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Categoría: Incestos

Historias de sexo con mi prima (6)

Hola, me llamo Gabriel y mi prima Gisel.



Hoy les voy a contar otra de nuestras aventuras que todavía hoy recuerdo como sí hubiese pasado ayer.



Mi prima Gi cumplía 18 años y quién le iba a preparar la fiesta era yo, su primo favorito.



Resulta que era un día sábado muy hermoso y mi prima cumplía 18.



Como todos saben, cumplir esa edad ya te habilita muchas cosas; como por ejemplo ir a bailar a un boliche para adultos o ir a un hotel para hacer lo que ya saben.



Ya habíamos planeado para ese día ir a bailar a un boliche lejos de nuestra ciudad; tenía que ser un lugar donde pudiéramos estar tranquilos y que no encontráramos a ningún conocido pero primero había que convencer a mis tíos que la dejaran salir (pequeño gran detalle).



Fuimos y hablamos con mi tío; para nuestra sorpresa él se puso muy contento que yo la saque a su hija y mi tía también se entusiasmó así que ya estaba todo lo que necesitábamos; lo único que faltaba era que llegara la noche y encima el día se hizo interminable.



Antes que llegara la noche mis tíos junto con mis padres prepararon una cena familiar para festejar el cumpleaños de Gi; estuvo muy bueno todo pero nosotros no dejamos de sacarnos la vista de encima en todo el tiempo que duró la cena hasta que llegó la hora de ir a prepararnos para la salida.



Luego de un rato ya bien cambiado y perfumado la fui a buscar (vivía al lado mi casa), tuve que esperar un rato (ya saben cómo son las mujeres) pero el tiempo de espera te lo olvidas cuando la ves salir entonces el corazón acelera a mil por horas.



Ella estaba hermosa, tenía puesto un vestidito corto azul oscuro, que contorneaba su figura que hacía que le resaltara sus nalgas y que mostrara esas piernas hermosas que tanto me gustaban, también había que sumarle los zapatos de tacones altos, el peinado y su cuerpo perfumado.



Tía: vayan chicos disfruten diviértanse, sé que mi princesa va a estar con vos Gabi, más segura no podría estar.



Yo: sí, quédese tranquila tía que yo voy a correr a todos los buitres que se acerquen.



Tío: este es de los míos, bien sobrino así se habla.



Entonces salimos y mi tío nos llevó al supuesto boliche que íbamos a ir; nos dejó en la esquina y se ofreció para volver más tarde a buscarnos a lo que nosotros le dijimos que no, que duerma tranquilo y nosotros íbamos a arreglarnos solos para volver.



Cuando mi tío se fue; salimos a la parada de colectivos más cercana y partimos a otro bailable lejos de nuestra ciudad.



Luego de 45 minutos más o menos llegamos y no tuvimos problemas para pasar; a ella le pidieron el documento pero como vieron que cumplía años la felicitaron y luego entramos.



Ya en el interior comenzamos a los besos y abrazos como sí fuéramos novios, no había nadie que nos conociera, estábamos libres de hacer lo que quisiéramos.



Bailamos, tomamos algo de cerveza; hasta tuve que espantar a algunos que se le acercaban cuando me alejaba un metro para comprar bebidas.



Estuvimos hasta casi las 2:30 de la madrugada así, bailando muy pegados y a los besos, estábamos muy bien así pero siempre se puede estar mejor así que seguí con la sorpresa que le tenía preparada.



Yo: mi amor, todavía no te di tu regalo.



Gi: creí que este era mi regalo, estar con vos es mi mejor regalo.



Yo: que linda sos (la besé) pero tengo otro que te va a gustar más.



Gi: siempre me sorprendes vos.



Yo: vámonos que tu regalo no está acá.



Gi: a dónde?



Yo: vos confía en mi, vamos.



Salimos del boliche y nos tomamos un taxi hasta una dirección que le dije al chófer; hasta que llegamos y bajamos, luego mi prima comenzó a reírse carcajadas.



Gi: jaja mirá donde me trajiste, te amo mi amor (era un albergue transitorio, un hotel sólo para tener sexo o motel o telo como le decimos en Argentina)



Yo: ¿sorprendida?



Gi: ¿nos dejarán pasar?



Yo: ruega que sí, allí adentro está tu regalo.



Caminamos hacia una ventanilla y hablamos con un señor encargado del lugar y este nos miró como dudando, pensó unos segundos, luego nos dejó pasar.



Camino a la habitación que nos asignaron nos cruzamos con personal de seguridad que también nos miraron fijamente pero sin decir nada; no sé si dudaron de nuestras edades o si se sorprendieron de la mujer que me iba a comer.



Entramos a la habitación y observamos todo lo que había; un somier grande el cual probamos apenas entramos, luego miramos y contamos los espejos que había, corrimos a ver el jacuzzi, después fuimos a ver el baño y la ducha; estábamos muy sorprendidos y contentos los dos, parecíamos niños en disneylandia.



Rápido nos comimos la boca a besos y comenzamos a sacarnos la ropa con desesperación; solamente teníamos dos horas así que había que aprovecharlas al máximo.



Comenzamos en la cama ya que estábamos desnudos allí; me puse el condón y en posición de montada cogimos un buen rato; ella me montaba como sí estuviera en celo, me destruía mi miembro (literalmente); luego ambos sentados y ella pasando sus piernas por alrededor de mi cintura, esa era una de las posiciones que más me gustaban; el sentir nuestros cuerpos transpirados era muy excitante, sus tetas con mi pecho, el recorrer su espalda con mis manos, abrazarla fuerte, el sentir su aliento, sus besos, escuchar sus gemidos en mi oído, sentir las embestidas que me daba con su vagina; la verdad que no hay nada que pueda pagar semejante placer.



