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GALO EN EL VESTUARIO
Galo se dirige a un nuevo trabajo. Se encuentra feliz. hacía rato que buscaba y buscaba y gracias al padre de su novia ha conseguido el trabajo.
Es un trabajo modesto. De limpieza en un vestuario de un club afamado por la zona y la ciudad. Allí se practican muchos deportes.
La cuestión es que marcha contento. Llega y habla unas palabras con un supervisor. El trabajo es por la tarde, tipo cinco hasta pasadas las diez.
Se coloca su mameluco aquel primer día. Deja toda su ropa en el taquilla que le han asignado. Busca los elementos que necesita y comienza a recorrer aquellos inmensos pasillos. No se imaginaba que fuera un lugar tan grande. Tendría mucho trabajo. Aunque eran varios los encargados de aquella tarea.
Comienza a trapear. Despacio. Observando. Gente que viene y va. Algunos lo saludan, otros ni lo miran. Las horas van pasando, lentas. Pasan personas de todas las edades.
En un momento cerca de las siete un compañero, entiende eso, por la vestimenta, le dice que tiene un refrigerio. Lo sigue y van hasta la cocina.
Allí se sienta con el que se presenta con Darío.
__¿Y vos como llegaste acá?
__Mi suegro, en realidad, el padre de mi novia, tiene unos conocidos…
__¡Que suerte!
__Y si debo portarme bien para no dejarlo mal…
__Claro, claro, a vos te toco la zona de los deportes…
__¡A si!
__Sí en tu zona están los boxeadores, básquet, futbol, que se yo…__ la charla amigable continua. Luego se despiden y cada uno reanuda sus tareas.
La tarde pasa lentamente hasta caer la noche. Las voces y los ruidos se van apagando. Todo se va deteniendo. El siente una pequeña fatiga por primera vez en lo que va del día.
Entra para repasar por una última vez los vestuarios. Entonces es cuando escucha unos jadeos. Algo que lo sorprende. Aguza el oído. Escucha de donde vienen aquellos grititos suaves, contenidos.
Se acerca despacio. Los ve. En un banco están desnudos. Con sus vergas enormes apuntando al cielo. Se acarician mutuamente las pistolas. Los huevos hinchados y gordos. Lo ven.
__¡Ey tu!¿Qué haces?
__¡Yo señor, no nada, nada!__ dice y pasa a otro pasillo. La escena lo ha conmovido. Lo ha sacudido. Su cabeza está confundida. No sabe que hacer. Escucha como unas risitas. No sabe que hacer.
__¡Eh tu ven aquí!__ escucha el grito y tiembla. Se asoma tímidamente otra vez. No puede quitar la vista de las tremendas pijas erectas y brillosas. Los cuerpos sudados.
__¿Como te llamas?__ pregunta uno
__¡Galo, señor!
__Yo soy Ramos y el es Duque…__ dice el que le había preguntado por el nombre
__¿Eres nuevo?__ cuestiona Duque
__¡Sí señor!
__¡Acércate que no mordemos!
__¡Bueno depende!__ se ríen.
__¡Mira necesitamos discreción!
__¡Entiendo señor!
__¡Y tu necesitas el trabajo!¿No?
__Sí claro, claro
__¡Entonces no se hable más!__ dijo Duque
__¡Ven!__ llamo Ramos con su vergota saltando de un lado a otro. Lo tomaron por las muñecas. Uno de frente y el otro por detrás. Bajaron el cierre del mameluco. Apareció el cuerpo joven de Galo. Mareado. Duque mordía su cuello y las orejas. Ramos se aferraba a su paquete endurecido. Lo dejaron completamente desnudo como ellos estaban. Duque acariciaba las nalgas del chico. Las pellizcaba. En tanto Ramos se había metido a la boca el pene de Galo que gemía, y le parecía estar soñando.
Muchas veces había metido los dedos en su cola cuando estaba muy caliente, masturbándose, pero esto era distinto.
Duque restregaba su poronga en los cachetes duros del chico que ya gemía, sintiendo la lengua de Ramos en sus pelotas llenas. Duque perdió un dedo en el ojete de Galo. Se tensó mucho más al sentir dos dedos cogiéndolo. La barra de carne le acariciaba y el sentía un golpeteo en sus sienes que lo volvían loco.
