~~Yo te lo haré como tu quieras mi bebé, te lo haré a lo bestia, como sólo lo hacen los animales, en el garaje o en la cama yo te violare, te dejare caer sobre plumas y algodón, allí te besare toda la noche como si fuera la última vez, lo haremos como tú quieras mi amor, ya sea con sangre o dulces caricias. Yo montada sobre ti, acaricias mi pelo y lo acercas a tu nariz, hueles un mechón, uno muy pequeño que se desliza entre tus dedos, ¿a que huelo? Por favor dime que a melocotón. Mi trasero, lo coges con fuerza pero cuidado, es delicado, es redondo, muérdelo, quiero que lo saborees, que lo tengas en tu boca y me muerdas, me comas como a una fruta madura, soy tu niñita a la que tienes cogida entre tus brazos, agarrame muy fuerte no me valla a escapare, no me quiero resbalar fuera de ti, sólo quiero ser tuya. Me introduzco tu polla que mira hacía el cielo, de un golpe, muy lentamente, lo hago de una vez, con cuidado, sin prisa pero sin pausa, dentro de mi te regocijas moviéndolo, mas mis entrañas lo disfrutan mucho más, tenerte dentro de mi es placer, un goce increíble, me encantaría que cada una de nuestras noches la pasaras dentro de mi, formando parte de mi cuerpo, de mi misma esencia, te deseo en mi. Quiero tenerte muy dentro de mi. Quiero tenerte muy cerca. Quiero sentirte a cada momento. Yo muero sin ti. Arriba, abajo. Me vuelvo loca al sentir tus manos recorrer mi espina dorsal, nata montada, hielo, piedra fundida, tan caliente tu cuerpo como el mío, pareciera que nos derretimos cuando estamos juntos. Gemir ya no es una elección sino una placentera obligación, debo hacerlo por que así lo siento, ¡por dios no pares! Continuemos durante toda la noche. Me abrazo a ti cuando te corres, lo has hecho dentro de mi, siento tu leche caliente recorriéndome, bajando por mi entrepierna, cayendo sobre tu polla, manchándolo todo y llenándonos de ese aroma que tanto me pone. Que suave que eres, que bonito, tranquilo es tu olor. Me llenas con él, no puedo resistirlo, mi nariz no puede aguantar más, tu tacto me mata, ardo por dentro. Quiero más, muchísimo más, soy una bestia, una criatura que sólo te quiere a ti. Deseo que cada minuto seas mío, que cada instante sea para mi, todo tu aliento debe ir a parar a mi nuca, tus suspiros deben ser por mi. Gime, no tengas miedo, entorna los ojos, hazte el duro pero yo sé que tu disfrutas más si cabe que yo. Por tus labios corre algo blanco trasparente, es saliva, te relames cuando estoy sobre ti, quieres que yo sea sólo tuya, tu esclava predilecta, tu hembra alfa, tu mujer. Me perforas, me haces sangre, házmelo suave, házmelo muy rudo, hazlo como quieras pero no dejes de hacérmelo, házmelo una y otra vez, yo soy tuya. Deja tus babas impresas en mi, quiero tatuarme con ellas, con su olor, con su sabor, que todos sepan que yo te pertenezco. Sangra mi ser cuando por detrás me penetras. Agarras mis pechos, mis caderas, todo con tus manos lo abarcas y sin piedad disfrutamos los dos. Un grito seco, dirijo mi mano a mi coño y disfruto sintiéndome, te siento a ti, más dentro de mi, cerro os ojos y mi cara se descompone de placer. No sé como lo haces, tú pensarás como lo hago, ese será nuestro secreto, el tuyo y el mío, ambos independientes, ambos cómplices. En solitario apenas podrías nada, conmigo el todo queda pequeño. Tanto calor no puede ser bueno, creo que comienzo a sudar, pronto enfermare, sólo tengo calor, un calor que me quema por dentro y no me deja vivir. Como una perra saco la lengua y se queda colgando, como un chimpancé te haces el macho al salir, somos animales, poco más, nada menos. Tu pelo cubre mi cuerpo rasurado. Nunca me digas que no por que yo jamás lo haré. Estoy por debajo de tus rodillas, muy por debajo, a gusto y gozando. Tú levantas mi rostro y lo diriges al cono de tu placer, del mío propio. Yo chupo como un caramelo, como una piruleta o un chupa chups, trago como un helado, sobre mis labios calientes, cortados, un chorretón de tu leche, de tu nieve, de lo que a mi me gusta, me cubre mis jugosos labios, penetrando en los cortes y saboreándolo yo todo. ¡Cómo me gusta! Me abro de piernas y eres tú el que lame, niño dímelo y haremos un 69, yo no soy adivina, sin comunicación no vamos a ninguna parte. Yo ya te he exprimido pero volveré a hacerlo una y otra vez, todas las que sean necesarias. Yo sobre ti, abriendo mi boca como si de una serpiente se tratara, tu comiendo almejas, apretando mi trasero para sorber todo el liquido, todo el limón. Nos gusta demasiado, la vida debería empezar y acabar a los pies de una cama. Me rozas con el pelo de tu cara y me gusta, no me irrito, siento cosquillas que me excitan todavía más, algo increíble pero cierto. Soy una niña viciosa y me gusta hacerlo contigo. Toda la noche o todo el día. Suena el despertador, ya es hora de levantarse o tal vez de dormir para nosotros. Te pones los calzoncillos, te quieres vestir, dejarme sola y olvidarte de mi durante unas horas. No lo permitiré e incluso con ropa interior puesta, con cualquier cosa sobre tu cuerpo yo puedo hacer virguerías, puedo poseerte, calentarte, provocar los más grandes incendios en tu corazón y en tu entrepierna. Levanto escobas como la mejor de las brujas. Te ato a la cama, a una silla, me da igual el sitio, no quiero que marches, que me dejes. Me restriego contra tu cuerpo, no dejo que te muevas y en tu cara te pongo mi cuerpo. A tu merced devóralo por completo