Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Infidelidad

Infidelidad consentida parte 3

Habían pasado varios días desde que su pareja de Paula había llegado y no pareciera que se fuera a ir, ya que lo poco que veía de ellos es que compraban varias cosas para llevar a su departamento, sin contar el agregado que ella me evitaba, cuando había la oportunidad de estar a solas, salía con algo que evitaba que me acercara y pudiera tocarla

El aburrimiento hizo que me empezara a fijar en otra compañera de trabajo, se llamaba Katherine pero le diremos Katy como suele hacerse, era una chica de más o menos 1.70 m, de una contextura ancha, digamos una chica voluptuosa, de pechos grandes, era gordita pero no tanto y lo que si tenía era un rabo impresionante, pero todo esto no era algo que se notara primera vista puesto que ella no exhibía sus atributos, paraba con una blusa y chompa suelta que no le permitían exhibir sus pechos, una falda larga de esas de religiosas y como complemento unos lentes con un peinado de que tapaba la cara, la típica estudiante nerd.

Katy era una empleada como todos, llegaba cumplía su trabajo, conversaba solo las responsabilidades del día y se iba a su casa, ella si era residente de ese pueblo a diferencia de Paula o yo, pero incluso las pocas veces que la veía irse no la veía conversar o irse con alguien, pero todo esto cambió por un día en especial, un día que justo empezó después que Paula empezó a vivir con su pareja.

Me crucé con Katy en las oficinas y ella estaba muy nerviosa, se notaba por que se le caían los papeles y buscaba cosas que estaban en sus narices pero ella no se percataba, ya era hora de salida pero al verla de esa manera me acerqué y le pregunté que si necesitaba ayuda, ella me dijo que no pero con la inmensa cantidad de papeles que vi sobre su escritorio me hizo adivinar que algo había pasado que no le permitieron terminar sus labores a tiempo, ella era muy responsable tanto que ya daba colera pero era una colera en buen plan, vi los documentos de reojo y le dije “sabes no tengo nada que hacer y me siento trabajador, déjame ayudarte”, tomé un grupo de papeles, obviamente no tanto, y me senté en el escritorio del costado, al ver una cantidad menos grande en su escritorio parece que hizo que se calmara y empezó a reorganizar todo. Nos tomó unas horas, pero pudimos ordenar todos los documentos, salimos del trabajo y nos despedimos en la puerta.

Al día siguiente todo empezó a cambiar, empezábamos a saludarnos, comentábamos cosas del trabajo y día con día empezábamos a conversar cosas fuera del trabajo y fue allí cuando un día que la acompañé a su casa le pregunté por qué ese día andaba tan distraída si ella siempre ha sido muy responsable, ella me comento que había tenido problemas con su pareja, que tienen una relación de distancia en la cual es ella que siempre va a verlo y luego regresa para seguir trabajando, y justo días antes su flaco le había reclamado por qué no fue a verlo la semana que había pasado y ella le explicó que no podía por trabajo y etc etc que ya nos imaginamos. La verdad que no soy bueno para esas conversaciones, pero le dije lo que todos diríamos “tienes que valorarte más”,” siempre te he visto en tu trabajo y eres muy responsable y si el no entiende eso el que está mal es él no tu”, todo un florazo, pero la verdad que no esperaba nada, hasta ese momento no imaginaba el cuerpazo que tenía en frente, ella me sonrió y me agradeció por el cumplido; y de la nada me pidió mi “wsp” para seguir conversando, yo se lo di y me fui a mi casa.

Ese mismo día en la noche ella me escribió para volverme agradecer el cumplido y la ayuda que le había brindado en estos días, yo le lancé otro floro “la verdad que me agrada trabajar contigo, todo sale muy bien porque estás tú”, “tu responsabilidad hacer que toda valla super bien”.

