Como les comente el anterior relato, para las fiestas de carnaval acá en Ambato – Ecuador, tenemos dos días libres, lunes y martes, donde no hay trabajo ni universidad, para lo cual habíamos quedado con mi mejor amigo Fabricio repetir lo de aquella noche en mi casa donde me penetró por primera vez mi culito virgen y me hizo sentir placeres que jamás había probado.
Pasé el fin de semana viendo vídeos de bisexuales, gays, shemales, toda clase de vídeos donde pudiera encontrar cosas ricas para el tan ansiado día. Llegó el lunes 11 de febrero del 2013, un poco impaciente y a la vez nervioso de ir a la casa de Fabricio, (les recuerdo que él vive solo desde hace casi 2 años que se divorcio de su mujer, es un departamento pequeño pero muy acogedor) por la mañana compre unos pepinillos pequeños, de la forma de mi verga (ya sabrán luego para que) fui a una tienda de sexo, no se encuentra muchas por aquí, pero no buscaba gran cosa, unos condones y lubricante anal. Preparado mentalmente e higiénicamente (bien bañadito y evacuado mi ano) con eso me dirigí a la casa de mi mejor amigo, yo ya le había puesto una excusa a mi novia para poder estar tranquilo toda la tarde y noche.
Camino a su casa, me iba excitando tanto con solo recordar lo de aquella noche ya tenia dura mi verga y muy mojadito mis bóxers, el vive en el tercer piso y el segundo piso esta vació así que podíamos gritar y gemir todo lo que queríamos sin molestar nadie.
Eran las 6 de la tarde, Fabricio había comprado una botella de tequila para tomarnos unos tragos y desinhibirnos un poco ya que era una sensación extraña estar solos en su casa sabiendo que nos habíamos citado para tener sexo. Yo ya había estado antes solo en su casa pero nunca antes se nos había pasado tan deliciosa idea por nuestras cabezas.
Nos tomamos unos 2 tragos de tequila conversando un poco aunque los dos nos sentíamos deseosos de hacerlo, no pasaron ni 10 minutos cuando Fabricio tomó la iniciativa y me lanzo de espaldas en uno de sus sillones, me deseaba, era una sensación extraña, me bajo a la fuerza mis jeans y bóxers dejando mi culito descubierto, empezó a lamer mis nalgas y a darme palmadas como una putita, de repente abrió mis nalgas y metió su mojada y tibia lengua a la entrada de mi ano, Uuff!! Qué rica sensación, se sentía más rico sin sentirme culpable ya que esta vez fui a disfrutar del sexo y no me cogió de sorpresa como la anterior noche, le dejé que me chupara mi culo unos 3 minutos haciéndome gemir levemente y me di la vuelta, quede desnudo de las piernas para abajo, quería que Fabricio se quedara de la misma manera así que hice lo mismo con él, teníamos los dos nuestros penes muy duros y mojaditos, me levante del asiento e hice algo que siempre escuche como broma. “jugamos a los espadazos” chocábamos nuestros penes y nuestras bolas, solo quien ha tenido el placer de hacerlo entiende mi sensación, por poco y termino ese mismo instante, que excitante escena, para calmarme un poco desabotoné su camisa y empecé a chuparle sus pechos, como si fuera una mujer de pechos pequeños, lamía sus pezones, le mordía y vaya que le saque algunos gemidos a mi amigo, le pedí que haga lo mismo conmigo…
Nos acomodamos en un sillón largo de su sala, muy espacioso como para caber los dos, nos colocamos en posición del 69 pero de lado y empezamos a mamar nuestras vergas, volvía a sentir ese sabor saladito de su pene, su liquido pre seminal, metiéndonos en nuestras bocas lo que más entraba de nuestras vergas, duras y mojaditos llenando de saliva y repasándola miles de veces nuestras lenguas, de vez en cuando abríamos un poco más las piernas y lamíamos nuestros anos…
