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Capítulo 6 (Mamá)
*A una semana del atentado contra el joven líder del mundo armamentístico las autoridades siguen sin sospechoso ni pistas…
*Dos disparos efectuados a plena luz del día fueron suficientes para demostrar que no hay nadie intocab…
*Según parece el estado de Víctor Vask sigue siendo reservado, se desconocen detalles acerca su estado y los doctores se nie…
*Una de las hipótesis de La Policía Federal es que el atentado podría ser un ajuste de cuentas por alguna de deuda contraída por el CEO de las Industrias Vask…
—¡¡MALDITAS RATAS, AMARILLISTAS HIJOS DE PUTA!! —escupió Lorena mientras lanzaba el control remoto contra la costosa pantalla de última generación que se hallaba en la oficina— Todos los canales de noticias dicen las mismas estupideces.
—La noticia del atentado fue toda una sorpresa para el mundo —dije mientras me removía en mi silla
—¿trajiste los datos que te pedí?
—Sí, las acciones se derrumban por tercer día consecutivo, acabamos de perder dos contratos muy importantes… eh en primer lugar llamaron del gobierno español diciendo que se niegan a cerrar un contrato con la resaca de la industria Vask y en se…
—¿RESACA? Malditos, de no ser por nosotros hace unos pocos años abrían tenido que defender sus fronteras con piedras y palos… ahora se atreven a decir semejante cosa… —Gritó ofendida
—Si, en segundo lugar, llamaron de parte del Gral. Aigner dicen que si Víctor no está al frente de las operaciones el trato se cancela.
—Imposible…— dijo sujetando su cabeza entre sus manos—Llama inmediatamente a nuestros abogados… diles que estén preparados, convoca una reunión urgente con todos los accionistas, comunícate con el Gral. Báez, necesitamos que intervenga por nosotros en el acuerdo con los alemanes…
—Ok ¿algo más? — dije terminando de escribir sus órdenes en mi anotador.
—Sí, vete a casa, es tarde niña necesitas descansar —dijo con una mirada tranquila y una pequeña sonrisa, solo tuve tiempo de dar media vuelta antes que me llame de nuevo. —Ey niña, quiero pedirte perdón por gritarte hace unos días atrás, estaba atravesando momentos de mucha presión, discúlpame.
—Claro… no pasa nada —podía percibir sinceridad en su mirada, realmente se disculpaba conmigo, esta semana había sido solo una sombra de la poderosa mujer que era antes —¿Puedo preguntarte algo?
—Claro niña —dijo después de un momento de silencio.
—¿Quién crees que es el responsable de todo esto?
—No lo sé… —Dijo luego de permanecer con la cabeza gacha por algunos segundos, como si no conocer la respuesta le causara vergüenza —pero quien haya sido tiene muy buenos contactos como para desaparecer después de un acto tan osado, tengo algunos contactos en el bajo mundo, hare algunos llamados tal vez consiga algo de información, ahora vete niña es tarde, no quiero tener que repetírtelo.
Salí de la empresa totalmente sola ni siquiera contaba con la compañía de Eva, hacia días que no se presentaba debido a una fuerte gripe, al llegar a casa solo me acosté en mi cama no me moleste siquiera en sacarme la ropa, hacia algunos días no podía dormir, la imagen de Víctor en un charco de sangre seguía estando presente, había ido al hospital durante toda la semana, pero no me atrevía a entrar a visitarlo, me sentía una cobarde, no podía sacarlo de mi mente pero ahora no me atrevía a ir a verlo, me levante a las pocas horas totalmente harta de dar vueltas en la cama faltaba mucho todavía para que amaneciera, decidí salir a caminar, recorrí las calles totalmente solitarias escuchando mis propios pasos sobre sobre el firme asfalto, recordaba cada una de las respuestas que le había dado a la Policía “Si, No, No lo sé, No me acuerdo” mi ayuda fue totalmente inútil, realmente estaba paralizada en ese momento, todo había pasado en un abrir y cerrar de ojos, mi teléfono sonaba por tercera vez consecutiva, no me había molestado en ver quien llamaba mire la pantalla “Eva”…
—Hola nena linda… ¿te despierto?
—Claro que no, estoy con insomnio —Comenté resignada
—¿Otra vez? Escucha ven a mi Dpto. tomaremos un café bien cargado y me cuentas todo ¿Te parece nena linda?
—Deja de decirme así… harás que me sonroje —solté vergonzosa
—¿Acaso estas con alguien o te puede ver alguien? —Preguntó curiosa
—No, estoy caminando sola.