Todo empezó a ir para arriba, empezábamos saludarnos más, ahora le daba besos en la mejilla, a veces la abrazaba cuando nos despedíamos o nos tomábamos de la mano cuando conversábamos sus problemas, y siempre que me contaba algo le decía cosas sobre no dejarse mandonear y que merece alguien mejor, todo esto se dio en transcurso de semanas, pero poco a poco ella era más abierta conmigo y hasta cierto punto me dejaba darle algo de cercanía. Un día que ella me contaba sus cosas y se puso triste, yo acerqué mi mano a su mejilla y le quité los lentes, allí fue que me percaté que era muy linda y un poco embobado por su mirada, le acariciaba la mejilla mientras le hablaba, al final ella me agradeció y se puso los lentes, me dijo que era corta de vista y sin sus lentes no ve prácticamente nada, y la verdad no la culpo sus lentes parecían poto de botella. Pero un día dimos un salto muy grande, por alguna razón que ya no recuerdo bien estuvimos en su casa conversando y ella se había puesto sentimental así que para no verla llorar ella se había parado, se alejó y se voltio; al verla así decidí acercarme y abrazarla por la espalda, y fue allí cuando me di cuenta al pegarme a ella del gran trasero que tenía, sentía tu redondeado trasero mientras la abrazaba y esto me excitó inmediatamente, no sé si ella se percató o no pero no se incomodó o hizo algún gesto que se incomodara así que seguí para adelante, la había abrazado a la altura de su abdomen pero poco a poco iba subiendo mi abrazo hasta la altura de su pecho y en ese momento sentí también sus enormes pechos, porque sentí como se recostaban sobre mis brazos. Decidí detenerme allí porque por un lado lo de mi erección tal vez no lo siente porque tenía jean puesto, a veces aprieta la entrepierna y no permite sentirlo, pero lo de mis brazos ya hubiera sido muy obvio, así que los deje a altura de sus pechos, sintiendo como se recostaban en mis brazos. Comencé a consolarla diciéndole al oído lo maravillosa persona que es, que debe valorarse mucho y justo en ese momento decidido moverse el pelo mostrándome su cuello, también desde ese punto tenía una linda vista de sus pechos y mientras le hablaba al oído comenzaba a mover levemente mis brazos y veía como sus pechos subían y bajaban, esto ya me puso tan duro que me pegué más a su trasero y fue cuando ella dio un pequeño suspiro, esto ya me excitó tanto  que viendo su cuello allí decidí besarlo, al ver que no había un rechazo seguí besándolo y dando pequeños lamidos que iban del cuello hasta su oído. Ella apoyo sus brazos sobre la mesa que tenía en frente, esto hizo que se inclinara levemente, así que pase de abrazarla a sujetar suavemente sus pechos con mis manos y fue allí cuando confirmé los pechos grandes y suaves que tenía, hasta ese momento los veía grandes, pero ahora los estaba tocando a placer. La situación era tan excitante, ella apoyada sobre la mesa, yo tocándole los senos, mientras le lamía el cuello y le pegaba mi pene a sus enormes nalgas, pero el jean no me dejaba sentirla claramente, así que en un momento me desabotoné el jean, me bajé el cierre y ya con solo mi ropa interior ya pude sentirlo mucho mejor, obviamente ella ya sentía lo duro que estaba pero ese hecho que no dijera nada era más excitante.

Decidí voltearla, le quité los lentes y sujetándola del pelo la besé, uf que ricos labios tenia, eran suaves y carnosos, y ella no se quedaba atrás, era muy apasionada para besar a parte que se dejaba meter la lengua ponía una carita de excitación, que te podía volver loco. Llegué al punto de sujetarle sus mejillas y al ser más alto que ella, junté saliva en mi boca y la dejé caer sobre la suya, ella lo recibió con mucha sumisión. Llegados a esto le quité su blusa, su falda y dejándola en ropa interior procedí a quitarme mi ropa, no le quite toda su ropa porque quería disfrutar ese momento, le quité suavemente su sostén y al ver sus pezones de un color rosado me incline y comencé a lamerlos y chuparlos, la verdad que perdí la noción del tiempo que estuve saboreando esos pezones, entre lamidas chupadas y mordidas, incluso le chupaba la piel alrededor para dejarle marcas, las cuales me excitaban más.

