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Fui infiel en mis vacaciones en el Litoral. Parte 2

Segundo día, desperté como a las 12 muy agotada y con ganas de seguir durmiendo pero la gotera que perdía una canilla de la bañera era demasiado molesta. Era lunes, el miércoles se iban los científicos en la mañana y a partir del mediodía llegaban los demás matrimonios con los que conviviríamos 6 días.

Mi esposo no estaba en la habitación, lo cual me extrañó. Me duché y me vestí y salí a averiguar por él.

Susy estaba con María hablando del almuerzo en del día. Le pregunté si había visto a Toto.

-Juan le pidió que lo acercara en el auto de Uds. hasta el arroyo, ya que nuestra camioneta está en el taller.

-Que, fueron a pescar?

-No, resulta que con la lluvia de anoche hubo una gran crecida de los arroyos y se rompió el puente del camino que llega al hotel. Espero que sea algo leve.

Como a la media hora aparecieron Toto y Juan, caminando. Me preocupó verlos tristes, como apesadumbrados.

-Que pasó Torito? Susy me dijo que se habían ido en el auto hasta el arroyo.

Toto pasó de largo sin hablar y se fue a la habitación. Yo lo seguí, se tiró en el sillón sin decir palabra.

-Arturo NN, decime que pasa- le dije levantando la voz.

-Resulta que cuando llegamos al arroyo que está como a unos 20 km, me acerqué a la orilla del barranco con el Corolla para ver mejor el puente que se había caído y prácticamente desaparecido en el agua, cuando de pronto se produjo un desmoronamiento y caímos al cauce con el auto.

-Nooo¡¡¡ No te puedo creer, cayeron al agua con el Corolla y todo?

-Por poco no nos llevó la corriente, quedamos volcados a menos de un metro del agua, en una playita de tierra que se había formado.

-Y ahora, que vamos a hacer.

-En la otra orilla había unas personas viendo el puente roto y operarios de vialidad terminaban de colocar una pasarela peatonal precaria. Algunos cruzaron, entre ellos un tal Carlos conocido de Juan que es mecánico. Después de ver el auto volcado y con abollones, nos dijo que podía conseguir una grúa grande para sacarlo y llevarlo a reparación.-

-Bueno Toto, tratá de calmarte, estás blanco, te puede dar un infarto.

-Si amor, casi me sucede eso cuando el tipo nos dijo que para sacar el auto del arroyo y repararlo estimáramos un mínimo 100 mil o 150 mil. Imaginate, como vamos a hacer para conseguir ese dinero si gasté todo lo que tenía para comprarlo. Para colmo el tarado de Juan que me pidió que lo llevara, ahora no se hace cargo. Me dice que está casi quebrado y no tiene una moneda.-

Yo no sabía que decirle, porque estaba angustiado y nervioso y tenía temor que tuviera un ataque de presión o algo peor. La verdad que nos era prácticamente imposible reunir rápidamente ese dinero que en ese entonces representaba más de 10.000 dólares.

-Mirá Torito, ya vamos a ver como lo resolvemos, tenés que tener fe que todo se va a solucionar. Podemos volver a Mendoza y pedir un préstamo y luego volver a buscar el auto.

-Imposible mi amor, estamos en época de lluvias y me dijeron que en cualquier momento se produce otra crecida y nos lleva el Corolla.- En ese momento rompió en sollozos como un niño.

Yo lo acaricié para tratar de sacarlo del problema e incluso intenté hacerle sexo oral para cambiar su ánimo, pero me apartó. Estaba roto.

Lo dejé en la habitación para ir a buscar un té de tilo o algo que lo calmara.

En la cocina me encontré con Susy y hablamos del asunto. Ella aceptaba la responsabilidad de Juan en el incidente y no dejaba de insultar, pero yo sabía que no podíamos contar con ellos para el aspecto económico. Ella me prometió que iba a buscar una solución.

Volví a la habitación con el té,  Toto continuaba sumamente angustiado, con los ojos desorbitados. Me dijo que se había comunicado con la compañía de seguros para ver cómo podía costear la reparación del Corolla y le habían dicho que  estaba sin cobertura por falta de pago.

El tema es que le habíamos dejado el dinero de la cuota del seguro a nuestro hijo mayor de 18 y según nos comentó al hablarle por teléfono, tuvo que gastarla para pagar la inscripción en la facultad, sino perdía el año. Esto era el colmo de las malas suertes.

