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Capítulo 9 (Hannah)
Hacía ya una semana de la muerte de Lorena, Víctor no se presentaba en la compañía por lo que ahora era yo la persona encargada de dirigirla, me había vuelto mucho más dura que antes, no tenía tiempo de dudar había ordenes que necesitaban darse, les pedí la colaboración a todos los empleados, pasaba mis días en la compañía y mis noches en casa de Víctor ya que se encontraba devastado, hace algunos días nos juntamos con Lucas y Eva en el departamento de ella comimos algo y miramos unas películas muy sobre la madrugada apareció Alex, me saludo amablemente y mirando de mala manera a Lucas le estampo un beso a Eva que rozo lo vulgar mordía sus labios de forma posesiva mientras sus manos recorrían su cintura y se apoderaban de sus nalgas a lo que de manera educada decidimos retirarnos y dejar sola a la reciente pareja. Era el segundo día que mi amiga faltaba en su puesto, me había llamado con la excusa que estaba enferma por lo que decidí ir a verla de sorpresa tal vez llevándole algo podría levantarle el ánimo, compre unas orquídeas y unos chocolates en rama ya que eran sus preferidos para ir a verla, entre con una copia de su llave que ella me había dado para emergencias “si alguien pregunta solo di que te quedas a dormir en ocasiones” me había dicho cosa que a algunos mal pensados ya los hacia ratonearse con cosas que no pasaban…bueno ahora que ambas teníamos pareja, el ascensor lastimosamente seguía fuera de servicio “ya el tercer día” pensé molesta, subí los diez pisos necesarios para llegar al dpto. descanse durante unos minutos y golpee fuertemente la puerta.
—Ya voy… ¿quién es? – pregunto del otro lado
—Soy Mariza…abrí dale – respondí contenta de escucharla.
—Ahh … mariza…para, para no entres…recién me levanto de la cama…estoy echa un asco
—Para mí siempre sos hermosa…dale abrime.
— Ya vaa – dijo abriendo por fin con unos ridículos lentes de sol.
—¿Qué haces con eso puesto? tonta, sácatelos – dije riéndome mientras entraba a su dpto. atrás de ella.
—No, no… tengo los ojos sensibles a la luz recién puedo levantarme de la cama… ¿quieres un Te? Te preparo algo si quieres o un café o un cortado o si quieres pued…
—¿Sabes lo que quiero? Quiero que me digas la verdad, desde hace unos días que estas actuando rara, faltas al trabajo, no me quieres abrir, ahora evitas hablarme cara a cara.
—No seas tonta, no pasa nada – se defendió
—Elige o te sacas los lentes o me voy… – solo se quedó callada, a lo que quise irme – está bien… adiós.
—Mariza espera… – dijo tratando de detenerme – quiero…
Al sacarse lo lentes de sol se vio que ocultaban un enorme hematoma en su ojo derecho producto de un fuerte golpe.
—¿Me vas a explicar eso o tengo que pedirle explicaciones a Alex? – pregunte luego de unos segundos de mirarla con el ceño fruncido.
—Es culpa mía, no lo metas en esto… tiene mucha presión en estos días, estoy segura que … me pidió perdón. – se defendió de la mejor manera que pudo.
—No es culpa tuya… Alex te lastimo, tienes que denunciarlo – dije mientras me acercaba a abrazarla – tienes que denunciarlo.
—Fue culpa mía… fue culpa mía, yo intente presionarlo – comenzaba a llorar en mi hombro – por favor no digas nada…por favor nena linda, lo amo …yo …sé que esto fue solo un mal entendido y …y que esto nunca más se repetirá.
