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Eran cerca de las 12 de la noche cuando iba para casa. En el camino a mi casa, había una zona en obras. Estaban levantando la calle para colocar nuevas tuberías de desagüe. Pues habían terminado de edificar esa zona, y aunque los edificios estaban terminados, no estaban habitados. Lo mismo pasaba con los bajos comerciales. Solo que en estos en algunos había indigentes durmiendo en algunos de los bajos.
A la fuerza tenía que pasar por esa zona, para ir a mi casa. Entre la acera por la que iba yo, había una zona más elevada, y allí era donde tenían almacenado las tuberías. Desde allí se podía pasar a la parte donde estaban los edificios, y bajos comerciales, en los que en algunos se veía a varios indigentes, los cuales se aprovechaban de la noche, para entrar en ellos a dormir.
Cuando me iba aproximando a la altura de donde estaban las tuberías almacenadas, pude ver a un hombre; era un indigente; al principio pensé que debía estar meando, pues a la distancia que estaba, me daba esa impresión. Cuando estuve a su altura, pude ver que lo que estaba haciendo, era lo que yo había pensado; estaba meando; el ni se inmutó; giró la cabeza hacia donde yo pasaba, y al verme, lo que hizo, fue enseñarme la polla, y ponerse a masturbarse, haciéndome señas con la cabeza, para que le viera la polla; tenía un buen rabo, y se le notaba que estaba empalmado, o al menos eso me parecía, ya que se le notaba algo erecta.
Según iba pasando, seguía haciendo señas con la cabeza, para que yo me acercara a donde estaba él. Yo no esperaba esa situación, por lo que reaccioné, mirando hacia atrás, y hacia la acera del otro lado de la calle, por ver si pasaba gente, o se veía a alguien.
¡Dios! Que nervios y excitación sentí al mismo tiempo. Un indigente enseñándome la polla, e invitándome a ir a junto del. Anduve unos metros siguiendo mi camino, mientras dudaba en acercarme a ver que pasaba, o seguir camino a mi casa. La verdad es que ese día andaba caliente, e iba preparadito para todo lo que pudiese pasar. Hasta llevaba el culito limpito, ya que no hacía ni 2 horas que me había duchado, y preparado el culito por si encontraba alguien que me lo quisiera follar. No habiendo encontrado nada, iba camino a casa, cuando me encontré aquella situación inesperada.
Paré unos metros más adelante, metí la mano en el bolsillo para sacar el paquete de tabaco, y sacando un cigarro lo encendí. Una vez encendí el cigarrillo, me dispuse a dar vuelta, y ver que pasaba.
Aquella situación, me hacía subir la adrenalina, y me excitaba a más no poder.
Al acercarme de nuevo, el indigente, se percató de mi maniobra, y ahora hacía más señas, enseñándome toda su verga, y huevos, señalándome con la cabeza hacia las tuberías.
Cuando me acerqué y estuve a su lado, me pidió que le cogiera la polla. Mientras yo tiraba el cigarrillo, él cogió mi mano, llevándola a su verga. Tan pronto noté su polla, se la agarré empezando a acariciarla, descapullando la cabeza de aquella verga, que no estaba nada mal; oooooh, suspiró el indigente, al tiempo que me abrazaba con sus brazos, y empezaba a tocarme por todas partes, metiéndome mano, y acariciando mi culo.
Chúpamela un poquito me dijo, a la vez que con su mano, me iba agachando la cabeza. Abrí la boca, y empecé a meter aquella polla en mi boquita; ¡joder!, sabía a meos, la muy cabrona, y era claro, que estaba meando cuando yo pasaba y lo vi. Lo que sí noté, era que la tenía bastante limpia.
Él me agarraba la cabeza, empujándome hacia su pelvis, haciendo que tragara toda aquella verga; aaaaah, que gusto, decía, mientras yo tragaba toda su verga.
Mientras le iba chupando aquella verga, con una mano, le acariciaba los huevos, y la otra me sujetaba en su cadera. Fue entonces cuando se disponía a desabrocharme el cinturón, a la vez que suspirando, aaaah, putito, me dejas que te la meta en el culo, me decía. ¡Ay!, que gusto, estás buenísimo, maricón, ¿anda, deja que te folle ese culito que tienes?
Sacando la polla de la boca, me incorporé, y le comenté, que mejor era que fuéramos hacia los tubos, ya que así estaríamos tapados por los mismos, y no allí, que cualquiera que pasara, nos iba ver.