—Entonces… ¿A quién más que a ti le importa si te ruborizas?
Amaba esa parte de Eva, su lógica era innegable, se había convertido en esa persona que estaba siempre dispuesta a sacarme una sonrisa a escuchar cada uno de mis problemas poco a poco nos habíamos vuelto inseparables, pasábamos todo el día juntas en la compañía, mis sospechas que ella tuviera segundas intenciones conmigo quedaron descartadas, me había contado que estaba encantada con Alex y no sabía qué hacer para que el pusiera su atención en ella, fue algo que me sorprendió mucho, una mujer tan bella y simpática como Eva podría tener a cualquier hombre que quisiera a sus pies parece que esta vez el destino preparaba un desafío para esta hermosa mujer. A los pocos minutos Lucas me dejaba frente a la torre de departamentos donde vivía Eva, busque su nombre en el portero eléctrico y presione uno, dos, tres veces…no contestaba. Espere un largo tiempo hasta que por fin un residente me dejo entrar con él, conversamos durante el tiempo que el ascensor tardo en llegar al piso de Eva y se despidió de mi con un beso en la comisura de mis labios, era un hombre encantador, pero ahora no buscaba nada especial con nadie sonreí alegremente mientras abandonaba el ascensor dejando que continúe su camino, al voltear pude ver mirada confiada y picara en su rostro, si…lo había atrapado admirando mi cola, interrumpiendo sus morbosos pensamientos al dar media vuelta, a lo que solamente sonrió, oprimió un botón y las puertas se cerraron, golpee fuerte la puerta…seguía sin responder, comenzaba a asustarme, estaba a punto de llamarla cuando la puerta por fin se abrió y mi amiga apareció frotándose los ojos.
—Perdón me había dormido, qué lindo que llegaste –dijo sin ningún ánimo, su estado era terrible se veía totalmente pálida, sus cabellos estaban todos revueltos y tenía unas evidentes ojeras, al parecer no era la única pasaba las noches con insomnio.
—Perdón perdón perdón Eva, lo lamento mucho te ves terrible —dije entrando a su departamento.
—O muchas gracias… a mí también me da gusto verte —dijo sonriendo mientras cerraba la puerta.
—dejemos la taza de café para otro día, vamos a descansar.
Nos acostamos en su enorme cama y permanecimos despiertas un largo tiempo hablando de Víctor, Alex, de lo que sentíamos, del ataque a Víctor, le conté de la disculpa de Lorena lo que la sorprendió más de lo que imaginaba, nos abrazamos y juntas tratamos de dormir.
—Nos es culpa tuya Mariza, deja de torturarte —era como si sus besos en mi cuello provocaban corriente de energía que recorrieran mi cuerpo —ya pasé una semana sin verte, te extraño.
—Yo también lo extraño Sr. Vask, pero no puedo dejar de culparme, si hubiera mmm —sus labios atraparon mi oreja, las pequeñas mordidas en ella estaban alterando todos mis sentidos, una de sus hábiles manos había atrapado uno de mis senos y lo masajeaba suavemente volviéndome loca —si hubiera alertado a la guardia Ud. No estaría… ayy por favor no me haga esto.
—Lo deseas tanto como yo… solo déjate llevar —dijo al momento que me ayudaba a desprenderme de mi blusa.
—¿Dónde está Eva? Debe estar por venir no tenemos tiempo… —mi impaciencia causó que arranque su camisa los botones fueron diseminados en todas las direcciones, admire su cuerpo y recorrí con mis manos cada uno de sus abdominales, explore cada uno de sus músculos mientras su lengua se negaba a abandonar mi cuello. —te deseo jefe…te deseo
—Suficientes juegos preciosa.
En un rápido movimiento quedo abajo mío, lo estaba montando, podía sentir una fuerte erección bajo mi sexo…estaba totalmente mojada, sus hábiles manos acariciaban mis senos y mis gemidos eran ya muy evidentes, continuaba frotando su miembro contra mi vagina el roce continuo me estaba enloqueciendo, mis manos se apoyaron en su pecho, deseaba tenerlo dentro mío…que fuera el quien me posea después de tanto tiempo, una de sus manos exploro bajo mi húmeda ropa interior y el simple roce de sus dedos me llevaron a un increíble orgasmo que se apodero de mi cuerpo, comencé a gemir sin control ya no me importaba nada…ni la compañía, ni las cuentas que debía pagar, ni Alex, ni estar en la casa de Eva…Eva… ¿Dónde está Eva? Si me ve en su cama con Víctor ella…
—Ey nena... ¿Mariza me estas escuchando? –Dijo mientras intentaba despertarme.