El calor fue subiendo y estalló de golpe en la boca de Ramos que tragó toda la leche que pudo. Se quedó saboreando unos momentos. Tragando. Lamiendo. Duque llevó su poronga a la entrada. Hizo inclinar un poco más al joven. Apoyo la tranca. Empujo una vez. Galo grito. Duque mordió la oreja. Empujo otra vez y Galo volvió a gritar y la cabeza del miembro estuvo dentro.
__¡Agáchate otro poco!!__ pidió Duque. Galo apoyo las rodillas en el banco y saco la cola mas arriba, ya con la cabeza de la poronga clavada, en eso Ramos hundió su daga en la boca de Galo que entre quejarse y tragar opto por tragar. La boca recibió aquel pedazo con gusto. En tanto Duque empujó un poco más. La vergota resbaló hasta el fondo. Un largo suspiro del chico acompañó aquella penetración.
__¡Te gustan las vergas!¡Ahh así , chupa, chupa!!__ gemía Ramos clavando un poco mas su tronco en aquella dulce boca. Duque iba y venía en la colita cerrada de Galo. Las bolas golpeaban las nalgas. Se aferraba a las caderas del muchacho que mamaba y mamaba al otro macho. En tanto Ramos y Duque intercambiaban sus lenguas de vez en cuando. Chupándolas, bebiéndose las salivas.
Duque apura las embestidas, ya Galo siente un placer infernal en su interior. Algo lo quema y es el deseo de tener esa verga en su culito. Chupa y chupa la pijota de Ramos que aferra su cabeza y le dispara escupitajos al paladar fresco. Traga el chico todo lo que puede. Se ahoga y en eso está cuando siente que le llenan de líquidos el ojete precioso. Duque gruñe y grita improperios agarrado a las caderas del joven muchacho que acaba de ser cogido.
Ramos se acerca a la boca del agitado y sudado Galo y le hunde su lengua. Siente que Duque aún late dentro de el y siente correr la leche por sus nalgas y piernas. Es una sensación única. Todo en el lugar huele a sexo. Genitales transpirados. Semen. Saliva.
__¡Tienes un culito realmente hermoso muchacho!__ le susurra Duque al oído
__¡Es!¡Que!__ balbucea el joven
__¿Estas confundido?
__¡Un poco!
__¿Pero no te ha gustado?__ pregunta Ramos
__¡Es que tengo novia!
__¡No respondiste!__ apura Duque
__¡Sí, si me ha gustado, claro!__ responde finalmente Galo con una sonrisa pícara en sus ojos y en el rictus de sus labios. La poronga de Duque sale bamboleándose como un pez muerto. Suspiran, respiran, toman aire.
Duque se pone de pie. Galo mira la vergota que se bambolea golpeando los muslos torneados y bien formados de aquel semental que lo ha hecho gozar.
__¡Vamos a las duchas!__ propone y Ramos y Galo lo siguen.
Abren los grifos. Mojan sus cuerpos. Dejan que Galo se ponga en medio, como en una danza de iniciación.
Lo rodean con los fuertes brazos. Siente el contacto de la piel. Enardecido. Fatal. Lo rozan nuevamente aquellas porongas monumentales. Firmes. Elevadas o que se van levantando a media que le soban los brazos y las nalgas. Ramos chupa las tetillas del joven que recibe descargas eléctricas que lo conmueven. Duque entra en la boca del joven. Las lenguas se cruzan. Ramos baja y abre las nalgas. La lengua llega al orificio. Penetra en el túnel dilatado y caliente.
Los gemidos poseen a los tres. Fiebre. Duque masajea la verga de Galo y entierra la lengua en la boca del joven que gime. Con sus manos, el chico, aferra el mástil de Duque y también lo acaricia suavemente. El palote de Ramos merodea el anillo del joven. Espera ser ensartado otra vez. Lo desea. Suspira. Ramos hurga. Roza el ojete.
Levanta una pierna con un brazo y la sostiene. En tanto Duque se ha apoderado de la pija de Galo y ya la tiene en la boca. Succionando amablemente.
__¿Quieres tenerla dentro?
__¡Oh sí sí, pronto, la quiero!!__ gime el chico. Ramos coloca la cabezota de su palo en la entrada. Muerde el cuello del joven que se retuerce de deseos y placer. Entra despacio. Es gruesa. Se ensancha el canal. Va taladrando el ojete. Empuja. Ya está toda dentro. Se mueve. Sus bolas golpean las nalgas apretadas y duras. Los gemidos se aceleran y se hacen cada vez mas fuertes.
