Iniciándome con mi primo VII

Como comenté en mi relato anterior, el último encuentro con mi primo había comenzado muy bien, más yo lo arruine al final, toda vez que no aguanté el deseo de masturbarme y me negué a brindarle mi culo hasta el final.

Esa oportunidad nos quedaríamos un par de días en su casa, antes, aunque nos habíamos quedado en oportunidades 2 ó 3 días, no había sido si no hasta la última noche cuando mi primo había ido a saciar sus deseos conmigo, pero está vez lo había hecho desde la primera noche. Sin embargo, como comenté el final había resultado muy mal.

Durante el día, mi primo estuvo un poco distante conmigo, era lógico, pues no había cumplido a cabalidad mi papel de puta. Cosa que él pensaba asegurada por mis acciones anteriores. Además, le había advertido, que aquella noche (la anterior) sería la última vez que tendríamos sexo.

Volviendo a la segunda noche, cuando nos fuimos a dormir, yo estaba un poco inquieto, por un lado me sentía bien, pues pensaba había dejado atrás mi conducta de putica con cuanto había sucedido antes, por otro, deseaba volver a mamar y complacer la verga de mi primo, pero estaba dispuesto a contener la tentación.

Pasado un rato, mi primo llegó nuevamente a mi encuentro a buscarme como la noche anterior. No llegó tan seguro como las últimas veces, parecía inseguro de que yo quisiera continuar en aquello. Me llamó y me dijo que fuéramos al cuarto de baño como otras veces. Le dije que si iría, que por favor se adelantara.

Me quedé un par de minutos pensando, resolví que le diría que ésta si sería la última vez y ya no más. También pensé en pedirle perdón por lo de la noche anterior.

El cuarto de baño quedaba prácticamente fuera de la casa, al lado del patio, había que abrir la puerta del comedor para salir, allí siempre me esperaba ansiosamente mi primo. Aquella noche cuando salí del estudio, mi primo estaba al otro extremo del comedor, se notaba que pensaba yo no acudiría, su expresión se iluminó al saber que me tendría nuevamente.

Abrimos la puerta y fuimos al baño, yo hasta tenía un poco de miedo, pensaba que de pronto me castigaría de alguna forma. Iba dispuesto a pedirle perdón de rodillas mamando su verga, pensaba esa sería una excelente compensación por el error cometido.

Había un perrito pequeño en la casa, el fulano perro se escapó cuando abrimos la puerta y subió al techo. Con ese ruido, la madre de mi primo despertó, lo llamó y le dijo que guardara al perro, él le dijo que lo haría de inmediato, pero ansioso como estaba, no recogió al perro, por lo que minutos después, su madre se levantó, ella lo regañaba por que el perro seguía en el techo. En tanto me encerré en el baño. Ella preguntó quien estaba allí y yo respondí. Ella nunca supo lo que estaba a punto de suceder, sólo pensó que yo había ido al baño y el perro escapado.

Luego, regresé a dormir, mi primo no se presentó más en toda la noche, preocupado porque nos pudieran descubrir. Esa noche, digamos me salvé, tenía la sensación que mi primo se desquitaría de alguna forma por haberle fallado la noche antes.

Pasó un buen tiempo, creo 4 meses, en ese tiempo, yo conseguí una amiga, una chica linda que estudiaba conmigo, hasta ahora no lo había comentado, pero me gustan mucho las mujeres. Yo estaba muy contento con ella, tenía un buen cuerpo, tetas jugosas y buenas piernas. Nos besábamos y acariciábamos mucho, más ella no quería llegar más allá. El también tenía una novia, pero ella tampoco tenía relaciones sexuales con él. En ese tiempo, a veces me masturbaba pensando en ella, otras veces en mi primo, pero desde que estaba con ella no me había masturbado más analmente.

Un fin de semana, fuimos nuevamente a casa de mi primo y esa como otras noches el fue a buscarme para ir al cuarto de baño. En ese momento olvidé a mi amiga, también mi advertencia de que no lo haríamos más, de hecho, como él tenía novia pensé que no iría a buscarme, etc. Yo estaba encendido de ganas, quería que mi primo me follara intensamente. Estaba dispuesto a entregarme sin poner ningún reparo.

