~~Hola, para los que no han leído mis otros relatos, soy Alan un chico de 19 años, 1'88m, moreno de ojos negros y complexión fuerte. En mis relatos cuento experiencias reales. En esta ocasión voy a relatar lo sucedido en el pasado mes de Agosto mientras disfrutaba en compañía de unos amigos de mis vacaciones en Asturias.
Habíamos ido cuatro amigos a un novedoso centro de ocio que disponía de multicines, bolera, tienda, cafeterías, fast food, etc.
Eran sobre las 15:30h, por lo que decidimos ir a comer unas hamburguesas.
Más tarde decidimos ir a la bolera, ya que no había jugado nunca. Jugamos varias partidas, las cuales gané yo, gracias, según mis amigos, a la suerte del principiante. Aburridos de jugar, decidimos ir a dar una vuelta por los comercios, hasta que pasamos frente a la cartelera y quisimos ver una película.
Hasta ahí todo transcurrió con total normalidad, eran ya cerca de las 20:15h cuando comenzó la película. Ya habían apagado las luces y pese a que las entradas estaban numeradas decidimos sentarnos en las últimas filas del cine, porque la verdad no había mucha gente. La película estaba apunto de empezar cuando entraron tres chicas y en la oscuridad se dirigían hacia donde nosotros estábamos sentados. Sólo puede ver a la última, la cual llamó mi atención. Era una chica de estatura normal, muy morena, con el pelo recogido en una coleta. Llevaba vaqueros ajustados y una también ajustada camiseta de superman, la cual marcaba sus grandes pechos. Las dos primeras se sentaron a mi izquierda, ya que yo era el primero por la izquierda de mis amigos. Sin embargo, la última, la que había conseguido ver con la poca luz de la entrada llegó hasta nosotros, pero no había más sitios. Se suponía que yo estaba en su sitio y me quede un poco cortado. Estaba dispuesto a mover a mis amigos unas filas, pero la muy golfa dijo que no le importaba compartir la butaca. No reaccioné y mis amigos empezaron a murmurar y a reírse, creí que me estaba tomando el pelo.
¿Acaso no es suficientemente amplia para dos personas? Dijo ella.
La verdad es que son unas butacas muy grandes pero nunca había compartido una con otra persona.
Como yo estaba en blanco sin poder reaccionar, ella se me sentó encima, no me molestaba pues era muy delgada, pero yo continuaba sin decir nada, hasta que ella dijo:
¿Molesto?
En ese momento reaccioné y me di cuenta de la oportunidad que tenía entre mis manos (Y nunca mejor dicho).
La verdad yo soy un auténtico caradura y un descarado pero aquella situación podía conmigo.
Estuvimos hablando al oído toda la película e incluso al final nos enrollamos. Se llamaba Laura, había podido comprobar que no sólo tenía unas buenas tetas, sino que también tenía un culo duro y redondo.
Al terminar la película mis piernas no me respondían, las tenía dormidas y la verdad, un poco doloridas. Tras unos minutos de pie, salimos andando los siete de los cines. Nos presentamos, uno de mis amigos tuvo que ir a recoger a su novia, así que nos quedamos tres amigos y tres desconocidas. Una de las amigas de Laura era rubia de ojos azules y tenía incluso mejor tipo que ella. Laura y yo decidimos marcharnos y deje a mis dos amigos solos con aquellas estupendas chicas, desafortunadamente para mis amigos no paso nada de nada con las chicas. :D Laura y yo cogimos un autobús desde el aparcamiento del centro comercial y de ocio hasta su casa.
Por suerte, sus padres estaban de vacaciones y su hermano mayor en un festival de música rock.
Vivía en un piso bastante amplio y su habitación era bastante grande, desde su ventana se podía ver un importante parque de la villa. Tenía un enorme espejo frente a la cama. Laura me ofreció algo de beber y estuvimos hablando durante más de 1h. No tenía prisa porque en casa no me esperaban a dormir, eran las fiestas del lugar y sabían que no volvería hasta la mañana siguiente.
Eran más de las 23:00h y había quedado con mis amigos a las 2:00 frente a unos céntricos recreativos para ir de bares.
Laura me llevó a su habitación y me propuso follar, claramente, sin pelos en la lengua. Yo acepte, oportunidades así no las hay todos los días.
