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Categoría: Maduras

Gracias a la gripe 5

Pasé una noche donde en mi mente se confundían los pensamientos, por un lado había conseguido follarme a la tía de mi mujer, pero por otro me sentía como un gilipollas y un muñeco incapaz de aprovechar la situación que tenía con mi suegra. Pero bueno tendría una segunda oportunidad al día siguiente, lo debería hacer bien para que la situación no fuera violenta y pudiera afectar a mi matrimonio.



A eso de las 10 de la mañana suena el teléfono y claro era mi mujer.



Esposa: ¿Cómo te encuentras hoy?



Yo: Todavía no estoy bien y tengo unos picores que me muero en donde tu sabes (empiezo a tender la trampa). Tengo unas ganas de verte que no veas, aunque con estos picores no podemos hacer nada y me jode un montón, ya sabes lo que me dijo el dermatólogo al respecto ( pero que mentiroso soy, lo que me picaba era el morbo de estar desnudo delante de su madre).



Esposa: Es que eres tonto, me ha llamado mi madre y me ha dicho que no quisiste que te viera el pene, vamos ni los jovencitos son tan vergonzosos. Además yo no estoy allí y encima todavía voy a tardar una semana más en llegar (pues en una semana me follo a tu madre, me venía a la mente), deja  que te vea y te eche la crema hidratante que te mandó el dermatólogo, pues se que tú no te la echas, y ya sabes los problemas que tuviste la última vez (yo esa zona la tenía bien, pero debía seguir con el teatro).



En esta conversación estaba cuando suena el timbre de mi casa, y claro era mi suegra.



Yo: Aquí está ya tu madre. De esa tema que me has comentado esperaré a que tu vengas.



Esposa: Como eres, dile a mi madre que se ponga.



Yo: Señora, su hija al teléfono.



No se que le diría, aunque mi suegra decía: no te preocupes, déjalo en mis manos, y colgó.



Suegra: Mi hija tardará todavía una semana en venir, así que hágase caso de lo que le diga. Según me ha dicho, te debes echar crema dos veces al día en la zona afectada y ayer no vimos toda la zona y hoy sin verla no me voy, aunque primero le voy a poner el supositorio.



Yo: Lo estoy pasando mal con esta situación, si le pasara a usted, ya veríamos si se atrevía a exponerse así.



Suegra: Vamos a la habitación.



Yo: Me dijo date la vuelta y échate en la cama y no te preocupes por el pudor.



Me bajé los pantalones, dejándome los slips puestos, entonces ella me los bajó muy despacio dejando mi culo a su antojo, yo me moría de excitación Escuchaba el ruido que producía al abrir el supositorio, y con una mano me separó las nalgas.



Suegra: Pon el culo en pompa.



Yo: Me coloque en esa posición y sentía como me tocaba con las yemas de los dedos mi agujerito, masajeándolo e introduciendo el dedo muy despacito (que morbo y que gusto) y por fin sentí como entraba el cohete. Yo en todo este tiempo había procurado mantener las piernas cerradas para aparentar un pudor que realmente no sentía. ¿Qué pensaría ella de esta situación?.



Suegra: tienes mejor la irritación del culito, voy a por la crema.



Yo: Me empezó a extender la crema por entre mis nalgas y yo estaba en el cielo de placer, ella tardaba más de lo normal.



 Suegra, que vergüenza estar así delante de usted, venga acabe pronto por favor (que bien lo estaba haciendo). De nuevo sentía como me introducía un dedo en el culito, moviéndolo muy hábilmente y estaba a punto de correrme.



No podía correrme así, o lo estropearía todo sin obtener lo que me proponía, debía quitarme o me iba a venir todo el esperma, así que haciendo gestos como de incomodidad le dije.



Yo: Señora creo que me ha hecho daño.



Suegra: perdona de verdad, por nada del mundo querría hacerte daño.



Se le notaba una voz diferente, como de excitación, el plan estaba funcionando.



Suegra: Venga déjeme echarle la crema en los genitales.



Yo: es mejor que no, es que…bueno vale. Se le notaba la voz temblorosa. (Ahora era el momento que tanto tiempo estaba esperando) Me di la vuelta y ante sus ojos aparecía por primera vez mi cipote, empalmado como mis mejores corridas. Noté como se ruborizaba (era lo que quería).



Cuando usted quiera, le dije.



Suegra: Bueno.. voy a ver… que… le… pasa.



Yo: Su voz se entrecortaba, tartamudeaba y su cara era un poema. Me coge el pene y lo empieza acariciar como embelesada. Señora me tiene que bajar la piel, le dije. Era la primera vez que la notaba nerviosa, dubitativa y pensativa.



Suegra: Le… duele…   



Yo: No, me pica. Le dejaba que tomara la iniciativa.



Me empieza a bajar la piel y veo la gloria, me toca con un dedo el prepucio para comprobar si hay herpes y la veo todavía más nerviosa. Debo atacar rápido.



Suegra: No….veo….nada…



Yo: No me soltaba la poya y pongo mi plan en marcha.



Señora me duelen muchísimo los testículos, no se de que puede ser. Como hace tanto tiempo que se fue su hija. Llevo con esta erección mucho tiempo y no me he podido aliviar.



La cara de mi suegra era un poema.



Me empieza acariciar los huevos despacito.



Suegra: No se que puedo hacer para el dolor.



Yo: Si estuviese su hija sabría lo que hacer. (Me tenía que arriesgar) Ella cuando me pasa esto me…no se si debo.



Suegra: Si que los tienes un poco hinchados. Que te hace… mi.. mi… hija.



Yo: (ha caído en la trampa) Ella me masturba en esto casos. (Lo bueno de todo esto es que ella todavía no me había soltado el cipote).



Y me empieza a hacerme la paja que más he disfrutado en mi vida. Me la meneaba despacito, sin mirarme a la cara en un principio.



Suegra: Esto no me gusta, estoy haciendo mal, no debería…mas..tur..barlo.



Yo: Pero no se ha ofrecido usted a curarme y está haciendo el papel de su hija, pues esto es una cura.



 Se estaba animando y se le estaban quitando el remordimiento. Me empezó a tocar los huevos y me rozaba el ojete.



Suegra: Date la vuelta con el culo en pompa que me encanta tocarte el culo y así te masturbo.



Yo: No me lo podía creer. Me di la vuelta y ella me empezó a masturbar, que placer¡¡.



Me tocaba el ano y me pajeaba, que sensación más maravillosa. Iba a correrme y me di la vuelta para evitarlo. Se le notaba muy excitada, le empecé a desbrochar la blusa.



Suegra: Ya no hay vuelta atrás, lo sé, y si te soy sincera cada vez que te he visto desnudo me he masturbado luego en mi casa y hoy estoy para reventar.



Yo: Entonces todos estos días…



Suegra: Si todos estos días he estado disfrutando y excitada como nunca, me encantaba tu pudor y cuando conseguí verte desnudo me enloqueció.



La empecé a besar y pasó lo que tenía que pasar….tenía un cuerpo que me encantaba y era una amante fantástica. Me daba mucho morbo follarme a mi suegra y ella tenía algo de remordimiento, pero como yo le decía, estas cumpliendo el papel de tu hija y este papel incluye el hacer el amor con su marido.



Me gustaría que me contasen si les ha ocurrido algo parecido .


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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