~Caminando por las calles de Lisboa existe un restaurante de postín al cual entramos .
Los camareros muy profesionales , nos colocaron en el centro de la sala.
El ambiente y la decoración añejas , como la clientela.
estábamos en los cuarenta entonces y mi mujer estaba pechugona y atrevida .Su oronda presencia llama la atención y los hombres se vuelven al verla.
Justo frente a ella estaban dos hombres que no dejaron de mirarla.
No los tenía de frente pero ella me contaba el asunto.
Sin ningún complejo la desudaban de ariiba a abajo y se complacían con lo que veían.
Ella que no es de piedra y conoce las pasiones que levanta , siguió el rollo y de forma continuada los puso a tono.
Ella también estaba mojadita y para comprobar el efecto que levantaba , se fue a los baños y se contoneó todo lo que pudo y los dos la siguieron .
Al entrar en el baño creyó que entraba alguien y era cierto.
Los dos aunque uno llevaba la batuta , se arrimaron y con sibilina seducción la asediaron.
Ella me contó después que se abandonó y aquellos dos tomaron de lla lo que quisieron.
La prenda final apareció después en mi plato como trofeo de caza.
Ya no aparecieron los dos y allí me quedé y ella tomaba mi mano y la llevaba a su concha.
Fuimos al hotel después y salvajemente follé con ella.
Luego nos fuimos nuevamente de caza para pillar algún pardillo.