—No es tu culpa… ¿qué me estas pidiendo Eva? Reacciona por favor… eres una mujer inteligente… ¿cómo puede ser que apruebes que te golpee de tal forma? Si no quieres denunciarlo por lo menos déjame que hable con Víctor, él sabrá qué hacer con Alex. – dije al momento que recorría su delicado cabello con mis manos
—No, no …no podés contarle nada…nadie tiene que saber esto, por favor…prométeme que no le vas a contar – me quede sin saber que debía decir, miraba su maltratado ojo – mariza…promételo
—Es la segunda vez que te lastima, espero que no vayas a creer que me engañaste con eso de que “te chocaste un armario” no soy estúpida, no voy a contar nada…por ahora, pero si vuelve a lastimarte iré con la policía ¿Esta claro?
Solo se apoyó en mi hombro dándome las gracias y asegurándome que solo había sido un episodio asilado que lo que ellos tenían era realmente amor, sus lágrimas habían empapado mi blusa por lo que se disculpó una y mil veces, nos sentamos en el sofá donde nuestra amistad comenzó, se fue relajando mientras me contaba cada una de las emociones que pasaban por su cabeza, tardo solo unos cuantos minutos en dormirse con su rostro apoyado en mis piernas, acaricie su cabello mientras por mi mente pensaba como debía actuar ahora que sabía que Alex la maltrataba, fue en ese instante que me di cuenta…Alex estaba celoso de Lucas, que estúpida ahora todo tenía sentido…cada vez que se habían encontrado Eva salía lastima, era mi mejor amiga no podía prometer algo si ella salía lastimada, aún seguía dormida la acomode lo mejor posible sobre el sofá fui a su habitación a buscar una frazada pero al llegar vi sobre su cama lo que parecía ser un diario íntimo, me tome el atrevimiento de ojearlo y leer las ultimas anotaciones, sé muy bien que era algo privado pero quería saber si al menos era sincera con ella misma.
“jueves 24: hoy le mentí a Mariza, Alex se enojó mucho por encontrarme mirando películas con ella y Lucas… ¿Acaso no confía en mí? Es la tercera vez que me pide perdón, no sé qué hacer, mi mente me dice que me aleje, pero mi corazón me dice que lo perdone”
“viernes 25: hoy volví a mentirle a Mariza, no quiero preocuparla, ella es mucho más frágil que yo y ahora que está comenzando algo con Víctor sería un acto muy egoísta… la amo, sin quererlo se convirtió en un pilar de mi vida…no me tiene que estar cuidando, me duele mi rostro, pero más me duele mi corazón…”
Definitivamente no me podía quedar quieta, Eva me necesitaba, volví a donde se encontraba plácidamente durmiendo y la cubrí con la hermosa manta, rápidamente salí del edificio y tomando el primer taxi que me cruce fui lo más rápido posible con Víctor, atravesé fácilmente la seguridad de la propiedad y llegue a la suntuosa mansión entrando sin siquiera anunciarme, me sorprendí mucho al no encontrar gente en la casa, subí las escaleras principales y llegue hasta el cuarto principal, sentado sobre sus aposentos se hallaba Víctor hablando por teléfono “Así es Alemania, tenga el avión listo” ¿Qué estaba sucediendo?
—Hola mi amor – dijo al verme entrar en su habitación, terminando su llamada.
—Supongo que te encuentras mejor Víctor… ¿vas rumbo al extranjero? – dije acercándome
—Vamos… vienes conmigo – dijo al momento que sus manos tomaban mi cintura – te necesito más que nunca. – dijo poniéndose de pie
—Tenemos que hablar de algo importante – dije alejando sus manos de mí – tengo mied…
—Esto es importante, lo que me está pasando ahora es importante, necesito que salgamos rumbo a Alemania ya – dijo dándome la espalda mientras acomodaba unos papeles sobre la cama – sea lo que sea que quieras decirme tendrá que esperar a que volvamos de Alemania.
—Víctor no puedo irme, soy quien dirige la compañía en tu ausencia ese es mi trabajo no puedo simplemente irm….
—No me importa la compañía, no me importa quien la dirija, no me importan los empleados ni proveedores, contratos o proyectos, me importa lo que me está pasando ahora, me importa que me apoyes – me interrumpió dándose vuelta mostrándome una mirada fría y que me daba un poco de miedo – tenemos una junta directiva deberían hacerse cargo de la compañía en estas circunstancias.
