cabrón… ¡Quiero toda tu gorda polla en mi culo!” me reclamaba entre gemidos con la voz entrecortada por los jadeos… era un corte de respiración tras otra en tanto calaba más profundo dentro de ella sin parar… Ella mantenía un ritmo alocado, ajustándose a mis empaladas, apretando con más fuerza con cada una, estrujándome la polla en su interior, casi ordeñándome…
-“’Oh…ouaa….ouaaa” Decía mientras mantenía los ojos cerrados, apretando sus brazos en mi espalda. Mantuve mi ritmo con dureza, mientras notaba cómo ceñía su angosto ano mi cipote sobrexcitado.
Ella se retorcía con locura, envolviéndome con sus piernas. “Más… uaa… dame más…así… así ¡Qué dura y gruesa la tienes Fer, me vas a reventar el culo!”
Veía su rostro a través del espejo, su cara de dolor y placer, como mordía el paño que le había puesto en la boca, sus chillidos se ahogaban, sus lagrimas no tardaron en derramarse por sus delicadas mejillas, el maquillaje que con tanto esmero se había hecho se le corría y desdibujaba con las gotas lagrimosas que le producían mi severa penetración, sus piernas se flexionaban hacia adentro tratando de sobrellevar el dolor para revertirlo en gozo. Ahora que lo pienso fue un poco despiadado de mi parte follarle su culo de esa forma sin un acondicionamiento previo…
Su ano tuvo que dilatarse hasta los 5 centímetros de diámetro de mi raíz en pocos segundos, cuando por fin entre metida y sacada, le hundí hasta al último centímetro de mi descomunal polla. Vi en su expresión, como casi se salían sus ojos, se puso pálida, se retorcía del dolor, de la emoción y de la lujuria que suponía ser empalada por semejante cipote descomunal para un culito tan estrecho. Al cabo de un rato, aún con los ojos vidriosos, comencé a notar cómo se empezó a transformar el dolor en placer, su anillo había dado de sí y se tragaba con gozo el mostrenco con naturalidad…ella empezó a mover su ágil y redondo trasero acompasado con el mete saca de mi verga. Para mí estaba siendo enloquecedor, notaba las subidas y las bajadas de mi deleite en oleadas que pronto se transformaría en un orgasmo brutal. Seguía dándole con contundencia, ahora la polla se deslizaba con premura, añadí un poco más de aceite de coco aliviando la presión. En tanto mi falo entraba y salía desde el glande hasta la base aporreando su culo con mis pelotas me dediqué a comerme sus tetas, ella se las apretaba y me las daba a mamar, sus pezones exaltados lo mordisqueaba oyendo sus gemidos por todas las sensaciones que se le acumulaban, me recreaba en sus pezones erectos como un bebé amamantándome de ellos. Cambié de objetivo, sus ojos me reclamaron un beso de amor, pero solo le pude dar una comida de boca con dos lenguas en pugna por darlo todo, desprendida del paño innecesario.
Continuamos en estas lides unos minutos más saboreándonos, me levanté arqueando mi cuerpo y observé como mi verga entraba y salía de su oquedad con total presteza, me avivó sin lugar a dudas ver como su coño se rechupaba en cada empellón y ella se frotaba la pepita sugestionando la follada a máximo placer… y de repente le llene toda su cavidad anal de leche caliente…
-“Toma nena…toma… ¡oh Dios! Voy a correrme ya ¡Voy a correrme…aahhh!” Grité mientras con mi último empuje descargué toda mi leche en su interior, manteniéndome fuertemente apretado dentro de ella. Ella gimió prolongadamente mientras una oleada de espasmos cubrió todo su cuerpo que se apretaba contra el mío con fuertes convulsiones. Notaba como eyaculaba en grandes chorros de lefa haciéndome vibrar cada músculo de mi cuerpo…era imposible la contención, la clavé a fondo desahogando todo el contenido seminal albergado en mis testículos…
-“¡aah sí!, por fin me corro dentro de tu culo zorra que placer me das Mily… ¡Jamás me he follado a una mujer tan zorra como tú! ¡Pocas son capaces de aguantar una follada tan tremenda por el culo…!”
Su expresión toda desmaquillada por las lágrimas de la lujuria, en esa posición humillante si se observaba fuera de contexto, la verdad era muy excitante todo aquello. Mi amante Emily en esas condiciones de depravación no se achicaba, todo lo contrario. Le extraje la polla una vez inseminada, me sostuvo la mirada y después la verga, y sin mediar palabra se metió en la boca para terminar aquella locura, con una limpieza ejemplar…
-¡Qué zorra te ves así cariño, tienes la cara de una verdadera puta!”