—Ehh ¿qué pasa? —poco a poco empecé a abandonar ese maravilloso mundo —Déjame tranquila Eva… quieres por favor dormirte de una vez.
—Si vas a venir a dormir a mi departamento por lo menos ¿podrías no tocarte mientras estamos juntas? —Me ruborice totalmente al escucharla —me encanta cuando te sonrojas así, eres muy tierna… ¿Tuviste otro sueñito con tu precioso jefe?
—Basta, no es divertido —dije apartándola de mi lado
—Claro que no es divertido es algo... muy excitante —dijo al momento que introducía su mano bajo el short que me había prestado para acostarme junto a ella —Estas totalmente empapada… ¿Tan intenso fue? No logre que te pongas así conmigo, cuéntame tu sueño amiga mía —dijo al momento que comenzaba a masajear mi vagina sobre mi inundada ropa interior
—Siempre lo son…
Sus dedos comenzaron a jugar en mi interior, a alborotar aún más mi cuerpo, mi respiración empieza a ser entre cortada y poco a poco mis gemidos…mis suplicas de que no se detenga van llenando la ostentosa habitación, recreo el sueño una y mil veces sintiendo como dos de sus dedos entran y salen frenéticamente de mi interior creando un maravilloso bailen. Mi cuerpo empieza a temblar, tengo un orgasmo increíble con los dedos de mi mejor amiga explorando mi vagina y la imagen de mi jefe nublando mi mente.
—Ahora te toca a ti —dije con una pequeña sonrisa en mis labios y mi mirada fija en sus ojos verdes.
—No nena linda, esta noche es para ti, vamos a dormir.
Entrelazamos nuestros cuerpos y una total e increíble paz quedamos profundamente dormidas. A las pocas horas el despertador destrozo de forma total el silencio que reinaba en el dpto. de Eva, nos cambiamos y nos dirigimos tranquilamente a la compañía, al entrar nos encontramos con un clima alborotado, todos los empleados estaban coreando el nombre de Víctor en la recepción, comenzamos a preguntarle a la gente que más conocíamos que era lo que pasaba porque tanto alboroto, había vuelto… junto con una serie de medidas, desconfianza, paranoia y miedo seria la moneda corriente en Industrias Vask, tiempos difíciles se avecinaban serian pocas las decisiones que se tomarían de forma errónea aunque serian lamentables y tristemente incorregibles.
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No aguantaba más… esta clínica era una cárcel, mi empresa se estaba cayendo, sabia cada una de las cosas que estaban pasando en el mundo exterior, tenía que salir de una vez, tenía que volver a posicionar Industrias Vask al frente de mis competidores.
—Sr. Vask… ya lo hemos discutido infinidad de veces, debe permanecer en la cama, necesita descansar. – ordeno alarmada mi enfermera, mientras venía a mi encuentro.
—No quiero escucharte más… me voy, no puedo dejar que todo mi esfuerzo vaya a parar a la basura solo porque Uds. quieren retenerme en esta pocilga —dije terminando de acomodar mi ropa— No lo voy a repetir… ¡DEJAME PASAR!
—¡DOCTOR, DOCTOR… EL SR. VASK SE QUIERE ESCAPAR DE NUEVO!! —pidió ayuda alarmada.
Nuevamente la escena se repetía, mi doctor aparecía en ayuda de la escandalosa enfermera rodeado de algunos enfermeros que en caso de ser necesario me cederían hasta la medula
—Sr. Vask ya lo discutimos, no puede abandonar la clínica cuando ud quiere, debe esperar que yo le dé el alta –Explico una vez más con su infinita paciencia.
—Estoy cansado de estar acá, cansado de calmantes, de esta clínica, mi empresa se está cayendo y yo estoy acá sintiéndome un inútil.
—Víctor ven caminemos por la clínica —era su manera de tratar de tranquilizarme, recorríamos los largos pasillos mientras el con su lógica perfecta me decía que debía esperar un día más —tu caso fue muy serio Víctor… la bala apenas rozo tu corazón, perdiste mucha sangre, tenemos que estar agradecidos que no toco ningún órgano vital, estamos cuidándote, no nos conviertas en los monstruos de la historia.
—Entiendo… pero mientras yo estoy acá mi empresa se está derrumbando, la investigación no avanza… ¡¡ME QUISIERON MATAR!! Y si es necesario voy a encontrar yo mismo a quien dio la orden –él solamente miraba el suelo y negaba con la cabeza
—Está bien Víctor, esta misma tarde firmare los papeles y podrás irte mañana mismo si lo deseas. Aunque recom…
—Mañana no, me voy hoy mismo… Ahora. —Lo interrumpí bruscamente.
