En la caja del prostíbulo pagando el tiempo a mi lado pegado con mi mano derecha puesta en el rabo como en el ano de la prostitua buenisima igualmente rica coño yo hurgándole ahí, mientras caminábamos hacia el cuarto no podía quedarme quieto por insistencia de la prostituta que ya estábamos llegando al cuarto yo necio no quitaba para nada mi mano derecha de la hurgada en que la tenia sometida, desnudo vistiendo sus botas negras con falda negra y una camisa de manga corta negra con rosado claro y su ropa interior me la entro a golocearmela también a disfrutarmela además follármela especialmente mamarmela como un eufórico que tiene la mirada clava encima de sus senos al chuparle como al morderle superficialmente con mis labios sus dulces tetas muy sabrosas e imponentes hasta divisandome por mi mirada de atraído como ardiente por ella, acertandole la perpetrada de la cojida bestial a profundidad coño me puse como un desquiciado al darle plomo y plenamente como estuviera escavando un gran hueco en la tierra, al tenerla muy arrinconada y sujetada con mis dos manos apresándola en sus muslos en que le doy tiro a tiro al venirme maravillosamente muy cargado de mi polvo al tener mi pinga placentera igualmente muy cargada de poderosos armamentos apuntando a un blanco específico como estrategico que es el culo de la prostituta colombiana en que se me acerco cuando estaba sentado en el restaurante al caerme muy bien y excitarme hasta tenerme una erección poderosa como colosal además arrecho finalmente endiablado por esta que me digo al final que coño estaba destrampador al sonreirme con el cierre de la falda abierta al darle unas merecidas nalgadas al despedirme al exclamarme ay, no me maltrastes puede entenderse como sadomasoquismo quiereme como te trato eres un apuesto y caballero respetuoso que me caes muy bien papi cuando vuelves por esta tu casa, de digo muy pronto al despedirme con un beso y partiendo al salir del cuarto al acabarseme e ltiempo que disfrute y quede satisfecho hasta fascinado con mi prostituta rica colombiana al desahogarme toda la rabia que cargaba y el estress hasta zacearme mi pinga con ella.