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Flirteandome

~~Por fin llega el día… esta noche saldre nuevamente con Victor y esta vez no pasara invicto… Resumiendo para mis nuevos lectores, soy Liz, una mujer de 27 años, encaprichada por enrolarme con Victor, un tipo de 50 con el que vengo coqueteando desde hace 6 largos meses y para entretenerme mientras el se decide a meterse con alguien que podria ser su hija, yo he estado contando mis historias.
 Esta semana ha estado llena de emociones fuertes, primero que todo el estreno ¡por fin! De Matrix Revolutions, segundo, el momento esperado de disfrutar de la presencia de Victor, tibio y susurrante, realizando una a una mis fantasias.
 Para los lectores Marqueze que me han acompañado durante estos meses de esperar con ansias este dia, todavía esperenme un poco mas hasta que les pueda contar lo que sucedera esta noche.
 Anoche, cuando surgio la propuesta y la cita, estuve con Victor en un sitio de tangos, (aclaro, no estoy en la Argentina, pero en mi pais se ama al tango como si de una sucursal de Buenos Aires se tratase), incluso intentamos bailarlos, pasos largos y estilizados al compas del bandoneon, la mirada fija, la expresión seria y los pies disociados del torso, haciendo figuras por el salon, sin hablar con la voz, dejando que los cuerpos se expresen… Encantador… ensayen a bailar tango en su proxima conquista, es una musica mucho mas sensual que el reggae o que la salsa suave o que la balada gringa. Por fin nos dimos unos besos cortos que me van llevando entre suspiros al pais del deseo. Un segundo congelado fue ese primer simulacro de un beso; en la mesa del bar nos quedamos viendo pasar un mesero que llevaba ron; al girar la cabeza en el mismo sentido quedamos cerca y entonces Víctor puso su boca sobre la mía un leve momento. Y ya, repitió eso mismo algunas veces. No sé cómo pude controlarme, lo único que yo quería era prenderme a su boca como un bicho y no salir de ahí jamás.
 Estoy realmente sorprendida. Ya saben que Víctor jamás dio alguna muestra verbal de deseo hacia mí; y anoche directamente me propuso ir a un hotel. Yo dije que no, pero hoy a las 7 de la mañana lo llame y le dije que si la propuesta seguia en pie, iría.
 Mientras tanto, voy a contarles otra historia real de mi vida, como es costumbre, para distraer los nervios, jajaja.
 CAPÍTULO SIETE. OJOS DEMASIADO BONITOS.
 Con 25 años cumplidos y un reciente cambio de ciudad, mi vida transcurria entre el trabajo y la universidad. Un dia llego a darnos unas clases extracurriculares un tipo venido de otro planeta. Bueno, no tanto, venido del oriente cercano, con su piel oscura y tersa, sus ojos almendrados y profundamente negros, el cabello liso y grueso que le hace una graciosa curva sobre la frente.
 Ya ni recuerdo sobre que eran las clases, me recuerdo mirandolo alelada y tratando de prestar atención a su acento inseguro. Al amparo de unas tazas de café, después de cada clase, mi sonrisa y mi charla descontrolada le iban diciendo a Kartik lo que suscitaba en mis entrañas. Unas ganas cada vez mas incontrolables de repasar el Kamasutra y sobre todo de saber mas de el y de su cultura milenaria.
 Un día salimos a recorrer la ciudad, era la segunda vez (la primera comimos helado y nos despedimos de besito en la mejilla), en su auto rojo (como la cancion) hablando de todo un poco. Llegamos a uno de los centros comerciales mas bonitos que hay en esta ciudad y nos sentamos en un barcito delicioso, con musica en vivo, luz de velas y todas esas cosas que amplian la pupila de puro gusto. Pedimos vino caliente y entonces se quedo en silencio, nada mas mirandome, sometiendome al hechizo de esos ojos almendrados, es decir, alargados y amplios en el centro, poniendo a brillar todas las promesas del mundo para mi, solo mirandome. Yo me sentia subir y bajar y volar y girar por todo el bar solo con esa mirada y no era el vino, lo aseguro. Nunca habia sentido un hechizo de placer de esa manera, solo mirando unos ojos. en un momento me dijo “estamos perdiendo el tiempo aquí” pagó la cuenta y nos fuimos, en el camino me pregunto “adonde quieres ir” y yo no conteste nada, estaba con los ojos fijos en el parabrisas, completamente sometida a su voz. Entro el carro a un sitio para parejas, parqueamos, yo me baje detrás de el y durante todo el tiempo estuve muy nerviosa, apenas entramos y cerramos la puerta, ahí de pie, sin soltar los abrigos, fueron los besos, su lengua castigandome pero yo no queria cerrar mis ojos solo queria ver los suyos, sus cejas que se arqueaban demostrando la pasion que sentia por mi. Su mirada se fue tornando perversa, casi diabólica, evocando en mí todos los temores infantiles al demonio, que en ese momento no me asustaron, sino que me exitaron al máximo. Kartik se separó de mi y me miró, tenía la boca entreabierta con los dientes apretados como en una metamorfosis contenida. Aun con ropa y de pie, me puso contra la pared y empezo a empujarme con su pelvis en mi pubis, imitando el movimiento del coito y sintiendo como su pene crecia. No hubo una sola palabra.