Ya me había soltado el cinturón, y empezado a bajar el pantalón y slip, cuando empezó a coger mis huevos y polla, y acariciándomelos con una mano, con la otra, empezó por detrás a empujar más para abajo el pantalón y slip, metiendo una mano por mi culo, intentando buscar mi agujerito. Tan pronto dio con él, metió un dedo en mi culito, mientras con la boca, iba besando mi cuello, buscando mis labios; aaaaah, que bueno estás, como te voy follar ese culito, mmmmm, joder, como me gustas, ya verás que bien lo vamos pasar.
Vamos para ahí, le señalé, mientras me sujetaba los pantalones, para que no me cayeran al suelo. Con una mano en mi culo, y la otra agarrándome por el brazo, me metió por entre las tuberías, y me dijo, que fuéramos hacia aquel bajo, señalando el mismo. Allí tengo mis cosas, y podemos acostarnos.
¿No hay nadie contigo? Le pregunté. No, me contestó, solo está un compañero, pero debe estar dormido, y además no nos molestará.
Entramos en el bajo, y me llevó hacia una esquina, donde había unos cartones en el suelo, con unas mantas, y otros enseres. En otra de las esquinas, había otra persona, durmiendo sobre unos cartones; estaba tapado; por lo que no se le veía.
Empezó a bajarme los pantalones y slip, mientras yo hacía lo mismo con su pantalón. Como cinturón, traía un cordón, sujetando los mismos, y debajo de estos, no traía nada, así que tan pronto le solté el cordón, le cayeron los pantalones al suelo, quedando con la polla al aire mirando hacia el techo de dura que la tenía. Le agarré la misma, y empecé a menearla suavemente, mientras el me iba despojando de mi ropa.
Ya tenía los pantalones y slip en los tobillos, mientras con sus manos, iba desabrochando mi camisa, para terminar sacándomela, y tirarla hacia un costado de los cartones. Me hizo sacar los zapatos, para así sacarme el pantalón y slip, el cual los tiró junto a la camisa.
Terminó de sacarse su ropa, cuando se abrazó a mi, y besándome la boca, me fue llevando donde estaba una manta, sobre los cartones, a modo de cama. Me iba diciendo, que bueno estás, mmmmm, mientras me agarraba mi polla, y me la meneaba suavemente.
Quedamos de pie encima de aquella manta, mientras él no paraba de magrearme por todas partes, besándome, y haciendo que le comiera la lengua que metía en mi boca, con desesperación y lujuria.
Joder, como me pones, putito, mmmm, estás buenísimo, cabrón, y que calentito estás. Te voy dar por el culo toda la noche, mi amor. Tengo los huevos cargados de leche a tope. Llevo 5 días sin correrme, pero esta noche, me vas dejar bien satisfecha la polla, con ese culito. Joder, que culito tienes, si fueras una tía, me casaba contigo, aaaah, no paraba de hablar, mientras me magreaba por todo mi cuerpo, acariciaba mi polla, metía sus dedos en mi culo, mordisqueaba mis pezones que estaban duros y erectos, por tanta excitación que estaba sintiendo.
Yo ya estaba más salido que una jauría de perros. Tenía la polla que me reventaba, y el culito, que empezaba a palpitar de caliente que lo tenía, y con ganas de que lo follaran.
Me cogió por los hombros, y con sus manos, me iba agachando para que le volviera a chupar la polla, que la tenía tiesa, como una estaca. La metí en la boca, y empecé a chuparla, metiendo hasta el fondo de mi garganta; aaaaah, que gusto, putito, que boca más calentita, aaaaah, como me gusta.
Mientras yo sacaba y metía su polla en la boca, hasta el fondo, haciendo que me tocara la campanilla, con otra mano, le iba acariciando los huevos; mmmm, que delicia de polla, y que dura y caliente tenía la verga el muy cabrón.
Llevábamos un buen rato así, cuando con sus manos me levantó, y pidió que me acostara encima de la manta. Me puse boca arriba, empezando él a acariciarme todo el cuerpo, mordiendo mis pezones, que estaban duros y excitados como nunca, para luego morder mi cuello, cosa que me hacía estremecer de placer; ooooh, aquello me estaba haciendo delirar de tanto gusto, y me volvía loco.