Se quito la camiseta y no llevaba sujetador, con razón se le notaban tan bruscamente los pezones. Aún así tenia los pechos bien firmes y duros, natural, era joven.
Comencé a sobárselos y a besarlos hasta acabar comiéndoselos. Se quito los vaqueros, llevaba un tanga violeta muy fino y no tenía marca del moreno, por lo que pude imaginar que tomaba el sol completamente desnuda.
La tumbé boca abajo sobre la cama y le di un pequeño masaje en la espalda mientras le comía el cuello. Poco a poco fui bajando hasta besarle las nalgas. Le levante el tanga y le separé las nalgas con las manos, ella estaba húmeda así que decidí pasar a la acción.
Le quite el tanga y le hice ponerse con la cabeza sobre la almohada pero con las rodillas apoyadas sobre el colchón. Le separé nuevamente las nalgas y le pegue un par de lametones a su precioso coño.
Me chupe un dedo y se lo introduje, ya no podía aguantar más. No tenía el coño depilado, sólo las ingles pero apenas me estorbaba esa pequeña mata de pelo oscuro. Ella me dio un condón, ya que yo no suelo llevar, para que no se me estropeen en la cartera.
La puse a cuatro patas y despacio empece a penetrarla. Al poco tiempo ella quería cambiar de postura y me sugirió que me tumbara y se me puso encima. Comenzó dibujando círculos muy lentamente con la cintura sobre mi rabo. Poco a poco fue aumentando el ritmo hasta montarla rápidamente como si estuviera en celo. Subía y bajaba rápidamente, sus tetas se movían y yo de vez en cuando se las sobaba. Ella saltaba sin parar sobre mi aparato, estaba fuera de sí. Estaba sudorosa y con el pelo mojado, eso me excito aun más.
Decidí acabar la faena a mi modo. Me salí y me puse de pie junto al borde de la cama, la agarre de los tobillos y tire hacia mi. La puse con la cadera de lado y agarrando sus nalgas la folle tan rápido como pude, ella desde el primer momento grito, quizás de dolor pero a medida que se acostumbraba al dolor gemía de placer. Le golpee el culo fuertemente y ella grito aun más. Yo ya no aguantaba más a ese ritmo, el final estaba cerca. La puse frente a mí y con sus rodillas en la cabeza, la folle tan violentamente como pude. Sin saber muy bien porque estaba tirándomela a lo bestia, sabía que le estaba doliendo pero por otra parte imaginaba que nunca la habían jodido así y se lo merecía. Ella comenzó a gritar:
¡ME GUSTA! ¡QUIERO MÁS CAÑA!
Esa zorra me había pillado desprevenido y ya no podía joder más rápido, así que en un pis pas le solte dos hostias en la cara y le pellizque los pezones suavemente. Su expresión fue de placer y me jodio, porque llevaba a punto de correrse casi tres o cuatro minutos y no lo conseguía. Además en vista de que no se había quejado de las bofetadas, me empece a tomar aquello como algo personal.
Nunca había practicado el sexo de aquella manera, pero el hecho de tener dominada de algún modo la situación me gustó.
Le solté varias hostias más sin embargo, en vista del enrojecimiento de su cara, me corté un poco y me contuve. Notaba que me venía y Laura aun no se corría.
Me quité el preservativo y de un salto comencé a follarla por la boca violentamente, no se lo esperaba. En pocos segundos me corrí como una bestia y ella casi se ahogó al atragantarse con mi lefa, la obligué a tragársela. Cuando terminé, le solté una última bofetada sin motivo, supongo que para humillarla finalmente. Para mi sorpresa, gracias a esto y a que Laura se masturbó furiosamente, se corrió como una puta y según ella tuvo varios orgasmos.
Por suerte para Laura, nuestro violento juego quedó en aquella cama y no lo mezclamos con la vida real.
Nos duchamos y como buenos amigos salimos con los demás a tomar unas copas y a divertirnos.
Suelo quedar un par de veces al año con Laura, follamos y a ella le encanta que la pegue eso sí sólo durante los momentos de sexo, quiere que la insulté y a veces nos pasamos de la raya y ella acaba mal parada, pero aun así nos entendemos perfectamente y nos lo pasamos genial juntos, tanto dentro como fuera de la cama.
