Ahora que llega de nuevo el verano, recuerdo con ilusión mis experiencias estivales del año pasado.
Todas las mañanas iba con Carlos, mi mejor amigo, a hacer algo de ejercicio a una zona deportiva al lado del río, que decir, que a nuestros 21 años, nos importa bastante el estar en forma, y ya que durante el curso no podemos por falta de tiempo, el verano lo aprovechamos al máximo.
El ritual que hacíamos era siempre el mismo: llegábamos a las 10:00,nos cambiabamos en los vestuarios, entrenábamos hasta las 13:00, después una ducha fría y para casa. La verdad es que allí donde ibamos, a esas horas de la mañana, no solía acudir demasiada gente, pero en esto que un día estábamos corriendo y vimos como dos morenazas no dejaban de seguirnos con la mirada cada vez que pasábamos por donde estaban sentadas. Al día siguiente nos las volvimos a encontrar y ya nos decidimos a hablar con ellas y la verdad es que estaban pero bien buenas. Una se llamaba Sofía, que tenía 22 años, y la otra era Soraya, de 20. A partir de ese día, coincidimos con ellas todas las mañanas.
Al cabo de una semana, mientras nos estábamos duchando, le propuse a Carlos un plan para hacer con las chicas. La idea era sencilla: los vestuarios estaban cerrados de 14:00 a 16:00, les diríamos que diez minutos antes de cerrar fueran al vestuario de las chicas, que nosotros haríamos lo propio en el de los chicos. No habría ningun problema con el encargado, porque antes de cerrar nunca miraba a ver si quedaba alguien dentro, únicamente daba unas palmadas para avisar del cierre.
Una vez nos hubieramos quedado solos, haríamos una "pequeña fiesta", siempre con el consentimiento de ellas, claro, pero sin explicarles exactamente que tipo de fiesta era. Cabe decir que nos sentíamos muy atraídos por ellas, y estábamos seguros que ellas por nosotros tambien.
Carlos entendió enseguida la idea, y vaya si lo hizo, que sólo de pensarlo le vino una erección del quince. Al rato noté como mi polla seguía la misma conducta, y como estábamos allí sólos en mitad del agua, nos hicimos una paja super rápida pensando en nuestro plan, cada uno con la suya, je je.
Al día siguiente se lo "explicamos" a las chicas, diciendoles que si querían pasar un par de horas de diversión. Ellas aunque al principio renegaron, acabaron accediendo, y le explicamos lo que tenían que hacer, unicamente que se quedaran en los vestuarios femeninos esperando
nuestra señal.
En esto que llegan las 14:00 y el encargado avisa del cierre con las dos palmadas al aire, y oímos cerrar la puerta. Un mínuto después, sin aún haber venido las chicas, nos desnudamos y nos dirigimos a las duchas. Abrimos el grifo (esta era nuestra señal, que ellas no conocían), y dejamos que el agua nos empapara todo el cuerpo. Al rato aparecieron Sofía y Soraya, y nos dijeron que si nos parecía bonito todo aquello, en ese momento supe que iban a acceder a lo que les
propusieramos. Por ello, les invitamos a compartir la ducha con nosotros. Nos dijeron que se lo iban a pensar y desaparecieron, pero al
rato entraron por la puerta sin nada de ropa encima, ay!! estaban mucho más buenas de lo que yo pensaba. Por puro instinto, Soraya se puso
conmigo, y Sofía se fue con Carlos. Y nos empezamos a besar. Despues de agarrarle bien el culo a Soraya, noté como mi polla crecía y crecía. Mi giré y vi como Sofía estaba manoseando la polla de Carlos, que estaba ya bien estirada. En esto que me aparto un momento a coger dos
preservativos que había puesto en un lugar visible, y le paso uno a Carlos, pero Sofía se lo cogío, y se lo puso con la boca.
Yo no tuve tanta suerte y me lo tuve que poner yo mismo, pero luego Soraya dejó que le besara todo el cuerpo, empezando por el cuello, bajé por las tetas, oh que hermosos pechos tenía, firmes y duros como a mi me gustan, y acabé comiéndole el coño, y no veais como lo disfruté, pero ella más. La cogí por el culo, la llevé contra la pared, y allí la follé como nunca antes lo había echo, mi primer polvo salvaje. Antes de corrernos me paré, sabía que todo esto podía dar más de si. Busqué a
Carlos con la mirada, y vi que estaba disfrutando como nunca el muy cabrón, con la pedazo de mamada que le estaba haciendo Sofía. Sin yo decirle nada, Soraya se agachó y me la comió. Yo estaba superexcitado, tanto que mi polla parecía que iba a reventar.
Le dije a Soraya que se levantará y allí de pies terminamos la faena, se la metí a gusto hasta que nos corrimos los dos a la vez. Fue increible, algo que nunca olvidaré.