Fue bajando hasta mi polla, para meterla en su boca, y dando unas mamadas, se colocó con sus pies a mi cabeza, para que así, le pudiera chupar yo la suya. Mientras me chupaba la polla, con una mano, fue buscando mi agujerito, metiendo un dedo, cuando lo tuvo a su alcance.
Ay que culito tienes, putito, como te lo voy follar, mmmm, como me gustas, aaaah, putito, que bueno estás, ya verás que bien lo vamos pasar esta noche.
Después de un buen rato, y abrirme bien el culo, metiendo hasta 2 dedos dentro, me indicó, que me pusiera boca abajo, dejando mi culo a su entera disposición.
Me giré, y estirando los brazos, esperé que él se colocara. Se puso encima mía, y metiendo sus brazos por debajo de los míos, puso sus manos en mi nuca. De esta manera, me tenía bien sujeto, haciendo que mi culo, se respingara hacia arriba; quería tenerme bien sujeto el muy cabrón, y que no pudiera moverme, cuando me fuera meter aquella verga tiesa y dura.
Me hizo abrir mis piernas para colocar las suyas, y tener buen acceso al agujerito de mi culo. Cuando tenía su polla en la entrada de mi culo, me ordenó que levantara un poco mi culito, mientras él, empujando con sus manos en mi nuca, con su pelvis me dio una estocada, metiendo toda su verga de una sola vez, hasta lo mas profundo de mis entrañas; aaaah, exclamé cuando me clavó toda su verga.
Tranquilo, ya te la he metido toda, oooooh, que gusto, ya la tienes toda dentro, putito, ooooh, que culito tienes, mmmmm, mientras empezaba a mover sus caderas lentamente.
Dios, nunca me habían metido la polla en aquella postura, notaba como chocaban sus huevos en mi culo, y como se ponía tieso para follarme más profundo, sin prisas, y clavándome aquella polla lo más profundo que podía. En esa postura, lo más incómodo, era mi cabeza, que no sabía como ponerla. En un momento la puse de lado, mirando hacia donde dormía el compañero. Estaba así, cuando miré como el compañero ya estaba despierto, y viendo como estábamos follando; bueno, más bien me estaban follando.
Le comenté que su compañero nos estaba viendo, pero él dijo, no te preocupes, a él también le gusta follar con putitos.
Joder, el no paraba de cabalgarme, y cada vez tenía la polla mas tiesa, y con ganas de soltar toda la leche que tenía en los huevos.
Dando unas culeadas más lentas y profundas, el indigente que me estaba cabalgando, empezó a llenarme el culo de leche; oooooh, me corro, me corro, me corro, oooh, que gusto putito, que gusto me has dado.
Se quedó unos segundos encima de mi espalda, y con su polla dentro de mi culo, empezó a besarme la nuca, diciéndome; aaah, que bueno estás, tienes un culito divino, putito, y estás bien cachondo.
Metió su mano por debajo de mi vientre, buscando mi polla, empezando a hacerme una paja, mientras estaba encima mía, y con su polla saliendo de mi culito.
NO no, le dije mientras le cogía la mano. Deja que no quiero correrme. Ya había soltado bastante semen, mientras me estaba dando por el culo.
Se puso de pié, mientras yo me ponía de rodillas para incorporarme poco a poco.
Me cogió la cabeza con sus manos, y arrimó su pelvis a mi cara, diciéndome, chúpame la polla y déjamela limpita, putito, ya verás que leche más rica tengo.
Metí su polla que ya se estaba poniendo flácida en la boca, y sujetándola con una mano, le chupé toda la polla, dejándosela bien limpita y reluciente.
Ay putito, si sigues me vas empalmar de nuevo. Que boquita y culito, más rico tienes.
Me dijo si quería dormir allí con él, o quería marcharme. Si te quedas, antes de que amanezca, te doy otras 2 folladitas a ese culito tan rico que tienes.
Me tumbé en la manta, y así en pelotas como estaba, nos metimos los 2 debajo de ella. Se acurrucó a mi lado, y abrazándome, me daba besos por mi cuello, mientras con sus manos, acariciaba mis pezones.
En un momento acercando su boca a mis orejas, las empezó a morder, mientras me decía que si yo quería hablaba con su compañero, y hacíamos un trío. Le dije, que por mi no había problema, que no me había corrido, y estaba más caliente que cuando empezáramos.