—Así era hasta que la eliminaste hace algunos años…desde ese momento Lorena se hizo cargo de todo, ella misma me conto toda una vez que fui a su casa y…ahora soy yo la responsable.
—Te necesito…por favor ven conmigo – dijo al momento que me abrazaba - ¿Quieres venir conmigo?
No podía negarme…me necesitaba, tras un abrazo muy largo nos encontrábamos en auto que nos llevaba hasta una pista propiedad de la compañía ahí rodeados de gente armada abordamos un Avión que nos llevaría a Alemania ¿Por qué sentía que me estaba ocultando la verdad?
Fue muy distinto a la última vez no hubo recibimiento alegre, solo mas de “nuestra gente” fuertemente armados en vehículos que según me explicaron eran blindados, aterrizamos en una pista solitaria, el viento alborotaba mis cabellos, el aire frio ingresaba a mis pulmones, Víctor tomo mi mano al ingresar a uno de los vehículos que nos llevó a una propiedad muy acogedora, la vigilancia seguía siendo extrema ¿A que le teníamos miedo? Se organizaron las rondas de vigilancia y nos propusimos descansar luego de un viaje tan agotador, nos recostamos en nuestra cama, pasaría muy poco tiempo para que comenzaran los besos, abrazos, caricias y suspiros….
—Me haces tan bien Mariza…no quiero que te separes nunca de mi – dijo mirándome a los ojos.
—Solo te pido que no me mientas, nunca me mientras – dije poniendo mi cabeza sobre su pecho – pero sobre todo no me lastimes…por favor Víctor – dije al momento que me pegaba más a su cuerpo, necesitaba sentirme protegida.
—Eso no va a pasar, eres la única mujer que necesito en mi vida.
—De verdad…no quiero que me lastimes, se me hace muy difícil confiar en los hombres, hace algunos años cuando yo tenía 19 años… – las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos.
—Tranquila, estoy acá para protegerte de todo, no hay nada que temer – dijo mirándome a los ojos, sus manos secaron mis lágrimas y una nueva vez acomodaron ese clásico bucle rebelde tras mi oreja.
—“Por favor no me decepciones…siento que mi corazón late con tanta fuerza solo porque estas a mi lado, no me lastimes” pensé mirándolo a los ojos – Cuando tenía 19 años… con unas amigas tuvimos la idea de ir a España, el viaje y la estadía fue gratis ya que nos llevaba un tío de mi amiga, toda la semana la pasamos muy bien…pero el ultimo día – hundí mi rostro contra el pecho de Víctor y comencé a llorar.
—Tranquila mi amor…tomate tu tiempo.
—Decidimos ir a un club nocturno en la ciudad de Madrid, ahí conocí a un chico llamado Esteban o al menos eso me dijo, bailamos casi toda la noche, pero cuando quise darme cuenta nos habíamos separado del resto…había tomado muy poco, pero de todas maneras me sentía mareada, me llevo con un tipo asqueroso e inmundo y me metieron en un camión que estaba en el estacionamiento, no sabía que estaba pasando solo recuerdo como esa basura se movía encima de mi…lastimando mi cuerpo aún tengo pesadillas con eso, fui rescatada por la policía dos días después de un deposito abandonado cerca de la frontera con Francia. Desde ese momento nunca más volví a relacionarme con ningún hombre, pero…todo cambio al conocerte Víctor…me gustaste desde que te vi por primera vez, necesito que me respondas con toda la sinceridad de la que seas capaz… ¿realmente sientes algo por mí? No me refiero a simples deseos me refiero a sentimientos reales más allá de tener sexo.
—Mírame a los ojos Mariza – dijo incorporándose en la cama y tomando mi rostro entre sus manos – te prometo que eres una de las cosas más reales que me pasaron en mi vida, pero sobre todo te prometo que nunca…nunca haría algo para lastimarte.