 Luego nos quitamos la ropa, el la mia y yo la de el, sin muchas ceremonias quedamos desnudos y calientes, todavía de pie. Se puso el condon y volvió a mirarme como en el bar, con un afecto milenario, casi senti el aire llenarse de olor a incienso.
 Nos besamos con un beso tierno como adolescentes y ahí cerre los ojos. Luego senti sus manos en mis brazos que de un empujón seco me arrojaron a la cama, se abalanzó sobre mi y volvio a besarme, esta vez apasionadamente, mientras me tomaba la cara con sus manos. Girando sus caderas busco la ubicación precisa y yo abri mis piernas como una gimnasta de un extremo a otro de la cama. Kartik puso su frente sobre mi hombro izquierdo y se impulso adentro de mi con un ritmo lento y seguro, cuando estuve penetrada volvio a mirarme con la mirada perversa y el gesto tenso, como si de un acto mistico se tratara empezo a martillar con su pene el interior de mi agujero que tanto lo deseaba.
 No hubo ni la mas minima molestia por el condon, que con otros tipos me torturaba tanto, ese dia estaba tan humeda que podia haberse quedado toda la noche alli bombeandome. Su movimiento era tan perfecto y veloz que yo no necesitaba moverme, apenas ritmicamente movia mi cintura para acompañar sus impulsos. Mientras me subía el placer empece a buscar de donde agarrarme y me asi del espaldar de la cama, entonces el arrastro sus rodillas hasta quedar debajo de mi cola y con un agil movimiento quedamos sentados, yo sobre el y al ver esto, le sonrei y lo impulse hacia atrás hasta dejarlo acostado y yo arrodillada sobre el. Asi fue una genial vuelta de 180 grados, totalmente improvisada.
 Nos seguimos mirando y esta vez la mirada era de expertos; ambos sabíamos bien lo que estabamos haciendo, eramos dos adultos teniendo sexo y buscando placer en el otro cuerpo. Que polvo tan filosofico.
 Empece a subir y bajar por su miembro, lo mas rapido que pude y el empezo a manejarme de la cintura para ayudarme a acelerar, sin embargo no podia hacerlo tan rapido como el, asi que deje de apoyarme sobre las rodillas y me puse sobre mis pies, lo que permitio mas control y velocidad.
 Estaba agotada, pero el queria mas, volvimos a girar, se puso sobre mi se puso mis pies en la cintura y acelero su ritmo de mete y saca por un delicioso y largo rato. En un momento se acosto sobre mi y puso su frente sobre mi hombro derecho, se estremecio largamente y se quedo quieto, como muerto. Luego siguió la que ha sido la mejor escena de después de un polvo: Se acosto a mi lado y siguió mirandome y acariciandome el rostro. Yo lo miraba tambien intentando descifrar como alguien pudo seducirme con los ojos. No podria describirlo pero sus ojos se iban directamente al fondo de mis entrañas. La carga emocional de esa mirada era tan fuerte que no fui capaz de soportarla, hable, rompi el silencio con cualquier estupidez.
 Entonces su rostro cambio y volvio a ser el mismo tipo inteligente y sonriente que me pidio amablemente que nos vistiesemos y nos fueramos de ahí, que al otro dia habia que trabajar.
 No hubo oportunidad de repetir porque un fin de semana, Kartik nos invito a mi novio y a mi a pasar unos dias con su esposa y otras parejas amigas de la universidad en una casa de campo y después de conocer a la mujer encantadora que es su esposa, me sentiria muy culpable de ponerle cuernos. A pesar de todo, tambien tengo mis limites y algunos valores familiares deben ser preservados.
 Me gusto mucho recordar esta historia, pero ahora estoy pensando en la cita que tengo mas tarde con Victor. Las horas se resbalan angustiosamente lentas. Me he echado encima un vestido negro cortito, ajustado en la cintura y de faldita amplia, con una camiseta blanca debajo que le da un toque muy juvenil y unos zapatos de plataforma como los de Mafalda, medias negras y ha hecho un frio del carajo, pero quiero que Victor me vea asi, porque por lo general estoy algo desarreglada, tambien fui a la peluqueria y me hice alisar el pelo; estoy maquillada y arreglada como casi nunca lo hago. Y ademas estoy tan nerviosa como si fuera la primera vez o por lo menos la oportunidad de que la vida me recompense de todos los malos polvos de mi vida.
 Gracias por sus comentarios. Pueden buscar las 6 historias anteriores por mi mail

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