Se levantó, yendo hasta donde estaba su compañero, y después de hablar con él, venían ambos, para donde yo estaba.
El que acababa de follarme, estaba en pelotas, y el otro, en cuanto llegó, se empezó a poner en pelota picada, terminando por tumbarse a mi costado, abrazándome, mientras con sus manos empezaba a acariciarme el pecho, la polla, y huevos, para con su boca, darme besos por la cara, mientras suspiraba; uffff, como me habéis puesto de caliente.
Con mis manos agarré su polla que estaba como un fierro de dura y caliente. La tenía algo más grande que su compañero. Lo que sí noté, es que era mucho más joven; este no pasaba de los 20 años, y era bastante guapo.
Me bajé hasta su polla, y acostado como estábamos, se la empecé a chupar. Tan pronto la metí en la boca, dio
Un suspiro de placer; oooooh; y agarrando con sus manos mi cabeza, me enterraba su polla en la boca, dando unos meneos a su pelvis, que me hacían llegar su polla hasta las amígdalas.
Ay que gusto, decía. Ay como me gusta, sin parar de mover su pelvis, y con sus manos, agarrar mi cabeza.
Mientras el otro indigente, se colocó al otro costado, y con sus manos, me acariciaba los huevos, e iba introduciendo 2 dedos en mi abierto culito. Además me decía, ay putito, como te vamos follar esta noche, te vamos dejar bien preñado, y llenito de leche este culito rico que tienes.
Ya no podía chupar más, ya que las mandíbulas, parecía que se me iban desencajar.
Entonces el indigente que me la tenía metida en la boca, me pidió que me levantara, y levantándose él, me agarró por la espalda, y me pidió que se la dejara meter en el culo.
Me hizo poner las manos en el suelo, estando de pié, y cogiéndome por las caderas, arrimó su polla a mi culo, para ir metiendo toda aquella verga, despacito, hasta que me la metió toda; oooooh, que gusto, mmmm, que calentito tienes el culito.
Joder, ya volvía a tener el culo lleno de polla, y ser cabalgado de nuevo, aaaah, que placer me estaban dando esa noche, 2 indigentes me estaban follando, me tenían el culo bien abierto, y me iban preñar de leche el culito.
El otro indigente se colocó delante, y llevando su polla hasta mi cara. Me la metió en la boca, para que le volviera a realizar una mamadita, mientras el otro me daba por el culo.
Como pude abrí la boca, y empecé a succionar aquella polla que ya me había dado por el culo, y que empezaba a estar morcillona de nuevo.
Mi polla ya empezaba a gotear semen mientras se bamboleaba con el impulso de la culeada que me daba el otro indigente; ooooh, como me estaban poniendo aquellos 2 indigentes, mmmmm, me estaba derritiendo de gusto. Estaría toda la noche dejando que me dieran por el culo aquellas vergas, y me lo dejaran bien llenito de leche.
El que me estaba culeando, no paraba de gemir, mientras me clavaba sus dedos en mi cadera, y golpeaba mi culo con su pelvis, y huevos; ooooh, ya me voy, oooh, me voy, y enterrando su polla en lo más profundo, empezó a correrse.
Ay que gusto, que culo más bueno tienes putito.
Acariciaba mi culo con sus manos, mientras terminaba de descargar su polla dentro de mi culito. Joder que culo más caliente tienes, decía, mientras su pelvis y huevos, los arrimaba más a mi culo, para así enterrarme más su polla, y notar el calor de mi culito.
El indigente exhibicionista, que me folló primero, y ahora me estaba metiendo la polla en mi boca, ya estaba empalmado de nuevo, y me decía, ay putito, te voy follar otra vez ese culito.
El otro sacó su polla de mi culo, , cuando terminó de correrse, y acariciando mi culo y espalda, metió un dedo en mi culo, mientras me decía, joder que tienes el culito bien abierto y calentito, se te va saliendo el semen, y escurriendo por las piernas, putito.
Deja que le voy meter otra vez mi polla en ese culito, le decía el exhibicionista, y poniéndose a mis espaldas, me agarró por las caderas, volviendo a meterme la polla en el culo, por segunda vez en la noche.
Ay que gusto, como resbala la polla dentro del culito, putito, lo tienes bien lubricado, con tanta leche.