Las sacudidas se aceleran y Galo siente que vibra. Larga sus líquidos en la boca hambrienta de Duque que no lo larga. A pesar de que se ahoga y que esta a punto de reventar. Traga lo que puede. El agua cae y lleva los restos. En tanto el perno de Ramos va y viene en su culito. Duque se ha puesto de pie y ha buscado la boca del joven. Intercambian los sabores. A Galo todo le da vueltas en una vorágine de placer y lujuria desconocidas por el hasta aquel día.
Los machos lo celebran. Ramos le inunda el culito de semen que salta a borbotones por todo su túnel. Sigue dándole bomba hasta desfallecer. Hasta agotarse. Sale de la funda. Duque se acuesta en el duro piso. Le hace una seña y Galo entiende y se sienta en el mástil duro y potente. Entra rápido. Hasta el fondo. El agua sigue cayendo sobre su espalda. Ramos acerca su víbora para que con la boca el joven termine de limpiar los restos de líquido que quedan.
__¡Ohhh aprendes rápido !!¡¡Eres un buen alumno, siii!!!__ gime Duque enterrando su falo hasta los huevos. Galo salta sobre aquella pijota. La aprieta con su esfínter. Juega con la serpiente en la cola, mientras sigue chupando y chupando la vergaza de Ramos.
Galo cabalga despiadado. Lloriquea con la vergota hasta el fondo. Ramos brama. Duque bufa y siente que va a llenar de leche el agujero aquel nuevamente. El chico es insaciable. Apura los movimientos, salta sobre el macho que cierra los ojos y larga su bendición dentro del culito del joven ardiente. Ramos apura mientras Galo sostiene las bolas en sus manos y siente como de a poco se va acabando en la boca y el traga aquel jugo sin chistar y con inmenso placer.
Quedan los tres esparcidos bajo el agua. Galo no sabe la hora que es, ni el tiempo que ha pasado. Una vez fuera del vestuario camino a casa recordará aquel encuentro por el resto de sus días. Ya era tarde para ir a lo de su novia así que ha decidido marcharse directamente a su casa.
Al otro día apenas llega al trabajo el jefe lo llama a la oficina. Piensa que se ha descubierto todo y lo echaran a la calle sin mas.
__¡Me han llegado felicitaciones de algunos deportistas hacia usted!
__¡Me alegra!
__¡Si, a mi también! Pero debo pedirle una cosa…
__¡Lo que quiera señor!
__Han llegado rumores de que pasan cosas raras en los vestuarios. Solo le pido que este atento y me avise cualquier problemita…
__Por supuesto señor__ sale de allí mas tranquilo que antes.
Pasa el día enfocado en su tarea aunque mirando de un lado a otro. Tal vez se encuentre con Duque o Ramos. No quiere fallarle a su jefe así que trata de observar. De paso ve a muchos chicos y hombres que van y vienen y le gustan, muchos de ellos.
Parece que se va el día. Ha llegado la noche nuevamente y las voces se van acallando.
__¡Vamos anda!¡Tu sabes como hacerlo!__ escucha una voz
__¡No, no, déjeme señor!!__ una voz mas aguda como de alguien mas joven. Camina prestando atención. Hace ruidos como para que se detengan. Se escucha la puerta de una de las partes individuales. Alcanza a ver una sombra corriendo. Alguien intenta salir y Galo se mete dentro. Es un hombre grande. Se nota que tiene una erección.
__¿Qué esta pasando aquí?__ pregunta Galo
__¡Nada, nada!
__Sin embargo no lo parece__ dice mirando el pijón del hombre que asoma duro. Lo roza con los dedos el chico y el hombre suspira.
__¿Con quien estabas, vamos dímelo?__ pregunta Galo susurrando y dueño de la situación
__¡Un alumno!__ dice el tipo
__¿Un alumno?
__De tenis, soy su profesor….
__Te gustan jóvenes eh… bien__ dicho esto bajo hasta la vergaza del hombre y se la puso en la boca. Los ojos en blanco del otro. La boca que se abre y traga. Come el pedazo erecto. Duro. Fuerte. Potente. Los gemidos se alzan al instante. La saliva baña aquel marfil. Juega con las bolas. Los pantalones caen definitivamente. El hombre se sienta en el borde del inodoro.
