"Juegos eroticos, alcohol, y ganas de pasarlo bien. ¿Que puede pasar mal?"

Nuestro grupo de amigos siempre ha sido una piña, nos conocemos desde hace tiempo, cuando todos estábamos estudiando en la Universidad, aunque cada uno hacia lo suyo, y en su facultad, pero los fines de semana nos encontrábamos para salir de fiesta por ahí, cogerla mortal, o divertirnos en casa de uno de los que más suerte tenía, ya que contaba con un piso de estudiante para él solo. La forma en la que nos conocimos fue bastante divertida, ya que por descuido, todos fuimos a la misma fiesta universitaria. Digo por descuido porque en ella solo podían entrar personas que estuvieran cursando la carrera de psicología, pero claro, una fiesta es una fiesta y si puedes incluirte, beber y conocer gente interesante, pues qué demonios, se hace lo que sea posible y esto es lo que ocurrió. Nos encontramos allí cuatro personas de carreras diferentes, que habíamos conseguido unos pases gracias a la ayuda de uno de ellos, que tenía contactos en todos lados y al ser delegado, le daban pases gratis y todo tipo de beneficios para prácticamente todo. Como dirían en mi pueblo, un enchufado, pero que sabía portarse con todo el mundo y que, al tenerlo como amigo, disfrutábamos de esos privilegios con él, que ya puedo decir que eran muchos.

Una vez que entramos en la fiesta, nos hicimos amigos de un grupo de estudiantes de psicología (estos sí lo eran de verdad), y con el paso del tiempo formamos un grupito bueno para salir y divertirnos. La suerte de todo es que éramos cuatro y cuatro, es decir, cuatro tíos y cuatro mujeres, todos solteros y con ganas de pasarlo bien, las parejas habían ido desapareciendo de nuestra vida, o ellos habían desaparecido, ya que pensaban que salir no era lo que ellos tenían que hacer, ya que habían encontrado el auténtico amor de su vida. Amor, que uno de ellos vio como terminaba en una salida, cuando ella le dijo que se quedaba en casa estudiando y vio con sus propios ojos como, su queridísimo amor se estaba frotando y pegando el lote con otro en la misma fiesta. Fue muy divertido. Desde entonces quiere volver a salir con nosotros, pero la lealtad es un punto fuerte, y no puedes quitarte del medio y volver a la primera de cambio. Así no se trata a los amigos.

Una vez que os he puesto en situación, tenéis que pensar que la noche que voy a contaros, pasó como un recuerdo, lo típico que dices, joder, ¿eso lo hice yo realmente? Pues sí, eso hiciste y lo disfrutaste hermano, lo disfrutaste como un cerdo. De vez en cuando quedamos todos en casa de uno de ellos, esa noche tocaba pizza casera que sabía hacer un amigo y que no tenía ni punto de comparación con las que puedes comprar, además, íbamos a ver Saw, ¿qué mejor plan que una buena cena, cerveza para dar y regalar, y la típica película que pones de fondo y que al final terminas riéndote de las muertes? Una vez que estábamos hasta arriba de cerveza, empezaron a caer también los cubatas y una de las chicas empezó a sacar de una bolsa que traía juegos para ponernos cachondos, todos nos quedamos de piedra ante ese ofrecimiento, pero como no, terminamos aceptando, nos gustaba jugar con fuego y nos daba igual quemarnos, nos conocíamos desde hace tiempo, por lo que teníamos confianza para jugar a este tipo de juegos eróticos con los amigos.

Uno de los juegos que más nos gustó y nos puso más a tono era una versión del Okalimoxto sexual. Para quien no lo conozca, se trata del juego de la Oca, en el que cuando caes en una casilla, o bien bebes, o bien haces una de las directrices que te mandan hacer. Las casillas de este juego eran muy calientes, las más ligeras eran las de besar a otra persona, pero también incluía aquellas que debías lamer una parte de la persona que quisieras o que te tocaba según lo que decía la casilla. La temperatura empezó a subir, y entre juego y juego, ya eran muchos que lo dejaban de lado para entrar en tema directamente con una u otra persona, y aquello se desmadró como nunca se ha desmadrado. En ese salón se empezó una orgia de la que muy gustosamente participé con una de mis amigas, una morena que va a spinning y que siempre había deseado darle por detrás, ya que tiene un culazo de agárralo y no lo sientes ni en broma. Allí todos probé de todo, con una, con dos a la vez, incluso un amigo y yo le dimos candela a otra amiga por delante y por detrás, algo que había visto en el porno, pero jamás pensé que llegaría a hacer. Al final, después de esto, sí que hicimos piña, y como en la película “Sé lo que hicisteis el último verano” juramos no contarlo nunca. Pero, ¿cómo no contar algo así?