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Categoría: Maduras

Horas extras bien pagadas

Hola, yo soy Matías y este es el tercer relato que voy a publicar. Espero les interese.



Como sabrán, soy personal trainer y hace unos 3 meses realice una suplencia en un gimnasio de mi ciudad.



Este gimnasio cuenta con una clientela muy buena, pero se destacan un grupo de mujeres que van todos los días cerca de la hora de cierre del lugar.



Dentro de este grupo de mujeres estaba Alejandra, una mujer de unos 35 años (luego me entere que tenia 39) con un físico privilegiado: una cola monumental, unos pechos de ensueño bien parados con unos pezones tipo pinzas, unas piernas bien torneadas y una carita angelical. Todo esto siempre estaba enfrascado dentro de unos conjuntos de calzas ajustadísimas y top con unas tangas muy pequeñas que se notaban a muchos metros de distancia.



Después de la primer semana de estadía en el gimnasio, comencé a notar que Alejandra se quedaba un rato mas, y que además comenzaba a observarme mientras yo hacia mis ejercicios antes de retirarme. Uno de esos días se acercó mas provocativa que de costumbre, apoyo sus senos en mi espalda y me dijo:



sos el nuevo profe de acá?



Si, le respondí intrigado.



Entonces me vas a tener que ayudar con mi rutina después de la clase de aerobics.



Encantado, le dije.



Entonces mañana empezamos, dijo ella y me di un beso media luna, mitad cachete mitad boca.



Los días en que la ayudaba con su rutina transcurrían con una normalidad asombrosa y yo estaba empezando a resignarme con mis fantasías, hasta que un día sucedió lo inesperado (o lo esperado): se acerco a mi y apoyó sus enormes tetas en mi espalda al mismo tiempo que decia:



necesito que me hagas unos masajes relajantes



Accedí al instante, y la lleve a la camilla de masajes. Se desvistió y enseguida se me paro la pija. Ella se dio cuenta al instante, pero seguimos con los masajes, hasta que en un "descuido" me paso la mano por toda la verga, luego sonrió y diciéndome mañana lo repetimos comenzó a vestirse.



Mientras se ponía la ropa hablamos un poco y me dijo que era casada y que tenia 3 hijos, pero que como su marido trabajaba mucho casi no la cogía. Se terminó de vestir, me dio otro beso media luna y se fue.



El día siguiente, vino exclusivamente a la sesión de masajes, pero esta vez mas osada que nunca. a mi primer distracción nos dimos un beso y cuando pensé que se iba a enojar, pasó todo lo contrario: siguió mi beso y empezó a jugar con su lengua dentro de mi boca al tiempo que me masajeaba la verga por encima del pantalón. Yo hacia lo mismo pero ponía especial atención en sus preciosas tetas y en su culo, alternando los masajes en estas dos montañas de carne.



Estábamos tan excitados que se agachó, saco mi pija del short y comenzó a chuparla como una posesa, a lo cual yo hacia esfuerzos por no acabar enseguida. Después de un rato se la saqué de la boca, la desnude y empecé a chuparle la concha bien peluda que tenia, la cual ya estaba húmeda. Hicimos un 69 y llegamos los dos casi al mismo tiempo al orgasmo. Se trago toda mi leche dejando la pija reluciente; yo hice lo mismo con su flujo y luego nos dimos un beso mas apasionado que el primero, intercambiando salivas, leche y flujo.



En un abrir y cerrar de ojos nos desvestimos mutuamente y empezamos a coger apoyados en la camilla. Mis movimientos comenzaron despacio pero al tiempo en que ella me decía soy tu puta, cogéme, quiero estallar con tu cohete adentro. Esto me hacia poner mas a full todavía y mis movimientos se fueron acelerando, el clásico mete-saca era acompañado por meneos de su cadera que parecía estar bailando una danza erótica encima mío. Con este ritmo infernal le llene la concha de leche, haciendo mojar toda la selva que la rodeaba. Fumamos un cigarrillo y me dijo:



todavía no estoy agotada, quiero mas...



bueno, entonces tendrás todo lo que quieras, le dije.



Dale, que esperas, me dijo como desafiándome



La puse en cuatro patas y comencé a cogerla por el orto, ella me decía, sos tremendo, dame mas, dale quiero gozar como nunca. sus me motivaban cada vez mas, aunque para mi sorpresa sacó mi verga de su culo y me empujó al suelo. Luego se subió encima mío y empezó a cabalgarme como queriendo exprimir mi verga. Enseguida acabe dentro de ella y nos fuimos a bañar los dos juntos.



En la ducha los franeleos empezaron nuevamente y volví a cogerle el culo, pero esta vez se lo llene de leche caliente, a lo que ella respondió con tremendo beso. Salimos, se cambió y salimos juntos del gym.



En el estacionamiento me dio un nuevo beso media luna y prometió que lo repetiríamos pero en su casa.



Pero esa es ya otra historia que les enviare mas adelante.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 6
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