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Categoría: Incestos

Gozando de mi madre

Me describo para comenzar el relato, soy un chavo de 19 años. Me llamo Ulises (nombre ficticio), 1.75 de altura, cuerpo normal, dicen que estoy nalgón y piernudo. No soy un chico de gimnasio, cuerpo normal ni flaco ni gordo.

La historia con mi madre comienza cuando yo había cumplido los 18 años. Mi madre es una señora de 45 años, se puede decir una señora gordibuena, pero hace tiempo se hizo la liposucción, quedando plana del abdomen, pero se conservaron sus caderas, y esas curvas voluptuosas que ella tiene. Es guera, con unas tetas algo grandes, y tiene un trasero voluptuoso, tiene unas caderas muy anchas, demasiado atractiva para mí.

En la casa vivimos 4 personas. Es una casa pequeña, prácticamente se escucha todo lo que se habla en cualquier parte de la casa. Mi padre, mi madre, mi hermano pequeño y yo.

Por lo regular mi madre, siempre anda ligera en la casa, ya sea una blusa de tirantes o un short, pero había ocasiones en los que, solo se andaba en ropa interior, unos cacheteros o unos calzones tipos bikinis, era cuando la verga se me paraba y pensaba en ella.

En varias ocasiones mi madre me encontré con la verga parada, ya sea en la mañana despertando o una noche mientras me masturbaba, nunca me había dicho nada, si se daba cuenta, pero se callaba.

Hasta un día que estábamos ella y yo solos en la casa, cada uno en sus respectivos cuartos, yo estaba leyendo un relato de esta misma página, y obvio, tenía la verga parada, cuando de pronto mi madre me dice

—¿qué haces hijo?

—nada mamá (todo rojo de la pena, y tratando de ocultar mi erección).

En ese momento guardamos silencio, y solo nos observamos el uno al otro sin decir nada. Ese día mi madre llevaba una playera holgada, y abajo solo su ropa interior, se le veían parte de sus grandes muslos.

—Hijo creo que tenemos que hablar, esto ya ha sucedido varias veces, pero no he querido platicar contigo.

—Madre no hay nada que platicar, todo está bien.

—Hijo el que te martubes varias veces al día y que yo me dé cuenta eso no es normal, déjame ayudarte o dime que es lo que pasa contigo.

Yo al principio me negaba que no pasaba nada. Pero por dentro sabía que las maduras y mi madre me volvían loco.

—no pasa nada mama, es algo normal en los chicos de mi edad.

—Si necesitas algo me dices o si quieres platicar conmigo, aquí estaré para ti.

Posteriormente pasaron los días, todo tranquilo.

La relación con mi madre era normal no volvimos a tocar el tema.

Un día, estábamos en la cocina haciendo el desayuno, mi madre y yo, cuando de repente ella se agacha para recoger una vasija y su culo quedo empinado, me di cuenta que se depilaba la vagina, y traía una tanga, eso me prendó demasiado, me quedé observando su culo.

Mi madre se levanta voltea a verme y me dice «¿Todo bien?», a lo cual yo reacciono, y le contesto que «si».

Un día, llegando de la Uni, llego a la casa y encuentro a mi madre acostada dormida, solo llevaba su ropa interior color negro.

Más tarde, despierta y me encuentra con una erección (yo estaba dormido).

Le pido una disculpa por haberme encontrado así, a lo que ella me dice que todo bien. 

Que le gustaba ver mi pene en erección, que ella lo recordaba chiquito, no tan grande como ahorita en erección

Mi pene es normal (yo digo) 18cms, no es tan grande.

Mi madre me pide que, si se lo puedo enseñar, que tenía años que no lo veía. A lo cual yo me niego y digo que no.

Ella inmediatamente me baja el short junto con el bóxer, dejando mi verga al aire libre, como un mástil. Mi madre se sorprende por lo venuda que esta.

Y empieza un ligero movimiento con su mano, yo en ese momento me di por vencido y dejé que me hiciera lo que quisiera.

Bajo inmediatamente su boca a mi verga, y comenzó a hacer un rico oral, primero lento y después aumento el ritmo de la mamada, se escuchaba la saliva, el ruido de la mamada era la mejor que me habían hecho.

—¿eres virgen hijo?

—No madre, he tenido aventuras con amigas, pero nunca con una madura como tú.

—O sea que te excitan las mujeres ¿cómo yo?

—Si madre, en especial tú, me gustan tus curvas y sobre todo tu gran culo, siempre me le quedo mirando.

—Pues ya es hora de tener más confianza entre madre e hijo. Yo quiero que me ayudes a mí con lo sexual y yo quiero ayudarte a ti hijo, porque veo que eres muy energético.

—Madre, pero esto no es correcto, es incesto y esto está mal.