Las palabras pasaron a un segundo plano, nuestros labios chocaron, nuestras lenguas se buscaban cada centímetro de nuestro cuerpo estaba rogando ser explorado, seco mis lágrimas con sus manos y beso cada uno de mis ojos, nuevamente me prometió que jamás me lastimaría, mi torso quedo al descubierto ante el mis manos automáticamente cubrieron mis pechos pero los besos caricias y palabras de amor lograron que bajara mis manos, comenzó a besar mis pechos mordía uno de mis pezones mientras masajeaba mi otro seno con sus hábiles manos, era como mis sueños solo que esta vez no era así era real, uno de mis gemidos escapo de mi garganta al mismo tiempo que una sonrisa se formaba en su rostro, recorrí su pecho con mis manos adorando cada parte de él, el calor, el deseo, la lujuria y el placer se adueñaron de nuestros cuerpos, mi piel era inspeccionada, sus manos apretaron mis nalgas y comenzaron a bajar la última prenda que cubría mi cuerpo junto con mi ropa interior, era colmada de besos y carias solo respondía con suspiros , con sonrisas, con amor. Me deshice de la poca ropa que le quedaba, una enorme erección apareció frente a mí, comencé a acariciarla mientras escuchaba los gemidos que esto le provocaba, estaba completamente mojada era todo tal como mis sueños, me subí encima de él y lo miré a los ojos, se notaba que deseaba esto cada parte de su ser lo deseaba.
—Espera… – dijo acariciando mi rostro - ¿Estás segura? No quiero presionarte… eres lo más importante que tengo, puedo esperar el tiempo que haga falta.
Mi respuesta solo fue descender sobre él, mi cuerpo recibió al invitado con todo gusto, mi placer era inmenso, nuestros cuerpos se movían al unísono, nuestros gemidos llenaban la habitación, era todo perfecto, al final estaba pasando, no era un sueño no era mi imaginación, con un rápido movimiento quedo sobre mí los movimientos aumentaron, junto con mis gemidos, su miembro entraba y salía de mi interior llenándome por completo, cada una de sus penetraciones era un estallido de placer tras otro.
—Dame una nalgada ummm…
—¿Que? – dijo mirándome a los ojos
—No me hagas repetirlo más… dame una nalgada
Podía sentir como su morbo aumentaba, una de sus manos se apodero de mis senos apretándolo de forma violenta mientras con la otra tomaba mi cuello, sus envestidas eran profundas y salvajes, tuve un increíble orgasmo justo en ese momento, mi cuerpo se retorcía mientras el continuaba penetrándome, fue cuando mi cuerpo recibió una fuerte nalgada solté fuerte gemido, mis piernas se cerraron tras el haciendo que llegue a lo más profundo de mi ser, comenzó a besarme nuevamente, descendió por mi cuello mordiéndolo, luego subió nuevamente y mordió mi oreja, me susurro que me diera vuelta, recibí una segunda nalgada por tardar demasiado, estaba total y completamente excitada, su lengua comenzó a recorrer mi espalda bajando lentamente hasta llegar a mi cola, me ordeno que me pusiera como un perrito en cuatro patas lo que le dio total libertad para tomar mis nalgas y tras separarlas hundió su lengua en mi interior.
—Ummm…ayy por favor Víctor, me estas volviendo loca…
Su lengua recorría cada parte de mi vagina mientras sus manos apretaban y masajeaban mi cola, sujete su cabeza contra mi sexo aumentando la profundidad a la que su lengua tenía acceso, se incorporó en la cama y sin siquiera tener cuidado me penetro nuevamente iniciando un vaivén que parecía desesperado en hacerme gritar, cosa que estaba logrando porque no podía parar de gemir estaba enloqueciendo de placer, aunque no era la única ya que podía escuchar como Víctor jadeaba más y más, estaba cerca de un tercer orgasmo, sentí como tomaba mi cabello y tiraba de el como si estuviera montándome…era algo tan morboso, sentí como sus manos se aferraban a mi cuerpo y unas descargas muy fuertes en mi interior, explote en un inmenso orgasmo haciendo que mis fluidos comiencen a brotar de mí, terminamos ambos y caímos rendidos en la cama, los besos, las caricias no se hicieron esperar…mirándonos a los ojos y sonriendo como tontos caímos rendidos víctima del agotamiento.
