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Categoría: Confesiones

GUISELA

Guisela era la cuarta chica que Delias había llevado a trabajar a la fábrica, y prácticamente era a la única que no me había pizado, era alta, rubia de ojos café, y tenía un super culo, era la mejor de todas, había convivido un año con su marido, pero
éste se fué a trabajar a los EEUU, como seís meses antes. Una tarde de sábado era cumpleaños de Carmelina, y cenamos todos en el partamento que les había rentado, de las cinco chicas que llegaron sólo Delia no asistió, porque yo había ocultado todo y no quería que Delia se diera cuenta que cogía con sus amigas. Por la noche fuí a dejar a Guisela donde vivía, que era cerca de la fábrica, y le dije que me acompañara que necesitaba unas cosas de la oficina. En la oficina por emergencias, o cuando me quedo muy tarde trabajando, hice construir un dormitorio completo, ya había planificado llevarla esa noche a dormir allí. Al principio puso resistencia a quedarse conmigo, aduciendo que era mujer casada y otros pretextos, además sabía lo sucedido con Tita, y sospechaba que Delia tenía algo conmigo. La besé con deseo, y fué cediendo a mis caricias, ls tenía completamente desnuda en la cama, que cuerpo tan hermoso, sus pechos grandes, cintura fina y caderas anchas, tenía una panocha enorme, peluda, sus labios vaginales vueltas hacia afuera, y su orificio rojo, le empezé a mamarle su panocha, se retorcía de placer, su clítoris vibraba en mi boca, se fué rápido, estaba super caliente, me quité el boxer y aparecieron en su esplendor las ocho pulgadas de pija rígida y gruesa, estaba extasiada viéndola se la metió en la boca y empezó a chupar suave, al rato la tenía integra en la boca no se como hizo para metersela, pero se la tragó toda, boca arriba la empezé a penetrar , deliraba de placer, y me decía que era mi verga rica y hermosa, que nunca se imaginó que iba a tener una verga así metida al tope, y que su mayor deseo era que me la cogiera, lo deseaba desde que me conoció, y que estaba teniendo una cogida espectácular, y así hablando cosas se vino en un orgasmo fabuloso, luego me pidió que la llenara de leche, que no había problema porque no podía tener hijos. Esa noche fué fabulosa, guardamos el secreto de nuestras cogidas, que eran regularmente tres veces por semana, allí en mi oficina.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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