—Esto quedara entre tú y yo.

—¿Y mi padre?

—Él nunca se va a enterar, el ya no me atiende como antes, me tiene descuidada y yo quiero que alguien me atienda (moviendo mi verga de un lado a otro).

—Mama yo siempre te haré caso, y si esto es lo que quieres estoy dispuesto a hacerlo.

Bajó para seguir dándome una mamada de espectáculo.

—Es la mejor mamada que me han hecho madre.

—Tu disfruta hijo, que esta, es la primera de muchas.

Se quitó el sostén, quedando en bragas. Y me dice que ahora me toca a mí, chupar ese lugar por donde hace tiempo había salido.

Ella se recuesta boca arriba y yo prosigo a bajar mi cabeza para estar en su vagina. Le hago a un lado su braga y comienzo a chupar su vagina. Poco a poco fueron subiendo sus gemidos de volumen.

—Ay hijo que rico se siente, tenía tiempo que no sabía lo que era un oral.

—Mi papa ¿no te lo hacía seguido? 

—Hace tiempo sí, pero últimamente no, él solo quería que yo lo complaciera.

—Bueno mama desde ahora, cuando gustes, solo dime y yo te complaceré.

La confianza entre nosotros empezaba a crecer, y podíamos hablar más seguros de nosotros.

¡Después hicimos un rico 69!

—hijo necesito sentirte adentro, ya no aguanto más tiempo, necesito sentir tu pedazo de carne adentro.

—Madre pensaba que nunca me lo ibas a pedir.

Se coloca boca arriba en la posición de misionero. Mientras que yo me ponía el condón.

Se la metí lentamente, poco a poco hasta que toda quedo dentro. Empecé el típico mete y saca, y cada vez aumenta más el volumen. Mi madre gemía como loca.

—Ay hijo, no sabes lo bien que se siente sentir tu pedazo de carne adentro, es la gloria, coges muy rico, sígueme dando.

—Te deseaba tanto, madre, todas las veces que me masturbaba, ¡era pensando en ti!

—¿Así? ¿y que me pensabas? ah ah ah, sí hijo, sígueme dando, ¡esto es riquisimooo!

—Pues esto, que te cogía como loco, por horas, en varias posiciones.

—Pues tendremos que hacer realidad todos tus pensamientos. Por el momento, dame más, más fuerte Ulises, déjamela caer.

Yo estaba sorprendido por el vocabulario de mi mama, pero eso me ayudaba a ser yo mismo y tener confianza.

Yo me puse boca arriba y ella me montó, el típico vaquero.

Se la dejó caer de un solo golpe soltando un gran gemido.

—Que rico se siente en esta posición hijo, la siento completa. Ah ah ah sí hijo dame, chuleare por favor, me gustan mucho las nalgadas.... paz paz paz —tres nalgadas le di, gritó como loca— Ay hijo, no sabes cómo me pone sentirla dentro y que me des nalgadas.

—Madre te puedo poner de perrito, ¡quiero verte ese hermoso culo!

—Claro que si hijo, lo que tú me pidas. No ves que me tienes como quieres.

Se coloca de a perrito, por fin puedo ver tu culo en su mayor esplendor, ¡unas grandes nalgas! Se la dejé de ir de un solo golpe de lo caliente que se estaba, ella soltó un grito ¡Ahhhhhhh!

—Tenme piedad hijo, despaciooo me estas matandooo, ah ah ah ah sí que rico, ¡dame más dame más! Si lo siento todo, Siento que se me sale por la garganta. ah ah ah esto es la gloriaaaa, me encanta tu verga hijo quiero que me culees siempre que podamos.

—Claro que si madre, en la más mínima oportunidad tendrás tu ración de semen y sexo.

—Gracias hijo me haces muy feliz, ¡con tu gran verga! Ah ah ah que rico hijo mío, yo ya me vine varias veces a la hora que quieras eyacular hijo.

—Puedo eyacular a dentro nunca lo eh hecho.

—Claro hijo, pero ya vente por que ya me voy a venir yo, para llegar juntos ¡Ya vente ya venteeee!

Y me vine, inundando su vagina de mis chorros de semen.

¡Y ella humedeciendo mi verga y mis huevos de sus líquidos!

Nos quedamos exhaustos, acostados, mirando el techo.

—Deberíamos cambiarnos, no tarda en llegar tu hermano o tu padre.

—Si mama está bien. espero volvamos a repetirlo es lo mejor que me ha pasado.

—Pronto, pronto, ahora ya vete a cambiar....

Continuará. 

*****


Es mi primer relato, quise compartir esta experiencia con ella, porque es algo que siempre quise, este fue el primer encuentro con ella, hay varios más que después se los contaré.

 

Y por qué no alguna de mis aventuras con amigas.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 4.67
  • Votos: 3
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