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Categoría: Confesiones

Fantasía con Marcela (Parte 2)

Ha pasado una semana y no he dejado de masturbarme viendo aquellas fotografías, 157 en total, totalmente desnuda, bella, hermosa, fascinante, su vagina lubricada, húmeda, ese aroma que llegó a mis sentidos y que aún no he podido sacar de mi mente, aquella experiencia fue tan maravillosa que decidimos repetirla un par de veces más.

El sábado siguiente José se encontraba trabajando en el bar, estábamos charlando y él me comentaba que Marcela se encontraba muy cambiada, su humor era otro y ya no se sentía tan dependiente como antes. En ese instante llegó ella, llevaba una blusita blanca casi transparente, sostén blanco de encaje, pantalón apretado que dejaba ver ese maravilloso trasero el cual ya había visto desnudo y unas botas negras tacón alto que la hacían ver agraciada y más esbelta ganando un poco de altura.

Salimos a dar una vuelta a la manzana y me preguntó cuando sería la próxima sesión, a lo cual contesté: —En este momento el cliente se encuentra fascinado contigo, tus fotos le han gustado bastante y quiere hacerte una propuesta. Quiere que hagas un video donde salgas masturbándote hasta que tengas un orgasmo real, me recomendó que fuera real porque se daría cuenta si es fingido o no, ¿qué dices? Me miró estupefacta y preguntó cuánto estaría dispuesto a pagar y yo le respondí: —¡$ 300.000.00!!!. Aceptó casi sin pensarlo.

La cita fue en el motel de siempre, a las 11 AM. Una vez en la habitación me dijo que había traído una ropa especialmente para el video, entró al baño y se cambió, lo que vi cuando salió casi me hace eyacular: traía un babydoll blanco, sostén blanco de encaje muy fino y unas bragas blancas tipo tanga con ligero, soltó su cabello y venia maquillada como una princesa, estaba hermosa, más de lo normal.

Coloqué un poco de música para ambientar y comenzó el show, puse la cámara en el trípode, —¡Luces, cámara, acción!!! Ella sonrió brevemente, se acostó en la cama y empezó a acariciarse los senos por encima del babydoll, se tocaba de manera provocadora cada parte de su cuerpo, su cabello, sus labios, su rostro, luego sus brazos, senos, su torso, piernas y vagina.

Se quitó el babydoll, levantó un poco la tanga y comenzó a masturbarse mientras relamía sus dedos húmedos por sus fluidos, cambió de pose y se puso en cuatro, dejaba ver brevemente su ano mientras introducía su dedo en él, era algo fuera de serie, eyaculaba por momentos mientras me acercaba y sentía el aroma de sus fluidos lo que excitaba todavía más, sacaba mi lengua queriendo lamer y sentir el sabor de su ano mientras su dedo entraba y salía delicadamente.

Se levanta y queda arrodillada dándome la espalda y se quita el sostén dejando al total descubierto su espalda, sus manos a sus senos, lentamente se da la vuelta con sus manos aun tocando sus senos, me deja verlos, sus pezones tan grandes como timbres y duros como botones de elevador, mientras los apretaba sentía como mi pene se ponía tan caliente que pensé que estallaría.

Se acostó en la cama boca arriba mientras se quitaba la tanga, se masturba con ella y la usa para limpiar sus fluidos, luego la guarda en una bolsa ziploc y la deja sobre la mesa al pie de la cama. Totalmente desnuda y masturbándose, así era como yo quería verla, sigue tocándose, abre sus labios vaginales, moja sus dedos con saliva y castiga a su clítoris con una pasión no vista en ninguna película porno. La oigo gemir, me excito, escucho la fricción de sus dedos y su clítoris, quiero eyacular, puedo sentir el aroma de sus líquidos mezclados con el de la saliva. Hago una toma de su cuerpo en primer plano mientras veo como se estremece, llega al orgasmo y de su sexo sale un chorro de sus líquidos que moja toda la cama, veo su vagina totalmente irritada y rosadita y digo: —¡Corten!!! —mientras ella termina con una hermosa sonrisa en sus labios.

Mientras comienzo a guardar todo, ella se incorpora frente a mí y me dice: —Jamás en mi vida me había tocado como hoy, nunca delante de alguien, ni siquiera de José, me excitó mucho ver tu cara de arrecho, eso ayudó a que me viviera con muchas ganas y no lo fingiera, por eso quiero ver cómo te masturbas tú. Eso me dejo sorprendido, me bajó los pantalones y metió mi pene en su boca llenándolo de saliva. —Mastúrbate, y vente aquí —dijo señalando sus senos. No me pude resistir y comencé a masturbarme frente a ella, mientras tanto ella tocaba su vagina, rápidamente ella comenzó a estremecerse, lo disfrutaba de verdad, quería metérsela, pero no me pude aguantar y eyaculé en su cara y senos, desparramaba mi semen sobre su pecho como si fuera crema para el cuerpo, llegamos al mismo tiempo, parte de mi sueño se había hecho realidad.

Salimos del motel después de bañarnos juntos, aunque no hicimos nada más. Guardé sus tangas en mi mochila junto con su sostén y el babydoll, me disculpé por lo ocurrido y ella me excusó diciendo que es el mejor trabajo que ha tenido en su vida y que se moría de ganas de ver el video.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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