Soy universitario y ya estoy a poco de graduarme. Mi vida es agitada, mucho estudio, gym, vida social y algo de sexo con amigos o amigas...
Hacia varios años que no iba al centro de masajaes al que, por sus económicos precios, me decidí en visitar.
Geraldine fue la primera chica con la que tuve mi primer masaje, ella fue genial. Salí muy relajado y me pareció que ella quería algo más, pero la noté tímida y por mi inseguridad decidí no insinuar nada.
Al cabo de unos años volví a el mismo lugar y la masajista se mostró muy curiosa por mi edad, pues tengo 24 y mi cara parece de 16.
Me quité la ropa y me puse la corta toalla, me acosté boca abajo sobre la camilla y ella empezó con su trabajo.
Comenzó por la espalda alta, todo muy bien y dentro d d lo esperado hasta que llegóa mis muslos y sus dedos empezaron a tocar repetidas veces mi glande que cada vez se hinchaba as y más.
Se tomó su tiempo para quitarme la toalla y dejar mis pompas expuestas, sus dedos recorrieron lentamente la parte baja de mis glúteos y yo ya estaba botando líquido preseminal, estoy seguro que ella ya lo había notado...
Me pidió que me volteara, y yo con algo de vergüenza me tapé mi verga que estaba a medio camino de será una roca.
Ya boc a arriba empezó con mis piernas y poco a poco fue tocandome el escroto, como si fuese algo que lo hiciera sin querer.
Se volvió descarada y me quitó la toalla para dejar mi verga totalmente expuesta, yo tenia los ojos cerrados para dejarme llevar. Me sentía muy excitado.
Poco a poco empezó a rozar sus dedos con mi pene, como si estuviera jugando con él.
Luego se detuvo y me preguntó:
Quieres final feliz?
Y yo le dije: bueno.
Me masturbó violentamente. Tuve luego de unos minutos la explosión masón grande de mi vida, empapándole su uniforme.
Ella se sobresaltó y me dijo, botaste bastante... y riéndome le dije: si..
Quiero volver ahi en otra oportunidad, esta vez no so solo para que me masturben.