Quedamos en un punto intermedio, yo llegaría primero y lo prepararía todo, el hotel, las flores y todo lo necesario, ella llevaría su pasión, su cariño, su ternura y locura.
Yo llegue primero, busque un hostal como otras veces lo he hecho, coloque una caja de preservativos en el cajón junto la mesita un lubricante preparado para el uso con látex.
Por el camino recibía continuos mensajes al otro móvil que yo llevaba, eran mensajes de pasión, de excitación, de la imagen que se creaba en su mente recordando conversaciones y los espasmos que le producía.
El imaginar que por texto podía ser tan apasionado, hacia que pensara en que pasaría al sentir como mis manos se adueñaban de su cuerpo y sus temblores, como mi extremidad le llenaría ese vació tan grande que su vientre llevaba, comentaba la sensación de sentir plumas en el vientre y un cosquilleo terrible, sus pechos los sentía duros y sus pezones erizados.
Durante el trayecto cruzaba las piernas y las vibraciones del tren hacían que sintiese pequeños micro orgasmos, a mitad camino su estado era lamentable, comento que menos mal que no llevaba pantalones, la mancha de su lubricación se notaria seguro.
El mensaje esperado llego, "estoy llegando", la espere y por fin vi ese pelo rojizo por una ventana, salio del tren y se quedo parada delante de mi, solo una palabra salio de su boca, hola, tras ella un abrazo seguido de una largo beso que se adueño de nosotros.
Por fin estábamos juntos, en Madrid.
Caminamos hacia el hostal, estaba cerca de la estación, la señora que estaba en recepción sonrió al vernos, ella vio que unas horas antes subí con una ramo de flores y alguna cosa mas, creo que era obvia la pretensión de nuestros cuerpos, la sonrisa de aquella señora se volvió mas acida y lasciva.
En el ascensor puso su mano en mi mano y seguimos besándonos, al abrir las puertas fue una carrera hacia la habitación, caminábamos deprisa cogidos de la mano, abrimos la puerta y solo dio tiempo a decir "no aguanto mas".
Los abrazos y los besos se volvieron violentos, mis dientes chocaron con los suyos varias veces buscando su boca con locura, comenzamos a desnudarnos con frenesí y violencia, ella arranco mi camisa literalmente hablando, el sonido de los botones resonó contra el suelo entre sollozos y respiraciones fuertes, podía sentir su corazón perfectamente, como gritaba dentro de ese pecho lleno de agitación y deseo.
Sus ojos se clavaron en los míos, mordió mi cuello de una forma un poco violenta y siguió bajando por mi pecho relamiendo mis pezones mientras sus manos no dejaban de acariciar con suavidad mis testículos completamente inflamados, su boca siguió bajando hasta mis pantalones y desbrocho para dejar libre mi miembro, mi ropa interior estaba marcada por la excitación, relamió con ansia mi miembro, estaba viscoso por la situación y palpitante dentro de su boca, sus ojos seguían clavados en los míos, no quería perder detalle de mis gestos intentando llevarme a la cama me líe con los pantalones que estaban enrollados entre mis tobillos y caí contra una de las mesitas donde un vaso boca abajo dentro de un plato se rompió produciendo una herida en mi muñeca izquierda, la herida era un poco alarmante, empecé a sangrar y ella se asusto en un principio, sus ojos cambiaron de expresión y su boca corrió hasta mi herida y comenzó a chupar y meter su lengua dentro de la herida buscando el sabor oxido de mi sangre. Sus labios que perdieron el color tras los besos recobraron el tono, estábamos encima de la cama, ella seguía chupando de mi sangre y otra de sus manos acariciaba lentamente mi miembro llenando por completo de fluidos la palma de su mano, cambio de posición y con sus labios ensangrentados beso mi boca y lleno del sabor de mi sangre mi lengua, pregunto por un pañuelo, en las bolsas tenia varios de diferentes colores y tamaños, tapo mi herida, me sentí aturdido y brutalmente excitado, agarre sus manos con fuerza y ella sonrió, era mi turno, enrolle otro de los pañuelos a sus muñecas y la ate a la cama a cuatro patas y tape sus ojos con otro de los pañuelos, deje el lubricante cerca y me coloque debajo de ella para que mi miembro quedara a una altura apropiada para ser succionado por su boca ávida de cualquiera de mis fluidos, yo me acerque a su sexo inflamado y comencé a relamer su fruto mientras mis manos al mismo tiempo que acariciaban masajeaban sus pechos, su espalda, sus caderas, toda su piel era recorrida por caricias mientras mi lengua azotaba su sexo inflamado, su otro orificio estaba cambiando de forma y pude apreciar como se movían sus músculos anales, vaginales y la vibración de su vientre y abdominales se acusaba cada vez mas, ella seguía relamiendo con fuerza todo mi miembro con los ojos vendados y sus manos atadas a la cama, comencé a pasar mi lengua por todos su orificios, alcance la botella de lubricante y deje caer un poco en su trasero, escuche como temblorosa y sudada decía, "rómpelo, rómpelo, es tuyo" mi dedo índice comenzó a introducirse y mi otra mano agitaba si piedad su clítoris, ella dejo de lamer y doblo su cintura buscando mas penetración anal, una vez bien lubricado todo me coloque un preservativo y comencé a introducir lentamente mi miembro en su orificio, despacio, con cuidado, suavemente, ella comenzó a gemir y mover su cabeza, agarre su pelo y comencé a estirar sin pasarme y ver como su cuello de doblaba, me agache un poco y con mi única mano libre seguí acariciando su clítoris, empecé a sentir su llegado y me excito mucho ver como su vientre y los músculos de la espalada marcaban como en un tambor un ritmo, sus músculos internos eran sentidos en mi miembro y comenzó la carrera hacia el orgasmo, sus convulsiones se acentuaron, agacho la cabeza y mordió la almohada, mientras millones de voltios sacudían su cuerpo, yo terminaba al unísono, ella rápidamente se des ato, saco mi preservativo y comenzó a relamer mi miembro donde aun quedaba parte de la pasión que ella había conseguido arrancar de mi cuerpo, nos besamos los dos exhaustos y parte de mi pasión la dejo en mi boca, desato el pañuelo que tapaba mi herida y comenzó a relamer de nuevo, el dolor no era muy acentuado, lo hacia con delicadeza y sin dejar de apartar sus ojos de los míos para saber como era mi expresión y si me era placentero o no, la herida comenzó a sangrar de nuevo y ella seguía chupando, ese tipo de dolor era nuevo para mi y me excitaba sentir como su lengua intentaba introducirse, como casi todo lo nuevo, era excitante.
