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Categoría: Infidelidad

fue mi confidente, y mi amante

Hoy que se acerca el aniversario número de diez de mis nupcias he decidido sacar del ático de los sueños eróticos algunas cosas, esto para no llevar este pesado equipaje en los días subsecuentes, es por eso que comparto con ustedes “mi gran confidente” el siguiente relato.

A N la conocí por que era compañera de trabajo de mi pareja y por cuestiones de vivir muy cerca, salíamos juntos los tres, y cada día las cenas y las salidas a bares se fueron haciendo más frecuentes hasta que ella se caso, pero luego se divorcio y seguimos frecuentándonos, ella siempre fue muy abierta conmigo al hablar sobre los temas de sexo y nuestras fantasías, esto al grado que me costo una cantidad importante de reclamos de mi pareja, al grado de que me prohibiera hablar con ella, sin embargo éramos confidentes, siempre tenia para mi una palabra de aliento y un sabio consejo sobre mi vida sexual.

Sin darnos cuenta de tanto buscar soluciones, nos vimos envueltos una tarde en los deseos ardientes de compartir nuestros sueños y dejarnos llevar por la pasión, lo cual fue dándose de una forma natural.

Primero al calor de la plática y de una pequeña cantidad de alcohol nos besamos, este fue un largo húmedo y caliente beso, luego nuestros cuerpos tibios se acercaron, y nos empezamos acariciando lenta y suavemente, mis manos empezaron tocando su cinturas y sus nalguitas, a lo que ella respondía acariciando mi espalada, el lenguaje de las manos empezaron a dialogar más rápido yo tocándoles los senos por encima de la blusa y ella acariciando mi pene, los botones de blusa cedieron con mayor rapidez que el saco y corbata que ese día traía, mi sorpresas comenzaban al observar el par de pezones erectos en un brasier negro casi transparente pero muy sedoso, mi lengua empezó a repasar los contornos de su senos y dejando al aire esos pequeños seños tan firmes y delicioso como un buen durazno, no podíamos aguantar más y ella deslizo el cierre del pantalón que traía y saco el pene duro, cubierto de venas, ardiente y palpitante como un guerrero listo para su batalla, lentamente me alejo y aventó sobre los muebles de la sala la blusa, brasier y se arrodillo, comenzando a besar muy suavemente la cabeza de mi pene que se encontraba a reventar y luego su lengua húmeda recorría completamente el miembro sin dejar de aprovechar para dar unos besos y pequeñas mamaditas a los testículos y ahora si meterse poco a poco el miembro a su boca y succionar y acariciar, yo me encontraba parado observando la delicia de trato y la maestría y buenas prácticas de la felación de mi confidente convertida en amante.

Al tener mi primer orgasmo, levanto la cabeza y me dijo, si no eres un cabrón hazme sentir igual, entonces la levante y la recosté sobre el sillón verde agua de la sala y le quite los pantalones, descubriendo que la tanguita amarilla con una piña al frente denotaba la humedad de sus labios. Mi boca empezó a tocar los bordes de tan deliciosa prenda y a saborear los jugos de su sexo, los cuales son la miel más preciada para el amante, la lengua coco la parte superior de sus labios y las manos comenzaron acariciando las nalguitas, siendo el hilo dental un impedimento bastante ligero de superar, mientras la lengua recorría paulatinamente los labios y la saliva se mezcló con la miel de su rajita, las manos se permitían acariciar de forma alternada sus senos y las nalguitas, mientras ella presionaba mi cabeza y me exigía no parar, en ese momento un gemido de placer fue expulsado de su boquita al cual lo acompaño un delicioso orgasmo.

Me incorporé y la bese, las manos mas serenas que minutos antes se dedicaron a quitar el poco de ropa que aún traíamos puesta y nos permitimos vernos desnudos y sudando, pero el calor del momento no permitió tregua alguna, y como un tigre sobre su presa, brincaste sobre mi y los miembros coincidieron en unos pequeños roces para que la penetración fuera sencilla, sentimos como tu conchita y mi pene se acariciaron y como un guante en mano propia embonaron, el ir y venir de mi empujando sus caderas y el maravilloso momento de observar en su cara el reflejo del placer que nos dábamos mutuamente ponía a vibrar nos nuestras mentes y cuerpos, los segundos y minutos eran nuestros cómplices y el sudor que resbalaba de su cuerpo para juntarse en las piernas hacían más calido el momento. Después de un buen rato de estar sobre mi, me pidió que cambiáramos, lo cual hicimos de inmediato sin dejar de por medio una lluvia de besos, ahora la observé tan hermosa y calida como me siempre me la imagine en mis sueños eróticos, seguíamos en el ir y venir de las caderas cuando dentro de mi se comienzan agolpando una carga de jugos y la exposición se sentía venir, y ella me decía por favor apurate que quiero que acabemos juntos, el sudor y mi expresión me delataron, dejando salir la carga y escuchando como ahora no solo susurraba si no anunciaba a gritos la llegada de su orgasmo.

Me deje caer sobre ella, y ella me abrazó y beso, los segundos se detuvieron y nos fusionamos al parecer por una eternidad. El calor empezó a disiparse, pero no el placer, seguimos recostados, hablando se consumió parte de la noche, después de un “ah caray que hora es”, de su parte hizo que iniciara nuestro regreso a la cotidianidad, sus suaves manos me ayudaron a vestirme a lo que yo gustoso respondí ayudándola a subir su tanguita y acomodar su blusa.

Después tuve que partir, llevando conmigo una gran ayuda con mis “problemas” con mi pareja y amiga de mí ahora no solo confidente sino amante.

Dedicado con todo cariño a NGDRA
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5.13
  • Votos: 52
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Juan Francisco
invitado-Juan Francisco 06-07-2006 00:00:00

Primero no entiendo tu comentario? Me gustaría que primero pusieras tu nombre verdadero, país y edad NGDRA son las iniciales de una bella persona, simplemente si no te gusta el relato, es tu decisión. Atentamente, Juan Francisco

Elver Gon
invitado-Elver Gon 05-07-2006 00:00:00

tu marido ? o el amigo de tu mujer ? trata de escribir la verdad.

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