Las cosas con mi sobrino ya no eran como antes, pues tras un tiempo de relación y como era previsto, sucedió lo que yo sabia desde un principio: Aquel muchacho de dieciocho años con el que viví gloriosos momentos de lujuria comenzó a compartir con muchachas de su edad toda la experiencia que yo le había transmitido en la cama. Era obvio que eso iba a suceder, pues con su atractivo y con la seguridad que yo le di, se había transformado en un objeto deseado para cualquier mujer que se valorara como tal. Una mañana, que como tantas otras me escurrí en su cuarto, me dijo aquellas palabras que yo no quería escuchar, me explico que me quería mucho pero que se había enamorado de una chica de su edad y que nuestra relación que fue tan linda por respeto a ella debía terminarla. Inmediatamente entendí y acepté la situación, aunque debo admitir que volví a sentir aquel enorme vacío que experimente cuando enviudé. Habían pasado ya varios idas de aquella mañana cuando en un día de lluvia, que me deprimió bastante me puse a recordar como había comenzado todo aquello que a pesar de ser prohibido me lleno tanto como mujer. Recordé cuando en mi cuarto encendí la cámara, la puse sobre un gavetero enfocando a mi cama y comencé a grabar aquel show que era sólo para él. Recordé como comencé poniéndome un portaligas blanco, acostarme en la cama y comenzar a acariciarme, recordé como primero fueron caricias muy suaves sobre la ropa interior en mis partes más sensibles, que luego muy despacio baje mi sostén y comencé a lamer suavemente uno de mis pechos, mas tarde esa lamida pasó a ser una mamada con fuerza, y luego dicha mamada me hizo hacer un lado mis panties y empezar a meter dos dedos con furia en mi conchita. ¡Qué excitación que sentí aquella vez!!!!! ¡Qué paja que me hice para mi muchacho!!!! y saber que me estaba grabando para mi sobrino, me había puesto tan caliente que nada me importaba. Recordé también que después como la frutilla de la torta y para hacerme acabar con unos gemidos que dudo que no hayan escuchado, me puse en cuatro mientras me tocaba (enfocando a la cámara) y me metí la puntita de un dedo por el culo, que al nunca haber sido tocado, inmediatamente me hizo acabar de una manera increíble. Fue maravilloso, pero de sólo recordarlo me volvió a excitar de la misma forma y como en aquella oportunidad no pude evitar hacerme acabar con unos gritos desmedidos. Solo después de haberme tranquilizado y luego de volver a ser un ser racional, comenzó a darme vueltas un pensamiento en mi cabeza: que seria de aquel vídeo???? Al principio no le di importancia a ello, pero luego comencé a pensar que Marcos se olvidaría de él, lo que podría llegar a ser una situacion un poco complicada para ambos. Así que como estaba, cubierta con un camisón transparente fui a la habitación de mi sobrino a pedirle la cinta, pero como no lo encontré, me decidí y comencé a buscarla yo misma. El susto me lo pegué cuando una voz me dijo: ¿qué haces cuñada en esta habitación?. Casi me muero, el grito que pegue me ayudo a ganar tiempo para pensar y lo primero que se me ocurrió fue decirle que estaba buscando un cassette que me iba a prestar Marcos de un cantante que me gusta mucho, pero que no lo había encontrado, que seguramente se lo habría llevado el. Inmediatamente y un poco más tranquila le pregunte al, ¿y tú qué haces que no estas trabajando? A lo que me respondió que había pedido el día en la oficina pues debía hacer unos tramites por la tarde, y por eso aprovechó para dormir un poco más, pero que unos gritos que escuchó lo despertaron y subió a ver que eran, y que aparentemente debieron ser los vecinos pues la única que estaba en la planta alta de la casa era yo. Imagínense cuando escuché eso como me puse, al saber que mi cuñado me había escuchado gimiendo, menos mal que fue sólo en esa oportunidad!!!! Igualmente aunque sentí alivio por ello debí sentirme avergonzada y ponerme muy colorada. Pero el no se dio cuenta y solo atinó a preguntarme si me sentía bien pues estaba con muchos con colores en el rostro, y yo le contesté que sí, que sólo estaba así