Amaneció y estábamos en la cabaña. Paola se levantó primero y bajó a preparar el desayuno. Aprovechamos con mami para besarnos apasionadamente mientras ella me acariciaba el paquete. Debíamos bajar. Después de una ducha, baje a hacer compañía a Paola. Estaba de short y remera, y seguía sin corpiño. Me senté a la mesa y le pregunté

“dormiste bien?”,

“si, porqué?”,

“porque me pareció que tuviste pesadillas y estabas gimiendo como asustada”.

“hermanito, con mis 26 años lo que me da pesadilla es la falta de actividad sexual, y en realidad anoche tuve sueños eróticos, así que disculpa si he molestado”

“molestar no, pero debes entender que puedes contagiar”

“contagié a alguien anoche?”

No supe que contestar. Simplemente sonreí y dije a mi hermana:

“lástima que el tiempo está feo, sino me iría con mamá a la ciudad y te dejo la casa para que de desahogues un poco, ja ja ja”

“La verdad es que tengo ganas, pero con ustedes aquí se hace difícil, ja ja ja”

“ Te propongo que al mediodía me iré a hacer la siesta arriba con mami y te dejo la sala para ti. Es más aquí tienes algo para mirar, mientras le alcancé Taboo 3”.

“y esto?, es porno bueno supongo”

“Del mejor. Te aseguro sala despejada desde las 13 a las 16”

Bajó mamá vestida de short y remera, también sin corpiño. Desayunamos los tres, y de tanto en tanto cruzábamos miradas de amor con mami.

La mañana transcurrió entre tareas del hogar y preparación del almuerzo mientras bebíamos vino blanco. Después de la sobremesa, avisé que iría a hacer la siesta arriba, pues no quería escuchar el ruido de limpieza de vajilla, e invité a mami a hacer lo mismo, a lo que ella accedió gustosa puesto que Paola avisó que se quedaría a lavar los platos y terminar con la limpieza por lo que no dormiría.

Fue subir a la habitación, recostar la puerta e estar desnudos mamá y yo. Hicimos un 69 que me dejó a punto de acabar, por lo que separándome monté a mi madre desde atrás en posición perrito con un bombeo acompasado que permitió echar abundante semen en su vagina mientras ella tenía su tercer orgasmo.

Nos recostamos abrazados y ella se durmió enseguida, por lo que aproveché para ponerme el boxer y bajar a la sala. No me equivoqué, escondido en la escalera observé como Paola estaba desnuda tirada en el sofá con 3 dedos en su concha mirando la porno en el TV. Tenía los ojos entrecerrados y se caía algo de saliva por sus labios, tal el grado de calentura que tenía. Bajé muy despacio y llegué al pié del sofa, arrodillado, y naturalmente busqué su concha con mi boca. Ella al sentir mi lengua en sus labios vaginales gimió y apretó mi cabeza entre sus piernas mientras pedía más. Después del primer orgasmo, volvió a la realidad y quiso separarme diciendo que lo que hacíamos estaba mal, que el incesto no es correcto, pero mientras hablaba acomodé mi poronga en su concha y empujé. Cuando Paola tuvo todo el pedazo adentro, comenzó a gemir y gozar. Yo había acabado hacía poco en la concha de mamá, por lo que me di el lujo de empujar durante media hora, en la que Paola llegó a llorar de tantos orgasmos que le provocó la fricción de mi pija en su coño. Cuando sentí que iba a acabar, acomodé mi poronga en sus labios y derramé semen que Paola tragaba gustosa.

Ya eran las 15, por lo que mamá podía levantarse en cualquier momento, y mi plan era coger con ambas al mismo tiempo, pero debía armar el escenario.

Me pegué una ducha y dormí hasta las 20 hs en que mami me levantó y bajé al comedor a juntarme con las mujeres. Afuera lloviznaba y hacía mucho frío. Decidimos sentarnos en la sala, sobre la alfombra, mientras conversábamos de trabajo, estudio, y otros temas tomando chocolate. Mamá fue hacia el baño y aproveché para acercarme a Paola y besarla en los labios. Ella se separó con cierto fastidio regañándome por mi actitud diciendome que lo que habíamos hecho estaba mal, a lo que le pregunté si le gustó. Ella respondió:

“me encantó, jamás había tenido tantos orgasmos juntos, pero lo que hicimos es incesto, y que no puede continuar”.

Mi argumento fue sencillo:

“con tus 26 años puedes elegir disfrutar del sexo, más allá de con quien, y en el peor de los casos esto queda como una circunstancia aquí, en este lugar, como un recuerdo de unas vacaciones juntos que probablemente no se vuelva a repetir”.

Ella movió su cabeza, y como respuesta me estampó un beso con lengua incluida. “tienes razón, disfrutemos este tiempo”.

Decidí redoblar la apuesta, por lo que pregunté:

“que te parece mamá?, y la pregunta te la hago desde lo sexual”

“no pretenderás cogerte a mamá” respondió.

“No, yo no, pero creo que podemos aprovechar estas vacaciones para conocer un poco de su vida íntima, ya que no sabemos si de vez en cuando moja el conejo”.

