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Categoría: Infidelidad

Fui infiel a mi esposo con su amigo

Me llamo Lorena tengo 28 años y hace un año me case con Roberto, aun no teníamos hijos y no era porque no quisiéramos, ser madre era lo que más deseaba, quería tener un hijo al que darle todo mi amor, pero era imposible porque mi esposo era estéril.



Lo supimos gracias a pruebas médicas que ambos llevamos a cabo.



Según nos dijeron los médicos yo no tendría problema alguno para quedar embarazada.



Pero el caso era diferente para mi esposo quien no podía fecundarme. El no terminaba de aceptar tales pruebas y seguía intentando preñarme pero sin éxito.



Un día mientras hacia las compras me encontré con Andrés un viejo amigo de mi esposo y mío, conversábamos de cómo nos había ido, hasta que me pregunto porque aún no teníamos hijos.



En ese momento se me llenaron de lágrimas los ojos y le conté que Roberto era estéril.



Trato de consolarme diciéndome palabras que pretendían animarme, pero yo estaba cerrada a otras opciones como la adopción, yo quería un hijo o hija pero mío. Después de un rato de conversación nos despedimos y lo invite a que nos reuniéramos pronto. Fue así que una noche días más tarde mi esposo y yo lo invitamos a cenar.



Durante la cena Andrés no pudo evitar observar lo atractiva que me veía. Me había arreglado como para salir a una velada nocturna y no para un encuentro entre amigos. Un vestido muy ceñido a mi cuerpo  destacando mis voluptuosas nalgas a la vez que acentuaban mi delgada cintura y el escote mostraba con evidencia mis dos hermosos senos.



Cuando mi esposo nos dejó por un breve momento para ir al baño tras beber varías cervezas, note que Andrés me miraba con deseo y en ese momento se me ocurrió que no necesariamente tenía que ser mi esposo quien me embarace, yo deseaba ser madre y no me importaba acostarme con otro hombre a pesar de amar a mi esposo.



Poco después regresó Roberto y continuamos la cena como si nada, sin embargo Andrés y yo nos mirábamos distinto, durante toda la cena me dedique a coquetear con Andrés mientras mi esposo no se daba cuenta.



Andrés se convirtió en mi paño de lágrimas,  mi confidente, mi mejor amigo, habíamos agarrado mucha confianza y hablábamos todos los días por redes sociales y nos reuníamos muy seguido Andrés mi esposo y yo.



En una ocasión  que  invitamos a Andrés a cenar, en horas de la tarde me llama mi esposo y me dice que no podría llegar a tiempo a cenar que tenía mucho trabajo y su jefe le pidió quedarse horas extras para terminarlo.



Voy a cancelar la cena – le dije.



No, tranquila si ya tienes todo listo pueden ir cenando ustedes yo tratare de llegar lo más rápido posible.



Está bien – le respondí.



Decidí que era la ocasión perfecta para seducir a Andrés así que me vestí lo más sensual posible me puse una blusa corta que deja al descubierto la piel de mi abdomen, unos jeans bien ajustados que remarcan mis bien torneadas piernas y mi trasero.



Rato después alguien toca a la puerta. Debe ser Andrés -dije



Mi corazón late muy rápido, la sangre se me embota en la cabeza e incluso siento que mis manos tiemblan al abrir la puerta.



Andrés me sonríe saludándome con un fresco beso en la mejilla. Ingresamos a la sala. Ambos nos sentamos en el sofá sonriéndonos el uno al otro nerviosamente.



—Y Roberto ¿? – me pregunto



—Aun no llega de trabajar llegara un poco tarde pero podemos ir cenando los dos- le dije.



Le ofrecí una copa de vino a Andrés que aceptó gustoso y al pararme para ir a la cocina por el vino note que Andrés clavo la mirada sobre mi trasero.



Al regresar y darle la copa me encontraba tan nerviosa que no pude evitar derramarle un poco de vino sobre la camisa.



—Oh por dios que tonta soy, discúlpame Andrés- le dije.



—No te preocupes Lore es solo un poco de vino.



—Iré por una polo de Roberto quítate esa camisa te puedes enfermar.



Al regresar a la sala vi a Andrés ya sin su camisa, valla que tenía buen cuerpo, el noto que me quede embobada mirándolo, nos miramos fijamente y nos besamos apasionadamente.



No era un beso normal prácticamente nos comíamos la boca.



Mientras nos besábamos empezó a manosearme todo el cuerpo, en especial mi trasero.



Nos dejamos caer en el sofá sin dejar de besarnos, Llevo sus manos hasta mis pechos acariciándolos por encima de la ropa, comenzó a desabróchame uno por uno los botones de la blusa hasta quitármela, al mismo tiempo desabrochándome el brasier quedando mis senos frente a él, empezó a chupármelos desesperadamente.



—Por más que me los chupes no les sacaras nada —le dije sonriendo después de la fuerte succión que me hizo.