__¡El chico no quería!__ dice Galo
__¡No, ahhh, es un juego, ay si si que…tenemos…!!__ contesta el hombre maduro sacando chispas en su interior.
__¿Y porque salió corriendo?
__ No sé ay , ay se habrá asustadooooo!!!__ la vergota es devorada nuevamente. La saliva baña bien el juguete del maduro que rebosa de calentura. Se pone de pie el joven Galo. Quita su mameluco. Le da la espalda al hombre. Abre sus hermosas nalgas y se va sentando despacio en el garrote del maduro, que está rocoso y duro, muy potente y preparado para ensartar.
El ojete de Galo recibe la poronga. Entra despacio pero sin esfuerzo. Siente que su cola se abre. Con calentura y saliva. La siente dentro. Comienza a subir y bajar. El maduro gruñe y rasguña la espalda del joven ardiente que le esta ofreciendo su culito para ser penetrado.
El maduro acaricia los hombros del joven y los muerde. Muerde la espalda. Lame la piel hecha fuego. Encuentra el juguete de Galo y se aferra a el. Lo mueve. Lo acaricia. Lo masajea con firmeza y gusto. Las bolas las acaricia con los dedos. Pasa de forma sutil a Galo eso lo exaspera y lo pone tan caliente. Eso hace que cabalgue desenfrenado sobre el pistón grueso.
El maduro gruñe y babea. Se queja quedamente como si tuviera una pena. Galo desparrama semen por todos lados, eso hace que su culo se abra un poco más y apure las embestidas de aquel macho sorprendido aún de que le pase a el, eso que está ocurriendo.
Y se va yendo dentro del culito joven del muchacho que lo recibe gimiendo. La leche inunda. Chorrea pegajosa, es una miel, que a borbotones cae como catarata. El macho adulto se aprieta al pecho de Galo para escurrir la última gota de aquel néctar para desfallecer luego como en un sueño pesado y lejano.
Los días pasan y ya es otra tarde. No hay tanto bullicio a pesar de ser aún temprano. Galo recorre el vestuario. Un poco vigilante otro tanto para ver que pasa. Tiene ganas de una buena verga en su culo y por eso esta atento a lo que puede pasar.
Mientras pasa el lampazo otea para aquí y para allá. Afina el oído. De repente entre caídas de agua escucha lo que le parece un gemido o varios. Se detiene y escucha mejor. Sí, no le cabe duda. Se dirige al final de unos pasillos entroncados. Se acerca sigilosamente. Es como una entrada escondida. Hay que esquivar una serie de taquillas. Está como oculto, a propósito, por supuesto. Llega y allí los ve.
Un joven está en cuatro patas sobre una tarima de madera. Un macho adulto lo sodomiza suavemente. Otro está sentado tomando la mano del joven. Los tres están por supuesto desnudos. El chico gime. La verga que lo somete va y viene dentro del culo. Aprieta la mano del otro adulto que tiene la espada levantada pero no se toca y nadie lo toca. Solo sonríe sosteniendo la mano del muchacho.
Galo esta duro como tabla. Se baja el mameluco y alcanza su pija. La acaricia.
__¡Te gusta perrita?__ pregunta el macho que somete al chico
__¡Si papi cógeme anda, dámelo todo, dame tu pijota, ahhh!!
Desde otro costado de pronto aparece otro chico joven. Galo puede reconocer por fin a uno de los machos adultos. Es un profesor de fútbol. Lo confirma cuando escucha el diálogo.
__¡Oliva llegaste, lo pensaste bien eh!!__ dice el que está sentado y su vergota da un salto indistinto. Muñeco independiente. El tal Oliva sonríe viendo al otro chico en cuatro patas ensartado como mariposa.
__¿Quieres jugar el domingo?__ pregunta el macho que coge al otro joven. Oliva se quita la ropa en silencio. Oliva se coloca de rodillas frente al garrote solitario. Lo acaricia con la lengua. Lo besa suavemente. Con besos cortitos. Al macho adulto lo vuelve loco porque suspira y tira su cabeza hacia atrás.
