Fuiste mia aquella tarde fria y oscura de invierno, yo tenia 17 años y tu habias cumplido los 14.
Cuando entraste en casa se me acelero el corazon, me senti vivo mas vivo que nunca. Nos conociamos desde pequeños, vecinos desde la infancia. Siempre me gustastes pero jamas te lo dije. Eras tan niña entonces, cuando mi cuerpo adolescente deseaba una hembra eras todavia una niña.
Las cosas de la vida nos acerco aquella tarde despues de tu colegio, yo ya estaba en la escula superior de oficios y todas las tardes las pasaba en casa pensando en ti, pero tu no sabias nada.
Tu siempre tu, con tu uniforme de colegiala, tus cabellos sueltos recorriendo tu cuerpo de mujercita, tu falda oscura y tu camisa blanca, inmaculada como tu cuerpo.
¿Quien seria el primero en entrar en ti? ¿quien te amaria el primero?, llevandose un trocito de cielo para siempre. Sentia celos de el y ni siquira el exitia en tu vida.
Me saludaste con tu sonrisa de niña inocente como siempre, me acerque y tus labios rojos besaron mi mejilla, me senti en una nube pero tu no sabias nada.
Te ibas a quedar en casa como otras tardes cuando tu madre no estaba y te quedabas en casa haciendo los deberes y viendo la television, yo tambien habia pasado muchas horas en tu casa con la excusa de jugar con tu hermano, ni siquiera somos amigos pero eso tu no lo sabes.
Pero aquella tarde era diferente pues el destino es caprichoso y yo me moria por abrazarte y por besarte, por apretar mi cuerpo contra el tuyo y calmar mi sed, una sed insaciable que me secaba por dentro y me robaba mis horas de sueño.
Te quitaste tu abrigo azul marino y te quejaste del frio de la calle, pero en casa la calefaccion nos tenia a salvo del frio invernal y pronto tu carita redondita de niña se puso carnesi y te sentiste comoda como en tu casa.
Desplegaste los libros en la mesa del salon y te recogiste el pelo con tu manita para llevarlo detras de la oreja. Yo observaba mientras me sudaban las manos y mi corazon latia por los dos.
Me miraste de reojo y me dedicaste una risita picarona, si en aquel momento me hubieras pedido mi vida te la habria dado sin protestar, hubiera abandonado este mundo con una calma y una felicidad absoluta, me estremci.
Te pusistes a leer los apuntes del colegio mientras yo seguia de pie mirandote como un admirador invisible.
Tu cabello te caia por tu espalda hasta tu cintura, tus piernas esbeltas con tus calcetines blancos del uniforme eran tan bonitas, bajo tu camisa dos pechitos se estrellaban contra la tela haciendo que mi fantasia de abrazarte creciese dentro de mi como una ola imposible de parar, una ola de deseo y de amor infinita, por que yo te amaba pero tu no lo sabias.
Reuniendo todo mi valor y toda mi esperanza te dije que te ayudaria a estudiar la leccion, tu levantaste la mirada, tus ojos grandes castaños me dejaron sin aliento y sonreiste otra vez, recogiendote el pelo con tu manita y haciendo girar tu cabeza en una pose muy coqueta para tu edad infantil.
"Te amo, te amo desde que te vi el primer dia" gritaba mi voz en mi interior, ¿no la escuchas amor? gritaba tan fuerte dentro de mi mente que mi propia voz resono en mi interior como mil voces gritando a la vez.
Tu separaste una silla de la mesa del salon para que me pusiera a tu lado mientras me mirabas sonriendo y esperando paciente que yo me sentase a tu lado.
Te propuse ir a mi cuarto, a mi escritorio pues alli estariamos mas comodos, me temblo la voz y tu te diste cuenta, tus ojos acaramelados de niña me lo dijeron.
Recogiste tus libros y te colgaste la cartera en tu hombro para seguirme, yo te ayude a llevar la pesada mochila y me diste las gracias alargando las palabras como para que me quedase claro que estabas agradecida.
Mi amor. Me seguiste por el corredor hasta mi desordenado cuarto y nos pusimos en mi escritorio estrecho los dos juntos, tu sentada y yo de pie a tu lado, no habia sitio para otra silla. Mientras volvias a abrir tus apuntes te puse las manos en tus hombros y aprete con suavidad, cerre los ojos y me acerque a tu cabeza, oli tu pelo y bese tu cabecita en un beso largo y pausado, pegue mis labios en tu cabello y no queria separarlos por miedo a romper el embrujo de quel momento.
Me separe de ti aspirando tu aroma de adolescente inocente tu me preguntaste que si me pasaba algo, "que me muero por ti amor" pense sin atreverme a decirtelo en la cara.
Quiero abrazarte, te dije torpemente.