de tanto buscar ese maldito cassette pero que estaba visto que no estaba allí. Después de semejante situacion, que gracias al cielo pude manejar, todo volvió a la normalidad y los días transcurrieron de lo más normal. Yo entendí en ese momento que sólo debía esperar a mi sobrino y pedirle la cinta. Fue casi un mes después que lo volví a ver, pues el muchacho estaba muy ocupado por lo visto con su amiguita, y él me contesto que la iba a buscar y me la iba a devolver que no me preocupara. Eso me dejó mucho más tranquila, hasta casi olvidarme de ella. Pasó el tiempo y un día mi cuñado me hizo recordarla cuando me dijo: sabes Emilia tengo la cinta del cantante que tanto te gusta después te la doy, pobre hombre, tan gentil pero tan ingenuo!!!!. Después de eso por la noche golpeó la puerta de mi habitación, yo casi dormida abrí así como estaba (con un camisón bastante corto y ceñido) y el luego de mirarme un buen rato, como encantado por lo que veía, me entregó un cassette de música y sonriendo le dije: Gracias cuñadito ... siempre tan atento. Imagínense que ni lo escuché pues aquella vez no estaba buscando ningún cassette. Pero me sorprendí cuando a los días me dijo: "Lo has escuchado cuñadita??" Con una sonrisa pícara. Me llamó la atención esto ultimo y eso me hizo pensar, como sabia de que cantante estaba buscando el cassette si yo nunca se lo dije???. Acto seguido, fui a mi cuarto y puse la cinta. No podía creer lo que escuchaba, era gemidos de dos personas haciendo el amor y la voz de mi cuñado que le decía a mi hermana si le gustaba lo que hacia, y a lo que ella respondía claro mi amor, tu me has hecho una adicta a ti y a tu manera de hacerme el amor, al escuchar eso inmediatamente paré la cinta pues escucharlo me dio asco tanto es así que al comienzo no me había dando cuenta que eran ellos. Luego con más tranquilidad me puse a pensar qué quería ese loco con esa cinta? No lograba entender nada. Hasta que por la noche nuevamente golpeó la puerta de mi habitación y me dijo: ¿Te gustó lo que has escuchado? Inmediatamente me saqué las ganas y le dije: que no sólo no me había gustado, sino que me aprecia de muy mal gusto. A él le cambio la expresión en su rostro, pasó de una mirada lujuriosa a una mirada de enojo inmediatamente, y como ofendido me dijo bueno te va a tener que comenzar a gustar. Yo con mucho más enojo le dije: ¿ah si? Y ¿porqué? A lo que me contestó porque tengo un videito tuyo que si lo ve tu hermanita no le va a gustar mucho. Media turbada, media sorprendida, y media desencajada solo atiné a decirle que si hacia algo con él, yo le iba a hacer escuchar la cinta a mi hermana y él con una carcajada me contesta: No seas idiota, no te has dado cuenta que yo en la cinta no digo nada y que tranquilamente esa podría haber sido grabada por ti. Así que ve pensando que tu quieres hacer si seguir mi juego o que tu hermanita se entere de que clase de puta que tiene de hermana. Y siguió diciéndome, hoy no va a pasar nada pero piensa en ello, y se fue del cuarto. Esa noche no pude dormir, confundida, aterrorizada solo pense en esperar a mi sobrino para pedirle la cinta. Cuando por fin lo encontré, al preguntarle su rostro cambió y me dijo: Tía no lo puedo encontrar por ningún lado. En ese momento comprendí que estaba en manos de mi maldito cuñado, y como si fuera cosa del destino, esta vez era yo la que caía por aquella cinta de vídeo. Al día siguiente con el poco orgullo que me quedaba le dije a mi cuñado que haría lo que él quisiera, pero que debía darme la famosa cinta. El se sonríe y mirándome me contesto: ¡Claro mujer, por supuesto! Esa misma tarde mientras me duchaba, pensaba en todo aquello y tratando de aceptarlo de alguna manera trataba de pensar que era un desconocido el que me estaba acechando. Fue en ese momento cuando sentí que alguien me abrazaba y me ponía contra la pared de la ducha, y me decía tranquilita, así disfrutamos los dos. En ese momento sentí mis pechos apretados sobre el frío de los azulejos y un sexo grueso que me penetraba sin mas preámbulos, no puedo negar que la prohibida situacion me excito