__¡Oh sí, así, cómelo, como sabes, anda, Oli, hazlo!!__ arenga el hombre caliente. Galo está cada vez mas sacado al ver la imagen que le brindan aquellos personajes fogosos. La otra pareja ha cambiado de posición. El macho adulto se ha sentado en la tarima y el joven está cabalgando con la espalda hacia atrás. El hombre se aferra a la verga del chico que salta de un lado a otro totalmente erecto. Gimen los cuatro.
Oli come la pijota. Lame las bolas. El hombre pone los ojos en blanco y sacude la cabeza sin ritmo. Galo se relame. Se acaricia las bolas y se aprieta las tetillas erectas. Mete un dedo en su culo deseoso.
Los gritos inundan el lugar, es que el hombre que tiene ensartado al joven se sacude. En realidad se sacuden los dos y el chico empieza a regar con sus líquidos alrededor y el hombre llena el culito del chico. Lo rebalsa de semen. Galo se contienen para no estallar.
Oliva mientras, con su boca, tiene abierto el ojete del hombre. Lo chupa y el macho se sacude y gruñe de placer. Tiene levantada las piernas y en tanto el joven le come el ojete en llamas.
Oliva se pone de pie y ensarta al macho. Mete dentro del hombre su verga dura. Se mueve dentro. Gime el hombre y sacude su cabeza. Los otros dos los miran buscando resuello.
__¿Puedo irme papi, tengo cosas que hacer?__ pregunta el chico que acaba de ser cogido.
__¡Claro bebe, eres libre, vete, vete!!!__ se acerca al macho, busca los labios de este y se besan profundamente. Luego desaparece de la vista de Galo que sigue escondido. Oliva sigue clavando al otro macho, los gemidos crecen.
__¡Anda lléname con tu lechita anda, ahhh, como me coges, ahhh, sí, sí!!!__ Oliva apura las embestidas, se encuentran con las bocas besándose, salvajes, el chico comienza con los estertores antes de acabar, se inflaman los músculos, apura y lanza los escupitajos dentro del ojete abierto del macho adulto. Quedan quietos unos momentos.
El otro mira la escena de cerca con su pijota aún un poco dura, no ha caído del todo. Galo aparece en escena.
__¿Y tu quien eres?
__Me llamo Galo, pero eso no importa
__¿Y qué haces aquí?
__Busco lo mismo que tu…__ dice Galo acercándose y tocando la pijota del profesor. Oliva lo mira divertido. El mástil del macho se levanta instantáneamente. Galo se quita toda la ropa y le muestra su culo joven y duro.
__¡Mira lo que te ofrece Gutiérrez!!__ comenta excitado el que acaba de ser cogido por el joven Oliva. Gutiérrez acaricia las nalgas de Galo. Pierde un dedo en el anillo. Galo traga saliva. Gira su cuerpo y el macho mete su lengua en la cola del joven Galo. Abre las nalgas y el anillo ya esta a punto de ser ensartado. Galo de frente a Gutiérrez se va sentando en el mástil. Se cuelga del cuello del fuerte macho alzado. Busca la boca y se meten las lenguas profundo. Oliva ya esta prendido a la mecha del otro macho que gime.
Oliva pone su culito a la altura de la boca de este. Hurga y chupa el ojete de Oliva que gime abriéndose. Luego se coloca en cuatro patas y el macho adulto lo posee.
Galo sube y baja de la montura. Su macho lo sostiene de las nalgas frescas. Entra y sale, entra y sale. Penetra. Taladra. Gruñe y lloriquea el joven sintiendo la herramienta en su cola dilatada y húmeda de fuego. Salta sobre la espada que lo clava.
Oliva pide mas verga y el otro lo serrucha con ritmo salvaje y sostenido. Aprieta las mandíbulas. Suda. Brama al largar su leche en la cola del joven Oliva que gime y resopla cayendo repleto de semen en su abertura trasera.
Gutiérrez junto con Galo, van acabando. El ojete del joven se llena de leche pegajosa. Mientras Galo rocía el pecho y el estómago del macho que lo ha cogido sabrosamente.
Oliva y el otro macho están recostados sobre la tarima de madera.
Galo se recuesta un momento mientras Gutiérrez le besa el cuello y con su mano no deja de acariciar la pija del joven. Oliva y Galo quedan enfrentados y se lamen los labios. Saben que en unos momentos todo volverá a comenzar. Ese día Galo se irá repleto de verga y semen.-
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