Las manos siguieron jugando con sus pechos enrojecidos por tanta caricias, la segunda tanda era prometedora, su mano agarro mi miembro con fuerza, coloco un preservativo y se puso encima de mi, volvimos a besarnos, mis manos buscaban sus curvas y aun estaban sedientas de ella, estábamos empapados en sudor y resbalaban nuestro cuerpos, se movió hacia atrás dejando todo su sexo abierto y dejo que se introducirá con suma facilidad mi miembro dentro de ella, comenzó un movimiento suave en forma de ondulación de adelante hacia atrás, intentando que su ya extasiado clítoris encontrara el roce de mi pelvis, empezamos de nuevo. Comencé a mover mi pelvis al tiempo que ella hacia uso de su movilidad buscando un movimiento mas acertado, golpee sus nalgas y ella mordió sus labios, seguimos en esta postura un buen rato mientras yo azotaba ese culo ya maltrecho por las embestidas anteriores, levante la cabeza y mordisque sus pechos mientras mis manos la azotaban sin compasión, pero con talento y control, pronto le llego su segundo orgasmo, yo estaba muy cerca pero no coincidí con ella, se bajo y siguió lamiendo mi miembro, su lengua empezó a recorrer todo mi sexo y mis orificios llenándolos de saliva, empezó a tocar mi ano he introdujo uno de sus dedos buscando algo que no se que era pero me arranco una excitación fuera de lo normal, llego mi segunda eyaculación llena de movimientos estertores, fue increíble, aquello que encontró fue un punto del que no sabia nada, mi fuego lleno su boca y ella no quiso perder detalle, sus ojos clavados en mi. El sudor, las manchas de sangre de mi muñeca, los fluidos de nuestros cuerpos llenaron la cama de aquel hostal, no se cuantas eyaculaciones llegaron y espasmos sacudieron la cama, el saber que no estaríamos juntos en mucho tiempo hizo que nos tomáramos aquella situación como algo personal, la volví a vendar y atar alguna vez mas, cuando terminé con mi ultima eyaculación, al quitar el pañuelo de sus ojos vi algo inesperado, el pañuelo estaba manchado de lagrimas, ella lloraba, lloraba mucho y le pregunte que ocurría, contesto que estaba muy emocionada, que no sabia muy bien por que lloraba, nunca vi una mujer llorar durante el sexo, me sentí emocionado, llore con ella, empecé a ver tristeza en sus ojos.
Exhaustos no duchamos yo limpie su piel y sus lagrimas y ella mi piel y mi herirá, colocamos el cubre sobre todo aquello que estaba sobre la cama y dormimos desnudos y abrazados una horas antes de partir.
Cuando abrí los ojos los suyos me miraban y estaban llenos de lágrimas otra vez y pude ver los míos reflejados en sus ojos, no entendía lo que ocurría, ¿que demonios pasaba? ella me abrazo muy fuerte y siguió llorando, al poco se seco las lagrimas con uno de los pañuelos. Llegaba la hora de partir y nos empezamos a poner jodidamente mal, se cruzaban dos trenes en la estación, el suyo y el mió, nos pusimos la ropa que llevábamos en las maletas y salimos del hostal, el suyo salía primero, la abrace muy fuerte, no besamos apasionadamente y subió a su tren, se quedo de pie tras los cristales, no podía verla bien, vi que alzaba el ramo para dejarlo en algún sitio y su mano se dirigió a su bolso y saco uno de los pañuelos lo acerco a sus ojos que imagino lloraban y se acerco al cristal coloco una mano en el y dejo posar sus labios dejando un corazón marcado e el cristal de aquel tren.
Me senté en un banco y medite lo ocurrido, jamás dio a entender su tendencia sexual mas fantasiosa de lo normal, no me di cuenta si lo hizo alguna vez , estaba impresionado, pero las lagrimas aquellas tenían un significado, tras unos días de chateo descubrí el por que de las lagrimas, eran de despedida, ella supo que perdía los papeles su instinto la aviso, antes de seguir sufriendo la lejanía y el desespero de la distancia prefirió alejarse casi sin decir nada, no quiso saber mas.