En alguna ocasión Marcela se encontró con un pequeño problema con su computadora. Así que se decidió a buscar ayudar por medio de un anuncio clasificado: “Servicio técnico a domicilio”, así que llamo esperando que la pudieran ayudar. 

Al teléfono atendió un hombre, con el que después de un par de preguntas técnicas consiguió programar una visita a su casa para que revisaran su equipo. El próximo sábado por la mañana será. 

El sábado siguiente por la mañana se escuchó que tocaron la puerta, ella se apresuró a abrir, en el umbral de su puerta se encontraba un hombre de unos 35 talvez 38 años delgado alto un tanto serio al parecer, ella le pregunto –Te costó trabajo encontrar la dirección. A lo que él respondió. -Fue fácil llegar con la referencia del vivero. 

Caminaron al interior de la casa y ella le indico donde se encontraba el equipo dañado. El pregunto si tenía información delicada en la máquina que se tuviera que respaldar a lo que ella respondió que no. 

-Va a tardar. Pregunto ella un poco nerviosa a lo que él respondió. -2 horas aproximadamente. 

Ella se sentía aun un poco ansiosa por el encuentro casual que había tenido en esa combi la semana pasada. Pues se había percatado que le excitaba ser observada por los hombres. 

-Te molesta si te dejo un momento-. Le pregunto al técnico. -Para nada. Respondió el. 

Con las prisas ella se había puesto unos leggins ajustados en un tono mezclilla que le ajustaban un tanto las caderas, con los cuales se sentía muy cómoda, pero algo en ella la incitaba a actuar de una forma en que jamás se hubiera creído capaz. Se dirigió al su recamara, la cual daba justo a unos metros del lado derecho donde se encontraba la computadora y podía verse con claridad la puerta y parte d de la habitación. Entonces ella comenzó a buscar en su closet, hasta encontrar una pequeña falda negra que daba arriba de la rodilla, y una blusa blanca con una tela casi transparente. Busco entre sus cajones hasta encontrar un brasier rojo pequeñito y ajustado y un cachetero rojo con encajes muy sutiles que tomo y coloco en la orilla de la cama justo frente a la puerta que daba a la sala. 

Esos movimientos eran claramente visibles por aquel técnico que se encontraba en la sala revisando la computadora, y al principio se sintió algo incomodo por no saber que sucedería después o como es que el debería de actuar. Pues sentía como la cara comenzaba a calentarse y su sangre se agolpaba en la entre pierna y podía sentir como poco a poco su pene comenzaba a endurecerse al ver que ella se disponía a cambiarse. 

Ella fingiendo demencia empujo un poco la puerta para entre cerrarla, pero dejándola lo suficientemente abierta para que el pudiera ver un poco el espectáculo de ella desnudándose por completo y poniéndose esa rola que acababa de colocar en la cama. 

Entonces Marcela comenzó por quitarse la playera que acompañaba a esos leggins lo más lento que pudo, prosiguiendo con los leggins para quedar en su ropa interior. Los tomo y camino al otro lado de la habitación para arrojarlos al cesto pasando frente a la puerta parcialmente abierta, exhibiéndose en ropa interior para aquel tipo petrificado por la situación y el cual ya tenía una erección de ver a aquella hermosa mujer madura paseándose frente a él en ropa interior. 

Regreso a la orilla de la cama para quitarse el brasier y la pantaleta, pero esta vez, evito pasar frente a la puerta, Se coloco aquel juego de ropa interior roja y su blusa blanca semitransparente junto con la pequeña falda negra. “Rojo, negro y blanco?” Toda mujer que se precia de tener buen gusto sabe que no combinan en esta forma los colores, pero ella deseaba que contrastaran los colores que se pudieran notar sus bragas debajo de la falta y que su sostén atrajera las miradas como las abejas son atraídas por la miel. 

Alla salió del cuarto acomodándose el cabello que acababa de soltar, y miro fijamente a los ojos al hombre esperando ver su expresión. Y le pregunto -¿Gustas un poco de agua? A lo que él respondió rápidamente. -Si claro, gracias. La vio pasar a la cocina en una entallada y diminuta falda negra y podía ver por debajo de esa blusa ese coqueto y llamativo sostén rojo que ajustaba esos deliciosos senos pequeños, redondos y pálidos. 

Ella entro a la cónica y podía sentir la mirada penetrante y editada de él que recorría todo su cuerpo y ella se sintió excitada de tal forma que la piel se le erizo y sus pezones comenzaron a ponerse muy inquietos al grado de notarse ligeramente sobre esa blusa casi transparente.  

Le entrego el vaso de agua y pudo sentir como sus manos temblaban. 

Ella regreso y se sentó en un sillón que se encontraba justo a un lado de la puerta de su cuarto a unos metros de él, justo frente a él. 