-“¡Y cómo me has dejado el ojete! Lleno y abierto ¡Me lo has reventado de verdad! No sé cuando me podré sentar sin que me moleste, pero ha valido la pena…”
Caímos exhaustos sobre la cama durante un rato inmóviles, me confesó que fue un momento increíble para ella, y que la próxima vez la dejara a ella sola, se refería a correrme dentro de su vientre sin sacarla… le había gustado mucho verme así como si estuviera en esos momentos en su poder, como así era. Le dije solo para ver su reacción… -“Probablemente no habrá próxima vez. Eres muy joven para mí”, me miró con todo el enfado de su voluntad, no creí se lo fuera a tomar tan mal… se vistió, muy rápida sin hablar, pensé que iríamos a seguir viendo la película, pero cuando ya estaba vestida….
-“Adiós, no pensé que serías tan cabrón. ¡Que sepas que estás cometiendo un error!”. Y se marchó dejándome boquiabierto.
Durante unos días solo la vi de uvas a peras cuando antes era diario encontrarnos en algún momento del día, ya no podía quitármela de la cabeza, y la tercera vez que la vi fue justo a mi portal, con Carlos, ella muy pegada a él charlando, la saludé…me saludaron, pero mi mirada no era como la de antes ni la de ella hacia mí. Subí a mi casa, y mientras me preparaba la cena pensé que todo era una locura mejor y que mejor todo quedara así, ella era demasiado joven y yo demasiado viejo, lo más conveniente era olvidarla y dejarla vivir su vida en libertad… Hacía casi diez días desde que follamos por última vez Emilia y yo, disfruté amándola como a ninguna otra mujer hice, culminando en un sexo anal de escándalo, pero mi ironía no fue entendida y todo acabó en ese preciso momento. No obstante nadie me hubiera jurado lo que ocurriría ese viernes noche… Llamaron a mi puerta miré y era ella, abrí para pedirle que por favor se fuera, lo juro. Nada más abrir, ella entro de un empujón, cerré la puerta por miedo a un escándalo… eran más de las doce de la noche, me miro….
-“¡¿Qué me has hecho?!” No entendía nada…, empezó a llorar. “¡Qué me has hecho, solo pienso en ti, día y noche! ¡Qué me has hecho! Eres un viejo cabrón que me has manipulado para depender de ti…”
Se sentó en el sofá en el salón grande, y me senté junto a ella… -“Escúchame”, le dije. “Tienes la vida por delante, tus estudios conocerás a otros hombres si no te gusta Carlos…, pero no quiero sentirme culpable de destrozar tu vida te quiero demasiado…” Me sentía responsable de aquella niña tan frágil por momentos y tan abigarrada en otros.
-“¿Por eso sigues sin estar con nadie sin traer a ninguna mujer a tu casa ¡Porque te gusto solo yo!?”.
-“Claro”, le dije. “Ya no pienso en mi ex mujer, solo mi hijo junto a ti sois lo que más quiero”, me besó. “Por favor…” No fui incapaz de resistirme y allí mismo la deseé hacer mía, pero ella fue mucho más resuelta… en un visto y no visto se hallaba sobre mis regazo clavándome sus uñas en mi espalda… sentí un dolor punzante buscando mi boca, mi lengua en lucha con la suya sin recato alguno dentro de ella… colgándose de mi cuello me recibía con lujuria con un beso largo y profundo, nos tiramos en un sofá para abrazarnos y seguir comiéndonos la boca donde nuestras lenguas se cansaron de jugar entre ellas. Cuando por fin nos separamos del abrazo pudimos cambiar unas palabras más…
-“Mily, ¿Qué pasa? ¿Por qué has venido a verme después de tantos días sin querer saber de mí?”
-“Mira Fernando, desde anoche que vi por televisión una película italiana en donde justamente se desarrollaba un romance entre una chica joven y un hombre maduro… “Scusa, Ma Ti Chiamo Amore”, me di cuenta de lo que necesitaba y me dieron unas ganas locas de tenerte junto a mí y que me hicieras el amor o me follaras como a una perra. Quedé supremamente caliente, por eso te llamé. ¿No te molestó, verdad?”
-“Para nada cariño, sabes que estar contigo es lo mejor que me puede pasar. Cuando te tengo en mis brazos, me siento en el paraíso”.
-“Gracias Fer…sabía que podía contar contigo Espera un minuto que ahora mismo regreso”. Se levantó y salió para regresar con unas braguitas negras de encaje en sus manos. “Toma, me las acabo de quitar…, todavía tiene mojada la parte de contacto con mi coñito, que por cierto, con la calentura que llevo, está muy mojada. Como sé que a ti te gusta olerme… te la doy para que disfrutes de mi aroma”.