Gi: gracias primito, te amo



Yo: yo también mi amor ¿te gusta la fiestita que te preparó tu primito?



Gi: me encanta, ah ah así cogete a tu primita dale.



Cogimos un rato más en esa posición; luego la puse boca abajo y comencé con mis embestidas, lo más rápido que podía (era muy excitante ver por el espejo como me estaba cogiendo a mi prima), hasta que tuvo su primer orgasmo de la noche.



Nos besamos un rato hasta que se recuperó y ahora tocaba hacerlo en el jacuzzi; hicimos una pequeña previa que incluyeron besos, mimos, caricias y un poco de sexo oral por parte de los dos; hasta que ella pareció cansarse de esto y solita se dio la vuelta invitándome a comerle ese culo divino.



Gi: ¿te vas a coger otra vez a tu primita?



Yo: si mi amor ¿en dónde la querés?



Gi: en la colita, toda tu verga adentro quiero.



Yo: ¿tan caliente estás?



Gi: si mi amor la quiero ya, rómpeme toda dale, vos me prometiste un regalo.



Yo: tus deseos son órdenes primita hermosa.



Entonces comencé con el tratamiento a esa culito que tan loco me volvía; primero le acaricie las nalgas mojadas por la espuma del jacuzzi y comencé con un beso negro chupándole y metiendo mi lengua en ese anito estrecho (lo miraba y todavía no podía creer que mi verga entera entrara en ese culito); después le metí un dedo, luego dos y por último tres.



Ya estaba todo listo, mi verga en su máximo esplendor, mi primita caliente y su culito un poco más abierto esperando ser penetrado.



Comencé a meter mi miembro de a poco y con cuidado (ella ya gemía de placer), el agua del jacuzzi ayudó mucho en la lubricación así que no tarde mucho en metérsela entera.



Yo: ya entró toda, ahora te voy a coger.



Gi: si cogeme toda y fuerte primito.



Comencé a cogerla, primero despacio y después rápido, tanto que el agua saltaba para todos lados.



Yo: como come tu culo mi amor.



Gi: es todo tuyo primito y de nadie más, vos me hiciste una viciosa.



Yo: ¿querés que te la llene de lechita?



Gi: sí llename toda, la quiero sentir.



Seguí y seguí penetrándola hasta que tuvo un terrible orgasmo anal, se agarró fuerte de las paredes del jacuzzi haciendo lo posible para no apartarse de mi y yo seguí dándole más rápido; ese orgasmo que tuvo me había hecho calentar más así que no iba a parar hasta llenarla todo toda con mi semen.



El agua saltaba para todos lados, el sonido de sus nalgas con mis embestidas sumado al agua era más fuerte y más excitante, así que después de un rato de darle con fuerza al fin acabé.



Yo: ¿la querías toda? Ahí la tenés toda aaaaaah



Gi: ay sí mi amor toda tu lechita es mía, soy la prima más feliz del mundo, que lindo regalo, ay aahh…



Me quedé un rato descansando con toda mi verga en el culo de Gi y cuando la saqué pude ver ese culo totalmente abierto y mi semen saltando como un volcán cuando larga la lava.



Nos quedamos un rato más en el jacuzzi basándonos y abrazándonos, luego me puse un condón nuevamente y tuvimos sexo vaginal, pero esta vez no lo hicimos con la calentura habitual; esta vez hicimos el amor, parecíamos dos novios enamorados, nos amamos un rato hasta que nos dimos cuenta que nos quedaba ya poco tiempo entonces, corrimos hasta la ducha.



Coger bajo la ducha y con el agua cayendo no gustaba mucho (no sé por qué); así que abrimos la canilla y comenzamos.



No había tiempo para otro juego previo, ella se dio la vuelta invitándome a un segundo round por el culito; yo no lo pensé dos veces y le enterré mi miembro otra vez (esta vez entró fácil), así que le di otra vez, con el agua cayendo en sus nalgas y mi verga entrando y saliendo a toda velocidad.



Yo: ah tomá putita ¿te gustó el regalo que te hizo tu primito?



Gi: ah ah ay sí, me encanta mi amor.



Gi: te amo, gracias Gabi.



Yo: ¿querés te llené la colita otra vez?



Gi: no Gabi, la quiero toda en la boca, me quiero tomar toda tu lechita.



Yo: yo te aviso entonces.



Abrí el agua de la ducha más fuerte, aumente la velocidad de lo cogida y también aumento el sonido de sus nalgotas con cada embestida, hasta que tuvo otro orgasmo; yo seguí con el mete y saca hasta que ya llegó el momento de venirme otra vez; la saqué rápido e hice que se arrodillara, ella parecía desconcertada (todavía en éxtasis por el orgasmo); me jale la verga uno segundos y cuando ya iba a salir todo el semen le metí mi miembro entero en la boca.



Ella ya estaba agotada, se notaba en su respiración, tragó todo mi semen, se levantó y me abrazó.



Gi: nunca me voy a olvidar de esto mi amor, te amo, gracias primito.



Nos besamos un momento en la ducha, luego nos pusimos la ropa y salimos de aquel cuarto en el que sexualmente habíamos dejado todo; donde ya no éramos dos adolescentes calenturientos sino que fuimos un hombre y una mujer dejándose llevar por el deseo, la pasión y hasta el amor inclusive.



Salimos de aquel lugar y seguimos rumbo a comer algo (para recuperar energías) luego a nuestras casas.



Llegamos tipo 7 de la mañana nos despedimos con un beso y ella con un...



Gi: gracias mi amor.



Luego cada uno a su casa a intentar dormir.



Espero les haya gustado, si quieren comenten que les pareció, saludos.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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