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~La experiencia que os voy a contar ocurrió en los primeros meses en los que comencé la universidad. Yo era un chico de 19 años, dos años antes había conocido mi bisexualidad, y desde entonces comencé con una vida sexual bastante activa. Principalmente con hombres aunque también con algunas chicas. Soy moreno, delgado, con cara aniñada y un culo algo respingón, tenía bastante éxito con los dos géneros. Sobre todo mi culo tenía mucho éxito entre los tíos y a mi me encantaba que me lo follaran. En mi ciudad no me faltaban amiguitos y alguna amiga con los que pasármelo bien y conocía bien las zonas donde encontrar sexo. El problema es que al ir a la universidad me fui a otra ciudad, que estaba muy lejos de donde vivía, la ciudad era mucho más grande y al principio pensé que no tendría problemas en ligar pero no fue así. No conocía a nadie y no sabía por donde moverme así que fueron pasando las semanas y estaba como se viene diciendo “a dos velas”. Yo no estaba acostumbrado y lo estaba llevando muy mal. Me planteé ir un fin de semana a mi casa pero estaba muy lejos y conllevaba bastante dinero y tiempo. Se me pasó por la cabeza quedar con algún desconocido por internet, pero aún esas cosas me daban reparo. En una ocasión me acordé de un garito del que me habló un amigo que había estado trabajando un año en esta ciudad, me comentó que era un sitio donde se iba solo para follar, tenía unos privados donde la gente se metía y se hablaba lo básico para ponerse de acuerdo para echar un polvo. Principalmente iban tíos y ocasionalmente alguna mujer. Alguna noche tuve la tentación de ir, pero la timidez y el reparo me lo impidieron. Así que lo único que podía hacer era masturbarme como un mono, y también usaba un consolador que me compré por internet con el que calentaba mi culo.
Con el tiempo hice amistad con un par de compañeros de clase que también eran de fuera. Un viernes, tras dos meses de dolorosa sequía, quedamos para tomar unas copas e intentar ligar con algunas chicas. Yo me preparé con esmero pensando que podía tener éxito aquella noche. Salimos los tres con muchas ganas y energías pero estas se fueron diluyendo durante la noche. Fuimos entrando en varios garitos donde entre copa y copa nos intentábamos presentar a grupos de chicas, pero siempre con un rotundo fracaso. Finalmente terminamos borrachos y más caliente de cómo comenzamos, y a eso de las tres de la madrugada mis amigos decidieron rendirse. Así que nos despedimos y cada uno se fue a su casa. De camino a la mía me acordé del garito que me comentó mi amigo. No estaba muy lejos de donde me encontraba, podía probar suerte allí. Estaba tan cachondo que me dirigí para allá. No era un sitio que se viera fácilmente pero afortunadamente recordaba el nombre y la dirección. Se encontraba en una calle estrecha, la entrada era un pequeña puerta con el nombre del sitio encima en neón rojo, parecía realmente un prostíbulo. Había dos chicos fuera hablando. Tras ciertas dudas cruce la puerta, al entrar me llamo la atención lo lúgubre que estaba el ambiente, era una gran sala iluminada por una luz rojiza, en un lateral había una barra con todo tipos de bebidas y a penas había alguna mesa alta o silla en la habitación. Había bastante gente aunque la mayoría eran tíos que rondarían de los 50 a 60 años. Me acerque a la barra y esperé que el camarero sirviera a unos tíos para pedirme una cerveza. Me dí cuenta que en el lado contrario de la barra había una puerta donde entraba y salían gente frecuentemente, me pareció que era la entrada a las zonas privadas que me dijo mi amigo. Noté como me empezaban a mirar mucho, me dí cuenta que era el más joven del lugar con mucha diferencia y eso debía despertar morbo. Eso me puso cachondo aunque a la vez me incomodaba. El camarero estaba tardando mucho y el sitio me empezó a incomodar más aún así que decidí irme. Salí y me dirigí hacia mi casa, pero no llevaba más de 5 pasos cuando escuche que me llamaban.
- ¡Eyy! ¡Perdona! ¡Chico!
Paré y miré, era un tío que acababa de salir del sítio y se dirigía a mí, claramente me había seguido desde dentro. Al acercarse a mí vi que era un tío que rondaría los cuarenta años, tenía un buen porte, era alto sacándome una cabeza, moreno con el pelo negro engominado, iba vestido bastante pijo con unos pantalones de pinza y una camisa blanca. Me sorprendió que no me hubiera fijado en él dentro. Cuando llegó a mí volvió a hablarme.
