Su mente vagaba por otros lugares muy distintos a los que tenía ante sus ojos. El sol aun tenía la suficiente fuerza como para que evitaras mirarlo directamente y sin embargo sólo podía ver la luna en un cielo limpio y oscuro que la envolvía. Había cogido el autobús como todos los días al volver de su trabajo pero no se bajó en la parada en que solía hacerlo, en cambio cogió un camino muy diferente al que la conducía a su casa, pero que le resultaba igualmente familiar. Sus pensamientos se hallaban viajando lejos... muy lejos de allí y sus pies simplemente se dejaban llevar por esos pensamientos que la transportaban a otro tiempo, un tiempo ya pasado para ella.

Conforme se acercaba al lugar señalado vio entre las sombras de aquella oscuridad una pareja que sin apenas mirarse a los ojos se fundía en un largo y esperado beso y sintió un pinchazo en el corazón, una necesidad enorme de ser abrazada, de ser envuelta por esos cálidos brazos que tanto extrañaba y que no había vuelto a sentir desde hacía años. De repente comenzó a temblar, no de frío porque de hecho estaba sudando, si no porque aquella pareja que tenía ante sus ojos y que en principio había creído anónima, sí que le era conocida... ella tenía su pelo, su cara, su ropa..., él... él lo había sido todo para ella... Se había quedado extasiada mirándolos, sin saber si aquello que estaba viviendo era un sueño o era realidad ¿se estaría volviendo loca? ¿habría empezado ya a perder el juicio?

Pero mientras preguntas como esas bombardeaban su mente una mano se había apoyado en su hombro y casi sin darle tiempo a darse la vuelta, la había cogido entre sus brazos. La noche en la que se había hallado durante todo ese tiempo se había transformado en día en apenas unas centésimas de segundo y un sol brillante la cegaba. Sin embargo no le hacía falta abrir sus ojos para saber a quién pertenecían esos brazos ni a quién pertenecían esos labios que habían comenzado a besarla y que se habían hecho tanto esperar. La pareja que se hallaba en la oscuridad se había desvanecido ante los rayos del sol, pero dos nuevos cuerpos se hallaban ahora unidos ante la claridad del día...