Lucio paso a buscarme por la clínica minutos después, me dirigí directamente a la compañía todo el mundo quedo mirándome con los ojos como platos mientras avanzaba sin que nadie se atreviera a cruzarse en mi camino, entre en mi oficina y me encontré a Lorena ocupando mi lugar con el teléfono en su mano, me acerque y me senté en una de las sillas frente a mi hermoso escritorio, ella solo me observaba mientras mantenía una discusión con un representante del Gobierno Español por lo que saque en claro, al ver que la discusión se prolongaba extendí mi mano hacia ella exigiendo que me entregue el teléfono cosa que tras dudar unos segundos hizo.
—Soy Víctor Vask, Si, No…la verdad no me interesa en lo más mínimo, no se preocupe ya estoy negociando con otras naciones a partir de este momento soy yo quien no quiere negociar con Uds…. No quiero escuchar, la discusión se terminó —Dije al momento que colgaba violentamente.
—Quiero a todo el personal en la recepción de la industria ahora mismo —ella solamente me miro, era como si estuviera estudiando mi mirada, tratando de adivinar que estaba pasando dentro de mi cabeza— Es una orden Lorena.
—Sí, ahora mismo niño… trata de calmarte ¿Seguro que estas bien mi amor? —se levantó rápidamente de mi sillón.
—Si… —dije sentándome y tomando el teléfono —me gustaría tener privacidad, me observo durante dos segundos antes de salir de la oficina
Llame a las oficinas del Gral. Aigner solo tuve que dar mi nombre para que me comuniquen con alguien que hablara mi idioma.
—Sr. Vask que alegr…
—Quiero hablar con el General inmediatamente. —ordene furioso
—Disculpe el General no se encuentra quiere dej…
—Dígale al General que vuelvo a estar al mando de todas las operaciones de la compañía y que si se atreve a cancelar nuestro convenio que nunca más intente dirigirme la palabra porque lo voy a declarar mi enemigo ¿me escuchaste? — grite furioso en el momento en el que Lorena entraba a mi oficina justo para ver esta pequeña perdida de paciencia la cual corte violentamente.
— Estás loco ¿Cómo se te ocurre amenazar a un General tan poderoso e influyente como es Aigner? No apruebo este comportamiento y estoy segura que tu padre tampoco lo haría, fuiste estúpido, impaciente e infantil, no te tendría que haber dejado solo notando la expresión de tu rostro. – me reprocho molesta, sabía que no debía discutir con ella por ahora por lo que solo la ignore y espere que se calmara sola.
Pocos fueron los minutos que tuve para meditar dentro del ascensor que me llevo de mi despacho en el último piso a la recepción en la planta baja, me encontré con todos los empleados reunidos esperando que me dirigiera a ellos, observaron cómo me paraba sobre uno de los escritorios de la recepción mirando a todos a cada uno de ellos.
—Hace una semana, alguien con mucho poder trato de liquidarme, esto solo quiere decir algo…alguien tiene miedo, hemos dejado fuera del negocio a muchos competidores, trabajamos con varios de los gobiernos más poderosos del mundo, estamos desarrollando armas y vehículos que son anheladas por todas las naciones, pues adivinen que… este golpe no es una caída… pueden intentarlo las veces que quieran las Industrias Vask son indestructibles —Grite con énfasis, a lo que los empleados comenzaron a aplaudir —las acciones están en baja porque hubo rumores de que habían conseguido matarme, lamento tener que dejarlos con las ganas a esas malditas ratas… pero no se los voy a hacer fácil, también me entere que varios de nuestros empleados fueron tentados por otras compañías… rivales que quieren a nuestros genios porque saben que solo así lograran superarnos, pero tampoco será posible, duplicare el sueldo de cada uno de mis empleados y continuaremos con nuestros proyectos demostrando porque somos los líderes indiscutibles del mercado armamentístico –la multitud no se hizo esperar, aplausos, silbidos, coreos, gritos y más aplausos que demostraban la euforia de cada uno de ellos.
— ¿¡¡Qué…Que fue todo eso Víctor!!? ¡Estás demente… eso fue increíblemente irresponsable, tu jueguito puede llevarnos a la quiebra, estas tirando por la borda todo el trabajo que tu padre dedico al crecimiento de esta empresa durante toda su vida, nunca me imaginé que en algún momento hicieras algo tan estúpido.!! –grito entre el bullicio de la multitud aunque realmente solamente yo estaba lo suficientemente cerca para escucharla.