Nos quedamos recostados con Toto. No teníamos ni ganas de almorzar.

Como a las 19 hs me llamó Susy al interno y me dijo que quería hablar conmigo.

-Mirá querida, toda noticia mala tiene su lado bueno.

-Que me querés decir Susy.

-Bueno decidí ponerme el problema al hombro, porque Juan es medio tranquilo. Hablé primero con vialidad y me dijeron que tardarán como 10 días en colocar unos caños y habilitar un paso provisorio.- Me dijo que este camino solo lo utilizan, dos ganaderos que tienen sus campos pasando el arroyo hacia aquí, nosotros y los huéspedes del hotel y un complejo de cabañas al final del camino que están deshabitadas y en reparación.- Susy continuó diciendo -Después hablé con Juan Carlos, el mecánico que sacará el auto para repararlo, quiere dinero hoy o mañana a mas tardar para contratar la grúa. También me comuniqué con el tipo que manda a las chicas en las trafic, para decirle que tendría que suspender el servicio por falta de paso, cosa que ya conocía. Luego me contacté por internet con todos los matrimonios y parejas que teníamos previsto recibir  pasado mañana para el evento de intercambios en que Uds. también participarían y les dije que se suspendía dándoles las explicaciones del caso.

-Susy, no se te escapó nada.

-Esperá, falta lo más importante, hablé con el jefe de los tipos que están en el hotel, un tal Mr. Benson, que habla bastante español. Cuando le dije lo del corte del camino casi se muere.- Enfático, me dijo que era indispensable que finalizaran sus investigaciones y evaluaciones ya que habían invertido mucho dinero en esto. -Yo le dije que podían quedarse al menos 10 días más si deseaban, expresándome que eso era bueno, porque necesitaban más días, pero me planteó la necesidad de contar con mujeres para los eventos sexuales como condición indispensable para poder terminar sus evaluaciones.

-Si claro- le dije a Susy- De no ser que las vayan a buscar a la ciudad y las traigan a caballito 30 km.-

-No mujer, no será necesario. Se me ocurrió un plan B y se lo trasmití de inmediato a Benson.

-Ah, sí. Y cuál es ese plan B?

-Le dije que en el hotel habían seis mujeres en este momento y podríamos organizarnos para sustituir a las otras chicas. Lógicamente que serán eventos más restringidos pero es la única alternativa. Benson me miró dubitativo, pero no tardó en aceptar ya que no tenía opción. Eso sí, le dije que el precio por cada coito de sus muchachos sería de 200 dólares, a lo que respondió que por eso no me hiciera problema.

-Pero Susy, en el hotel están Doña María, Julia, Viviana, Matilde y vos, o sea cinco- Le dije contando con los dedos de mi mano. –Esos supermachos las van a dejar de cama.

-Mirá querida, por la plata baila el mono, yo conozco a mis chicas. Y vos, tendrás que hacerte unos verdes.

-Ahora no Susy, tengo el estómago revuelto y si tomo mate me va a hacer correr.- le dije

-No nena, no seas tan lenta, me refiero a hacerte unos dólares. Por eso conté seis, vos estás incluida.

-Vos estás loca. Esos tipos son intrigantes (por no decirle deseables) pero estoy con mi esposo y para colmo está insoportablemente depresivo con lo que le pasó. Imposible.

-Nada de imposible, tenés que jugártela cariño. Ya mismo me voy a alistar a mis chicas, vos hablá con Toto, porque esta noche hay fiesta.

-Pero Susy, creo que tus chicas no son soldados para esta guerra Doña maría es sesentona, Viviana con panza de 5 meses y con novio, Matilde tiene a su esposo aquí.- Susy no terminó de escucharme y se fue a hablar con sus mujeres.

Al entrar en mi habitación, mi esposo estaba recostado viendo la tele pero con su mirada perdida en el infinito. Yo me recosté a su lado para pensar, necesitábamos dinero urgentemente para el auto. Además la propuesta de Susy era como hacer realidad la fantasía que me había carcomido la mente toda la noche anterior. Esos tipos estaban demasiado ricos, aunque ciertamente, eran demasiados.

Tomé coraje y escuché mi voz sobre el sonido de la tele.