- Hola, te he visto dentro y te iba a invitar a una copa, pero te has largado muy rápido – me dijo mientras me examinaba de arriba a bajo.
- Si, es que ese sítio es un poco antro – le contesté
- Jajaja, si es verdad que no esta muy bien decorado ¿Lo conoces? ¿Has estando antes aquí? – me di cuenta que estaba indagando si sabía donde me había metido
- No, pero un amigo me habló de este sitio y vine a conocerlo, mi amigo me dijo que lo que menos buscaba aquí la gente es beber copas – le contesté sonriendo, creo que le quedo claro. Mientras le hablaba me di cuenta que llevaba un anillo de casado, el cabrón no lo escondía, eso me dio más morbo.
- Jajaja, si eso es completamente cierto…pues mira chico…yo lo que voy buscando es echar un buen polvo ¿tu me puedes ayudar? – me preguntó bruscamente sorprendiéndome. ¡Por fin! pensé, me empecé a empalmar solo con la proposición, nunca había estado con alguien tan mayor y era un total desconocido pero eso me ponía muchísimo.
- Yo te ayudo como tu quieras – le dije lo más lascivo que pude.
- Ufff ¡que bien! Pues vamos a buscar sitio – mientras lo decía comenzó a mirar a la puerta del sitio, noté que su paquete le abultaba bastante en el pantalón, debía estar ya casi empalmado, no veía el momento de sacarsela y probarla – pues mira chico este sitio esta abarrotado, tendríamos que esperar un rato a que quedara algún cuarto libre, si quieres te llevo a otro sitio donde estaremos más tranquilos y solos.
- Claro, donde me digas – en ese momento me daba igual el sitio, si me hubiera pedido que se la chupara allí mismo no lo habría dudado un segundo.
Nos pusimos en camino callejeando por el barrio, yo lo seguía sin saber donde íbamos exactamente. Estabamos en silencio, yo estaba completamente empalmado y me parecía que él también. No dejaba de mirarme de reojo, sobre todo mi culo. De pronto comenzó a hablarme:
- Ufff que suerte he tenido esta noche. Estás muy bien ¿Eres joven has estado con muchos chicos antes? – supe que estaba tanteándome.
- Con muchos, con chicos y chicas, pero sobre todo con tíos.
- Vaya, que suerte has tenido. La verdad es que tienes muy buen culo, deben pedirte la mayoría sexo anal – seguía tanteándome para ver que podía hacer conmigo, yo aproveché para calentarlo.
- Si, pero a mi me encanta que me lo follen, siempre pido que me la metan por el culo – note que eso le había excitado muchísimo, su paquete aumentaba por momentos.
- Ufff, vaya, pues a mi no me lo vas a tener que pedir, te lo voy a follar bien – me dijo muy excitado, se iba soltando poco a poco.
- Pero antes ¿dejarás que te coma la polla un poco no? Estoy deseando de chupártela – le dije, lo hice para calentarlo pero realmente lo decía en serio.
- Ufff, como me estás poniendo. Pues claro. El condón que llevo es de sabor a fresa, por si te da cosa … - claramente seguía indagando hasta donde podía llegar conmigo.
- Que dices, ¡ni se te ocurra!, me encanta el sabor de una buena polla.
- Jajaja, ¿y de su leche también? – me preguntó expectante.
- Uhmm, eso es lo mejor, no hay nada mejor que una buena corrida en tu boca.
- Ufff, como nos lo vamos a pasar – se notaba que estaba completamente empalmado, tenía el paquete a punto de reventar.
Tras unos 15 minutos andando llegamos a una avenida y cruzamos la calle directo a un edificio que había delante. Era una de las estaciones de autobuses de la ciudad. Entramos dentro, como era normal para esa hora no había nadie, se oía a lo lejos algún autobús que llegaba o se iba. Se fue directamente a una esquina del hall principal, íbamos directamente a los servicios de la estación, entramos en el de hombres. No había nadie dentro, estaba todo bastante sucio con un fuerte olor a pis. A la derecha estaban los urinarios de pared y al fondo los váteres con sus puertas, se fue directamente a éstos últimos. Yo me quedé dudando en la puerta.
