Fui violada mas que cogida por pollas enormes.
Después del gran placer que aquellos jóvenes de el proyecto me estaban provocando en cada rincón de mi cuerpo, no podía pedir más. Mis relaciones sexuales con mi marido la verdad me dejaba con ganas de más siempre y nunca quedaba ni cerca de la satisfacción.
El problema era que eran chicos que pertenecían a pandillas y honestamente eran individuos muy violentos y salvajes. Pero a Pamela le gustaban como trabajaban en los proyectos.
Pamela arreglo para un encuentro en uno de los proyectos como aquella vez anterior.
¿Háganme suya? −Pregunto Jerome, mientras sujetaba su enorme polla−. Tú no vas a venir a darnos órdenes ramera de mierda −añadió−. ¿Quién se cree que es esta puta? –pregunto Marck−. Vamos a mostrarle a esta perra lo que es ser cogida por verdaderas pollas y no pequeñeces, como la de su esposo –dijo Dicon−. Marck se acercó a mí y me abofeteo fuertemente haciéndome caer al suelo boca abajo.
Un miedo horrible me hacía temblar. Esos jóvenes habían tomado una actitud amenazante y parecía que no se iban a detener. Marck me tomo del cabello fuertemente y me levanto hasta que quede de rodillas frente a su pene. ¡Abre la puta boca, perra de mierda! −grito−. De inmediato introdujo su gran miembro directo a mi garganta. Me doble queriendo vomitar por su gran miembro rozando mi campanilla y hundiéndose cada vez más hondo dentro de mi garganta. El me sujeto fuerte metiéndolo más y más sin piedad. Las lágrimas brotaban de mis ojos y luego cuando lo golpeaba para que me soltara lo saco mientras de mi boca salía saliva en grandes cantidades. Ya está lista ramera, ponte en cuatro como la perra barata que eres −dijo−. Yo no quise obedecerlo y les rogué que pararan. Obedece puta –dijo Jerome, dándome una bofetada acaso no era esto lo que querias, Las lágrimas brotaron de mis ojos.
Me puse en cuatro después de aquel fuerte golpe y obedecí de nuevo. Marck se puso detrás de mí y yo espere a que entrara en mi vagina. El me tomo de las caderas firmemente con sus grandes manos y de golpe me la ensarto en el ano. Yo grite adolorida y por impotencia al no poder defenderme de aquel violento embate. EL me tomo del cabello fuertemente mientras me metía su polla gorda y húmeda en mi ano. La bestialidad con la que daba sus embestidas eran tremendamente dolorosas.
Con cada movimiento de sus caderas sentía como mi ano se dilataba más y más. Los ostros solo miraban mientras mantenían erectos sus venosos y enormes miembros masturbándolos.
Se mordían los labios saboreándose la idea de cogerme mientras esperaban pacientemente por su turno. Marck siguió bombeando fuertemente mi ano y le pidió a Jerome que se uniera a la fiesta. Ponte de bajo de la puta, hay que follarla al mismo tiempo −dijo−. Marck saco su gordo miembro de mi trasero y sentí como rápidamente mi esfínter anal se cerraba por completo. Vaya, este culo se cerró muy rápido, no te preocupes perra ahorita lo destrozo de nuevo −dijo−. Me tomo del cabello bruscamente y me levanto un poco pero aun de rodillas. Jerome se recostó a un lado en el piso y me dijo −súbete a mi verga puta−. Me puse encima de él y el la metió profundamente en mi vagina sin lubricarla y sin previo aviso. El gran tamaño de su polla me hizo sentir un dolor punzante que no había sentido haciéndome temblar teniendo mi primer orgasmo. Me tomo de manera muy agresiva del cuello apretándolo con su mano y me asfixiaba fuertemente. Mientras Marck se puso detrás de mí nuevamente y volvió a meter su polla obesa en mi ano. Gruñí mientras cerraba los ojos y apretaba los dientes rechinándolos casi al punto de quebrarlos. Dos penes enormes estaban destrozando todo mi interior y yo estaba completamente a su merced. Dicon se agacho un poco e introdujo su polla en mi boca. En ese momento yo ya no era dueña de mi cuerpo. Esos jóvenes pandilleros del proyecto, me habían convertido en un objeto sin valor y que solo podía ser usado para una cosa. Un objeto que su única función era ser follado sin su consentimiento. La violencia de cada uno era diferente pero ninguno quería quedarse corto. Seguían sus embestidas sin tomar en cuenta al otro. Cada uno se ocupaba en tomar violentamente el hoyo que ellos habían escogido. Yo no podía más. Mi cuerpo se sentía muy adolorido y el tamaño de sus pollas me causaban un mix entre placer y dolor. La manera en la que las usaban era solo para satisfacerse a ellos mismos. Jerome cada vez que apretaba mi cuello lo hacia lo suficiente para que cambiara de color mientras su compañero violaba mi garganta. No tengo una idea de cómo pude sobrevivir a esos ataques sin ahogarme, aun no lo sé hasta el día de hoy.
Dicon se cansó de solo metermelo por la boca. Le dijo a Marck que se moviera, que quería un pedazo de mi ano. Marck le dijo calma. La verdad para ese entonces mi idea de quien era quien estaba algo confusa así que; lo escribo como creo que ocurrió. Por favor, solo no se vengan dentro de mí, se los imploro −dije−. Ellos se rieron y Jerome me ahorco más fuerte mientras me abofeteaba con la otra mano diciendo –nosotros te vamos a dar un bebe negro perrita. En ese momento Jerome comenzó a follarme rápidamente mientras me sujetaba con ambas manos y sacaba su asquerosa lengua. Dicon sujeto mi cabeza con ambas manos y eyaculo dentro de mi garganta. Yo tosí y su inmensa carga de leche escurrió por mi boca hacia mis senos bañándolos junto con mi saliva. Mucho de su semen y mí saliva cayeron en el cuerpo de Jerome lo que lo puso totalmente iracundo. ¡Debiste haberte bebido toda esa leche perra de mierda! –grito mientras me follaba con ira en su mirada−. Mark gimió y se vino dentro de mi ano. Yo trate de empujarlo para que no lo hiciera pero él me jalo el cabello hacia atrás y dejo salir su semen dentro de mí. Yo grite – ¡pinche negro de mierda! No paso mucho hasta que Jerome puso sus manos en mis caderas y en un gemido ahogado completamente en su boca dejo salir la carga de semen más grande que hasta el día de hoy alguien ha echado dentro de mí. Se quedó tirado respirando agitadamente. Jerome me quito de encima de el de un empujón y yo caí en el suelo. Marck me levanto de nuevo del cabello y me puso boca arriba en el piso. Se colocó encima de mí y empezó a penetrarme duramente y sin piedad. Siéntelo hija de puta –dijo a mi oído−. Bájate de encima hijo de puta −dije−. El solo seguía metiéndomelo. Yo gritaba por el dolor que me causaba su miembro. Llena a esa ramera para irnos ya –dijo Jerome−. El me ahorco igual que lo hizo su compañero y dijo –te voy a preñar perra mientras dejaba salir varios chorros de semen nuevamente, que más bien parecían atole, espesos como ningún otro−. Parecía que lo estaban disfrutando pero aparentemente tenían a un lugar que ir. Nos divertimos mucho contigo puta, dale las gracias a Pamela tu jefa…