-Torito, recién estuve con Susy. –El me escuchaba sin decir palabra- Me dijo que las chicas que vienen de la ciudad para entretener a los señores huéspedes del hotel no pueden llegar por lo del puente. Que el Jefe del grupo Mr. Benson, habló con Juan y con ella diciéndoles que sus muchachos necesitaban tener diálogo y distraerse con mujeres para que no se volvieran agresivos mientras esperaban que se reparara el puente. Susy me pidió que la acompañe a ella y las chicas del hotel para que nos reunamos con esos señores y les hagamos juegos y bailes para mantenerlos divertidos, dice que ellos pagarán muy bien nuestros servicios de compañía.

-Pero cielo, yo te necesito más que esa gente.  Además es seguro que esos tipos buscan algo más que hablar y jugar, son muy mirones con vos.­- Ante mi insistencia me dijo

-Yo pienso que podrías ir pero si yo te acompaño.

-No Torito. Susy dice que son muy respetuosos y me pidió que si quieres te puedes quedar en compañía de los hombres del hotel, jugando a las cartas, porque estos señores son muy especiales y no quieren compartir sus historias con hombres extraños, solo quieren estar con mujeres.

Yo veía que no lograba convencer a Toto , pero mi mente transformada en calculadora, deducía rápidamente 200 por 3 o 4 o quizás 5 por día, podrían ser 1.000 dólares diarios, nada despreciable tratándose de una tarea tan “especial”.

-Arturo NN, quizás esta sea nuestra oportunidad para reunir el dinero o parte de lo que necesitamos para el auto, pienso que tenemos una chance y no debemos desaprovecharla.- Le dije ya algo fastidiada.

-No se cielo, estoy tan confundido, no sé qué decirte. La verdad es que no deseo hacer nada, solo estar contigo, me siento muy deprimido.-

En eso me llamó Susy al teléfono para que fuéramos a cenar.

En el comedor me apartó a solas y me dijo que estaba todo arreglado. Las chicas aceptaron con gusto. Matilde le dirá a Luis que estará viendo películas conmigo y unos científicos en la biblioteca y José esta noche tiene que reparar la bomba de riego porque la necesitamos para mañana, o sea que Vivi tiene vía libre.

-Sos una luz Susy. Ah, hablando de reparar, en mi baño hay una gotera permanente, necesito que la reparen porque el ruido del agua al golpear en la bañera no me deja dormir.

-Claro, mañana irá José a repararla tipo 11, pero eso es secundario amiga, escuchame ahora lo importante. Arreglé para que nos paguen por adelantado 10 servicios a cada una. También le dije a Benson que quería absoluta reserva de él y de todos sus hombres, ya que las mujeres son casadas y no queremos complicaciones con nuestros esposos. Toma aquí tienes tus 2.000, te van a servir para que tu esposo vaya mañana a entregárselos al mecánico.- Entendí que ya no había marcha atrás, tenía que convencer a Toto.

Cené muy nerviosa esa noche, Toto me hablaba pero yo viajaba.

Cuando llegamos a la habitación, le dije que debía ducharme rápido porque Susy me esperaba en media hora para reunirnos con esos señores, sin mencionarle lo del pago adelantado.

-Pero mi vida, te dije que no estoy convencido que hagas eso. Quedémonos en la habitación a ver una peli. No tengo ánimo de nada, ni siquiera tengo ganas de rescatar el Corolla.

-Ay Arturo NN, vos siempre eres el mismo, tan negativo. Ponte a mirar una porno de esas que vemos juntos, a ver si cuando vuelva te encuentro bien cariñoso como a mí me gusta.

Me metí al baño sin esperar su respuesta y luego de una buena ducha y aseo profundo de mis partes íntimas, en el vestidor me coloqué una tanguita muy diminuta, una calza gris que remarcaba mi prominente cola sostén de lycra y remerita.

El se quedó mirándome, le di un beso en los labios impidiéndole que dijera palabra y salí en busca de Susy.

Las chicas, incluso doña María estaban reunidas en la sala. Era como la 1:30 de la noche. Juan estaba alejado, sentado en un sillón viendo tele con resignación. Sabía que su mujer era buena para vender su cuerpo y finalmente le había concedido el visto bueno porque no podía quedar mal con Mr. Benson sabiendo que necesitaba imperiosamente continuar con sus experimentos. Además tendría un buen dinero para pagar sus deudas y no perder el hotel.

Susy nos dio las instrucciones. Doña María con Matilde, atenderían a cuatro tipos en la 102. Vivi y yo con tres en la 105. Ella estaría a solas con cuatro en la 203 y Julia otros tres o cuatro en la 205.

