Era una época de crisis de pareja, había una reunión con amigos, como parte de la molestia nosotros no platicamos sobre asistir o no en esta ocasión , para esto, yo, sospechaba de un posible romance de él con una de sus amigas, al final ambos decidimos llegar pero cada uno por su lado.
Durante la reunión, obviamente nos sentamos juntos y no queríamos que se notara nuestro conflicto, solo cuando preguntaron porque no llegamos juntos, respondimos que veníamos de diferentes puntos por trabajo.
Transcurría la noche y poco a poco se iban despidiendo algunos, al notar que no estaba mi pareja me levanto a buscarlo para informarle que me retiraba, mi sorpresa fue ver cuando él y su amiga se dirigían a una de las habitaciones, descubrí que la dueña de esa casa era ella y justo iban directo a su cama para tener sexo, lo supe por el beso apasionado y las caricias que ambos iban regalándose mutuamente.
Me quedé paralizada por un momento, no supe cómo reaccionar, solo me detuve en el pasillo, de pronto escucho la voz de un tipo que grita su nombre, era la pareja de ella, de inmediato me puse nerviosa y al verme ahí parada me pregunta si la había visto, obviamente dije que no, para ese entonces era ya cómplice de la infidelidad.
Solo pude responderle con otra pregunta y fue, ¿dónde estaba el sanitario?, él, amablemente me acompaña al baño de una de las habitaciones, yo, no quería problemas, pero no sabía qué hacer, tuve que decirle que me sentía un poco mareada y que posiblemente me había excedido en alcohol, fingir que estaba un poco indispuesta fue fácil, él, con toda la amabilidad me acompaña y me espera en la puerta, lo único que se me ocurrió fue bajar el cierre del vestido y hacerle creer que se había descompuesto, mi única finalidad en ese momento era entretenerlo y evitar su búsqueda además de que descubriera el romance y algo complicado pasara entre esos dos hombres.
Trató de ayudar, pero solo empeoró la situación y terminó por bajarlo completamente, entre la pena por lo sucedido se abre el escote y queda al descubierto mi seno derecho, trata de cubrirlo con el vestido pero jamás subió la tela, solo su mano se posicionó, para entonces, estando ambos de frente lo único que hice fue soltar el vestido y dejar que se cayera por completo, solo cruzamos un par de veces la mirada y lo que siguió fue una serie de besos, entre nervios y pasión, yo estaba con la adrenalina de ser descubiertos o que él saliera y encontrara a su esposa con mi pareja.
Dejé que todas las emociones que en ese momento se manifestaron se dejaran llevar por el instante y el instinto.
Y si, tuvimos también sexo, de ese que llevaba complicidad, adrenalina y por mi parte un sabor de equilibrar las cosas entre mi pareja y yo, ambos disfrutando de los anfitriones.
Fue un encuentro muy placentero, él delicioso y buen amante, yo dispuesta a disfrutar y a dar placer.
Primero dándole un oral que lo hizo terminar en mi pechos, después dejando que me tocara con sus dedos y que los llevara dentro de mí, dilatarme perfecto para recibir sus embestidas, nuevamente tan erecto, firme, duro y lubricando para mí.
Fue algo tan inesperado que debo reconocer, por un momento me sentí parte de un juego que ellos dos pudieran haber iniciado con nosotros, después pensé en la posibilidad de ser parte de la fortuna de personas que compartían una nueva experiencia amistosa y sexual.
Después de ese encuentro de cuerpos, nos quedamos un momento en la habitación y escuchamos ruidos, ambos guardamos silencio, él creyendo que alguien nos encontraría y yo obviamente sabía quienes iban por el pasillo.
Sonreímos, nos vestimos y salimos, uno tras otro, como si nada hubiera pasado ahí. Claro, al cerciorarnos de que no había nadie que pudiera apreciar lo ocurrido.
Al bajar nos encontramos a nuestras respectivas parejas, ella pregunta porque veníamos juntos, yo respondí que estaba buscando a mi pareja, y le agradecí el tour a él.
Tanto ella como yo solo intercambiamos lugar y salimos como los grandes enamorados del brazo de nuestras respectivas parejas.
No hubo palabras, ni miradas, los cuatro omitimos mencionar algo en ese momento, considerando que ninguno se había percatado de nada.
Yo solo miré a mi pareja y le dije "bonita reunión, ¿no te parece?", pero debo retirarme, de inmediato él también se despide de los anfitriones y decidimos marcharnos, ambos con un buen recuerdo de la reunión.
Después de eso, no faltamos a las reuniones mensuales y los momentos donde nos perdemos siguen siendo comunes y sí, ya nosotros también fuimos muy buenos anfitriones.