¿Por qué tendría que escuchar a Lorena? era mi compañía, mis decisiones eran las que importaban no permitiría que nadie se interpusiera en mi camino, cualquiera de todos estos “fieles empleados” podría ser cómplice en mi intento de asesinato.
Habían pasado ya tres semanas de mi vuelta a la empresa, las nuevas órdenes de seguridad estaban aplicadas, sabia cada movimiento sobre cada centímetro de las Industrias Vask, había dejado de pedirle consejos o darle explicaciones a Lorena quien solo se tomaba el tiempo de marcar mis errores, prohibí a Alex y a “su madre” el ingreso, despedí a los jefes de seguridad reemplazándolos con nuevos empleados, coloque seguridad en cada uno de los pisos de la compañía, por ultimo duplique las cámaras que vigilaban cada piso además de colocar micrófonos en todas las oficinas, si había un complot lo iba a saber.
La mañana empezó tranquila con la clásica rutina de mi aburrida vida, Lorena entro a mi oficina con unas cuantas carpetas tirándolas de forma violenta sobre el mi escritorio causando que todo se cayera al piso.
—¿Qué estás haciendo? Mira el desastre que hiciste —grite irritado
—Eso mismo me pregunto yo… ¿Qué estás haciendo? Esta empresa se convirtió en un infierno, despediste a gente en la cual tu padre y yo confiamos durante tantos años solo por un capricho, instalaste micrófonos por todos lados, andas persiguiendo y espiando a todos los empleados, te animaste a prohibir la entrada a Alex y a tu madre… —grito enojada.
—Los nuevos estatutos de seguridad establ...
—Ahh a mí no me vengas con eso… tu padre no aprobaría nada de lo que estás haciendo, que conviertas la empresa por lo que tanto lucho en un…
—¡Mi padre está muerto, supéralo! Soy yo quien toma las decisiones ahora... ¡YO!, siempre estás en mi contra, nunca tengo yo la razón, siempre estoy equivocado ¿No? No soy más un chico tonto se terminó —dije desafiante
—De que estás hablando Víctor, estoy acá para ayudarte, siempre te cuidé y estuve en cada momento de tu vida.
—Siempre estás en mi contra, primero con papá luego con el asunto de mi madre, mis decisiones en la compañía siempre son erróneas, ahora críticas que busque al responsable de mi atentado.
— No lo vas a encontrar acá Víctor…estas paranoico mi niño.
—Tal vez por fin abrí mis ojos, en lo que a mí respecta cualquiera de todos mis empleados puede ser un cómplice.
—¿Ah sí, yo también soy sospechosa? —pregunto desafiante
—Por algo críticas tanto mis cambios en la seguridad…tal vez te aburriste de estar bajo mis órdenes y ayudaste a esas ratas a exterminarme ¿no es así? —una simple palabra en mi intercomunicador haría que las cosas cambiaran para siempre “SEGURIDAD”
—¿Qué dijiste? —pronuncio tímidamente mientras cubría con sus manos su rostro.
Tres agentes seguridad entraron inmediatamente a mi despacho esperando mis instrucciones, aunque sin saber que necesitaba realmente.
—Quiero que escolten a la Sra. Ortega fuera de las instalaciones, a partir de este momento queda temporalmente suspendida —ninguno de ellos se movió más que para mirarse unos a otros sin entender que pasaba, Lorena retiro las manos de su rostro, aunque continuaba mirando al suelo —¿No escucharon la orden?
—Sra. Lorena… ¿tendría por favor la amabilidad de acompañarnos por favor? —dijo el guardia que estaba encargado de la seguridad de mi piso, sus manos cruzadas en la espalda y el tono en el que se lo pidió demostraban el mayor de los respetos, casi como si fuera una súplica.
—No hace falta —Fue entonces cuando levanto su rostro y me observo tristemente —solo… estaba cuidándote mi niño, no te preocupes por mí, renuncio… déjenme pasar por favor —dijo con voz quebrada al momento que abandonaba la oficina.
Era la primera vez en toda mi vida que veía llorar a Lorena, ni siquiera cuando mi padre falleció tuve esa oportunidad, en esa ocasión se quedó a mi lado abrazándome fuerte mientras mi alma se quebraba en mil pedazos, ahora al levantar el rostro observe como unas lágrimas recorrían sus mejillas…acababa de lastimar a la persona que me había amado como nunca nadie lo había hecho, una persona que se encargó de educarme como era debido, de secar mis lágrimas, de cuidar de mí, había lastimado a mi Mamá.
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