Luego el estaba de pie, esperaba a que me arrodillará a mamar su verga. Ese día yo no me había masturbado analmente y como hacía tiempo que no lo practicaba (el anal) quería que él me abriera un poco antes de la penetración. Le propuse entonces que se sentará en la taza de baño, mientras yo se lo mamaba, que él me introdujera el dedo en el culo.

Mi primo, me respondió secamente que no, que yo inventaba mucho, que se lo mamara de pie como siempre, me quito un poco el entusiasmo, pero enseguida me puse de rodillas ante él. Entonces pasó algo raro, con ambas manos cubrió sus bolas, sólo dejó la verga erecta para que yo la mamara. Me gustaba mamar su palo, pero también acariciar sus bolas, sentirlo temblar cuando pasaba mi lengua por ellas.

Yo comencé a mamar con gusto, entonces trate que separar sus manos de sus testículos, para poder tocarlos y lamerlos. El dijo, no, no, déjate de vainas, dale así.

No sé porque, de pronto mi primo limitaba las cosas, como que sentía culpa o desgano, pero sin embargo quería saciarse conmigo. Eso no me gusto, está bien, yo me dejaba usar y abusar por él, me humillaba lamiendo su verga de rodillas, tragando su semen y otras tantas cosas, pero que tuviera que prácticamente suplicar para ser su puta, eso no tenía sentido.

Entonces, mientras mamaba, pensaba, que hago yo aquí, si tengo novia, para colmo este me trata así. Seguía mamando, pues pensé voy a satisfacerlo, pero perdí el entusiasmo totalmente.

Al rato me pidió me colocara de pie, pensaba clavarme parado como tantas veces. Ensalivo su verga y me ensartó sin mucho preámbulo, ni siquiera me quito los calzones completamente, sólo me los bajó hasta las rodillas. Sentí un poco de dolor, me ardía el culo pues no estaba bien lubricado. El me penetraba una y otra vez, pero no muy rápido, pues la verga no resbalaba bien.

Luego, mi culo se puso un poco más jugoso, el ritmo fue mucho mejor, yo sentía algo de placer físico, pero seguía desanimado. El se entusiasmo más, entonces me dijo que rico, que culo tan rico. Me lo sacó y pidió que mamara nuevamente. Pienso el noto mi inapetencia y quería encenderme nuevamente.

Como he descrito en mis otros relatos, no es porque me tratara de forma ruda o me sometiera, eso yo lo toleraba y lo entendía como algo natural, pues yo era una hembra sumisa, lo que me desanimo por completo fue esa actitud. Yo estaba dispuesto a entregarme y complacer sus caprichos, pero sentía que él debía buscarme, exigirme, no era posible que yo quisiera dar y el no recibir, en mi concepto, más bien debía ser al contrario, el demandar, asecharme, tomar la iniciativa como siempre lo hacía y yo poner los limites.

Me sentí desilusionado, porque para mí era un esfuerzo enorme liberarme de mis inhibiciones, me costaba mucho moralmente entregarme, para que me tomaran con desgano. Entonces apenas si le propine un par de chupadas y volví a poner el culo en pompa, sólo quería que terminara aquel encuentro.

El me penetro, no dijo ni pidió más, creo que se dio cuenta de su error o mi ánimo. Estuvo unos minutos más dándole, me lastimaba un poco, pues yo no estaba bien excitado, hasta que me ensartó fuerte descargando su esperma dentro de mí. Estando así empalado, entonces tomo mi pene con sus manos y comenzó a masturbarme, no tarde mucho en venirme, fue la primera vez que sentí mi esfínter contraerse con una verga adentro del culo.

Ese fue mi último encuentro con mi primo, para ser el último no fue para nada tan delicioso como los anteriores. En ese momento me sentí despreciado, pero luego entendí que fue tal vez la inexperiencia, no falta de ganas.

Ha pasado mucho tiempo desde esto y aún lo recuerdo todo muy vívidamente, en estos días que he estado escribiendo, me he excitado mucho remembrando aquellos acontecimientos. Nunca olvidaré a mi primo y su verga, como estoy seguro que él nunca olvidará, mis mamadas, como me culeaba y como gano experiencia sexual conmigo.

Espero que les haya gustado. Todo cuanto he relatado es real. Dime si te gustaría que siguiera contando cosas por el estilo que me sucedieron posteriormente.

JP