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La conocí en un palenque, alguien la había llevado. A leguas se veía que no pertenecía ni al lugar ni al ambiente y desde el momento en que la vi tuve por fin la seguridad de que mi atracción hacia las mujeres era real y concreta. Siempre lo había sospechado, pero ahora solo con verla simplemente lo supe porque quería estar con ella. Hice varios intentos por acercarme a ella pero, aunque ella también me veía con insistencia, la multitud y la familia me mantenían entretenida sirviendo vasos y saludando amistades y familiares. Mi novio andaba por allí, buen chico, muy bien educado, culto y de buena familia. Pasaron quizás dos horas antes de que pudiera estar a su lado y decirnos hola. Esa chica tenía un aire muy raro, enigmático, un tanto tenebroso no obstante lo pálida que era, palidez que se acentuaba por su cabello negro azabache. Pero sus tetas, sus hermosas macro tetas eran la atracción de la fiesta, el ombligo de la luna donde las miradas morbosas de los caballeros y mia tambien se dirigían, acechaban, con el deseo de amasar sus tetas con la palma de las dos manos mientras la boca chupaba el elixir que debían contener tetas de gelatina. Dios, qué caliente me sentía, con la mazorca hecha una piscina. Ya estando a su lado estuve viendo a la chica detenidamente, creo que eran sus opuestos lo que llamaban fuertemente la atención: la palidez de su piel contrastando con lo negro de su cabello, sus exquisitas tetas tan opuestas a su esbelta figura y su voz casi varonil saliendo de un rostro de ángel. Guau! Quería comermela viva. Me arme de valor y me coloqué frente a ella, quizás 15 centímetros más alta que yo.
- Hola, me llamo Andrea, y tú?
- Gladis, me contestó con una hermosa sonrisa en su rostro.
- Qué hermosa eres me oí decirle sin saber ni qué decir ni qué pensar y atontada por las ya varias copas que me había tomado. Afortunadamente la fiesta había llegado a su climax y el ruido y el baile estaban en su máximo, por lo que dudo que alguien nos estuviera viendo.
- Gracias, contestó, tú no estás nada mal, tienes unos hermosos ojos verdes y un culo que cuando lo meneas bailando es la perversión, me avento así, a bocajarro.
- Qué?, todavía pregunté incrédula de lo que mis oidos habian escuchado.
- Oye, me dijo, podrías llevarme a un lugar más tranquilo? Tanto ruido ya me tiene demasiado alterada, quisiera una pausa. Es esta tu casa?, me preguntó.
- No, contesté, es de unos tíos, pero sigueme, se a dónde llevarte, y me encamine entre la multitud deseando no cruzarme con mi novio porque eso marcaría el fin de mis intenciones. Conduje a Gladis afuera de la propiedad y la encamine hacia la parte de afuera de la casa bordeando el perímetro hacia una cobacha en desuso donde mis primas y yo solíamos jugar de niñas al papá y a la mamá.
A medio camino Gladis me pasó su mano por mis glúteos y me preguntó si había problema. Le dije que no y apresure el paso. Llegadas a la cobacha empuje la puerta pensando que ésta iba a estar cerrada con llave como de costumbre pero aunque yo sabía dónde escondía la llave mi tío pero la puerta se abrió de par en par. Extraño. Del interior salieron un par de fuertes gemidos. "Se nos adelantaron", pensé de inmediato, alguien ya ocupaba la cobacha para coger. Era demasiado obvio, el lugar perfecto para coger mientras los demás bailan y se emborrachan. 'Diablos', pensé.