Me desperté sobre el medio día, totalmente relajada y satisfecha, pero para mi sorpresa Víctor no se hallaba a mi lado ¿A dónde se había ido? Me levanté y me vestí lo más rápido que pude recorrí las habitaciones hasta la puerta de entrada, pero al abrirla me encontré con algo que no esperaba había un grupo de guardias parado afuera haciendo vigilancia armados con ametralladoras.
—Buenos días Srta. Márquez ¿Se le ofrece algo? – se dirigió a mí el que parecía ser el líder del grupo.
—Buenos días… ¿Dónde está Víctor? – dije algo asustada.
—Salió hace una hora acompañado por un grupo de custodios, dijo que volvería en unas cuantas horas.
—Ya veo – dije tras un suspiro – creo que daré una vuelta por los alrededores
—Claro, salimos cuando Ud. Desee.
—No, no entendió, voy a salir a caminar sola.
—Lamento decirle que la que no entiende es Ud. Tenemos ordenes que cumplir, sale con nosotros o no sale.
**********
*El auto que exploto en el centro de nuestra ciudad parece ser propiedad de Víctor Vask quien salió prácticamente ileso de un segundo atentado contra su vida, lamentablemente su secretaria La Sra. Lorena Ortega a quien vemos en esta imagen falleció.
* La policía afirma que esto parece ser un ajuste de cuentas contra el CEO de las ind…
*se desconocen todavía los autores de la violenta explosión que experimento el centro de nuestra ciudad, aunque fuentes policiales afirman….
—Hijos de putas…juro por mi vida que voy a vengar tu muerte Lorena…lo juro – dije mientras una lagrima caía por mi mejilla.
Hacia algunas horas que Mariza se había ido, se había vuelto indispensable para mi tenerla a mi lado, continuaba viendo la explosión una y otra y otra vez… era algo que no se detenía, en la cama en posición fetal llore nuevamente, las lágrimas eran amargas e interminables, tuve fuerzas para levantarme recién varias horas más tarde, recorrí la casa pero a donde quiera que mirara tenía un recuerdo de Lorena baje las escaleras me prepare el desayuno a pesar de la insistencias del personal doméstico, decidí darles el día libre por lo que quede completamente solo en la casa, no iría a la compañía no tenía fuerzas ni ganas de hacerlo aunque si tenía ganas de volver a ver a Mariza, no podía dejar de pensar en ella era tan raro volver a sentirme de esta manera que sentí ganas de escribir algo para ella, antes era un buen “poeta” por así decirlo, fui hasta mi despacho privado a buscar una hoja me senté tras mi escritorio y al tratar de tomar un bolígrafo escuche un ruido, un ruido muy característico, un ruido muy temido, lo próximo fue sentir el cañón del revolver en mi nuca , mi cuerpo se paralizo completo aunque mantenía la calma.
—No se mueva Sr. Vask – ordeno la voz.
—Tranquilo, todo está bien, no cometas un error – respondí tranquilamente sin intentar mirar para atrás.
—Por como yo veo las cosas Ud. En este preciso momento está pensando en tres alternativas, la primera es la alarma que se encuentra bajo su escritorio, la cual ya desactivé, la segunda es el arma bajo el cojín de su sillón ni se moleste en buscarla está en mi cintura, por último, pero no menos importante está el hecho de intentar sobornarme para que no acabe con su vida, pero no tampoco tendrá que molestarse en eso, no me interesa su dinero o su vida.
—Siendo esa la situación no entiendo que busca, tomé asiento – dije señalando uno de los sillones que se encontraba frente a mí.