Ay dios, ya empezaba a estar cansado y las piernas se me doblaban de tanto gusto que me estaban dando, y por la postura en que me tenían, para ser penetrado por aquellas pollas.
Mi polla más que un goteo, ahora parecía un chorrear continuo, ya no la tenía tiesa, y con el vaivén de las embestidas, iba salpicando por todas partes. Los huevos, me colgaban más que nunca, y la polla más que tiesa, ahora estaba morcillona, y soltando semen, seguido. Cosa que vio el otro indigente que no paraba de acariciarme. Joder, el putito suelta semen seguido por la polla. Parece que está teniendo un orgasmo.
Joder si que debe estar bien caliente, y mira como gime el muy maricón.
La verdad, es que me estaba derritiendo de gusto; ooooh, que sensación de placer, no deseaba que aquello acabara, pero las piernas se me doblaban, y en cualquier momento me iba caer al suelo.
Uffffff, ya no puedo más, solté.
Y le pedí al que ahora me volvía a dar por el culo, que mejor cambiáramos de postura, que ya no podía más.
Déjame tumbar en el suelo y ahí me sigues follando.
Me puse boca arriba encima de la manta, y le pedí que me subiera las piernas, y me la metiera así. Él se puso de rodillas, y le ordenó al otro que se colocara junto mi cabeza, y me sujetara las piernas. Así lo hizo, mientras el otro colocaba la polla en la entrada de mi culito, el cual ahora le quedaba a su merced, y echándose encima mía me volvió a meter su tranca en mi abierto culito; aaaaaah, que gusto me das, putito, como resbala la polla en tu culito.
Uffffff, me tenía bien ensartado. En aquella postura, el culo se abría mucho más, y las culeadas que me daba, hacía que su polla me llegara más a fondo. Ahora además, delante de mi cara, tenía la polla colgando del otro indigente, la cogí con la mano, y la metí en la boca, dando este un suspiro; ooooooh, joder que le gusta la polla, si que eres bien maricón.
Ahora tenía en mi boca la polla morcillona del último en follarme, mientras el otro le daba la segunda follada a mi culito caliente.
Estaba sudando, y gimiendo sin parar, mientras el que me estaba dando por el culo, no paraba de decir, ay que gusto, ay que gusto, mientras me enterraba su verga en el fondo de mi culo.
Notaba sus huevos chocar con mi culo, cada vez que me enterraba su polla, y con el movimiento de su pelvis, su barriga me estaba masajeando la polla y huevos, por donde empezaba a subirme un gustito, el cual no era otra cosa que la eminente eyaculación de mi polla; oooooh, empecé a gemir, oooooh, me corro, me corro. Y mientras mi esfínter se contraía, al estar eyaculando mi polla. Cosa que notó el que me estaba dando por el culo, y decía, joder, como me aprietas mi polla, putito, joder que gusto; aaaah, sigue, sigue, aaaaah, me estoy corriendo de nuevo, aaaah, como me exprimes la polla, oooooh, que gusto. Y dando una culeada a fondo, se paró, dejándome
La polla bien clavada en mi culo.
Mientras el otro indigente que me sujetaba las piernas, y me tenía la polla en la boca, al empezar yo a suspirar y gemir, sacó la polla de mi boca, y colocando sus huevos sobre mi frente, empezó a menear su polla, hasta que se corrió en mi boca y cara. Gemía el muy cabrón, aaaaaaah, que maricón eres, aaaaah, mira que eres bien caliente, mientras volvía a meter su polla en mi boca, y dejar que terminara de salir todo su semen.
Con una mano, le agarré la polla, sujetándola, para que no saliera de mi boca, tragando toda su leche, y dejándosela limpita y reluciente.
Tumbados así, estuvimos unos 45 minutos, mientras no paraban de acariciarme por todo el cuerpo, y con 2 dedos, hurgar en mi culo, diciendo, lo putita que era, que estaba bien cachondo, y que calentito era mi culito. La verdad es que se cansaron de magrearme y meterme mano por todas partes.
Cuando me levanté de aquellos cartones y manta que ahora nos cubrían, encendí un cigarrillo, ofreciéndoles otro a ambos, el cual aceptaron, y fumamos así como estábamos, totalmente en pelotas. Mientras me pedían que me quedara con ellos hasta que amaneciera, por lo menos, que en cuanto se recuperaran, me volverían dar por el culo, y si quería podía ser su putita, que iba tener mi culito bien atendido.
