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Categoría: Incestos

Inicio de semana en su oficina

Me desperté toda transpirada por el sueño húmedo que había tenido, me levante enseguida porque era tarde, hoy iba a ser mi día de colarme a su oficina y no podía detenerme para complacerme yo misma, me bañe bien y me puse la ropa más provocadora que tenía, unas bragas que son más un hilo que otra cosa y un corpiño de conjunto color rojo, agarre mi bolso, mi cuaderno y mi celular con audífonos y salí de mi casa sin anunciar nada a quienes aún estaban aquí. Camine hacia la universidad iba 1 hora antes de clase, pero tenía un plan en mente que no me dejaba ir tranquila. Al salir de clases mientras pensaba todo el plan sentía que cada vez estaba más caliente, tome un taxi y antes de pensar tanto pedí que me llevara a la oficina de mi suegro.

“Llegamos” dijo el taxista, mis nervios aumentaron y comencé a caminar lo más rápido que pude hacia la oficina de mi suegro, por suerte no había nadie en el edificio más que él y un cliente que pronto se iría, mi suegro tiene 36 años, pero tiene un físico tremendo. Llegue a su oficina al ver salir al cliente y ahí estaba el, sentado en su escritorio acomodando varias hojas, camine hacia el bastante decidida, el me miro con la boca abierta al verme con un vestido ajustado a mi silueta y abierto desde la rodilla hasta la mitad de mi pierna.

Carolina que sorpresa verle por aquí, fue su primera expresión mientras yo me sentaba en un costado de su escritorio abriendo un poco las piernas, me dedique solo a responder lo necesario haciendo puchero con los labios y masajeando mis piernas tratando de mostrar un poco mas de mi pierna. Sentía su respiración ya un poco agitada y cada vez me excitaba más, vi como despacio movió su silla un poco más adentro del escritorio mientras yo estaba haciendo esfuerzo por no lanzarme encima porque él tenía que excitarse más.

Empecé a preguntar si sabía cómo podía realizar unas compras en línea, pero ya no podía hablar en medio de tanto incitarlo me dijo en un susurro “miré hacia abajo” y me encontré con un gran bulto bajo su pantalón y eso me motivo a seguir.

Moví el hilo de mi tanga y me lo quede mirando, empecé a tocarme el clítoris despacio, sin sacarle la vista de encima y le dije “yo sola no siento nada, ayúdeme”, me levante un poco y tome su mano atrayéndolo hacia mí, el no dejaba de mirar mi coño, se mojó los labios y se acercó, saco mi mano y puso su pulgar en mi clítoris empezando a masajearlo. Tire mi cabeza hacia atrás disfrutando la sensación de su dedo masajeando mi clítoris, entreabrí un poco los ojos para poder verlo, él sonrió con malicia, con la mano que tenía libre se masajeo el bulto y cerro un poco los ojos. Se agacho y reemplazo su dedo por su lengua.

Gemí lo más despacio que podía al sentir su cálida lengua pasándose por todo mi coño, con las manos saqué mis pechos por la remera de mi vestido y empecé a masajearlo, el levanto su vista sin dejar de pasar su lengua mirándome. Sentí como se desabrochaba el cinturón, se paró alejándose un poco de mí y saco si enorme pene, me quede sorprendida la verlo, era grande y aunque ya era nuestra 3ª o 4ª vez haciéndolo no dejaba de admirar lo bueno que esta y lo bien que se sentía comérmelo. Estaba muy erecto parecía que estallaría en cualquier momento. Se acercó a mi tirándoseme encima y empezó a besarme, con sus manos me masajeaba los senos con mucho morbo y tiraba de ellas, “mastúrbate para mí, puta” se alejó corriendo una silla para sentarse y quedar en frente mío, el empezó a tocarse despacio, lamí mi mano derecha lo más sexy y erótica que podía y la lleve a mi coño masajeando rápido mi clítoris el cual tenía duro y húmedo, sin dejar de mirarlo a él y el a mí, metí rápido un dedo y empecé a sacarlo y meterlo, empezando a gemir cada vez más fuerte, dos, tres dedos ya adentro, empecé a sentir cada vez más la respiración agitada de mi suegro. Sentí un fuerte calor y llegue a un hermoso orgasmo, tranquilice mi respiración y me levante enseguida, agachándome en frente de él, agarro con su mano mi pelo y metí todo lo que pude de una su gran miembro en mi boca, masturbándolo con ella, subía y bajaba, haciendo que el largara bastantes gemidos, soltó mi pelo y me levanto, colocándome contra el escritorio boca abajo para penetrarme, tomo mis caderas y lo metió con todas las fuerzas que tenía haciéndome gritar de excitación y entre más me daba más pedía, hasta que logro que llegara a un segundo orgasmo, sentí como salía y pensé que ya no seguiría así que levante mi torso pero me volvió a poner noca abajo contra el escritorio, tomo mis caderas con una mano y con la otra busco mi ano y al encontrarlo me penetro, un dolor irresistible a lo que yo pedía que parara pero él no lo hacia su excitación era más grande que su razón, así que poco a poco fui disfrutando de la embestida que me estaba dando, en medio de la sangre que salía y el dolor empecé a dar gemidos de placer que lo llevaron al orgasmo, paro y sentí sus jugos dentro de mí, se recostó sobre mí y solamente dijo “gracias por esta sorpresa” no dije más y fui al baño a asearme satisfecha de lo que paso en aquella oficina solo me despedí y Salí camino a clases, llena de placer y con una sonrisa de satisfacción.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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