- Venga chico, no es un sitio ideal pero estamos solos, ¿quieres probarla o no? – me dijo mientras se sobaba el paquete
Eso me hizo reaccionar y lo seguí. Estaba demasiado caliente para andarme con remilgos. Noté que no debía ser la primera vez que lo hacía allí porque se fue directamente a uno de los que más espacio tenía. Entramos los dos y cerro la puerta, aunque era más amplio que el resto estábamos algo apretados.
- Venga chico, siéntate en el váter que vas a probar mi polla.- me decía mientras se desabrochaba el pantalón.
Yo me senté obedientemente. El sitio olía mucho a orina pero me dio igual, estaba demasiado cachondo. Le ayudé a bajarse el pantalón y los calzoncillos saltando delante de mi cara su polla completamente empalmada. Era bastante larga, tenía el tronco delgado contrastando con la cabeza de su polla que era bastante gruesa y la tenía completamente cubierta de piel, la tenía desviada hacia la derecha, tenia bastante bello púbico aunque la polla y los huevos rasurados. Estaba roja e inflada. Solo con verla se me hizo la boca agua.
- ¿Qué?... ¿te gusta?... pues toda tuya… - el tío estaba fuera de sí y me zarandeaba su polla delante mía.
Yo no me pude contener más. La cogí con la mano y le pasé la lengua por toda la polla, saboreándola, desde la base hasta la punta y entonces me la metí en la boca, recorriendo mis labios el tronco de su polla de abajo a arriba mientras mi lengua lamía el prepucio, estaba tan excitado que no dejaba de salivar lo que lubricó su polla rápidamente. Entonces le cogí le cogí su polla con mi mano y le empecé a pajear, le salió su cabezón completamente de la piel, estaba gordo, rojo e inflamado. Me lo metí en la boca y lo empecé a saborear y succionar mientras lo pajeaba, la cabeza de su polla tenía un sabor fuerte, a sudor, líquido preseminal y un poco a orina, pero eso me puso aún más comenzando sin darme cuenta a chuparle la cabeza frenéticamente.
- Ufffff…por dios…como la chupas…¡joder!...como sigas así no voy a durar mucho – me decía con la cara completamente roja de placer.
Deje de succionarle el capullo y me propuse a tragarme su polla entera. Abrí la boca y me la empecé a meter poco a poco hasta el fondo, cuando su cabezón llego al fondo relajé mi garganta para seguir metiéndomela. No siempre me salía pero esta vez, a lo mejor porque su polla era delgada, conseguí metérmela hasta el fondo. Los pelos de su pubis me hacía cosquilla en la nariz y tenían un fuerte olor a sexo, le miré la cara que estaba completamente excitado mirándome. Cuando no pude más me la saqué, estaba muy hinchada y llena de saliva y babas mías. Yo estaba fuera de mí, estaba excitadísimo. Entonces la empecé a chupar recorriendo con mis labios todo el tronco de abajo a arriba succionándole la cabeza al llegar arriba, estaba muy lubricada con mi saliva lo que me permitía chupársela bastante rápido. El tío no dejaba de gemir, estaba disfrutando muchísimo. Me cogió con una mano detrás de la cabeza y empezó a imponer su ritmo, metiéndome y sacándome su polla de mi boca cada vez más rápido mientras cada vez gemía más. Notaba como no paraba de salir líquido preseminal de su capullo que yo deglutía con placer. Entonces noté como su polla caliente e inchada comenzó a tener como pequeños espasmos y aumento el líquido preseminal que salía de su polla. Me preparé para saborera su corrida, pero sacó rápidamente su polla de mi boca, cortando su orgasmo. Yo me quede con las ganas y veía delante mía como de su cabezón salía alguna gota de semen. Fui rápidamente a lamerlo con mi lengua pero la retiró.
- No, no, aún no me quiero correr…ufff he estado apunto ¡como te gusta chupar!...luego te doy tu ración de leche… antes quiero follarte el culo, ponte en pompa que te lo voy a follar – me ordenó mientras sacaba un condón del bolsillo de su camisa, efectivamente era rosa sabor fresa como había dicho antes y un botecito de lubricante.
Mientras se ponía el condón y el lubricante le hice caso obedientemente, me baje el pantalón y los calzoncillos, y me puse en pompa separando bien las piernas e inclinándome todo lo que pude con las manos en la taza del váter ofreciéndole mi culo que estaba completamente depilado. Entonces me cogí con las manos las cachas de mi culo y las separé todo lo que pude para dejar bien a la vista mi agujero. Hice un poco de fuerza para que se abriera aún más mi ano. La vista debía ser de lo más excitante porque esto lo puso como loco.