Él tomaba agua, mientras ella lo miraba fijamente, a le costaba trabajo tragar el agua pues no podía dejar de mirarla y sentirse excitado. Ella comento –Hace calor no crees. Mientras ella cruzo las piernas dejando entrever ligeramente el color rojo que vestía en esas bragas sexys que estaba luciendo solo para él. En se momento el casi se atraganta con el agua y ella estira su pierna derecha dejando caer su zapato y extendiendo si pie, para deslizarlo suavemente a un costado dejando ver por completo y por debajo de su falda aquella intima prenda del color de la pasión y la excitación que sentía en ese momento. Mientras este afortunado y estupefacto técnico se quedaba admirando esa imagen de aquella hermosa mujer insinuándose abiertamente a él.  

El intento levantarse, y ella rápidamente le dijo – No lo arruines, no digas nada, no te muevas, no me hables, solo mírame, admírame y disfrútame. Es la única condición.  

El comenzó a acariciar su pene erecto frotando su mano contra su pantalón y ocasionalmente apretando su pene con fuerza, mientras sentía como su pene punzaba por la excitación que sentía al verla a ella. 

Ella recargo la cabeza en el respaldo del sillón y sintió como su cuerpo se erizaba y se estremecía por la excitación del momento. Es una sensación que no había tenido, hasta su incidente con aquel hombre en esa combi, una mañana. 

Comenzó a frotarse los senos por encima de la blusa. Y a recorrer con sus manos sus piernas mientras ella miraba excitado, ella comenzó a acariciarse la piel de las piernas y la entre pierna subiendo de a poco su falda, y mostrando sus bragas mientras en la devoraba con la mirada. 

Desabotono lentamente los primeros dos botones de su blusa que dibujaba su silueta madura y excitada, introdujo sus manos en su sostén y comenzó a frotar sus senos tibios blancos decorados con esos pezones rozados y excitados. Acariciando un seno con cada mano.  

Después de unos segundos su excitación era tanta, que mientras con una mano jugueteaba entre los dos senos, su otra mano recorría poco a poco su cuerpo excitado, hasta encontrarse con la piel desnuda de sus piernas. 

Acariciando sus piernas y sus senos de poco en poco acerco su mano hasta sentir su ropa interior por debajo de su falda mientras veía a aquel tipo que se fritaba el pene con fuerza mientras la admiraba. Al sentir su ropa interior húmeda, le vino a la mente ese hombre viéndola en el transporte público y para el cual también se había tocado descaradamente. Peor esta vez, estaba segura, nadie más la vería más que ese hombre al que ella había elegido. 

Entonces no lo pensó más e introdujo su mano dentro de aquel cachetero rojo que decoraba aquella pequeña falda negra y sintió su vagina despierta húmeda y excitada, como hace tanto tiempo no la había sentido. Y deslizo su dedo índice por la comisura superior de su vagina, lenta muy lentamente mientras sentía como se humedecía, hasta rozar la punta de su clítoris y sentir como se estremecía ahí, tirada en el sillón semi desnuda, excitada y húmeda mientras aquel hombre la deseaba con ojos de lujuria. 

Entonces pudo sentir como su vagina se humedecía más y más mientras ella acariciaba sutilmente su clítoris mojado excitado, erecto y duro por el placer y la satisfacción de aquella tan apasionante situación. Se masturbo de apoco comenzando con un dedo deslizándolo sobre su clítoris ahora despierto y deseoso de sentir y hacer sentir y estremecer el cuerpo de placer. Después fueron el dedo índice y el medio, acariciando su clítoris mientras su mano libre acariciaba sus senos incrementando la sensación de placer, hasta que se sintió a si misma deslizando sus dedos dentro de su vagina tratando de alcanzar un punto en ella que en este momento no reconocía pero que le llenaba de placer al rosarlo. La excitación subía y subía la humedad crecía y se desbordaba mojando sus prendas íntimas y aquella falda pequeña y negra que vestía. Sus pezones estaban duros y excitados hasta que solo pudo soltar un gemido ahogado, en ese momento tembló se estremeció y su cuerpo por completo se erizó. Respiro profundamente colocándose en posición fetal sobre el sillón mientras aquel desconocido frotaba su pene por dentro de su pantalón. 

Ella después de un rato des repuso, del sillón se levantó y a aquel hombre se acercó. Introdujo sus dedos aun húmedos por su masturbación los introdujo en la boca de aquel extraño y le dijo – eso se sintió rico, te hubieras masturbado. Él se deleitó con el saber de aquella hermosa mujer, por los dedos de su mano. 

Entonces ella le dijo si quieres puedes irte por hoy hemos terminado, guardare tu número por si algún día requiero que revises ese aparato. 

El técnico salió de aquella casa, excitado húmedo y desconcertado, un tanto por lo que había sucedido, y otro tanto preguntándose, ¿de qué aparato esta mujer estaba hablando?