Andrés sonrío en respuesta a mi comentario y se paso al otro pezón para darle el mismo tratamiento.



Rápidamente comenzamos a desvestirnos, desabrocho su pantalón y Andrés termina de desvestirse, mientras yo hago lo mismo. Tardo más que él ya que mis pantalones son demasiado estrechos. Andrés me  ayuda a quitármelos quedando en bragas frente a él.



Andrés estaba sentado desnudo en el sofá mientras yo frente a él solo en bragas empiezo a bailarle de una manera sensual, Andrés estaba que ya no podía más, su pene esta duro como una estaca, me doy la vuelta y me inclino pegando mi trasero al rostro, el aprovecha para quitarme las bragas quedando ambos completamente desnudos.



-Ay Andrés, tu amigo está mmm… a todo lo que da —le dije



Al mismo tiempo  que me siento sobre él, mis nalgas reposan totalmente sobre sus muslos y su pene queda atrapado en mi interior.



Inmersa en él le pido que no se mueva, pues antes de cualquier movimiento quiero sentir por un momento su pene en mi interior. Es un momento delicioso, percibo su calor íntimo al mismo tiempo que acaricia mis muslos, caderas, cintura y espalda.



Sus manos se prenden a mis voluminosos senos y los amasan suavemente mientras volvimos a comernos la boca.



Continúa con sus caricias y, sin movernos nada, tiene el atrevimiento de preguntarme sobre mi vida conyugal. Sentada sobre él, le respondo un poco sacada de onda, pues es una sensación extraña el hablar sobre mi marido al mismo tiempo que tengo el miembro de otro resguardado en mí intimidad. Sin embargo, mis palabras demuestran franqueza al igual que cariño por Roberto a quien amo.



Mis palabras le revelan con sinceridad que esto que estamos haciendo es, a lo máximo, una aventura.



Tras un rato de estar conversando, Andrés comenzó a mover su pubis hacia mí levantándome unos centímetros.



Yo  también comienzo a moverse y en poco tiempo ambos nos meneamos con los vaivenes propios de la cópula. Me tomo de la cintura y así me ayudo en el sube y baja que poco a poco se volvió más intenso. Comencé a darme sentones cada vez más duros de tal manera que los chasquidos, al chocar nuestras carnes, se vuelven más notorios.



Sigo saltando sin parar y Andrés se recuesta acomodándose sobre el espaldar del sofá para observar cómo mis senos rebotan  al compás de los sentones que me daba sobre él.



Luego de un buen rato en esa posición paramos porque de lo contrario Andrés ya no hubiera aguantado más y hubiera eyaculado. Nos besamos mientras yo seguía clavada en su miembro.



Andrés se levantó y tomándome firmemente, me condujo hacia el espejo cercano que nos refleja desnudos. De esta forma, parados, me continúo penetrando. Yo le alzaba mi trasero y el flexiono sus rodillas a manera de estar a la altura, pues soy más pequeña que él. La imagen era muy excitante.



Tras algunos minutos siento que sus  piernas comienzan a temblarle, la postura le resultaba un tanto incómoda. Al  darme cuenta de ello me desprendí de su miembro volteándome para besarnos apasionadamente.



Agarrándolo del pene lo llevo hacia mi habitación. Me coloco sobre de rodillas al borde de la cama. Así, para que estemos a la misma altura.



En esta posición mi trasero queda a su disposición. Me penetro como perro, aunque con ritmo suave pero constante, disfrutando de cada milímetro de mi intimidad. Mire hacia el espejo delante de nosotros, que nos refleja en nuestro enlace sexual. Esta posición en la que estamos le brinda la posibilidad de, además de llevar el ritmo, acariciar mis nalgas y mis caderas.



Tras varios minutos de un mete y saca constante no se produce ningún diálogo, guardamos un silencio que expresa en mucho la naturaleza de nuestra unión.



Entre nosotros no hay amor que expresar en palabras, y pese a ello seguimos y seguimos copulando.



No hablábamos, él ponía su boca en mi oreja y respiraba allí, eso me calentaba más. Cogimos un ritmo fuerte pero delicioso, no paraba de tocarme las tetas, las piernas, los pelillos de mi vagina. Se mojaba la mano con nuestros jugos y me la pasaba por mi boca, haciéndome chupar.



En mi vida me había sentido con tantas ganas como en esos momentos, yo movía incesantemente mis caderas, y Andrés  no dejaba de penetrarme divinamente, haciendo que para mi propia sorpresa, de manera extraordinaria disfrutase de múltiples orgasmos.



-¡Aaaaahhh! ¡Aaaaahhhh! ¡Aaaaaaaaahhhh! ¡Por Dios Andrés!



-¡Aaaaaahhh! ¡aaaaaahhh! ¡siiiiiiiiií! ¡siiiiiiiií! ¡aaaaaaahhhh! ¡asiiiiiiií! –Gritaba fuertemente sin poder disimular el enorme placer que sentía en ese momento.