- Joder, joder, joder…que culo tienes…¡por dios!…- decía mientras acariciaba con sus dedos lleno de lubricante mi agujero, entoces metió uno de ellos por mi culo que entró con mucha facilidad- hijo de puta el niñato… que abierto tiene el culo…
Entonces puso la punta de su polla en mi agujero y la empezó a meter poco a poco, lo que más dolió fue la entrada de su capullo, después metió el resto de su polla entera que dolió menos. Luego comenzó a follarme lentamente, notaba un poco de dolor al principio. Me mordí los labios sabiendo que el dolor pasaría pronto, y efectivamente el dolor fue dejando paso un intenso placer en mi culo mientras metía y sacaba su polla completamente, cuando me dí cuenta estaba jadeando al ritmo de sus embestidas. Me cogió por la cintura mientras me enculaba y cada vez me la metía y sacaba más rápido jadeando y bufando ruidosamente. Cada vez me embestía más fuerte y notaba un placer intenso desde mi culo a mi polla, no me dí cuenta que yo estaba chillando ruidosamente, noté como me venía el orgasmo. Pero antes de que me corriera me la sacó de mi culo, lo noté vacío y bien abierto.
- Ufff… me voy a correr ya… siéntate que te voy a dar tu ración de leche
Me volví a sentar en la taza del váter, notaba mi culo dilatado y dolorido. Se quito el condón apareciendo su polla delante de mi cara inmensa, roja, grande y con las venas dilatadas. Fui a chupársela pero me la apartó.
- No, abre la boca…ufff… te voy a regar con mi leche – me dijo fuera de sí, nunca se habían corrido así conmigo y me excitó muchísimo la idea, eche la cabeza para atrás, abrí bien la boca y saque la le lengua para que la regara bien con su leche – así…así…muy bien…ahhhh
Se comenzó a pajear delante de mi cara compulsivamente y comenzó a correrse mientras jadeaba brutalmente. Empezó a salir su leche a propulsión, el primer chorreon fue a mi frente, luego noté como dos chorreones más salían propulsados a mi pelo, luego varios a mi frente, ojo izquierdo y mejilla izquierda. Tuve que cerrar los ojos. Parecía que no tenía fin no paraba de sentir semen cayendo en mi cara mientras el cabrón seguía bufando y jadeando. Finalemente los últimos cayeron en mi boca y lengua. Notaba toda mi cara llena de semen, era bastante espeso y viscoso aunque notaba algunas gotas bajar por mi cuello. Tenía un olor muy fuerte, prácticamente tenía toda mi nariz colapsada con el olor de su corrida. Todo esto me tenía muy caliente, mi polla estaba a punto de reventar. Abrí el ojo derecho que tenía limpio, el tío estaba con su polla en la mano con una cara de relajación tremenda. Le mire a la cara mientras metía mi lengua en la boca y saboreaba su semen, a pesar de ser los ultimos chorreones había llenado mi boca de corrida, también sabía muy fuerte, me lo tragué todo.
- Ufff…que polvazo…¡que rico!...que cerdo eres… me has puesto muy cachondo marrano- decía mientras se ponía los pantalones y la correa, se saco un pañuelo del bolsillo- toma te lo regalo para que te limpies – y acto seguido se fue.
Me dejó con la polla tiesa y con un dolor de huevos tremendo. Vi que su pañuelo tenía unas iniciales y me di cuenta que ni sabía su nombre. Note como su semen recorría mi cara. Saque la lengua y empecé a saborearlo mientras me pajeaba, recogía semen de mi cara con mi dedo índice y me lo metía en la boca saboreándolo, notaba el sabor fuerte de su semen en mi boca y su olor en mi nariz. A penas me la sacudí diez veces y me corrí con grandes jadeos.
Acto seguido me limpie con el pañuelo que me lo guardé, era mucho semen así que me tuve que lavar la cara antes de salir. Nada más salir del baño volvía a estar empalmado, aquello me había puesto más caliente aún, además el olor y sabor a semen no desaparecía de mi boca y nariz y eso me ponía mucho. Cuando llegué a casa me fui directamente a la habitación, me quite la ropa, me puse en pompa en la cama y me metí mi consolador, tenía el culo bien dilatado así que entró fácilmente y me empecé a follar el culo con él. Recordé que tenía el pañuelo lleno de semen, lo cogí y en la misma posición mientras me follaba el culo comencé a lamer el semen que aún quedaba en él. Apenas lo lamí dos veces me volví a correr.
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