Enfin que iba de salida cuando sentí que Gladis me empujó hacia el interior de la cobacha donde tropecé con algo y estuve a punto de caer si no hubiera sido por un viejo ropero que debe estar ahí desde mis bisabuelos, antiguos propietarios de aquella hacienda venida a menos y donde sólo nos quedaba la vieja casona ahora propiedad de mi tío. Como la oscuridad era total me era imposible saber quienes estaban teniendo sexo allí y pensando eso mismo se me ocurrió que nadie iba a saber quien era la otra pareja (o sea Gladis y yo) que cogia al lado. Gladis debió pensar lo mismo porque inmediatamente después cerró la puerta, escuché que la arrancó con algo metálica que identifique por el sonido que hizo, y se abalanzó sobre mi con un ataque
De besos y manoseos que no sentía desde hacía ya mucho tiempo. Gladis se abalanzó sobre mi y mientras me besaba intentando meter su lengua hasta mi campanilla procedió a bajar el cierre que mi vestido mantenía en mi desnuda espalda y de allí este cayó hasta el suelo con una sola maniobra de esta nueva amiga que al parecer tenía honores en cómo desnudar a una chica. Posó sus femeninas manos de largas uñas sobre mis caderas y de allí de un empujón se deshizo de mi tanga que me había puesto esa tarde pensando en mi novio llevándola hasta el suelo y posandome un exquisito beso de lengua en mis muslos y vientre que después se convirtió en un furtivo lenguetazo sobre mis labios vaginales y clitoris. De repente se incorporó y me volvió a besar, aunque más bien lo que hacía era lamerme los párpados, mejillas, nariz y mentón mientras sus manos se posaban firmes sobre mis pezones ya erectos. Un segundo después me desabrocho el bra y este simplemente se deslizó hasta el suelo. Esto era increíble, hacía tres minutos caminaba vestida tomada de la mano con una total desconocida y ahora yacía totalmente desnuda en los brazos de esta misteriosa chica. Como el ruido de la tambora era intenso allá afuera, prácticamente podía gemir tan fuerte como yo quisiera pues el sonido era tan fuerte que incluso yo apenas llegaba a escuchar en breves intervalos los ruidos de gozo de la pareja que se divertía a nuestro lado. Estando ya consciente de mi desnudez dejé que Gladis me hiciera lo que quisiera pero en determinado momento me avoque a tentar y descubrir sus espectaculares senos, esos no me los iba a perder y me iba a entretener en ellos vaciando mis ganas escondidas de probar un mujer a mujer, lo que tantas veces había yo envidiado en películas y situaciones, ahora tenía frente a mi a la chica más hermosa que hubiera visto en años y esta me estaba derritiendo. Con ansias estruje sus nalgas sobre su vestido, en esos momentos la única totalmente desnuda era yo, ella estaba toda vestida, y las fui subiendo rápidamente hasta agarrar con ambas manos esas tetazas que llevaba tres horas comiendome imaginariamente. Metí mis manos dentro de su camisa y descubrí sus senos estrujando ambos tetas contra mi cara mientras con la lengua de fuera empezaba a comermelos embalzamandolos con la abundantemente saliva que empecé a segregar. Me enfoque en sus pezones, no los conocía, no los podía ver pero las yemas de mis dedos y mi boca me indicaban que estos eran un manjar de feminidad erecta. Estando yo en eso la mano de Gladis empezó a explorar mis labios ya empapados y empezó un mete-saca de tres dedos que entraban y salían con total suavidad gracias a mi abundante humedad. Para cuando interrumpió su labor para quitarse el pantalón y sus pantis yo ya me había corrido de pie un par de veces y las piernas comenzaban a aflojarseme. La imagen de mi novio pasó por mi mente por un segundo pero ya no me importó el cuerno que le estaba poniendo en sus narices mientras él seguramente atendía a mis tíos y tías mientras su noviecita era lesbianizada por una desconocida dentro de una cobacha abandonada. El cuerpo completo de Gladis se juntó a mi. Con un apasionado beso y todo su cuerpo ahora sí desnudo pegado al mio es que pude sentir la apabullante suavidad de sus tetas contrastando con la firmeza de sus grandes y estirados pezones jugando contra los míos mientras su lasciva cadera se arrimaba contra la mía al ritmo de la música que tocaba afuera. Bajé mi mano y sentí su extensa humedad mojando su depilada vagina. - Estás hirviendo, le dije, pero no me oyó, el estruendo de la música era demasiado alto. Como me decía mi novia en ocasiones, me bajé por los checos y enterre mi nariz en su vagina. Quería olerla y poseerla al mismo tiempo y metí dos de mis dedos en su cuerpo que entraron como en mantequilla caliente. Con mi mano izquierda pasee sobre sus nalgas y jugué con su ano de la misma forma en que mi novio