Emilia sabía, que su dulce aroma a hembra era algo que me ponía en estado de revolución. Y era eso lo que se proponía. Tomé la prenda y me la llevé a mi cara para aspirar profundo y engolosinarme con ese perfume. No conforme con esas profundas aspiraciones, sintiendo lo mojadas que estaban… No encuentro las palabras para definir el olor y sabor de esos jugos, solo puedo decirles que para mí saben a gloria y me exacerban la libido. Estuve un largo rato en eso, y como era previsible me enloquecí de pasión. La tomé del brazo y la dejé caer en el sofá, para empezar a besarla con furia. Le comí la boca, sus mejillas, el cuello, las orejas y sus lóbulos, le levanté el sweater que llevaba puesto y como no llevaba sostén, me di de lleno a comer sus tetas mamando como desesperado de sus pezones, como si de sus ubres lograra sacar leche…, la locura desatada me llevó a chupar una y otra vez cada una de esas tetitas erguidas y encarnizarme con sus pezones como si buscara amamantarme. Entretanto mis manos buscaron y encontraron su vagina, que penetré con mis dedos, previo de frotar su enervada pepita a punto de reventar de dura y espigada que la encontré. Juro que no podía parar, tal era la locura que se había apoderado de mí, para gloria de Emilia que gozaba con mis juegos. Realmente no recuerdo cuanto tiempo estuvimos en esas lides, pero debieron ser muchos minutos. Cuando, me detuve unos segundos para respirar profundamente, Emilia, que también había llegado al estado de ebullición, me propuso pasar al dormitorio. Allí, como si me llevara el diablo, le quité sus prendas y urgía que hiciera lo mismo conmigo. Desnudos ambos nos arrojamos abrazados a la cama. Entonces Mily me dijo…
-“Fer, quiero que me trates como a una puta, que hagas de mí o que se te ocurra, deseo que me domines y me haga tuya… te prometo serte fiel y sumisa a tus deseos… Estoy súper cachonda y quiero gozar al máximo de tus pollazos, caricias y juegos lujuriosos”.
-“Descuida mi amor, te trataré como a mi más amada puta… Te voy a comer toda, de la boca a los pies sin dejarme tu coñito… ¡Te voy a demostrar de nuevo quien es tu macho!”.
-“¡Si Fer, hazme tu hembra! Solo quiero que me penetres…, que me folles como a una perra en celo, que es lo que soy ahora mismo. ¡Lléname de polla y de leche! Deseo que me la metas tanto que no quede nada fuera de mi conejo tragón… hasta las pelotas, como lo hiciste la primera vez… ¡Con esa follada robaste mi corazón, mi cuerpo y mi alma!”.
-“No pienso dejar nada sin lamer y sin satisfacer en tu cuerpo, nena ¡Vas a sentir a un macho de verdad!” Mi polla dolía de estar a punto de reventar de lo endurecida que se hallaba.
-“Si papi, sí ¡Jódeme duro! ¡Fóllame como a una puta! ¡PRÉÑAME... hazme la panza más grande del mundo!”, oír aquella palabra “PRÉÑAME” salida de su boca me enloqueció, avivó todos los sentidos e instintos animalescos. Fui a por ella, esta vez empecé por los pies con mesura, controlando los tiempos. Uno a uno besé y chupé los dedos, los empeines. Subí por sus piernas y muslos besando y chupando cada centímetro de recorrido. Al llegar a la entrepierna, besé los muslos que rodean la vagina, sus ingles… exprofeso no toqué su vulva. El recorrido me llevó a al pubis. Lo encontré depilado como el de una muñeca, como a mí me gusta…prolijo como si hubiera sido depilado con láser. Refregué mi cara en ese mullido monte de Venus y subí hasta su ombligo, mi lengua escarbó allí y logró que Mily se tensara visiblemente alterada y comenzara a suspirar profundamente.