Ya habíamos tenido suficiente de preliminares, era hora de penetrarnos, pero como yo les dije, esta vez sería mi turno de “devolver el favor” romperle su culito virgen, lo recosté en el sillón boca abajo y empecé a lamer su culo y tratar de meter mi lengua en ese ano mojadito y apretado, lamia su verga, sus bolas y su ano, podía pasarme así horas, empecé a meter un dedo en su apretado ano pero le dolió mucho casi que estaba por arrepentirse, yo no quería quedarme con las ganas, así que saque el lubricante anal que había comprado antes y empecé a ponerle la cremita alrededor de su ano y también en mis dedos índice y anular entonces ya entraron con más facilidad aunque sí le causaban dolor, me lubrique mi pene por completo y jugué entre sus nalgas, dándole azotes con mi verga, me acerque a su oreja, le lamí un poco y le dije que yo había recibido su verga gustoso aquella noche y que a pesar que dolió al principio luego sentí cosas inigualables, así que le dije que sea varón :D y aguante mi penetración, asintió y empecé a meterle muy despacio mi verga, que culito para más apretado, le dolía mucho a pesar del lubricante, se contraía y expulsaba mi verga para afuera, dio mucha guerra pero al final se dejó llevar, una imagen que no se va de mi cabeza, verle a mi mejor amigo penetrado por mí, yo moviéndome de arriba hacia abajo mientras él estaba gimiendo como una putita, apretando sus manos fuerte en el sillón, mordiendo los cojines, pero ya los gemidos de dolor se convertían en gemidos de placer, la verga de Fabricio era flácida mientras yo lo penetraba, nos pusimos de lado sin sacar mi verga de su ano apretado y caliente, yo lamía su espalda y le agarraba a una sola mano su pene y sus bolas, con mi otra mano acaricia sus pechos, ponía saliva en mis dedos y le frotaba los pezones, cerca de 15 minutos llevábamos de sexo, yo estaba que terminaba, saque por un momento mi verga porque no quería terminar aun y para mi sorpresa Fabricio me decía que se la volviera a meter que no dejase de romperle el culito lo cual me excito aun mas…
Me senté en el sillón e hice que Fabricio se sentara encima mío como si fuese una silla, abiertos las piernas los dos, sentía entrar mi pene hasta lo más profundo de su ano, empecé a masturbarlo con mi mano y saliva, quería que su verga se ponga dura y lo iba consiguiendo, recostó su espalda sobre mi pecho sus manos apretaban mis caderas, gemía cada vez más fuerte e inevitablemente le hice terminar, chorreo semen por todo su abdomen y en mi mano que lo pajeo, yo “gentilmente” lo recosté boca arriba en el sillón y me lamí casi todo el semen de su abdomen y le chupe su pene flácido limpiándole los restos semen que le quedaba, Fabricio me agradeció de tan agradable sensación, --dos años de casado y jamás sintió tanto placer ni tubo un orgasmo como el que yo le hice tener.
Ahora era mi turno, yo también quería que me penetre pero su verga no se iba a recuperar por lo menos en unos 20 minutos y yo no podía esperar tanto, así que a modo de consolador, saque los pepinillos, vimos uno que se parezca a su verga en ancho y tamaño, le pusimos dentro del condón, me acosté boca arriba en el sillón abierto las piernas sosteniéndolas con mis manos, empezó a chupar mi ano y mis testículos mientras masajeaba mi verga con su mano, lubricó nuestro “consolador casero” y me lo empezó a meter en mi ansioso ano, que suplicaba ser culiado y aunque no se sentía lo mismo que la verga de Fabricio, rígido y tosco, nada mal para saciar mis ansias de verga, mientras me penetraba con el pepino, yo jadeaba y gemía del placer y la excitación, mientras Fabricio me chupaba mis bolas y mi verga, me masturbaba cada vez más rápido, 5 minutos bastaron para que yo terminara, exploté de placer, grite como puta, mi semen llego hasta mi cara y mi pelo, quería que Fabricio lamiera mi semen pero no se arriesgaba (por el momento ya le había pasado la excitación) pero si me chupo un poco mas mi verga que iba perdiendo su erección, saco el pepino de mi culo, limpie mi cara y nos dimos por bien satisfechos por el momento.
Para no hacerle cansado ni largo de leer este relato, en una siguiente ocasión les contare la segunda parte, ya que no eran ni las 8 de la noche y teníamos una larga noche por disfrutarnos…
Gracias por su atención y hasta la próxima segunda parte de mi feriado de carnaval.
“Nada como un hombre para satisfacer a otro y hacerle sentir placeres que muy pocas mujeres nos podrían hacer sentir”