-Es mucho para pocas pero poco para tantos tipos. En hora y media nos reunimos en la habitación 104 que estará desocupada, para ver cómo nos fue.-

-Susy, yo quisiera empezar con vos, porque soy nueva en el grupo y necesito que me acompañes hasta que entre en confianza.- Le dije.

-Bueno, está bien, que doña María vaya a la 105 con Vivi y vos te venís a la 203 conmigo.- Luego nos arengó diciendo- Chicas esto es muy sencillo, lo único que tienen que hacer es coger sin frenos ni tapujos, como lo hacen con sus parejas o maridos o mejor. Dejen a estos caballeros bien conformes porque nos han pagado por adelantado y tenemos que asistirlos en todo lo que deseen hacer.

Al llegar a la puerta con el Nro. 203 me entró un cierto nerviosismo. Susy abrió y me tomó de la mano casi tirándome hacia adentro. En los sillones esperaban sentados cuatro tipos, 2 negros afro, uno de tez más clara y un blanco. Con gran simpatía se acercaron y uno de los negros que se presentó como Jaime dijo ser jamaiquino, continuó presentando a Peter y el otro negro, Sam, ambos yanquis. El mestizo, Manuel era dominicano y al igual que Jaime hablaba español. Salvo Peter más veterano, los demás aparentaban unos 30.

Nos ofrecieron un trago que acepté con gusto para calmar mis neuronas. De inmediato nos rodearon y balanceándonos al ritmo de una música caribeña, comenzaron las caricias y besuqueos. Susy no tardó en sacarse su vestido quedando entre Jaime y Sam con una leve tanguita y sostén que apenas cubría sus dos hermosos senos operados. Manuel y Peter se ocuparon de mis calzas. Susy se sentó en el sofá y sus dos clientes se pararon frente a ella que con sensual profesionalismo les bajó los jean primero a uno y luego al otro. Me quedé paralizada al ver el órgano del jamaiquino que se le descolgó dormido casi hasta la mitad de la pierna. De inmediato Susy comenzó a besarle los penes a sus negros haciendo que rápidamente tomaran rigidez. Yo no podía creer lo que estaba viendo. Esos penes tan enormes como el brazo de mi amiga, que se los chupaba con ferviente devoción.

Mis dos hombres que estaban en bóxers, me terminaron de desnudar y de inmediato me llevaron a la cama para comenzar su tarea. El blanco comenzó a lamerme la vulva y el ano con gran destreza. Manuel se arrodilló junto a mi rostro y sacó su enorme miembro para ponérmelo en la boca. Yo alcancé rápidamente el clímax con la lengua de Peter buceando en mi sexo y ano. Podía escuchar los gemidos de goce de mi amiga que ya estaba siendo servida por sus sementales. Cuando Peter me apoyó el botón en los labios empapados de mi vagina lo sentí del tamaño de una bola de billar. Me abrí bien de piernas para recibirlo y un gemido se escapó desde lo profundo de mi garganta cuando entró en mí. Sus rítmicos bombeos hacían que su cabeza golpeara en el fondo de mi vagina. Con desesperación le chupaba a Manuel, un cuarto del extremo de su verga. Peter me liberó e hizo que montara sobre Manuel que se había recostado de espaldas. El gran botón taladraba el fondo de mi concha, quedando fuera casi la mitad posterior. En medio de un nuevo clímax, Peter me empujó por el cuello haciéndome apoyar sobre el pecho  de Manuel y comenzó a masajear y penetrar mi preciado agujerito de atrás primero con un dedo, luego con dos y siguió con tres. Me sentía algo molesta pero también expectante presintiendo lo que se venía. No tardó en apoyarme su pija en la zona oscura, comenzó a empujar mientras yo me abría los cachetes al máximo posible. Sentí como esa cabezota atravesaba mi dilatado esfínter y en pequeñísimos movimientos iba entrando de a poco, mientras yo humedecía con mi saliva la piel de esa maravillosa pija para facilitar la penetración en medio de mis quejidos.

Fue algo impresionante. En un plasma que estaba frente a mí, podía ver como esos dos garrotes entraban y salían de mi cuerpo sin pausa. El malestar en mi ano fue mutando, transformándose en placentero. En un envión forzado, los testículos de Peter llegaron hasta aplastarse en mi vagina ocupada por el enorme pene de Manuel. Pude sentir el extremo de esa pijota blanca en lo profundo de mi recto. La desesperación y el goce de un feroz orgasmo hicieron desgarrar desde mi garganta un concierto de gemidos y gritos imposibles de contener.