El viaje erótico siguió hacia sus axilas, me detuve claro está en sus tetas, a las cuales dediqué tiempo lamiéndolas y chupándolas. Jugué con mis labios y dientes con sus pezones, que estaban durísimos… lo mamé y saboreé de igual manera que se alimenta un bebé. Al rato seguí con su cuello y cara. Juntamos los labios para besarnos mientras la abrazaba muy fuerte. Le pedí que se girara, para iniciar el mismo recorrido, pero por su parte trasera. Comencé con sus tobillos, pantorrillas, muslos, y al llegar a su culo, lo besé apasionadamente en toda su superficie. Mordí, suavemente sus cachetes dedicándole un buen rato a sus nalgas…mordisqueé y lamí, besé y chupé su anito…Pegó un respingo al sentir mi lengua en su agujero cerrado y enjuto. Después me deslicé hacia su espalda. Terminado el viaje, le pedí que se volviera de espaldas y abriera sus piernas. Había llegado el momento de comerle la almeja, algo que siempre ha sido mi mayor placer. Soy de los que pienso que a una hembra nunca hay que desatenderla en sus orgasmos previos al coito, y que lo consiga me hace sentirme henchido como macho… Ataqué su coñito en forma y tiempo salvajemente. Hundí mi cara en su chochito para olerlo y degustarlo. Con mi lengua revisé cada rincón de su entrepierna, abrí sus labios y gocé en el interior de su vagina rosada. Cuando le tocó el turno al clítoris, Emilia, que ya había dado muestras de estar llegando a su éxtasis final, me hundió la cabeza en su coño casi ahogándome contra él, le lamí con la punta de la lengua sin recato, torturando su estirado y casi blanquecina pepita, la chupaba y mamaba con mis labios deleitándome con aquel apéndice del demonio que me llevaría al averno. Se lo comí largo rato hasta que se corrió con un orgasmo terrible por su intensidad y duración.
-“¡Qué hermoso es esto Fer, me derrito! Me gusta, qué rico cabrón eres mi amor ¡Como sabes llevarme al éxtasis!” Dijo con voz entrecortada entre jadeos e hiperventilando.
-“¡¿Estás gozando putita mía?”
-“Si hijo de puta ¡Qué bien lo haces…! Por favor no pares, sigue así. ¡No pares de comerme el coño!”
-“Te voy a volver loca de placer nena. Te vas a olvidar de Carlos y de cualquier otro hombre sobre la faz de la Tierra. A partir de hoy solo pensarás en el placer que te pueda dar tu papi Fernando…”.
-“Sí, así Fer ¡Ya me tienes loca! Dame más con esa lengua perversa que tienes”.
-“Te voy a estar comiendo el chumino hasta que no tenga más aliento o te corras como una puta salida”.
Y seguí por un largo rato, porque era un deleite mayor chupar ese coñito joven de sabor dulcemente ameno, que sabía a gloria con su olor y sabor que me enloquecían. Y además porque sentía que Emilia gozaba muchísimo con mi labor, gracias a mi larga experiencia de comedor de coños diversos… grandes, enjutos, de sabor fuerte o suave, salados o almizclados… todos absolutamente todos me alegraron el día y el de Mily era para adorarlo en el altar de la belleza y la lujuria. Creo que nunca más duré tanto tiempo aferrado a un coño dándole máquina con mi boca y lengua, que en esa oportunidad que me dio esa niña perversa. Notaba mi verga hinchada, dura y condolida, en especial mis huevos, debido a que necesitaban ser aliviado de inmediato… cuando la niña comenzó a convulsionar, gimiendo con mayor intensidad, yo arrecié en su clítoris metiendo un dedo más en su vagina, formando el par de dedos que la llevaría al orgasmo. Soltó un pequeño chorrito de flujo que me bañó la cara, y buena parte me bebí, pero continué hasta que Mily se calmó rechazando mi lengua y reclamando mi verga…
Sin demorarme me dispuse de inmediato a follarla. Mi falo, endurecido como pocas veces lo he tenido, por los magreos…Mily reclamaba participación. Ella quedó de espaldas mirándome fijamente cada maniobra, después cerraba los ojos dejándose hacer sumisa y ofrecida al sacrificio del macho… y en esa posición, levantándole las piernas sobre mis hombros me dispuse a empotrarla. El trabajo bucal que le había hecho y los jugos derramados por Emilia me allanaron el camino lubricando el angosto conducto de su vagina. El glande encontró la bocana de su coñito, y ambos labios se abrieron mostrando su encarnado interior, no hubo necesidad de enfilar el ariete a su raja hambrienta, mi rigidez era fácilmente controlable con mis caderas y encontrada la entrada, simplemente la vagina se Emily se expandió. Su rechoncha vulva formó dos mullidas almohadillas de carne trémula alrededor de mi falo, franqueando su entrada… Mi verga se deslizó suavemente a sus adentros, sintiendo como a cada empellón se sumergía más y más dentro de ella notando cada pliegue de sus presionantes paredes vaginales, decididas a no permitirme llegar al fondo… pero una vez llegado al tope, comencé a bombear poseído por las ganas incontrolables de hacerla mía. Emilia, se mordía los labios de placer y me animaba pidiendo más y más verga, más dureza y más adentro…
-“¡Vamos cabrón… dame más! ¡La quiero toda adentro… en mi útero! ¡Sabes que me cabe…!”
