Soy la mujer más feliz del mundo gracias a mi esposo.
Toda mi felicidad se la debo a mi esposo lo amo con todo mi corazón y ahora sabrán por qué. Mi nombre es Irene, soy una mujer ordinaria, mido 1.65. Soy de piel clara, mi cuerpo es de compleción delgada no flaca, tengo unas nalgas muy bien formadas y carnosas, unas chichis que parecen toronjas sin llegar a la exageración y como no he podido tener hijos mi cuerpo lo tengo bien formadito, mis chichis y mis nalgas las tengo muy firmes. Desde que yo era una adolescente siempre eh atraído la atención de los hombres y aun que fui muy reservada pero sabía que era muy atractiva, ahora tengo 38 años de edad, estoy casada desde hace 10 años con Esteban 10 años mayor que yo. Esteban mi esposo siempre ha sido muy amoroso pero también muy morboso y cachondo, desde que éramos novios siempre me quería manosear y muchas veces me propuso llevarme a la cama, (Claro que nunca accedí ni me deje tocar mas allá de agarrarnos de la mano, dejarme abrazar de la cintura y besarnos). Antes me sentía muy celosa por la forma de como mira a otras mujeres y eso me molestaba mucho, pero ya me acostumbré y ahora hasta me éxito de su morbosidad. De un tiempo para acá yo también me volví muy morbosa pero mientras les cuento este relato sabrán por qué.
Ahora disfruto mucho del morbo, del erotismo y sobre todo del sexo, aunque no siempre fue así. De niña, fui educada bajo normas religiosas, acudí a colegios religiosos desde la primaria hasta la preparatoria, mis padres querían que yo fuera una especie de monja entregada a Dios. Pero el tiempo me salvo. A mis 18 años conocí a Esteban en la universidad el estaba terminando su licenciatura en administración de empresas nos hicimos novios a escondidas de mis padres y al año y medio nos casamos, con todo y las trabas que nos pusieron mis padres, ya que me tenían muy sometida a sus reglas y creencias religiosas, pero por fin a mis 19 años pude salir de mi casa y liberarme de ellos y de sus creencias religiosas, no es que la religión sea mala lo que pasa es que ellos eran muy, pero muy exagerados y yo ya estaba harta de eso. Al principio de mi matrimonio fue muy difícil ya que, Yo aun traía las enseñanzas de mis padres y su educación religiosa, esto provocaba que Esteban y Yo, no nos pusiéramos de acuerdo de qué casas si podíamos hacer a la hora del sexo y qué cosas no.