Te levantaste de la silla y te acercaste a mi, pegaste tu cuerpo al mio y yo te abrace muy fuerte contra mi pecho, sin proponerlo ninguno de los dos nos sentamos en mi cama.
Nos volvimos a abrazar otra vez los dos sentados sin mirarnos a los ojos, nos reclinamos en mi cama abrazados yo encima de ti y tu aceptando mi cuerpo como algo natural.
Busque tu boca con la mia y nos besamos, me senti flotar y casi rompo a llorar como un niño cuando tu boca se entre abrio y mi lengua penetro en ella, tu saliva suave y tibia me hizo temblar y tu lengua con sabor a fresa me atrapo en un beso largo y casi infinito.
Nuestros cuerpos como educados como un Dios superior buscaron su postura natural, me quede entre tus piernas separadas y tu me miraste y me sonreiste con tu cara de niña y tu sonrisa de angel, tu pelo brillaba en la habitacion y tus ojos grandes eran un oceano de dudas y preguntas.
Te empeze a desabrochar la camisa blanca del uniforme, mis dedos temblorosos buscaban tus botoncitos uno a uno y los iban abriendo, tu mirabas cada boton de tu camisa siguiendo mis dedos mientras los iba bajando hasta el ultimo boton.
Tu camisa se abrio y vi tu camiseta de tirantitos fina, te incorporaste en la cama y apartaste el pelo de tu cara muy despacio, te bajaste los tirantitos de la camiseta y con una agilidad instantanea desabrochaste tu sugetador pequeño que se apretaba a tus pechitos.
Tus pechitos quedaron al descubierto delante de mi ojos y los tuve que cerrar un par de veces al ver la hermosura de tu cuerpo.
Unos pechitos redondos y hermosos con una aureola carnesi alrededor de tus dos pezoncitos de niña, me acerque a tu cuerpo temblando y tu te echaste en la cama.
Te bese los pezoncitos con cuidado y los lami, pase mi lengua por tus dulces pezoncitos muy despacio y estos se pusieron duritos, tu me acariciabas mi pelo oscuro y me decia cosas bonitas y que estabas enamorada de mi.
Mi cuerpo reacciono con una ereccion dentro de mi pantalon y despacio me lo abri, lo baje muy despacio y luego me baje los slips.
Me acerque mas a ti y mi ereccion rozo tus braguitas tu me aceptaste separando las piernas.
Nos volvimos a besar en los labios suavemente mientras mi pene duro y deseoso de tu cuerpo se apretaba contra tus braguitas blancas de niña.
Mis manos temblorosas apresaron la goma de tus braguitas y empezaron a bajarlas, tu te incorporaste en la cama y te desabrochaste la falda oscura, yo te baje las braguitas blancas muy despacio.
Tu sexo era tan hermoso que se me nublo la vista, tu rajita estaba llena de pelitos castaños y suaves, tu vagina abultada y apretada tenia entre los labios vaginales un trocito de carne que salia entre ellos, eras una niña en un cuerpo de mujer, una niña deseosa de saber mas y yo te amaba tanto.
Me tumbe contigo en la cama, tus piernas eran suaves como de seda, mi mano las tocaba y tu me pasabas tus manitas por mi espalda para que te apretase contra mi.
Te aprete contra mi cuerpo, mi pene inexperto busco tu rajita tu me lo guiaste con tu cuerpecito de mujer, mi pene entro entre tus labios vaginales. Tu calentura me atrapo, era como un iman imposible de repeler.
Me abrazaste y me pidiste que te dijera que te queria mucho, "te amo mucho mi amor, te amo desde que naciste" al fin te lo dije suspirandote en tu oido de niña, mientras mi pene entraba en tu hendidura cerrada, apretandome contra tu cuerpo entre dentro de ti.
Tu me abrazabas muy fuerte y tus piernas sedosas se separaban cada vez que yo te daba con mi cuerpo en el tuyo, gritabas en mi oido intentando hacerlo bajito, pero tus grititos no los podre olvidar nunca, tu pelo se movia de un lado a otro cerrabas los ojos y apretabas tus labios muy fuertes mientras yo calmaba toda mi sed dandote abrazos incontrolables.
Cerraste muy fuerte tus piernas adolescentes contra mi cuerpo y suspiraste muy profundamente unas cuantas veces seguidas, yo te prometi amor eterno mientras me vaciaba dentro de tu cuerpo de niña.
Nos besamos mucho en los labios estando yo aun dentro de ti, habia bebido y mi sed se calmo, al fin pude calmar mi sed con tu cuerpo mi niña mi amor.
Nos costo despegarnos, al hecerlo un olor a gazmin desflorado inundo mi habitacion, nos costo vestirnos, yo te ayude a vestirte y tu no parabas de abrazarme y de besarme en los labios.
Luego te fuiste mi amor, y al despedirte me besaste en los labios sin importarte quien estuviese mirandonos.
Y es que esa tarde mi amor fuiste mia solo mia.