-“Ya la vas a tener toda adentro mi amor ¡Tu coño se convertido en un conejo muy tragón!”.
-“Joder Fer. Sí, la noto en mi estómago… Dame con fuerza ¡Cómo me gusta sentirte!, ¡Qué dura la tienes papi! La siento muy gorda en lo más hondo de mi coño… ¡Me vas a matar de gusto con tus pollazos!”.
-“Te lo voy a dar todo Mily, ¡Joder nena que pronto te llenaré con mi leche! No voy a poder aguantar mucho… Me tienes a mil y los huevos me hierven ¡Te voy a llenar de esperma hasta la matriz…!”
-“¡Sí, así…Dámelo todo Hijo de Puta! ¡Fóllame con fuerza! Cómo siento tus huevos golpearme en el coño. ¡¡Quiero que acabes dentro de mi útero!! Deseo toda la leche que tienen este par de cojones inmensos, toda es mía ¡Vamos cabrón vacíate toda la lefa y PRÉÑAME…! ¡Quiero me hagas una panza!”.
No sé qué me ocurrió, la excitación a la que me arrastró Emilia no era normal en mí, solo llevaba cinco minutos penetrándola, era una follaba descomunal colmada de morbo y ganas de preñarla por incitación de ella. Mily acompañaba cada inserción con más penetración empujando hacia mí, lograba embutirse todo el rabo hasta las pelotas pegando su coñito impúber a mi pubis de vello recortado que acariciaba su clítoris en el momento que nos hallábamos totalmente acoplados en aquel apareamiento animal. Se auto follaba con mi mástil rígido como nunca.
-“Ya me corro Mily, me corro, ¡No puedo aguantar más sin descargar mi leche…!”
-“Yo también me corro Fer, ¡Esto es un sueño papi! No pares por favor sigue follándome ¡No me dejes ahora por Dios santo qué gusto… Aaaggg!” Sus manos me abrazaban, me sujetaban del culo para que no me escapara, sus piernas me rodeaban las corvas, de igual manera que una mantis religiosa se aprovecha de su macho para después engullírselo. Me sentía presa de su urgencia y no podía ni deseaba demorar mi eyaculación… Mi descarga fue total, la embutí hasta el fondo de su ajada vagina, deseaba desovar toda la lefa en su mismo cérvix, la enchufé sin dejar un centímetro fuera y engatille el primer cañonazo de leche. El primer chorro llegó a dolerme en la salida por el glande, de lo grueso que fue, el segundo chorro de lefa fue algo más comedido pero una ingente cantidad también y así de mi polla brotaron como seis o siete chorros de esperma que inundaron la cueva profunda de mi querida Emily… las recibió encantada y apretando los músculos vaginales, tanto que parecía que me estaba ordeñando, y de alguna forma así era. En suma, un polvo brutal por lo intenso, no podía decir lo mismo en lo duradero, pese a que me llevó cerca de medio minuto descargar toda la semilla que se atoraba en mis pelotas y ahora formaban el relleno del coñito de Emilia. ¡Irrepetible! Quedé exhausto con las piernas flojas, del chute de dopamina que mi cuerpo soltó por mis venas cubriendo cada músculo y sobre todo mi cabeza, caí rendido al lado de Emilia que me acariciaba gradeciendo mi esfuerzo y su atiborrado de semen. Me besaba y blandía sus dedos por mi pecho con la cabeza apoyada en el hombro…Pasamos largos minutos, juntos tomados de la mano, solo atinamos a recuperar aliento. Fue Mily quien rompió el silencio…
-“¿Fer, qué te ha pasado que hoy parecías una fiera follando y te has ido tan rápido…? No es que no me haya gustado… me ha encantado, pero las otras veces habías durado casi media hora dentro de mí…”
En verdad llevábamos cerca de media hora, solo que los previos y su orgasmo oral los mantuve durante más de veinte minutos, solo que mi momento de joderla no fue todo lo duradera que solía ser, me sentía muy excitado tras más de una semana sin probar a una hembra y mis ganas las tenía disparadas, máxime con la seducción de Mily y el regalo de sus braguitas…
-“La culpa la tuviste tú, invitándome a oler tus bragas”.
-“¿Fue eso?”
-“Si mi amor. Cuando las olí y pasé mi lengua por ellas, me volví loco”
-“¿Tanto?
-“Sentí dentro de mí la fuerte necesidad inherente de hacerte sentir que soy tu macho. Quería darte el máximo de placer, no sé si lo logré… Además estaba seguro que deseabas percibir todo el cariño de mi parte”.
