~~Hace
ya un tiempo que me sucedió esta historia que os narro ahora.
Estaba yo una tarde en la playa, tomando el sol, cuando al ir a bañarme,
me encontré con una vecina mía de mi piso de Huelva,
vivía sola, y tendría unos cincuenta años, al
verla me corrió un escalofrío por el cuerpo, tenía
puesto un bikini celeste, que no dejaba mucho a la imaginación,
tenía un par de pechos aun deseables, aunque la edad había
echo caerlos un poco, en la cintura llevaba un pareo atado, que se
abría al caminar y dejaba ver la braguita, con un culo respingón.
Ella era morena, mediría sobre 1,70, y pesaría unos
58 kilos, se llamaba Hortensia.
Empezamos a hablar un tiempo, me comentó que había alquilado
un apartamento para pasar el verano. Tras un rato y tras haber caído
ya bastante la tarde, decidimos retornar, y fue durante el camino,
cuando ella me propuso que fuera a ver su apartamento, yo acepté.
Entramos al edificio, abrí la puerta y ella pasó delante,
podía ver el hermoso culo, entramos al apartamento y comenzó
a enseñármelo, era un apartamento con un salón cocina,
un baño y un dormitorio, este tenía una ventana hacia
la playa, seguimos hablando, le dije que desde la cama acostada podía
ver la playa, ella me contestó que sí, pero que el único
problema era que la cama era de dos plazas, y que era muy grande para
ella sola, le contesté que así dormía más
cómoda y ella me dijo que a veces resultaba solitaria, ambos
nos reímos, mientras cogía del frigorífico dos
botellines de cerveza, los cuales nos tomamos.
Cuando terminamos la visita le dije que estaba bien el apartamento,
ella me tomó de la mano, y me llevó al dormitorio, se
sentó en su lecho y me dijo que la cama era muy grande, yo
me senté a su lado y le dije que eso dependía de ella,
que estaba seguro que si ella lo deseaba sola no iba a estar, ella
sonrió, y me preguntó si en verdad pensaba eso, yo asentí,
Hortensia me miró a los ojos fijamente, y yo no aguanté
más y la besé. Apenas había apartado mis labios
de su boca, cuando ella me pidió otro, esta vez el beso fue
más largo y con lengua, después nos abrazamos, para
seguidamente dejarse caer en la cama. Continuamos besándonos,
abordamos mutuamente los cuerpos, tocándolos, disfrutándolos,
mis manos cogieron sus senos, después bajé su bikini,
surgieron sus dos hermosas tetas y mi boca empezó a lamerlas,
disfrutando de los pezones, mi boca se regocijaba con ellas. Sus pequeños
pezones no tardaron en ponerse duros, los mordía y los recorría
con mi lengua, Hortensia soltó algún minúsculo
jadeo, así estuve durante un rato. A continuación, me
quitó la ropa, no tardé en estar desnudo, y yo a ella
le quité el pareo y las bragas, observando su coñito
afeitado. Me deslicé por su cuerpo, hasta llegar abajo, y comencé
a lamerlo, tardó muy poco en lubricarse, yo disfrutaba de sus
jugos, sus manos tomaron mi cabeza y la apretaron contra su coño,
ella me pedía que no parara. Mi lengua recorría sus
labios vaginales y la entrada de la vagina, llegaba al clítoris,
donde me detenía para chuparlo deleitosamente. Después
metí un dedo y luego otro en su agujero, el cual estaba hirviendo
y empapado, comencé a meterlos y sacarlos, hasta que casi enseguida
su cuerpo se estremeció, soltando Hortensia un fuerte suspiro,
y sin dejar de acariciar mi cabeza me dio las gracias, yo seguía
lamiendo.
Tras un implas, ella subió mi cabeza, me besó y comenzó
a bajar lentamente recorriendo mi pecho hasta llegar a mi pene, tomó
mi verga y la comenzó a besar desde la punta hasta los testículos,
con la otra los acariciaba. Se la metió en la boca y comenzó
a mamarla, para dentro y para afuera, dándome mucho placer,
se la sacaba de su boca y se la pasaba por sus tetas, y seguidamente
volvía a metérsela en la boca, no dejándose nada
fuera, metiéndose toda la polla en su cavidad bucal, quedando
ella con los ojos saltones, después se la sacaba y me la lamía
de arriba abajo y viceversa, así estuvo durante un gran tiempo.
Seguidamente, la agarré de la cabeza, la levanté, y
la acosté, yo me puse sobre ella, y la penetré, casi
de un golpe, entró con facilidad, estaba muy lubricada, y sin
demora, comencé a bombear, tras la primera toma de contacto,
le levanté las piernas y las puse en mis hombros, y continué
penetrándola, esta posición le hacia gemir fuertemente,
esto me excitaba, y le daba más fuerte, ella me pedía
más, yo no pare, hasta que no pude aguantar más y me
vacié dentro de ella, mi leche inundó su vagina, seguí
bombeando un poco más y después paré. Descansamos
un rato, hasta que me dijo que se iba a dar una ducha, yo me fui con
ella, me metí con ella, y comenzamos a besarnos, y a comerme
nuevamente sus tetas algo caídas pero muy deseables, después
también comencé a meterle los dedos en su coñito,
poniéndola nuevamente caliente.
Nos secamos, me cogió de la mano, y nos fuimos nuevamente hacia
la cama, empezó a chuparme nuevamente la verga, que no tardó
en ponerse otra vez en forma, y seguidamente se colocó encima
de mí y sola se fue metiendo mi polla en su coño, hasta
que se perdió dentro de ella, momento en el cual empezó
a cabalgar con una gran energía, gemía de placer, hasta
que no tardó mucho en correrse y tumbarse sobre mi pecho tras
un pequeño grito. Al rato, se quitó de encima mía,
y la coloqué a cuatro patas, y posteriormente le penetré
por detrás su vagina, la follaba con toda la fuerza que podía,
estaba reventándola, hasta que no pasado mucho, empezó
nuevamente a jadear desesperadamente, se estaba corriendo nuevamente,
tras esto, se giró, tomó mi polla y la colocó
entre sus tetas, haciéndome una cubana, lo cual me hizo correrme
en breve, acabé entre sus tetas, todo quedó bañado
de mi semen, ella se reía pícaramente.
Estuvimos un rato más tendidos en la cama besándonos
y toqueteándonos, hasta que decidí marcharme.