Bajo el arma y dando la vuelta a mi escritorio se sentó frente a mí, era un hombre tés blanca de por lo menos cincuenta años, su mirada era fría e infranqueable, parecía que no había ninguna emoción en ellos, solo un pálido celeste como si hubiera sido desgastado por el paso del tiempo, su barba blanca estaba cuidadosamente recortada complementaba su apariencia con un traje oscuro, a simple vista se podía ver el fino corte de esa elegante tela.
—¿Quién es Ud.?
—Puede llamarme Flix, mi nombre no es importante por el momento – respondió tranquilamente
—Está bien Sr. Flix ¿Cómo entro sin ser detectado por mi seguridad?
—Trabaje para varias agencias gubernamentales Sr. Vaks, entrar acá fue solo un juego de niños, aunque nada de eso importa realmente, pero lo que sí importa es lo que puedo ofrecerle
—Supongo que es un espía entonces, bueno es tiempo de negociar ¿Qué me ofrece?
—Un indicio de quien intentó asesinarlo por segunda vez.
—Ya veo ¿Cuánto vale esa información?
—Nada
—¿Piensa que soy un estúpido? Nada vale nada
—Digamos que tenemos un interés en común Sr. Vask
—Y ese interés en común… ¿cuál sería?
—Vengar la muerte de Lorena – dijo tranquilamente – vera tras el primer atentado que Ud. Sufrió ella me pidió que investigue que había pasado, la investigación dio sus frutos, el hombre que le disparo está muerto, supongo que fallar no era una opción, tras comunicarle esto a Lorena me dijo que espere instrucciones…enterarme de su muerte fue algo muy duro para mí, éramos muy amigos y sé que para Ud. Era como una madre, mi más sentido pésame.
—Gracias… ¿Porque debería creer algo de todo lo que me está diciendo?
—Porque si quisiera verlo muerto ya lo habría hecho.
—Buen punto
La conversación se extendió durante más de quince minutos, la pista que teníamos sobre quien había puesto la bomba en mi auto era un mecánico, un inmigrante que trabajaba en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, ingresamos en su taller y lo presionamos durante más de una hora sacándole golpe tras golpe pequeñas pistas que nos ayudarían.
—Ya les dije que no se nada más … por favor tengo esposa y tres hijos – dijo llorando, su cara era un conjunto de lágrimas, sangre y moretones.
—Volverás a verlos, ¿alguien más aparte del hombre que te encargo las piezas está al tanto de toda esta información? - pregunto mi compañero.
—No, no lo juro por mis hijos que nadie más sabe…por favor
—Tranquilízate, quedas en libertad – dijo Flix dándole la espalda al aterrado mecánico que lloraba atado a una silla
Un certero disparo termino con su vida, la bala viaja solo un segundo luego de salir del revolver que desenfunde de mi cintura.
—¿Qué estás haciendo? este hombre era inocente, escuchaste lo que dijo, el solo consiguió las piezas no sabía siquiera quien sería la victima del artefacto que armo.
—Había visto mi rostro, de todas formas, el mundo es un mejor lugar sin personas como él.
—Por esta vez la dejo pasar, pero en adelante obedecerás cada directiva mía ¿queda claro? – interrogo Flix
—Ya entendí… ¿Qué debo hacer ahora?
—Ve a tu casa, investigare el nombre que conseguí sacarle, quiero que te tranquilices y esperes instrucciones.
Ese hombre conociendo detalles o no sobre quien sería la víctima había conseguido las partes necesarias para armar una bomba yo había hecho un bien a la sociedad, recorrí las calles en mi nuevo auto, pero no justamente para ir a casa, llame a Ángela y la cite en pub del centro para que de una vez por todas arregláramos el contrato. El establecimiento era un lugar oscuro con una cortina interminable de música electrónica, pequeñas luces intermitentes funcionaban como la única iluminación, la primera planta estaba casi vacía, una gran barra principal se hablaba en el centro del pub rodeado por pequeños sillones de cuerina enfrentados unos contra otros la segunda planta solo se traducía a dos pequeños palcos que oficiaban de Vip´s, me dirigí hacia uno de ellos y espere que mi invitada llegue, veía como la gente llegaba y se marchaba había que aceptar que era un lugar bastante aceptable y que ofrecía cierta dosis de privacidad.