Luego me dieron vuelta dándole la espalda al morocho, me incliné sobre él tomándole su penacho para tragármelo de nuevo, introduciéndolo hasta media asta en mi coñito. Con mis pies apoyados sobre las piernas del negro, comencé a moverme frenéticamente buscando un nuevo orgasmo. Pero Peter me tomó de las axilas para levantarme y liberarme del ancla vaginal. Mientras me mantenía suspendida Manuel me la apoyó en el ano. Con mis dos manos abriendo mis nalgas, logré hacerla entrar. Lentamente Peter me fue haciendo bajar haciendo que me tragara ese muñeco cabezón, hasta quedar sentada en el motoso pubis de Manuel.

Creo que mis alaridos eran de miedo por resultar lastimada, pero no tenía la mínima intención de abandonar. Sentía lleno mi intestino. Comencé con mis sube-baja que se fueron haciendo cada vez más violentos a medida que el cosquilleo de un nuevo orgasmo me invadía. Cuando estaba al borde del abismo, Peter me clavó su pija por delante y mi locura fue total. Me movía como una perra caliente mientras otros orgasmos explotaban haciendo caer mis jugos sobre los negros testículos del morocho. Peter comenzó a terminar inyectándome tanto esperma en la vagina que me entibió el vientre. De pronto Manuel me levantó y me hizo girar tomándome la cabeza, estaba llegando a su final. Se la comencé a chupar, pero al intentar retirarme sentí que los golpes de semen impactaron en mi lengua y paladar durante varios segundos. Esta bestia me hizo tragar tanta leche como no recordaba haber recibido de un hombre.

Susy continuaba galopando con sus dos corceles y al cabo de unos minutos recibió en sus bellos senos y vientre el preciado líquido blanco y brilloso quedando como una diva con brilloso barniz.

Ella vino a mi encuentro y me preguntó que como me sentía.

-Estoy algo desarmada y dolorida pero lo disfruté un montón- Le dije, preguntándole si nos íbamos a la 104 con las demás chicas.

Susy miró su reloj y me dijo que faltaba más de media hora aún. Los tipos estaban con sus penes duros como si no hubieran terminado, así que mi amiga me dijo que debíamos continuar para satisfacerlos totalmente.

Ella se fue con Peter y Sam y me dejó con Manuel y el Jamaiquino, el más dotado de los cuatro. En una breve pero alegre conversación me dijeron que Manuel tenía 41 y Jaime 44, yo no quise decir la mía.

Este segundo tiempo fue tan feroz como el primero, y liberé tres o cuatro orgasmos más, con la diferencia que mi goloso agujerito no pudo engullirse toda la verga de Jaime, porque era demasiado larga. En mis gritos de placer le pedí primero a Jaime que terminaran en mi culo y luego éste le cedió el lugar a Manuel que también se descargó en él. Quedé con el vientre lleno. Susy ya estaba vestida y me hizo vestir rápidamente porque ya había pasado el tiempo previsto.

En el pasillo le dije que tenía la cola rota y me dijo que tenía artículos varios y me daría una pomada.

Cuando llegamos a la 104 las otras chicas ya estaban allí. Yo sentía como me brotaba el jugo por la cola de a pequeños pulsos, mojando mi calza.

Las chicas contaron brevemente sus vivencias. Doña María había estado solo con dos pero estaba muerta. Vivi se sentía mal porque su bebé había recibido algunas embestidas importantes, pero estaba feliz por el dinero ganado.

Susy y yo habíamos saldado 800 de los 2000 adelantados a cada una y si bien yo tenía la cola ardida y dolorida, el momento había sido inolvidable. Quise ducharme pero en esa habitación no había agua.

Susy buscó en el placar unas cosas y las colocó en 5 bolsas que nos entregó a cada una

-Es vaselina con anestésico para colocarse en el esfínter, antes de un coito anal, una pomada analgésica, antiinflamatoria y regeneradora de tejidos para después y un recipiente con cánula para enemas. No es agradable chupar un pene inmediatamente luego que nos lo sacan del ano, por lo que antes es conveniente prepararse, vaciando y lavando bien el intestino, chicas.

-Susy, como no nos diste eso antes.- dijeron Vivi y Matilde con cara de dolor. Yo también lo pensé.

Datos del Relato
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