sobre manera e hizo que olvidándome de todo, luego arqueara mi cola para atrás haciendo la situacion más excitante para ambos. Él me dijo: empiezas a entenderme puta, y yo excitada apenas pude decirle estas loco, a lo que me contesto, quédate tranquila Andrea jamas sube hasta aquí. Fue entonces que me relaje mas todavía terminando por disfrutarlo. Cuando acabamos me dijo: hoy a la noche te traigo tu cinta, prepárate. Aquella noche le hice caso y me preparé, nuevamente me puse la misma ropa que en el vídeo y tratando de justificar mis actos pensé que ya estaba jugada y que otra no me quedaba, más que disfrutar del momento. Él por su lado con la excusa de mirar tranquilo un partido de fútbol se fue al cuarto de su hijo a dormir, yo por mi lado sabía que el momento se acercaba y en mi mente pensaba cada uno de mis movimientos y lo único que sabia era que la situacion la iba a manejar yo. Pero las horas fueron pasando, y convencida de que realmente se quedo mirando el partido, me venció el sueño y me quede dormida. Mis sueños no iban a durar mucho, en la madrugada y mientras dormía bien cómoda boca abajo, me despertó su cuerpo que encima del mío me hacia sentir su grueso falo entres mis nalgas, y aunque mi intención era como ya lo dije, la de manejar la situacion, me vi sorprendida y en mi afán de zafarme lo único que logré fue que el me sujetara por las muñecas mientras con la otra mano me levantaba el camisón y luego me corría la rompa interior. Esa situacion de total dominación de su parte me excitaba muchísimo, pero no fue nada comparada con la que sentí cuando su sexo se introducía en mi, ahí entendí el porqué de los gemidos de satisfacción de mi hermana en aquel cassette, que bien lo hacía, que bien que se movía, esta vez la que aprendía era yo. Aprendí a ser domada por un experto en sexo, aprendí a ser domada por una pija que me llenaba completamente (y que en sus embestidas profundas me hacían levantar el culo) y que en su roce interior me hacia delirar, al punto de olvidarme de quien era él y al punto de hacerme delirar por mas y más. En una de esas embestidas, mezcla de gemidos y de ruegos ... ACÁBAME ADENTRO POR FAVOR, y mientras mis gemidos se descontrolaban sentí como su leche caliente me llenaba y quemaba mi sexo. En ese momento cuando ya estabamos más tranquilos sentimos ruidos en la planta baja y le pedí que se fuera al cuarto de mi sobrino rápidamente, pues era mi hermana que estaba subiendo. Eso sí, antes de salir le pedí que después volviera. Y es que ya a esa altura no me importaba mas nada que ser poseída nuevamente por ese sexo que me había transformado en una puta perdida. De milagro, mi hermana no nos encontró juntos, pero al ver la tv que estaba a todo lo queda y viendo su marido aparentemente dormido, apago la tv y volvió a bajar. Para ese entonces yo estaba agitada, presa de la adrenalina y de la excitación, suplicando que volviera ese perro y me cogiera una vez más. Pasaron unos minutos cuando volvió a mi cuarto, otra vez yo estaba acostada boca abajo, pero en esta oportunidad porque así yo lo quise. El montó encima de este cuerpo, pero a diferencia de la vez anterior, apenas lo sentí sobre mi le rogué... COJEME POR EL CULO!!!!!!!!! era imposible que él se negara, tan imposible como que yo no disfrutara con su miembro. Al comienzo debo admitir, que creí que iba a lastimarme, pues solo al meter la punta de su sexo me dolía terriblemente, pero poco a poco esa puntita se volvió un fruto de lujuria que hacia sentir como mi culito se ponía caliente y como poco a poco aumentaba mi gozo. Gracias a las almohadas pude disimular mis gemidos que cada vez eran más fuertes. Contar lo que sentí cuando metió todo su pene no lo puedo hacer, como tampoco puedo describir como estaba yo en ese momento, pues seria volver a usar palabras que ni siquiera servirían para relatar el 10% de lo que vivía. Lo único que si puedo decirles, y esto sin miedo a ser juzgada, es que jamás me arrepentí de haberme comido a mi cuñado, muy por el contrario ese momento lo recuerdo como una de las veces que mas gocé haciendo el amor.