-“Claro que sí. Me has hecho gozar como siempre o más. Contigo cada vez lo vivo más intensamente que la anterior ¡Me haces sentir una mujer de verdad, una mujer completa cada vez que me llenas de semen…! Me llenas tanto que se me sale. Es una pena que se desperdicie este néctar por eso me lo bebo, así” Emilia se recogió la lefa que le rezumaba de sus labios y se la comió como si de miel se tratase….
-“Esto se merece festejarlo entonces. Abro la botella de cava y nos la bebemos, ¡¿Te parece?!”
El cava y los minutos de relax calmaron el cansancio que teníamos después de ese polvo brutal. Yo sabía que esa paz no era duradera, que Emilia demandaría más buscando su orgasmo con penetración, dado que las corridas clitorianas siempre se le quedan cortas. Y no me equivoqué. Echados en la cama, soltó mi mano y se montó arriba mío, pero a la inversa, de modo tal que puso mi verga a disposición de su boca y su coñito a la mía. Era el momento de nuestro 69…Empezó ella con suaves lamidas y chupones tomando mi verga y llevándosela a la boca, buscando que se pusiera dura, cosa que consiguió tras unos minutos de ardua labor. Logrado el objetivo, comenzó con una suave paja mientras engullía el glande y el primer tercio del tronco en su boca… acariciándolo con su lengua. Por mi parte, teniendo a mi total disposición ese regalo de la naturaleza, volví a regocijarme con esa almeja tan preciada. Repetí los juegos que a Emilia le gustan y que hice extensivos a su ano. Tener sus dos agujeros frente a mí era una dicha total. Su ojal bien fruncido y cerrado se ofrecía a mis juegos lenguaraces. Con la lengua lamí su alrededor y puncé en el centro buscando entrar en el mismo. Cuando pude alcanzar a introducirla en parte, Mily se estremeció agitándose como una loba, no cejé en mi empeño comiéndome sus labios vaginales, la pepita y el anito alternativamente una y otras vez hasta que la niña explotó como un geiser regalándome otro hermoso orgasmo que recibí en mi cara complacido de extraer tanto deleite de un cuerpecito tan hermoso. Las caricias en su ojal, despertaron su libido y no demoró en pedirme que la follara por su culo. Le pedí que esperara un momento porque yo todavía me estaba deleitando saltando de un orificio a otro…
-“Quiero que me des por detrás y me rompas toda. ¿Lo harás?”
-“Veo que la experiencia que tuvimos tuvo que haberte resultado placentera ¡Quieres repetir!”.
-“Sí, me gustó mucho y ahora cuando has chupado mi culo, encendiste la chispa. Dale Fer, no seas malo ¡Rómpeme otra vez el culo como solo tú puedes con ese pedazo de pollón…!”.
-“Ya muñeca, todo a su tiempo. Quiero seguir comiéndote el conejito un rato más y luego lo hacemos, ¿Vale?”
-“Sí, pero no te demores que me pongo ansiosa… Ya me tienes muy caliente”.
Tanto insistió que tuve que darle el gusto. Lubriqué con una crema mi cipote y su agujero anal, me puse de espaldas y la invité a que ella manejara la situación. Se acomodó poniendo sus rodillas a mis costados, tomó mi verga y la llevó a su agujerito, para ir descendiendo lentamente. Lo hizo de tal manera que su ojal fue dilatándose rápidamente y permitiendo la entrada de mi glande en forma de arpón que expande poco a poco para darle paso al incremento del grosor de mi tronco…iba dando pequeños empellones colando un poco más y abriendo desmesuradamente su ano. En cada sentón surgía un gritito con una exhalación de aire que intentaba compensar el dolor de la invasión…Cuando llegó al final del recorrido, me miró sonriente diciendo…
-“Que rico, parece que la tengo toda dentro de mí”.
-“No parece, está toda dentro”.
Era una delicia ver a esa niña subir y bajar, sus tetitas gelatinosas y firmes moverse al son de sus vaivenes. Sentía la estrechez de su culo masajeando todo el tallo desde el capullo a la misma base, aplastando mis huevos en cada sentón ¡Creía morir de gozo! No podía detenerla, no deseaba hacerlo nunca jamás…me transportaba al Olimpo de los placeres divinos sin atender a las consecuencias. Allí solo estábamos mi diosa Mily y su maduro amante entregado en cuerpo y alma. El olor a sexo lo impregnaba todo, sus dulces curvas, su piel perfecta y su culo tragándose todo el mástil envalentonado de este pobre hombre entregado sin cortapisas, me envolvía en un ambiente del que no era posible desencadenarse. Me dejaba llevar por los efluvios de la niña que no solo me follaba magistralmente, sino que me agasajaba con sus besos en mi boca, oreja o pezones…lamía mi cuello y mi pecho sin demorar un instante su mete saca rotundo buscando nuestro gozo mutuo…
-“Me siento llena Fernando… ¡Joder es que tienes un pollón enorme e insaciable! Nunca pensé que me cupiera en mi coño, pero en mi culo mucho menos ¡Me estás haciendo una Puta tragona de grandes pollones en toda regla! Ahora te voy a cabalgar como una amazona a su semental, ¡¿Te gusta?!”