—“Cumpliré mi juramento Lorena, solo desearía que estuvieras conmigo” pensé mientras daba un sorbo más a mi cerveza, el encargado de la seguridad del pub se acercó a mí en ese momento.
—Sr. Vask lamento interrumpirlo, pero una mujer quiere sentarse con ud. Me dijo que se llama Ángela. – consulto
—Que pase – dije sin siquiera mirarlo
—No puedes vivir sin mi ¿no es así Sr. Vask? – dijo al momento que se sentó junto a mí – ¿Trajiste el contrato?
—Revísalo si quieres – dije entregándoselo en mano, había venido vestida con un pantalón de vestir negro junto con una camisa blanca mostrando un generoso escote y un saco negro complementaba perfectamente su atuendo.
—Creo que te equivocaste, este contrato establece un cinco por ciento yo te exigí el diez.
—Tómalo o déjalo, esto no es una negociación. – respondí cortante.
—Lo dejo, yo hice mis deberes y vos elegiste no cumplir tu parte del acuerdo. – dijo mientras se levantaba para irse, pero tomándola de la mano la obligue a sentarse de nuevo para después sujetarla del cuello con fuerza.
—¿Lo dejas? resulta Ángela Berit que yo también hice mis deberes ¿sabes? – le susurraba al oído mientras ella forcejeaba en un intento de liberar su cuello de mi agarre – te hice investigar no apareces en ningún registro, ni en este país, ni en Alemania, ni en ningún lugar del mundo, no existís… curioso ¿No? Ahora me vas a decir quién eres antes que te de un tiro en la cabeza.
—Te estas equivocando…
—¿Ahh, sí? Decime porque… ¿tienes amigos poderosos acaso?
—No – dijo mirándome a los ojos – soy de INTERPOL
—¿Que? – mis ojos buscaron algún ápice de mentira en su mirada, pero al no encontrar nada libere su cuello sin poder dejar de mirarla – ¿INTERPOL?
—Sí, yo no planeaba conocerte… estaba de encubierto, mi verdadero nombre es Hannah Fellner, no planeaba nada de todo lo que paso entre nosotros pero las cosas se dieron así, ahora mis superiores me dijeron que puedo revelarle el nombre la persona que atento contra su vida y si te estas preguntando la razón por la que no vamos nosotros a detenerlo la respuesta es fácil, el articulo tres de la constitución de INTERPOL dice que debido al papel neutral que debemos jugar no podemos interferir en crímenes políticos, militares, religiosos y raciales, no podemos intervenir.
—¿Qué tiene que ver la investigación que Uds. están llevando a cabo conmigo? – pregunte algo confundido ante esta verdad.
—Tenemos el mismo objetivo Víctor… El Gral. Aigner… nuestras investigaciones dieron como resultado que ese hombre no solamente está robando a la nación en un grotesco caso de corrupción, sino que el principal responsable tanto del tráfico de drogas como de la trata de personas que está creciendo a lo largo de toda Europa gracias a los contactos del infame General, Víctor si yo te conté esto es para que veas que estoy de tu lado… y para demostrarte lo mucho que me importas.
—¡¡Hijo de puta… lo voy a hacer mierda!! – dije levantándome
Una sed de sangre y venganza se apodero de mí, sentía que no podía controlarme, la furia recorría mis venas e inundaba mi corazón. Salí del pub totalmente colérico, mientras Hannah corría tras de mi tratando de calmarme, no me dejaría derrotar, no sin dar pelea, llame a flix y a mi seguridad privada, no me importaba los costos ni riesgos la decisión estaba tomada, esa misma noche partiríamos rumbo a Alemania.
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