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Gabriel (I)

En la mañana del sábado, voy al gimnasio como rutina, tengo 28 años, mido 1,75, me dicen que soy linda, y debo serlo puesto que me siento requerida, hace ocho meses, empezó esta parte de mi vida, la cual es por demás significativa, en ese día la profesora no estaba, la reemplazaba su marido (Gabriel), un macho cincuentón , al que siempre le tuve ganas, alto 1,90, flaco, mi marido que es fiscal en lo penal en una ciudad vecina, me espera en el centro para volver a casa (es el único día que nos encontramos a la mañana), después de terminar, me quede a elongar un rato y Gabriel cerró el local (se sale también por otra puerta), cuando me di cuenta que estabamos solos, lo avance preguntando por su mujer, si iba a venir los sábados, me informo que sí, que ese día , acompañó a su hijo de (19) al escribano para emanciparlo y agrego al instante que linda eres, me sonrojé y le devolví el cumplido, se me acerco y me beso, me encanto, me arrodillo y le baje los pantalones, donde su bulto era prometedor, cuando se bajo los slip, me quede atónita ante ese aparato , al cual automáticamente empece a mamar, lo más profesional que sabia, cuando acabó me trague todo su semen, que cosa hermosa, me dije a mí misma, que no podía seguir por más caliente que estaba, me duche y el me dijo. Se que te espera tu marido, pero el lunes a las 10 te paso a buscar en la esquina de tu casa, no le conteste, pero ambos sabíamos que ahí estaría. Gabriel estaba hermoso, me llevo a una quinta a las afueras de la ciudad, donde prolijamente nos desnudamos, con mucho tacto, hizo que cada uno de los contactos, fuera maravilloso, me excito el clítoris, despacio, cuando estaba el climax, me penetro, con su hermoso pene, cabalgando sobre el , lo sentía, en el medio de mi cuerpo, cuando acabo, le limpie mamándolo, despacio, ante casi inmediata nueva erección , me lo apoyo en el ano, y es el punto donde lo paré, muy calmo, me dijo, Ya lo vas a pedir, mi reventada puta, quizás pero hoy no , si me destrozas, como voy a llegar, fueron dos horas, donde en los últimos minutos , planeamos nuestra relación, quedamos en vernos el miércoles y así hicimos, lunes, miércoles y viernes por dos semanas, un viernes me pidió que le firmara un contrato de alquiler puesto que esa quinta era de un hermano suyo, y tenia que figurar como alquilada, lo hice y seguimos, nuestra campaña de sexo, agregando, pornos, poses. Fue un lunes donde, cuando llegamos a la quinta , estaba Pablo, hermoso chico 1,85, , pero un físico, de aquellos, me lo presentó y me dijo, es mi hijo, a esa altura yo sabia que era la puta, y me enteré que lo iba a ser para ambos, fue hermoso, mientras Gabriel me introducía un vibrador, lo mamaba a Pablo, el cual tenia un pene más corto pero mucho más ancho que su padre, le pedí quedarme solo con Pablo, se fue un rato , cuando volvió me estaba culeando contra la pared, percatada de la presencia de Gabriel, se la mamé y fue algo difícil de entender, como padre e hijo, me hicieron tan puta. El miércoles, me pasó a buscar Pablo y repetimos cada una de las escenas que había hecho con su padre.

Ahora soy puta, pervertida, y espero a cualquiera de los dos, ustedes no saben cuanto me cuesta no contarles, lo que paso al tercer mes. Lo verán en GABRIEL II.

Datos del Relato
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