-“Claro que me gusta. Es realmente fabuloso darte por ese culito tan apretado… Es como desvirgarte cada vez”.
-“¿Y me vas a dar tu leche?”
-“Lo que me queda, mi amor. Mucho no debo tener porque me sacaste casi toda la lefa en el polvo anterior”.
-“¡Qué bueno Fer! Hoy me vas a meter un litro de esperma espeso en mi cuerpo entre lo que me has llenado el coño y mi culo… ¡SEGURO QUE ME VAS PREÑAR HOY, CABRÓN!”
Y empezó a moverse. Despacio primero como amoldándose, y luego fue aumentando la velocidad de ese sube y baja que poco a poco me fueron llevando a un estado de explosión que tuve que aguantar un largo rato para seguir en ese goce mutuo, la sentía muy apretada, cerrando firmemente su anillo alrededor de mi grueso falo, que gracias a su extrema elasticidad se amoldaban a la perfección y con una rapidez prodigiosa. Como estábamos enfrentados, aproveché para jugar con sus tetas y pellizcando sus pezones, sumando más placer a su cabalgata, después lo compensaba mamándoselos. Me miraba con los labios apretados como conteniendo su lujuria. Cuando llegó al límite frotándole el clítoris y metiendo un par de dedos en su vagina follándomela por ambos agujeros, ella se desgañitaba entre gemidos, cuando de pronto me anunció…
-“Fernando, esto es lo más, ya pronto me va a correr”.
-“Te espero mi amor, a ver si acabamos juntos esta cabalgata… porque a mí me tienes a punto también nena…”
-“Ya, ya, me corro Fer, me corro, cielos que cosa buena ¡Dios mío como me gusta tu polla Hijo de Puta!”
-“Yo también me corro Mily, te voy a llenar con mi leche otra vez mi amor”.
“¡¡Ahhhhh! Sí dámela… Me corría a la vez que ella convulsionaba dándome su orgasmo empapando mis dedos y mi pubis… Otro polvo memorable. Ambos habíamos acabado al unísono, el placer y el goce eran infinitos. Se dejó caer sobre mi cuerpo, buscando mis labios para volver a besarnos con furia, como si fuera, ese, el primer beso que nos dábamos. Nos abrazamos muy fuerte por largos minutos con las pocas fuerzas que nos quedaban. Nos sentíamos satisfechos y completos de amor, de sexo, lujuria y lascivia inconfesables. De nuevo percibí como llenaba a mi amada Mily, al mismo tiempo que nos comíamos la boca, como tanto me gustaba a mí… sentir los aldabonazos de leche salir de mi polla, al mismo tiempo que le como la boca… es lo más el placer.
La sesión de sexo y amor había sido completa y total. Rendidos uno junto al otro tomados nuevamente de la mano, estuvimos un largo rato. Era la paz que llegaba después de tanto ardor. Recuperados en parte, nos levantamos para ir al baño a darnos una ducha que nos librara de los testimonios de nuestra pasión. Para recuperarnos y antes de su partida, devoramos unos sándwiches que había preparado antes de la llegada de Emilia. Como el cava se había terminado nos conformamos con gaseosas con vino, lo que viene siendo un tinto de verano… Besos y muchos besos apasionados antes de su partida… Los encuentros de sexo salvaje con Emilia se estaba haciendo cada vez más frecuentes. Nos encontrábamos deseosos de tocarnos en escaramuzas dentro del ascensor repleto de gente. Lo hacíamos así, para evitar caer en la rutina acostumbrándonos al follar por follar, dándole morbo con el riesgo sin dejar perder el encanto fresco nuestra relación. Las citas eran programadas con unos días de anticipación para acomodar los horarios y buscar excusas, esto de mi parte. Por eso me sorprendió una llama que me hizo Emilia. Después de los saludos de rigor, me dijo…
-“Fer necesito que nos veamos hoy mismo…”
-“¿Pero qué pasa Mily…?
-“Nada para preocuparse pero necesito estar contigo y que llenes de cariño, si no tienes problemas voy a tu piso esta tarde a las seis ¿Vale?”