Decidimos ir a la cama, aunque ella me dijo que quería tener los lentes puestos porque veía ligeramente borroso, la verdad que ella tenía el pelo largo, pechos grandes, un trasero grande también, toda una gordibuena y encima los lentes puestos, ya cumplía todos mis estándares para correrme con solo verla, suerte no era precoz sino ya me hubiera corrido 20 veces.

En la cama ya le quité su calzón y empecé el sexo oral, la verdad que no me tomé mucho tiempo, porque tenía un olor super rico y a parte estaba super mojada, se notaba que ya quería ser penetrada, pero igual hay que saborear cada parte del cuerpo. Después de unos minutos comencé a subir y teniendo mi pene en la entrada de su vagina, se lo metí lentamente, pero hasta el fondo, con solo meterlo ya sentía como me apretaba el pene así que empecé con el movimiento. Ella ponía sus piernas alrededor de mis caderas y yo le sujetaba sus pechos y se los chupaba. Tenía una visión clara de su cuerpo por que dejé un foco prendido de su salita que iluminaba levemente el cuarto, así que en ningún momento perdía de vista todo su exótico cuerpo, con solo verlo me estimulaba a envestirla con fuerza, esto hacía que ella gimiera, lo bueno era que sus gemidos eran bajos, aunque esos gemidos que son bajos excitan mucho más. Después de un rato decidí voltearla y ponerla en 4, justo allí la sujete del pelo y se lo metí con fuerza, esta era la mejor pose para su lujurioso cuerpo, porque la tenía penetrándola por un lado, jalándole el pelo por el otro y con mi otra mano sujetándola de la cadera, que de rato en rato le daba unas ricas nalgadas, como me encantaba esa pose, soltarle el pelo después de un rato para que dejara caer su pecho sobre la cama y así hacer que sus caderas resaltaran más, eso ya llamaba a sujetarle las caderas con ambas manos y en cada penetración jalarla hacia uno, para así el pene llegue más profundo.

Recuerdo que solo lo hicimos de misionero, en 4 y de costado, aunque de costado no se disfrutaba tanto. Lo que sí, perdí la noción de las veces que ella se vino, en ella se notaba claramente, aunque como toda noche lastimosamente tiene que acabar, ya sentía que mi pene quería explotar, así que la puse de frente para que viera quien era su hombre. Ella sabía que iba a eyacular y me pidió que lo hiciera fuera, pero yo la sujete del pelo y le dije que esta primera noche juntos lo haría dentro, para que sintiera mi semen dentro de su vagina y así supiera quien le pertenece, ella aceptó sin chistar. Decidido poner sus piernas alrededor de mis caderas y a los pocos segundos después, descargué todo mi semen dentro, que rica eyaculada, me sentía muy satisfecho la verdad, ella dio un último gemido y dejo caer todo su cuerpo, yo procedí a dejarme caer sobre ella y apoyarme sobre su cuerpo.

Ya saben lo que pasó, deje mi pene dentro y dejé que bajara la excitación y después de un rato lo saqué. Me quedé descansando un rato, aunque tenía que irme a mi cuarto porque tenía planes para ese día por la mañana. Cuando terminé de cambiarme y estaba por salir, escuché un celular sonar, obvio no era el mío, esto solo me hizo acordar a que Katy tenía una pareja y comencé a reírme levemente de los planes que tendría para ella, y lo mucho que disfrutaré su cuerpo hasta el cansancio.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1785
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.188.130.151

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.527
»Autores Activos: 2.283
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.109
»Total Envios 21.927
»Total Lecturas 106.417.698