Él embestía con todas sus fuerzas sin dejar de besarme el cuello. Todo su  cuerpo hacía presión a cada embestida sobre mí. Me faltaba la respiración de los orgasmos que me propiciaba Andrés. Perdí la noción del tiempo.



-¡Aaaaah! ¡aaaaah! ¡aaaaah! ¡aaaaah! ¡aaaaah!. –Jadeaba sin control.



Clap, clap, clap. Clap, clap, clap.- era el sonido que invadía la habitación producto del choque de su pelvis contra mis nalgas.



Sentí que iba a explotar en un fuerte orgasmo cuando me dijo:



- Me vengo, me vengo…



Yo completamente enloquecida de placer solo atine a contestar.



- Aaaaahhhh… sii… vente dentro mi amor…  me gusta… me gusta cómo me haces el amor… ahhhhhh  soy tuya…



Yo me corrí en un fuerte orgasmo, y sentí que él estaba por hacer lo mismo.



- Aaaaahhhh… no pares… aaahhhh…. no pares… –le decía entre gemidos.



- Aaarrggg…. – gemía Andrés.



Mis palabras salían de mi boca sin pensarlo, producto de la excitación, no sabía lo que decía solo quería que se viene dentro mio, y poco después Andres se corrió con fuerza dentro de mi intimidad, y lo hizo de forma muy abundante llenándome por completo.



Se corrió con fuerza dentro de mí, sus fuertes chorros de semen salieron disparados hasta lo más profundo de mi vagina  provocándome otro orgasmo.



Nos quedamos inmóviles agarrados de las manos ya abrazados mientras recobrábamos el aliento.



Después de un rato de descanso me levante y asome por la ventana que da al patio para asegurarme que Roberto no fuera a llegar,  Andrés  se encontraba sentado al borde de la cama esperándome, y decidí que podíamos hacer otra ronda.



Me abalance sobre Andrés, me subí encima de él y comencé a besarlo, cogiéndole con una mano su pene para ponerlo duro para continuar con nuestra unión, estaba muy excitada, mientras el me sujetaba con sus fuertes manos, estábamos listos para el segundo round.



En ese momento me subí sobre el clavándome su pene hasta el fondo. Andrés me sujetaba con fuerza mientras yo lo cabalgaba en repetidas ocasiones metiéndome y sacándome su miembro sin parar.



Yo gemía sin parar - Aaaahhhhhh… aaaaaahhhhhhh



Cambiamos de posición y así montada me coloque de espaldas a el mostrándole mis nalgas, Andrés me cogió por las caderas y acompaño el sube y baja con sus manos, ambos estábamos envueltos en una gran excitación, yo solo cerraba mis ojos moviéndome de adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo, no queria que se terminara jamás.



Hasta que cambiamos nuevamente de posición y me recostó sobre la cama. Me abrió las piernas, y coloco su pena en la entrada de mi vagina, jugo con mis labios usando su miembro pasándola por la entrada una y otra vez, yo estaba enloquecida quería sentir ya ese miembro dentro de mí, hasta que finalmente la metió hasta el fondo y comenzó a meterla y sacarla con ritmo y fuerza descomunal.



Me cogió de una pierna y la pego a su pecho mientras continuaba bombeándome deliciosamente, luego llevo mis dos piernas hacia su hombro y siguió con el mete y saca, Andrés ya estaba a punto de correrse así que acelero más sus embestidas haciendo gemir como una loquita



Aaaaah aaaaaah aaaaaaaah - gemia sin importarme nada.



Cuando siento una descarga de líquido caliente dentro mío, explote en un muy fuerte orgasmo.



Aaaaaaaaaaah- grite mientras Andrés iba dándome sus últimas estocadas dentro mio.



Ambos quedamos rendidos, yo con las piernas abiertas de par en par, Andrés encima mío nos dimos un beso y quedamos así abrazados por unos instantes.



Ambos estábamos completamente empapados en sudor y nuestros fluidos chorreaban por nuestras piernas.



Bajamos desnudos hacia la sala para recoger nuestra ropa que se encontraba regada por el suelo, y le dije a Andrés que  valla a la habitación a vestirse que yo iría a bañarme.



Cuando termine de bañarme y vestirme al bajar a la sala encuentro a mi esposo con Andrés hablando de lo más tranquilos.



Después de un rato Andrés se fue.



No sé qué es lo que me pasa, yo amo a mi esposo, pero Andrés despierta otras cosas en mí, además tengo 2 meses de embarazo y el hijo es de Andrés, pero mi esposo piensa que es suyo y se puso muy feliz al enterarse que íbamos a ser padres.



Como dije anteriormente yo amo a mi esposo con cuando estoy con Andrés siento que vuelo.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 4.67
  • Votos: 3
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