-“Bueno nena, dame un poco de tiempo, arreglo mis asuntos y allí estaré en casa esperándote”.
A la hora prevista se presentó la niña con un chaquetón que ocultaba debajo todo una preciosidad de rompa sexy que no haría más que seducirme para no parar de follarla como Mily se merecía… Durante cinco meses mantuvimos la relación en secreto, se suponía que ella no salía con nadie… Carlos solo fue un mal comienzo de su vida sexual, ahora había encontrado a su verdadero afer. Que fuésemos una pareja fogosa que ardíamos en arrebatos de pasión, no impedía que pensara en su futuro… la empujaba en los estudios, y cada vez que podíamos nos veíamos en mi casa sin sospechar nadie de la finca, creyendo que con los libros en la mano solo estudiaba conmigo…, hasta que una tarde ella sin mi permiso, se lo confesó a su madre todo, y que nadie la haría cambiar de su decisión y estaba harta de verme a escondidas…, pero lo que realmente desencadenó la reata de confesiones, fue que Emilia estaba preñada de tres meses y su conciencia no pudo ocultarlo más, dado que tarde o temprano se sabría. Tras soportar más de tres semanas de interrogatorios, lo confesó. No deseaba que Carlos se hiciera cargo de su hijo, lo tendría difícil engañar a toda la familia de él también, y sus padres tampoco admitirían a un descamisado como ese chaval para encadenarlo a su hija…, así que tomó la decisión de decir la verdad, la dura e inexorable verdad.
Sus padres fueron a mi casa, él venía muy enfadado sobre todo por la gran mentira de estar con su hija con la excusa de darle clases a Mily… la chica se lo había contado todo desde el principio que me sedujo, que quise dejarla, que la quería pero comprendía que tenía una vida por delante y no debía aferrase a un hombre maduro que casi le doblaba la edad, casi de la edad de su padre. Sin embargo sus padres no solo se enfadaron por mi abuso de confianza, sino por el engaño siendo un vecino y conocido desde la niñez. Conocía mi estado de soltería y que tenía un hijo de la misma edad que Mily, pero lo más importante era, que ellos sabían que no deseaba destrozar su vida pese a mi debilidad al caer en el juego de la seducción y el fornicio descontrolado, cuando debía haber pasado de la niña. Todos estos signos y lo enamorada que se hallaba Emilia de mí convencieron a sus padres, y amigos míos desde la niñez ¡La quería de verdad! Antes de salir a la vista de todos, lo llevamos con discreción, donde solo sabíamos de la paternidad del bebé, sus padres, Emilia y yo…ella terminó sus estudios de bachiller y nos casamos en secreto. Nos mudamos a unas manzanas de aquel edificio en una zona nueva, un apartamento nuevo y una vida nueva. Mi trabajo nos daba la suficiente soltura económica para tener dos hijos más y así lo planeamos para el futuro… A día de hoy tenemos una preciosa niña, pero sobre todo ella me adora, y yo a ella no por menos que es la mujer más atractiva y cautivadora que jamás he conocido… es lo que busqué toda la vida, tener alguien que me quisiera de verdad y la encontré en una mujer que conocí desde que nació, y que jamás se me pasó por la cabeza que finalmente sería ella, buscando por los callejones del desamor y la frustración y teniendo tan cerca la felicidad… y lo mejor es que la he vuelto a preñar y luce una panza preciosa mientras aún amamanta a la pequeña Mar con un año y medio.
PESE A LA DIFERENCIA DE EDAD Y LA MULTITUD DE PREJUICIOS SOMOS UNA FAMILIA FELIZ Y PRONTO NUMEROSA
Este relato está basado en la historia real de mi confidente y amiga Emilia, que ha tenido a bien compartir sus vivencias y hacerme partícipe de ellas. Si bien no todos los hechos ocurrieron exactamente así, sí gran parte de ellos, sirviéndome de inspiración para completar una historia de lujuria, sexo y amor, donde dos mundos aparentemente opuestos y paralelos, logran encontrar un nexo de unión, un nudo gordiano que es desbaratado al colisionar…, desencadenándose la mayor de las pasiones entre un hombre y una mujer. Esta aventura nos muestra, Cómo de un simple gesto superficialmente lascivo, se llega a consolidar el amor verdadero y crear el núcleo de nuestra sociedad…, la más firme e indestructible de las alianzas que el ser humano civilizado ha creado… LA FAMILIA
FIN
Este es mi correo... trovo_decimo@hotmail.com por si deseas contactar conmigo, sugerirme o contarme alguna de tus fantasias que leeré encantado. ¡Muchas gracias!
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