Mi plan era que Paola se involucre más con mamá sin que sepa por ahora que yo ya me la había cogido.

Paola entonces dijo: “voy a aprovechar y tener con ella una charla de mujeres, ya que te preocupa tanto”.

Pues bien, esta noche me quedo a dormir aquí, y si quieres, te espero cuando mamá se duerma. Paola, entusiasmada, me dio el si.

A las 23 estaban mamá y Paola en la habitación y yo supuestamente abajo, pues en realidad me escondí en el pasillo a mirar y escuchar lo que ocurría. Ambas hablaban y se reían, y en un momento Paola disparó la pregunta inicial de un diálogo cachondo.

“cuanto hace que no tienes sexo mamá?”

“no te preocupes hija, que me defiendo bastante”

“se puede saber quien te riega el conejo?”

“hija, eso son detalles personales e íntimos”

“es que acaso no somos íntimas?, no confías en mí?” decía Paola mientras acariciaba el brazo de mamá

“somos íntimas hija, pero me da cosa hablar de esto contigo” contestó mamá que también comenzó a acariciar el brazo de Paola

“se puede saber si es hombre o mujer?”

“prefiero los hombres. Las mujeres no me van mucho”

“lo hiciste alguna vez con una mujer?”

“cuando era adolescente, tuve un escarceo con una amiga, pero después nomás”

“y no te excita ver dos mujeres haciendo el amor?”

“puede que sí, pero siempre termino deseando una buena vergota. Eso ocurre cuando miro porno en el cable”.

“es que acaso miras porno?”

“es una forma de desahogarme. Miro porno, me pajeo y después duermo. Es más seguro que tener relaciones ocasionales, aunque no hay nada como lo natural”

“cómo te pajeas?, usas aparatos o solo te das dedos?”

“ambas cosas”

A todo esto, seguían acariciándose los brazos, y Paola acomodaba el pelo de mamá a cada rato. Mamá también comenzó a acariciar el cabello a Paola. Entonces le preguntó:

“y a vos hija, qué te gusta?”

“siempre me ha gustado verga, pero frente a mujeres lindas no descarto disfrutar de una.”

“lo has hecho ya?”

“si, con dos amigas de la facultad nos montamos a veces un trío. Es distinto hacerlo con una mujer, pues sabe donde tocarte para gozar intensamente”.

“Así que solo con mujeres bonitas, entonces yo quedo descartada”

“mami, sos una de las mujeres más hermosas que conozco. Con casi 50 años tenés un cuerpo envidiable, unos pechos hermosos y un culo bien levantado. Sos el sueño para cualquiera, hombre o mujer”.

Entonces ocurrió: mamá no aguanto y acercó su cara a la de Paola y rozó sus labios con un beso. Cuando quiso retirarse Paola la aferró y le plantó un chupón de esos mojados como pocos. La reacción de mamá primero quiso ser la de rechazo pero al instante se prendió a Paola mientras sus manos ya acariciaban la espalda por debajo de la camiseta. Paola no se quedó atrás y levantó la remera de mamá y comenzó a acariciar esos globos maduros perfectos. La respuesta de mamá fue la de bajar el short y el calzón de Paola y comenzar a pasar la palma por la raja de ésta, que simplemente se abandonó en la cama con sus piernas muy abiertas, sacándose su remera. Al instante, mamá también quedó totalmente desnuda, y trepó al cuerpo de Paola buscando hacer un 69. Desde el pasillo yo escuchaba los chasquidos que producían los jugos vaginales y los labios trabajando. Pasado un tiempo de gemidos, ambas comenzaron a tener orgasmos un poco ruidosos, con gritos atenuados pero llenos de placer.Ambas quedaron desparramadas en la cama, disfrutando el momento.

Entonces decidí entrar. Desnudo, con mi pija hecha un hierro grueso y candente. Paola abrió grande sus ojos y mamá me sonrió. Me posicioné entre las piernas de Paola y la penetré mientras mami le chupaba las tetas y mis dedos se enterraban en el chocho de mamá. Paola gemía con ganas, y entonces me arriesgué, dí vueltas a Paola dejándola con el culo en pompa y apoyé mi poronga en su negro culito. Ella quiso zafarse, pero estábamos tan calientes que la cabeza de mi verga se abrió con facilidad en su culo, enterándola hasta el fondo. Mamá comenzó a mover desesperada su mano sobre su concha. Entonces dejé a Paola y acomodé a mi madre y mi pija buscó su culo. Ella como respuesta empujó su cuerpo hacia mí, ensartándose sola todo el pedazo. Pegó un grito mezcla dolor y mezcla satisfacción. Paola se puso delante de su madre y abrió las piernas para que ella le chupe la concha. Menos mal que estábamos alejados de la civilización, pues el grito de orgasmo simultáneo de los tres se habrá escuchado a dos mil metros de distancia. Quedamos tendidos los tres sin movernos por media hora, solo gimiendo de placer.

El resto de los días cogimos los tres de todas las maneras posibles, utilizamos el consolador de mamá para que las mujeres tengan doble penetración, y de paso probé como era ser ensartado.