Fumamos otro par de cigarrillos más, mientras tumbados en la manta, no paraban de manosearme, tanto me manosearon, que ya volvía a estar caliente, con la polla tiesa de nuevo, al igual que el indigente más joven, que ya tenía otra erección, mientras el otro, solo tenía la polla morcillona.
Se levantó el indigente más joven, y agarrándome del brazo, me pidió que fuera con él, que me quería follar otra vez.
Me llevó hasta una especie de banco que allí tenían, y sentándose en él, me pidió que me sentara sobre sus piernas, mirando hacia él. Puse las piernas para el otro lado de aquella especie de banco, y poniéndome de pié, me arrimé hacia él, dejando que él agarrara mi culo, y según me iba sentando, me iba metiendo su polla erecta, por el ojete de mi culo.
Uffffff, ya me estaba entrando aquella verga de nuevo en mi caliente y vicioso culito; ooooooh, ya la tenía toda dentro, ooooh, que placer, estaba sentado sobre sus piernas, notando su polla toda dentro, y los huevos tocarme el ojete de mi culo.
Me empezó a subir con sus manos, mientras me decía, aaaaah, maricón, que gustito me das, mmmm, que culito mas rico, joder, oooh, me vas dejar deslechado esta noche, pero yo te voy preñar ese culito con mi leche.
El otro indigente, se estaba haciendo una paja a nuestro lado, mientras miraba como me follaba su compañero.
Con tanto sube y baja, mientras me metía aquella polla en el culo, me volví a correr mientras me follaba allí sentado. Solté toda mi corrida, en su pecho y barriga mientras gemía, oooooh, me corro, me corro, me corro, oooooh, que gusto, como me gusta que me metan la polla en el culo, mmmmm.
El joven indigente, ya sudaba y bufaba como un toro, mientras me metía con más fuerza su polla en mi culo; ufffff, soltaba por su boca, mientras daba con todas sus fuerzas, estocadas con su polla en mi culo.
De pronto empezó a dejar mi culo bien pegado a su polla, y subiendo toda su pelvis lo que más podía, empezó a correrse de nuevo dentro de mi culo; oooooh, ya me corro, ya me corro, oooooooh, exclamaba él.
Notaba como su polla iba saliendo de mi culo, mientras me iba escurriendo el semen que me habían metido aquella noche.
Mientras me abrazaba, me mordía el cuello, me metía su lengua en mi boca, saboreando mis jugos, y mordiendo mis labios.
Nos fuimos poniendo de pie, mientras yo agarrado a él, empecé a lamer todo el semen que tenía por su pecho y barriga, terminando por meter su polla en mi boca, y dejársela bien limpita.
Mientras tanto, el indigente exhibicionista, estaba haciéndose una paja, y ya debía estar apunto, porque me pidió, que abriera mi boquita, que me iba dar toda su lechita.
Me agaché, y cogiendo su polla con mi mano, la metí en la boca, empezando a realizarle una mamada, mientras el otro indigente, me acariciaba la espalda, metiendo 2 dedos en el agujero de mi culo, acariciando mis huevos, y terminando por realizarme una paja, mientras yo empezaba a tragar el semen de la polla que mamaba; ooooh, soltaba el indigente, mientras me llenaba la boca con su esperma.
Terminé de limpiarle bien la polla, y le pedí al que me pajeaba, que lo dejara, que ahora ya no saldría nada. La verdad es que lo que me estaba gustando, era el roce de sus 2 dedos en mi culo.
Me fui a por mi ropa, miré el reloj, y joder, ya eran las 5:30 de la madrugada. Por lo que me empecé a vestir, despidiéndome de ellos, y decirles que si seguían por allí, me podrían volver follar si querían, siempre que nos encontráramos, que a mí, me gustaba que me dieran por el culo, y que era bien caliente, que seguramente, la próxima noche, ya andaría salido de nuevo.
Y claro que volví la siguiente noche, volviendo a ser enculado por ambos, y así durante unas semanas, hasta que se tuvieron que ir de allí.
Me dieron bien de veces por mi culito, llenándolo bien de leche, al igual que mi boca.
Esa noche marché con el culo bien abierto, lleno de semen, y cansado de tanto follar. Claro que durante unas semanas que los estuve visitando algunas noches, el culo estuvo bien abierto, y sin falta de polla que lo enculara, y lo follara bien follado.
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