aveces jugaba con el mío. La sensación era maravillosa, cero visión pero por lo mismo toda mi atención se concentraba en el tacto de nuestros cuerpos, en el olor de nuestros sexos y salivas. Todo era alucinante, toda ella era placer, todo en ella me causaba lascivia y ya estando fuera de mi comiendole el sexo desenfrenadamente con boca y nariz en el beso más apasionado de mi corta pero extensa vida sexual, de repente sentí en mi cara la dureza de un falo. La pareja que yacía en la cobacha teniendo seco cuando mi amante mujer y yo entramos quería unirse a la fiesta y sin pedir permiso untaba su animalote por sobre mi cara y vagina de Gladis buscando quizás refugio en mi humeante boca llena de sexo. Estaba ya tan caliente que acepté la propuesta y le di entrada a ese falo anonimo en mi boca intercalando entre este y la vagina de Gladis en una deliciosa orgia bucal. El desconocido me tomó de un brazo y me invitó a unirme al beso entre Gladis y él, cosa que hice con gusto para sentir los gemidos de mi amiga justo en el momento en que senti que el desconocido acababa de profanar la intimidad de mi amiga de un violento estocazo que le sacó un grito de dolor-placer a mi querida amiga. Sostuve uno de sus senos en mi mano derecha y me amamante de el como si fuera una bebé mientras tres de sus dedos se abrían paso en mi. Gloria, qué intensidad de momento! Me volví a correr dos o tres veces estando así y sentí como mi amiga disfrutaba de lo mismo en un fuerte orgasmo que le tenso todo el cuerpo. En determinado momento me preguntaba qué sería de la cuarta persona que estaba dentro de la cobacha, en dónde estaba? Porqué ella no se unía? Se habría salido? Dejé de pensar y volví a lo mio. Me hinque, doble mi cuello lo más que pude e intenté lamerle los testiculos al chico mientras éste poseía a mi amiga con estocadas violentas y profundas. Lo logré, y aunque difícil e incómodo, me era posible pasarle la lengua cada que sacaba la verga antes de volverla a estocar. Me di cuenta que le gustaba y que estaba al borde del orgasmo, el cual vino en un torrente de esperma que acabó en el vientre de Gladis y que le sacó un ahuyido de placer al invitado. Me incorporé y los tres nos dimos un beso estando ya más tranquilos y exhaustos. Había pasado ya más de un tiempo razonable y mi novio exigiría una explicación sobre mi desaparición. Más de una hora!
El extraño prendió la linterna de su celular para que Gladis y yo pudiéramos vestirnos. Mi vestido, que había caído al suelo cuando Gladis me desnudo olvidé recogerlo y estaba totalmente arrugado y lleno de tierra. Imposible regresar a la fiesta así, tenía que regresar a mi casa y enfrentar mañana un problemon con mis padres y mi novio intentando explicar mi desaparición. Mientras Gladis se vestía el aura de la luz iluminó un rincón de la cobacha donde vi una sombra de alguien intentando ocultarse. Prendi la lámpara de mi celular y alumbre a la sombra. Era mi hermana! Estuve chupandosela a Armando, el novio de mi hermana. Dios santo!
Al día siguiente mi vida dio un giro de 180 grados. Diana, mi hermana, le confesó todo a mis padres y aunque tuvo que confesar su falta de haber estado teniendo relaciones sexuales con su novio con quien llevaba un noviazgo formal de tres años, pudo salir bien librada. Para mi, en cambio, esa noche significó el fin de mi vida como hija de familia de una familia acomodada y conservadora del norte de Mexico y mi destierro hacia la Ciudad de México, donde tuve que limpiar trastes y en ocasiones intercambiar sexo por dinero en los antros ricos de la ciudad. Años después me reencontre con Gladis. Pasado el escándalo quise desaparecer del mundo y de ella también, quien regresó a la Ciudad de México para continuar sus estudios universitarios, mismos que terminó cuatro años después, que fue cuando le hablé por teléfono para irnos a tomar un café y poder platicar de lo acontecido hace años y ponernos al corriente y explorar alguna situación, no lo sé todavía.
Y quedo en que mañana la veré por segunda vez en mi vida. No sé porqué todos estos años he guardado un fuerte resentimiento hacia ella. Aunque sé que ella siempre abogó por mi ante todos los que me acusaban de loca y pervertida ella fue la única voz que supe, siempre intentó aligerar las acusaciones que se hacían en mi contra durante los días posteriores al escándalo. Un dia, simplemente, ella regresó a México y no volví a saber de ella hasta la semana pasada que la contacté por celular y mañana que la veré en un café de la Condesa. Me siento agradecida pero también rencorosa. No lo sé, ya les platicare en qué quedamos. Buenas noches.
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