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HELGA Y SU MADRE

En un relato anterior, les contaba como conocí a Helga, era una chica que aún no cumplía los 22 años, coincidimos en un hotel ecológico, en el depto, de Petén, al norte de Guatemala. Ella estaba en su luna de miel, que de miel no tenía absolutamente nada porque era hiel. Su padre Hans, de nacionalidad sueca, era un hombre avaro y codicioso, y la había compremetido en matrimonio con su socio, un holandés, peor que Hans, como de 37 ó 39 años, que el día del compromiso, la llevó a la cama, y la desvirgó ayudado de los dedos de la mano, y que la segunda y última vez que la hizo suya, fué el día del matrimonio civil, era un tipo que siempre usaba condón, la penetraba y segundos después, se corría y a dormir, esas noches de sexo fueron por así decirlo violación. Cuando hice el amor con Helga fué distinto para ella, supo lo que era ternura, delicadez, aunque les puedo contar, que cuando yo le hice el amor sangró, y era natural era su tercera vez, y ahora la penetraba una verga de 8 pulgadas y gruesa, y tal como ella decía era el triple de larga y doble de grueso que la del cerdo de su marido. Ella gozó a lo grande tuvo varios orgasmos, dursnte el día y parte de la noche que pasamos juntos, y de esa relación quedó embarazada. En un principio ella le dijo a su marido que esa noche el había llegado tan ebrio, que la violó y no había usado condón. Con el tiempo se pelearon y ella le grito que el hijo no era suyo, se divorciaron y el socio dejó en la ruina a Hans, padre de Helga, esto me lo confesó ella cuando la volvi a ver, y esto fué una tarde que con un amigo pasamos a comprar embutidos y tomar una cerveza, y comer unos panes deliciosos, que vendían en el lugar, que para sorpresa era de Helga.

Esa tarde estaba bellísima, su pelo rubio, ahora más largo de cuando la conocí, su rostro radiante, sus ojos celestes se veían más oscuros gracias al bluson azul oscuro de maternidad que usaba, tenía 4 meses de embarazo, quedamos que el día siguiente a la hora de cerrar, pasaba a recogerla, ella me dijo que estaba ansiosa de volver a estar conmigo, y que a pesar de saber donde encontrarme no me había buscado, porque lo menos quería era provocarme problemas, yo le dije que ya no nos alejaríamos que ella y el niño estarían siempre bajo mi amparo, nos fuimos a uno de los apartamentos de mi madre, y allí pasamos la noche amandonos, cuando la desvestí, sus pechos por el embarazo habían crecido más, eran redonditos, hermosos duros, sus pezones rosados, que invitaban a mamarlos, besé su pancita, ya crecidita, y su vagina depilada, de labios hermosos volteaditos hacia afuera y su clítoris chico, que palpitaba a cada roze de mi lengua, sus piernas hermosas, sus bellos pies, que le mordisqueaba, y se los chupaba, me concentré en su clítoris, sentía el temblor de su cuerpo, estaba gozando a lo grande, sólo atinó a decirme me vengo, me vengo, y explotó en su orgasmo. Seguidamente tomó su pene y se lo llevó a la boca a chuparlo magistralmente, aún no se le había olvidado como le enseñé a hacermelo, estaba fascinada con mi polla, y me susurraba: Mi amor como lo he extrañado, es tan grande y grueso, en seguida, se colocó de lado, de espaldas a mí(la panzita nos estorbaba), se llevó la cabeza del pene a la entrada de su vagina, se empujó hacia mi y la cabeza le entró, suavemente se la fuí empujando, aún le dolía un poco, y poco a poco sentí como se fué deslizando en su vagina caliente y super húmeda, sentía super, el cosqilleo de entrar y salir poco a poco, ella solo gemía de placer, le metí toda la polla y empezamos despacio a movernos con ritmo, al cabo de unos diez minutos contrajo su vagina, aprisionó con sus paredes mi pene, y se corrió, inmediatamente después de dos ó tres puyones yo me corrí dentro de ella. Como en esos días estaba sólo en casa, dormimos juntos por quince días teniendo sexo maravilloso,a cualquier hora.

Hans me conocía de vista, yo a él también, en una época tuvo amistad con mi padre, el día que le pedí a Helga, una entrevista con él, fué para brindarle mi ayuda, la situación de él era precaria, le comenté que el tipo de negocio que él tenía podía subirlo, el fabricaba embutidos e importaba toda clase de vinos, cerveza, y otras bebidad alcohólica europeas, al cabo de dos meses su negocio se equilibró y sus ganancias fueron subiendo como la espuma, el cambió mucho en su actuar y era agradable verlo trabajar, con ahínco. Una tarde quedamos de juntarnos en el negocio de Helga, él me iba a pagar el dinero que yo le había prestado para levantarse, cuando me extendió el cheque que era de una cantidad considerable, frente a él se lo endosé a Helga, y se quedó perplejo, cuando yo le dije a Helga: A nuestro hijo le falta un mes para nacer, aquí está este dinero para agrandar tu negocio, y le confesamos la verdad. Dos días después recibí una llamada de Helga, para invitarme a cenar a casa de sus padres, pues su madre quería conocer al padre de su futuro nieto, y a la vez agradecer por lo que había hecho poe ellos, sólo que me dijo que ya no vivían donde antes, debido a que con las premuras, Hans había vendido la casa, pero que ya se había hecho de otra. Pasé por Helga, y nos dirijimoa a casa de sus padres, al entrar me llevé la sorpresa mayúscula, y ella la madre de Helga, se puso lívida, y empezó a temblar. Porqué todo ésto. En uno de mis relatos de la casa de la playa, a la madre de Helga le robaron su vehículo, documentos y dinero y fué golpeada afortunadamente para ella yo venía en mi vehículo unos minutos después, y pude ayudarle, pero ella había perdido la memoria, la llevé a casa y durnnte doce o quince días surgió un romance entre nosotros, cogiendo a toda hora, y yo la traía a la ciudad recorriendo lugares donde pensaba que podría vivir su familia, y en uno de esos viajes recordó la memoria. Al verla palidecer ella tuvo que contarles todo lo sucedido, desde el inicio a la recuperación de la memoria, claro sin los días de pasión y sexo incontrolable que tuvimos. Hans todavía mas agradecido y Helga felíz de lo que su madre contó. Al retirarme me salió a despedir Helga y luego su madre le pidió que nos dejara solos que quería hblar conmigo, y me dice hace siete años que pasó lo nuestro, yo no he dejado de pensar en tí te sigo adorando, sólo pensaba en volver a verte y tenerte en mi cama, y ahora la sorpresa de verte y saber que eres el padre de mi nieto voy adorarlo más, sólo quierpo pedirte que me dediques una tarde, cada cierto tiempo, quedamos que al día siguiente la vería. Fuimos a uno de los apartamentos, me pegó una super mamada de verga, yo le chupetié sus senos, seguían hermosos y duros, su vagina deliciosa, que sentí abrirse paso a la entrada de mi pene, Jadiaba como puta en celo, se corrió como tres veses antes de soltarle mis chorros de semen. Lo que imaginaba me dijo, no dejé de pensar en tí estos siete años, necesitaba de un macho, que me hiciera sentir hembra, porque mi marido ni me toca. Quedamos de guardar el secreto, y hasta hizo planes del pre y post embarazo de Helga y los cuarenta días para que todos esos días la empalara, como extrañaba según me dijo esa hermosa verga, que le había roto el trasero.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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