Fin de la prueba
Como comenté en relatos anteriores, ese día mi novio me puso aquella “prueba de reconciliación”, el juego consistía en que debía portarme como su putica, si lo cumplía volveríamos a ser novios. La verdad es que hasta ese momento, me había hecho un par de cosas un poco fuertes, pero nada malo en realidad.
Como yo había trasnochado el día anterior y para remate había experimentado esos orgasmos tan ricos y tan intensos, caí profundamente dormida. Al rato, no sé cuánto tiempo habría pasado, el me despertó, me dice sin más “ponte a mamar” me empuja un poco la cabeza hacia su pene. Ciertamente fue brusco, hubiera preferido que me despertara con un beso, lo miré con cara de reclamo. Entonces el dijo “recuerda que en este momento no eres mi novia, recuerda que eres una putita a la que tengo a sometida” entendí que era parte del juego y bajé a mamar como una puta, como lo que era en ese momento.
Ya el lo tenía parado, de primeras metí en mi boca todo cuanto pude, hasta la garganta, para luego ir sacándolo lentamente, pero chupando muy fuerte, estuve un ratito chupando y lamiendo. Luego el me pidió cambiar de posición.
Me subí sobre el cabalgándolo, el sacó de la mesa de noche un consolador anal que habíamos usado hacía ya algún tiempo, es de gel, rojo, mide una pulgada de diámetro y unas 5 ó 6 de largo. Comprendí en ese momento que me abrirían el culo, me asustó un poco porque aún no gano experiencia y suele dolerme, a veces duele más, otras veces menos, pero siempre duele. Una amiga dice que es cosa de acostumbrarse, pero yo aún no lo logro.
Yo estaba sobre él, abrazada, totalmente pegada a su cuerpo, meneándome. Como el también me abrazaba, mi culito quedaba entonces a su alcance, paradito, listo para ser penetrado. Este hombre vertió un poco de lubricante en mi culo. Colocó la punta del consolador en mi ano sin presionar mucho. Yo me quedé quieta. Entonces empujó poco a poco, la cabeza de aquel objeto abrió mi esfínter. No sé si por la excitación o por los hielos que en el encuentro anterior me habían metido en el culo. Pero para mi suerte la cabeza del consolador entró sin problemas, no hubo dolor.
Luego, esperó un poco a que mi culo se dilatará, para hundir un poco más el consolador. Cuando entró la parte más gruesa sentí dolor, pero tolerable. Tenía ya un poco más de la mitad dentro de mí. Entonces él me pidió que me moviera, comencé lentamente, el sostenía el consolador, sin hundirlo completamente en mi recto, por lo que mis movimientos producían un doble mete y saca, el primero, su pene en mi vagina, el segundo aquel pene de gel en mi culo.
Al comenzar a moverme, la excitación aumentó en mi, al estar penetrada por delante, comencé a sentir mucho placer, poco a poco aumenté el ritmo, al tiempo que mi culo se habría y lubricaba. No sentía ya ningún dolor en el ano. Era una sensación de placer, sentir el culo invadido y clavada también por delante. No puedo decir que aquel palo en el culo me habría hecho acabar por sí solo, pero lo sentí muy agradable.
Al ratito, sentía el orgasmo venir, por lo que comencé a moverme frenéticamente, el mete y saca en ambos agujeros era muy intenso. Así de pronto comencé a gemir y quejarme, el me decía “que rica estás” y cosas así. Entonces acabé muy intenso, ese sonido arrg escapaba de mí. Me quede en reposo y entonces el comenzó a moverse para hacerme venir nuevamente, de inmediato volví a acabar, es como si el orgasmo hubiera continuado.
Este hombre aún no acababa, entonces, tomó mi mano e hizo que tocará el consolador, cuando toqué el consolador, me di cuenta que estaba totalmente hundido en mi culo, estaba al tope, hasta esa base que tienen que impide entrar totalmente en el ano. Me sorprendí porque en ocasiones anteriores lo habíamos usado y me era muy difícil tolerarlo cuando estaba hasta el fondo. Esta vez había entrado por entero y yo ni cuenta me había dado.
Luego mi novio me pregunta “cómo sientes el culo?” yo respondo “bien mi amor” me pregunta “duele?” yo respondí “no, no duele, me arde un poco, pero nada más, lo siento abierto”.
Entonces él saco el consolador, sentí algo tibió que salió de mi culo, una sensación parecida, a cuando sale el semen del hombre cuando acaba dentro de una. Mi novio hizo entonces que me tocará el ano, lo sentía abierto y lleno de una especie de baba, el dijo “vez, estás toda lubricada, llena de baba, vez como a tu culito le gusta que lo cojan”.
Me pidió ponerme en cuatro patas, pensé “me va a clavar por el culo, pero tengo que dejarlo, después de todo estoy bastante abierta ahora mismo, no debe doler mucho”. Para mi sorpresa, clavo su verga en mi coñito, no en el culo como supuse. Eso sí, me tiró fuerte del cabello, haciendo quedarme derechita. Me bombeo un poco y luego me llenó de semen. Finalmente me hizo girar y que limpiara su verga con mi boca.
Luego me dijo que no estaríamos juntos hasta el día siguiente como me había indicado inicialmente, porque el salía de viaje en la noche. Entendí que lo dijo para asustarme y excitarme un poco, con la amenaza de estar a prueba 24 horas.
Finalmente, me dijo “tengo dos noticias, una buena y una mala, cuál quieres primero?” yo me sonreí, el siguió, “la buena es que lo hiciste muy bien, fuiste una putita de lo mejor, pasaste la prueba, así que volvemos a ser novios” yo pregunté “y la mala?” el dijo “como lo hiciste tan bien, vas a tener que ser mi puta obediente muchas veces más”. No dije nada pero me sentí entre orgullosa y avergonzada. Cambié el tema preguntando a qué hora debía salir para su viaje.
Así terminó ese día, pasé la prueba, pero estoy segura que vendrán muchas más.
Espero que te haya gustado y me regales tu opinión.
LO MEJOR QUE HE LEIDO, ME ENCANTÓ, SE DISFRUTA A CADA MOMENTO SOBRE TODO LOS DETALLES