~~Hacía dos semanas que había empezado a formar parte del equipo oficial de rugby de mi universidad, y entre los chicos del plantel había una gran camaradería. Me sentía a gusto, y además había me había hecho amigos de todos en poco tiempo.
El segundo fin de semana, uno de los muchachos invitó a todos los integrantes, cuerpo técnico, auxiliares a una fiesta en su casa en las afueras de la ciudad. Y pidió que llevásemos a nuestras novias, esposas, hermanos, pues había lugar y festejaríamos con un gran asado. La fiesta resultaba tentadora, y acepté, aunque lamenté no poder llevar a nadie: vivía solo en la gran ciudad y mis únicos amigos eran ellos, los integrantes del plantel. Lejos habían quedado mi familia y mis amigos, en un pueblito del interior del país.
Me había hecho muy amigo de Rubén, uno de los pilares del equipo. En la fiesta, fui a saludarlo y allí conocí a Mariana, una belleza que me dejó impactado. Era una adolescente de hermosa cabellera negra, ojos marrones enormes, una cinturita delgada y descubierta, y las otras formas tan pronunciadas, tan generosas, que empezó a provocarme una erección apenas la ví. Sus tetas magníficas y deliciosas parecían agitarse y bailar bajo el top blanco, estaban muy bien formadas y paradas, seguramente eran más grandes de lo que aparentaban, me las imaginaba apretaditas por un corpiño ajustado. y gloriosas y saltarinas en la cama, si me cabalgaba, si la hacía saltar sobre mi grueso pitón. Y su culo también parado, perfecto, como una deliciosa manzana, bajo ese pantalón de tela transparente, que se confundía con una tanguita que seguramente se le perdía en la raya del culo, pero yo al tenerla de frente no podía disfrutar.
Algo pasó, pues yo me puse a hablar con ella y ella no me sacaba los ojos de encima, hasta que otro de los integrantes del equipo se acercó a saludarme y me presentó a su novia. Así fui saludando a mis otros compañeros, sus novias, esposas, hermanos, hermanas. pero no podía dejar de imaginar y de buscar con la mirada a Mariana, que parloteaba alegremente con otras muchachas. No sabía como acercarme, como alejarla del resto. ya encontraría la oportunidad, pero tenía que ser esa misma noche. La luna estaba hermosa en el cielo, el clima cálido, era una noche de verano fantástica.
Extasiado como estaba, me fui quedando solo, contemplando las estrellas, cuando alguien sentado a mi lado desde hacía rato también suspiró.
Que noche.
Ahhh. hola Rubén. dije a mi amigo, quien era la persona antes mencionada.
¿Contemplando el cielo nocturno?
S si. empecé a extrañar un poco.
Claro. Tu pueblo, seguramente.
Y sip.
¿Alguna novia, quizás?
No. no tengo novia allá.
Acá podrías tener alguna, si quisieras.
Es que no conozco a ninguna.
Vamos. Pude ver como mirabas a Mariana. Y ella te miraba también.
Ehhh. ¿que estás diciendo? ¡Es tu novia!
Jajaja. vamosssss. . que me di cuenta enseguida.
Noo. no no no. No podría.
¿Y que tiene de malo admitirlo? Mariana es mi hermana. Y no tiene novio.
El corazón me dió un brinco. ¿No era su novia? ¿Era su hermana? Rubén prosiguió:
Y además le gustan los tipos musculosos y altos como tú. Además, con diecinueve años está buena la perra. hasta yo tengo que admitirlo. dijo suspirando con resignación.
¿E. es tu hermana?
Si. pero yo consideraría mejor las cosas. Creo que estamos para algo mejor que mi hermana o cualquier otra mujer en esta fiesta. Ven conmigo. Te mostraré algo.
Nos alejamos unos metros, cerca de donde estaban los automóviles de los invitados. Se acercó a su propio auto y sacó de la guantera una revista.
Mira lo que lee mi hermana.
Era una revista de fitness masculino. Había hombres muy musculosos, desnudos, mostrando sus músculos. Rubén la hojeaba despacio, mientras hacía comentarios sobre los hombres que allí se mostraban. Alababa sus músculos, sus miradas, sus penes flácidos o semi erectos. No era una revista pornográfica, pero hacía gran culto del físico masculino.
Me calienta mucho todo esto. dijo rubén, mientras se abría la bragueta y sacaba su miembro duro, y comenzaba a masturbarse lentamente.
¿Que. que estás haciendo?
Me estoy haciendo una paja en honor a estos hermosos tíos.
¿Como? ¿Acaso. ?
Si. ¿que hay de malo? Me dan lo mismo los tíos y las tías. Y además, después de haberlo probado. es mejor tener un encuentro con un macho que con una guarra.
¡Que estás diciendo, Rubén! dije mientras pegaba un salto atrás.
Vamos. que todo este tiempo te quedaste mirando mi polla.
No puedo creerlo. ¡no! ¡es un asco!
No seas retrógado. Mmmm. ¿no me acompañas?
Me alejé dos pasos más, mientras Rubén aumentaba el ritmo de su mano sobre su pollón.
No me gustan los maricones. le dije.
Yo no soy maricón. ¡disfruto del sexo! Los hombres sabemos que cosa nos gustan a los hombres. Un hombre sabe donde darle placer a otro hombre. No vamos con vueltas. Yo dí mi culo porque sabía que a mi amante le iba a causar placer. Y el me dió una mamada de película porque sabía que eso me causaba placer. Las mujeres andan con muchas vueltas. Que me da asco esto, que me da asco lo otro. Para probarlo todo, tendrías que pagarle a una puta. ¿Y para que?
¿Te dejaste culear? ¿Que estás diciendo?
Vamos. no es para tanto. Cuando te rascas una oreja con el dedo. ¿que siente más placer? ¿el dedo o la oreja? ¡También se siente placer por el culo!
¡Es una pendejada! ¡Un asco!
¡No seas idiota! ¡Cuando estés solo en las duchas, cuando nadie dude de tu hombría, enjabonate bien un dedo y metetelo en el culo, muy suavemente. verás que placer te provocas y ya no querrás volver a experimentar otra cosa más que ese placer!
Me fui a paso veloz del lugar. No podía creer que mi mejor amigo era gay. O en el mejor de los casos, bisexual. En mi fuga, casi tropecé con su hermana. Habrá notado algo de temor en mis ojos, que me preguntó.
¡Hola! ¿Estás bien?
Siii. bueno, no. adiós.
Me fui de la fiesta caminando, ya que no tenía auto. Caminé y caminé hasta poder encontrar un centro urbano, donde un taxi me llevó hasta mi casa, en la ciudad.
Me quedé pensando en Mariana, y en lo que me dijo Rubén toda la noche. Y al día siguiente, domingo, me pegué una ducha antes de salir a correr. pero en la ducha, miré mi mano con el jabón de tocador recordando las palabras de mi amigo. Y pensaba en Mariana. y vino una erección mundial. Empecé a masajearme la pija. y a acariciarme las bolas. y el culo. mis dedos estaban enjabonados. . lentamente, mi dedo índice se fue abriendo paso en mi ano. sentí un cosquilleo particular. extraño. lindo. feo. el dedo resbaló en el interior de mi ano, y empecé a revolverlo. Era raro. delicioso. humillante. nuevo. se mezclaba el placer de una paja en honor a la hembra más grandiosa que había conocido y la tentación que me había provocado mi amigo Rubén. ¿Acaso él me deseaba cuando nos duchábamos juntos en el club? ¿Me habrá mirado y se habrá pajeado en mi honor? Un chorro de leche manchó la pared del baño.